La economía estadounidense se expandió un 4,9% anualizado en el 3Q23, registrando el mayor crecimiento desde el último trimestre de 2021. Este resultado superó las previsiones del mercado, que anticipaban un 4,3%, y excedió el 2,1% alcanzado en el segundo trimestre. El gasto de los consumidores aumentó un 4%, en comparación con el 0,8% del 2Q23, impulsado por el consumo de vivienda y servicios públicos. Las exportaciones experimentaron un alza del 6,2%, recuperándose de una caída del 9,3% en el trimestre anterior, mientras que las importaciones también crecieron un 5,7%, frente al -7,6% del periodo previo. Además, la inversión residencial registró un incremento del 3,9%, su primer aumento en casi dos años, en comparación con el -2,2% anterior. Finalmente, el gasto público avanzó un 4,6%, frente al 3,3% del trimestre precedente.
La solidez en la economía también se reflejó en los nuevos pedidos de bienes duraderos manufacturados en EE. UU., los cuales aumentaron un 4,7% en septiembre. Este resultado se recuperó de una ligera contracción del 0,1% en agosto y superó significativamente las expectativas del mercado, que anticipaban un aumento del 1,7%. Este incremento representa el avance mensual más sustancial en los pedidos de bienes duraderos desde julio de 2020, y estuvo impulsado principalmente por la fuerte demanda de equipos de transporte.
Por su parte, la renta variable cerró a la baja el jueves, mientras los inversores evaluaban resultados corporativos mixtos y señales de fortaleza económica. El S&P 500 registró una pérdida del 1,2%, mientras que el Nasdaq, arrastrado por Google (2,5%), Meta (3,7%) y Nvidia (3,7%), cedió un 1,9%. Finalmente, el Dow Jones retrocedió un 0,7%. Los sectores más perjudicados fueron Comunicaciones, con un descenso del 2,1%, Consumo Discrecional, que cayó un 1,5%, y Tecnología, que perdió un 1,9%. En contraste, los sectores de Real Estate y Utilidades terminaron en terreno positivo, con alzas del 2,1% y 0,8%, respectivamente.
En plena temporada de balances, Amazon informó sus ganancias correspondientes al 3Q, superando las expectativas tanto en ventas netas, con un aumento del 12% i.a., como en EPS, registrando USD 0,94 frente a los USD 0,58 esperados. Aunque los ingresos en la nube no alcanzaron los USD 23,1 millones previstos, el mercado respondió positivamente, reflejándose en un aumento del 4,8% en las acciones en el after market.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro americano mostraron un comportamiento a la baja. La tasa a 2 años perdió 8pb y cerró en un 5,05%, mientras que la tasa a 10 años cedió 10pb para terminar en un 4,85%. En consonancia, el índice del dólar (US Dollar Index) registró un aumento del 0,1%, ubicándose en 106,6.
En el mercado de commodities, el WTI disminuyó un 2,5%, alcanzando USD 83,2 por barril. Además, la soja registró una caída del 0,6%, situándose en USD 470 por tonelada en el mercado de Chicago. Por último, el oro experimentó un avance del 0,2%, alcanzando los USD 1.984 por onza.
En relación al mercado laboral, el número de estadounidenses que solicitaron prestaciones por desempleo aumentó en 10.000, alcanzando las 210.000, en la semana que finalizó el 21 de octubre. Esta cifra superó las expectativas del mercado, que anticipaban 208.000 solicitudes, pero se mantuvo relativamente cerca del mínimo de nueve meses, evidenciando un mercado laboral en niveles históricamente ajustados. Por otro lado, las solicitudes continuas se incrementaron a 1.790.000, el nivel más alto desde mediados de mayo, y muy por encima de las expectativas de 1.740.000, lo que sugiere que las personas desempleadas están tardando más tiempo en encontrar empleo.
En otras regiones, el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo las tasas de interés estables, poniendo fin a una serie de diez incrementos consecutivos desde julio de 2022. Estas subidas habían elevado el tipo de las operaciones principales de financiación a un máximo de 22 años del 4,5% y el tipo de la facilidad de depósito a un récord histórico del 4%. Con esta decisión, el BCE reflejó una postura más cautelosa de "esperar y ver", influenciada por el gradual alivio de las presiones sobre los precios y la preocupación ante una posible recesión inminente. Además, el BCE también manifestó su determinación de garantizar que la inflación regrese a su objetivo del 2% en el mediano plazo.