Las empresas argentinas que cotizan en bolsa sufren constantes ciclos de ilusión y desencanto, sin lograr generar valor para sus accionistas en el largo plazo.
No obstante ello, en situaciones de extrema incertidumbre y pesimismo suelen presentar oportunidades de compra atractivas. Estas oportunidades, sin embargo, no están exentas de riesgos.
El índice Merval, medido en dólares ajustados por inflación, cerró el año 1996 en USD 1.100 y desde entonces ha oscilado alrededor de los USD 750. Actualmente cotiza en torno a los USD 300, es decir, un 60% por debajo de su promedio de largo plazo y a niveles cercanos a los pisos de crisis pasadas, como las de 2009 y 2012.
Definir si los valores actuales de las empresas se encuentran en niveles “caros” o “baratos” no resulta posible. Actualmente las acciones argentinas están atadas a la evolución de la macroeconomía. El contexto de riesgo país por encima de los 1.300 puntos sumado a particularidades de la pandemia hacen imposible proyectar de manera fehaciente ganancias para las mismas así como una tasa certera a la cual descontar dichos flujos.
Este escenario obliga a pensar en probabilidades y relaciones riesgo/beneficio. Si los desequilibrios macroeconómicos continúan deteriorándose y se tornan incontrolables, el Merval podría extender la tendencia bajista iniciada en enero de 2018, durante la cual acumula una baja de 84% en dólares.
Si, por el contrario, el mercado comienza a descontar una recuperación económica o un cambio político para el año 2021, el valor en dólares del Merval podría comenzar a subir aceleradamente. La suba potencial hasta el promedio de largo plazo es de 157%.
Teniendo en cuenta variaciones potenciales así como el nivel de pesimismo actual y el favorable contexto internacional, la relación riesgo/beneficio luce atractiva. No obstante, aún falta un driver que cambie el humor de los inversores y recupere la confianza. Después de todo, el precio de las acciones se basa mucho en las expectativas, siempre exageradas para ambos extremos en el caso argentino.