A la espera del dato de inflación de agosto, que se publicará esta mañana y que será determinante para la decisión de política monetaria de la Fed, las acciones estadounidenses cerraron mixtas el martes. El S&P 500 subió 0,4%, el Nasdaq 0,9%, en tanto el Dow Jones retrocedió 0,2%. A nivel sectorial, la industria energética –arrastrada por la caída del petróleo–, y el rubro bancario registraron las peores performances, bajando 1,7% y 1,0%, respectivamente. JPMorgan disminuyó un 5,2% tras reducir las expectativas para sus ingresos netos por intereses para 2025, mientras que Goldman Sachs retrocedió un 4,4% debido a las débiles proyecciones de ingresos comerciales. Las tecnológicas fueron las ganadoras de la jornada con un avance de 1,5% –Nvidia subió 1,5%, Microsoft 2,1% y Amazon 2,4%. Entre otras acciones, Oracle se disparó 11,5% después de superar las estimaciones de ganancias y cerrar un acuerdo con Amazon Web Services. Apple finalizó con una caída del 0,3% en medio de una derrota judicial en su disputa fiscal de USD 14.000 M en Irlanda. La política también ocupó un lugar central, con el mercado atento al debate entre Kamala Harris y Donald Trump, lo que añadió más incertidumbre al sentimiento general.

En este contexto de expectativa por el IPC, los rendimientos de los bonos del Tesoro volvieron a caer. La UST2Y bajó 6 pb y la UST10Y 5 pb, terminando la rueda en 3,61% y 3,64%, respectivamente. Los operadores ven ahora una probabilidad del 71% de una reducción de 25 pb la próxima semana, y un 29% asignado a un recorte mayor de 50 pb, según la herramienta CME FedWatch. Esto dio aire a los índices de renta fija, que tuvieron un alza promedio de 0,2%, destacándose los bonos del Tesoro con un avance de 0,4%.

El petróleo WTI se derrumbó 4,3% y cerró en USD 65,7 por barril el martes, acercándose a su nivel más bajo desde noviembre de 2021, tras el segundo recorte en dos meses de las previsiones de demanda por parte de la OPEP. La organización ahora estima que aumentará en 2 millones de barriles por día (bpd) en 2024, 80.000 bpd menos que su proyección anterior. Para 2025, revisó su pronóstico de crecimiento de la demanda a 1,7 millones de bpd, 40.000 bpd por debajo de las estimaciones previas. Estos recortes se deben al menor consumo de petróleo en China, impulsado en parte por el aumento en las ventas de vehículos eléctricos, lo que reduce el uso de combustible tradicional. La posibilidad de que la OPEP+ aumente la producción en diciembre añade más presión, y los analistas anticipan un posible superávit para el próximo año. A pesar del tono bajista general, las pérdidas fueron moderadas por las preocupaciones sobre la tormenta tropical Francine, que amenaza la producción de petróleo y gas, así como las operaciones de refinería en la Costa del Golfo.

En otras latitudes, en Brasil el IPC de agosto disminuyó 0,02% m/m. La mayor presión a la baja provino del costo de la vivienda (-0,51%), la electricidad residencial (-2,77%) y los alimentos y bebidas (-0,44%). Por otro lado, los precios del transporte se estabilizaron, ya que el aumento en el costo de los combustibles (0,61%), el gas para vehículos (4,10%), la gasolina (0,67%) y el gasóleo (0,37%) compensó la caída del etanol (-0,18%) y de los billetes de avión (-4,93%). Con este resultado, el acumulado en los últimos doce meses marcó un alza de 4,24% –vs 4,5% i.a. en julio–, quedando por debajo de las previsiones del 4,3% i.a. Los precios del transporte se redujeron (4,53% frente a 4,88%); vivienda (3,22% frente a 4,9%); salud y cuidado personal (5,7% vs 6,04%); y los gastos personales se aceleraron (4,59% vs 4,45%). Por el contrario, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron (4,59% frente a 4,15%). En comparación con el mes anterior, el IPC registró pocos cambios, tras un aumento del 0,38% en julio, y estuvo más o menos en línea con las expectativas.