Si bien la Fed recortó la tasa tal como se esperaba, las proyecciones de un camino de reducción de tasas más lento para 2025 golpearon al mercado, que tuvo la peor jornada del año, con un derrumbe de acciones y bonos, fortalecimiento del dólar, mientras los commodities mostraron un comportamiento mixto.
Concretamente, por tercera reunión consecutiva, la Fed recortó la tasa de interés de referencia en 25 pb, tal como había prometido en septiembre y cumpliendo con las expectativas del mercado, que preveían esta decisión con más de 90% de probabilidad, dejándola en un rango de 4,25%-4,5%. La mala noticia fue que el dot-plot mostró que las autoridades ahora anticipan solo dos recortes de tasas en 2025, por un total de 50 pb –la mitad de lo proyectado en el trimestre anterior–, llevando la tasa a 3,75%-4% para fin del año próximo. Otro dato hawkish fue que volvieron a elevar su proyección de tasa terminal hasta 3%. La entidad también revisó al alza sus previsiones de crecimiento del PBI para 2024 (2,5% frente a 2% en la proyección de septiembre) y 2025 (2,1% frente a 2%), mientras se mantiene estable en el 2% para 2026. De manera similar, las proyecciones de inflación del PCE se ajustaron al alza para este año (2,4% frente a 2,3%), para 2025 (2,5% frente a 2,1%) y para 2026 (2,1% frente a 2%). La misma tendencia se aplica a la inflación PCE subyacente, con previsiones elevadas para 2024 (2,8% frente a 2,6%), 2025 (2,5% frente a 2,2%) y 2026 (2,2% frente a 2%). Por otro lado, el desempleo se prevé menor este año (4,2% frente a 4,4%) y en 2025 (4,3% frente a 4,4%), mientras que la previsión se mantuvo en el 4,3% para 2026. En la conferencia de prensa posterior, Powell se enfocó nuevamente en los datos de inflación más que en el mercado laboral.
El mercado no reaccionó nada bien a estos datos. Las tasas tuvieron una fuerte suba en toda la curva, impulsando la tasa de 2 años 13 pb hacia 4,35%, y la de 10 años 11 pb hacia 4,50% –el nivel más alto de los últimos 7 meses y entre los más altos del año–, lo que golpeó a todos los índices de renta fija, que tuvieron una baja promedio de 1,3%, destacándose los corporativos con un retroceso de 1,6%.
En cuanto a las acciones, el S&P 500 y el Nasdaq se desplomaron 3,0% y 3,6%, respectivamente, mientras que el Dow Jones retrocedió 2,6%, anotando su décimo día consecutivo de pérdidas, la racha más larga desde 1974. La onda expansiva llegó al resto de los mercados, dado que el índice de acciones global sin EE. UU. perdió 2,5%, destacándose el índice de Latam con un retroceso de 4,5% y Brasil en particular, que se hundió 6,3%.
El dólar se fortaleció aún más contra el resto de las monedas del mundo, con el índice DXY subiendo 1,0% y cerrando en 108, el nivel más alto de los últimos dos años. El impacto fue mayor en las monedas emergentes y golpeó con fuerza al real brasileño, que perdió otro 3,0% y cerró la rueda en USDBRL6,21, nuevo récord histórico.
En el caso de los commodities, tuvieron una jornada mixta, con el petróleo y el cobre subiendo levemente, mientras que la soja perdió 2,5% hasta USD 350 la tonelada y el oro bajó 2,2%, cerrando en USD 2.586 la onza.