La entidad inglesa dio a conocer el día de ayer una nueva suba de tasas de 50pb, la mayor de los últimos 25 años, con el objetivo de controlar la inflación histórica que está afectando al país (9,4% ia). Con esta medida las tasas pasaron de 1,25% a 1,75% marcando así su mayor valor desde el año 2008.

A pesar de que el mercado pronosticaba una suba de tal magnitud, esto deja en evidencia que la entidad inglesa está siguiendo el trayecto de la FED al priorizar la meta de inflación del 2% por sobre los efectos que esta suba podría tener sobre la actividad económica. Ante este escenario, el Banco de Inglaterra advirtió que el país puede esperar una caída en el PBI de casi 2%, producto del alza en las tasas. Aunque el efecto sería de menor magnitud que el ocurrido en la crisis por COVID-19. La contracción se acrecentaría así en el último trimestre del 2022 y se extendería por el 2023, mostrando así que la recuperación podría no ser tan fácil de alcanzar como se esperaba en un principio.