Mayo arrancó con el BCRA reduciendo el ritmo devaluatorio diario: de un 60% anualizado en abril, pasó a un 55% (promedio en las 5 primeras ruedas del mes). Esto se debe a que nos encontramos en un mes donde – históricamente – las liquidaciones del agro suelen ser de las más altas del año.

En consecuencia, las tasas implícitas mostraron un ajuste promedio del 7,2%, siendo los meses de agosto y septiembre los de mayor ajuste (-11,5% y -9,9% respectivamente). De esta manera, las implícitas pasan de un rango de 59% - 67% en el último viernes de abril a otro de 54% - 62% la semana pasada – sin contemplar los contratos de mayo –.

De cara a las próximas semanas, y considerando que el grueso de liquidación de divisas suele incluir a junio, el BCRA no tendría incentivos para volver a aumentar el ritmo devaluatorio. por lo que los contratos futuros de dólar tendrían algo más de margen para ajustar en materia precios.

En cuanto a métricas de volumen, si tomamos el promedio de la semana pasada respecto a la anterior, este cayó un 67%, aunque dicha diferencia radica en que hubo un rolleo importante de los contratos que correspondían a finales de abril.

Por el lado del interés abierto, aumentó un 13% en una semana, pese a las menores expectativas devaluatorias. Esto encuentra razón en el ruido político de la actualidad. y lleva a los inversores a querer seguir cubiertos ante cualquier evento inesperado de corto plazo.