Fue un arranque de semana volátil y con comportamiento heterogéneo en el mercado. Mientras que el Dow Jones avanzó un 0,2% y alcanzó un nuevo récord histórico, impulsado por la rotación hacia el sector energético, la mala performance de las acciones tecnológicas hizo caer un 0,2% al S&P 500. Por su parte, el Nasdaq interrumpió la recuperación que venía marcando en las últimas dos semanas y perdió un 1,0%. Entre las acciones en particular, se destacaron los retrocesos de Tesla (3,2%) y de Nvidia (2,3%).

Los rendimientos de los bonos del Tesoro repuntaron levemente respecto al cierre del viernes, con la UST10Y llegando a 3,82% al final de la rueda. En este contexto, los principales índices de renta fija terminaron la jornada con una caída del 0,1%.

En cuanto a los datos económicos del día, los nuevos pedidos de bienes duraderos manufacturados en EE. UU. en julio mostraron un aumento del 9,9% m/m, compensando la caída revisada a la baja del 6,9% del mes anterior. Este incremento es el mayor registrado desde mayo de 2020 y superó ampliamente las expectativas del mercado, que anticipaban un alza del 5% m/m. Este resultado desafía el creciente pesimismo sobre la actividad manufacturera, sugiriendo que la actual desaceleración podría ser temporal.

En el mercado de commodities, el precio del petróleo se destacó con una subida del 3,5%, cerrando en USD 77 el barril. Este incremento marcó la tercera sesión consecutiva de ganancias, impulsado por las preocupaciones sobre el riesgo de suministro debido a la escalada de tensiones en Oriente Medio. Durante el fin de semana, los intensos intercambios de misiles entre Israel y Hezbollah, tras el asesinato de un comandante terrorista, aumentaron los temores de que la situación pudiera escalar a un conflicto regional más amplio.

En Brasil, el déficit de cuenta corriente en julio de 2024 se amplió a USD 5.200 M, marcando un incremento significativo respecto al año anterior, cuando el déficit fue de USD 3.600 M. Este fue el déficit de cuenta corriente más amplio en siete meses, impulsado principalmente por un aumento en el déficit de servicios que ascendió a USD 4.750 M, un incremento de USD 1.600 M. Este aumento se debió principalmente a un incremento del 70% interanual en los gastos netos en servicios de transporte. Además, el superávit comercial disminuyó en USD 516 M hasta USD 7.100 M, ya que las importaciones subieron un 15,2% i.a., mientras que las exportaciones experimentaron un alza del 9,2% i.a.