El compromiso de la Fed de mantener las tasas de interés elevadas durante un período prolongado, sumado a la falta de consenso fiscal entre demócratas y republicanos, llevaron a Wall Street a registrar su peor jornada desde marzo, en medio de una crisis de bancos regionales. Específicamente, el Congreso dispone de un margen temporal muy reducido para aprobar una ley de financiamiento del Gobierno, con el objetivo de evitar un cierre antes del inicio del Año Fiscal 2024 (1 de octubre). Moody's ya ha emitido una advertencia acerca del impacto negativo que esto podría tener tanto en la economía del país como en su calificación crediticia.
Este conjunto de factores causó que el VIX —índice que mide la volatilidad del mercado— subiera un 12,7% durante la jornada del martes, alcanzando su nivel más alto desde marzo y acumulando un incremento del 34% en la última semana. En consecuencia, los índices de renta variable cerraron la sesión en números rojos. Con los sectores de Utilidades (-3%), Consumo Discrecional (-1,8%) y Tecnología (-1,8%) siendo los más afectados, el S&P 500 cayó un 1,5%, situándose en los 4.273 puntos. Por su parte, el Nasdaq, impactado por las caídas en Amazon (-4%), Apple (-2,3%) y Google (-1,9%), también retrocedió un 1,5%. Asimismo, el Dow Jones se contrajo un 1,2%.
En el mercado de renta fija, los rendimientos de los títulos emitidos por el Tesoro de EE. UU. experimentaron ligeros aumentos. La tasa a 10 años avanzó 1 pb hasta alcanzar el 4,55%, marcando un nuevo máximo en 16 años. Paralelamente, la tasa a 2 años se mantuvo estable en el 5,13%. En línea con estos movimientos, el US Dollar Index registró un ascenso del 0,2%, cotizando a 106,2, su valor más alto desde marzo.
En el mercado de commodities, la soja se cotizó a USD 478 por tonelada en el mercado de Chicago, lo que supone un aumento del 0,4% respecto al cierre anterior. En tanto, el petróleo subió un 0,8% para situarse en USD 90,4 por barril, y el oro retrocedió un 0,9%, quedando en USD 1.919 por onza.
En relación a los datos económicos, el índice de confianza al consumidor publicado por The Conference Board descendió a 103 en septiembre, comparado con 106,1 del mes anterior, y por debajo de las expectativas del mercado, que eran de 105,5. Además, el índice de situación actual se elevó a 147,1 desde los 146,7 reportados en septiembre, mientras que el índice de expectativas disminuyó de 83,3 en agosto a 73,7. Históricamente, cuando este último índice baja de los 80 puntos, suele producirse una recesión en el año siguiente.
En cuanto al mercado inmobiliario, en agosto las ventas de casas unifamiliares nuevas en EE. UU. se redujeron un 8,7% m/m, sumando un total de 675.000 unidades, en lo que constituye la mayor caída en 11 meses. Esta cifra no cumplió con las estimaciones del mercado, que proyectaban 700.000 ventas. Este marcado descenso se produce en un contexto de incremento de las tasas hipotecarias, lo cual indica que la política monetaria restrictiva de la Fed está teniendo un efecto más pronunciado en el 3Q23.
Por último, debido a la escasa oferta de viviendas en el verano, el índice Case Shiller de S&P, que evalúa el precio de las viviendas en 20 ciudades de EE. UU., subió un 0,6% m/m en julio, tras un aumento del 0,9% m/m en junio. En el último año, este índice ha registrado un incremento i.a del 0,1%, marcando el primer aumento en cinco meses, en contraposición a las previsiones del mercado que anticipaban una caída del 0,3%.