Las acciones estadounidenses mostraron resultados mixtos, con los semiconductores liderando las ganancias. El S&P 500 cerró sin cambios luego de tocar brevemente un nuevo récord, el Dow Jones subió un 0,4% tras alcanzar su máximo histórico, y el Nasdaq avanzó un 0,1%. Nvidia subió un 0,9% y alcanzó un récord intradiario después de que su proveedor clave, Taiwan Semiconductor (TSMC), reportara sólidas ganancias en el tercer trimestre y mejorara sus perspectivas de ingresos. Las acciones de TSMC se dispararon un 10%, impulsando a otros fabricantes de chips como Broadcom, que ganó un 1,7%. Este repunte tecnológico ayudó a que los índices estadounidenses se acercaran a niveles récord, revirtiendo parte de la preocupación reciente del mercado sobre la demanda de chips de IA.

En cuanto a la renta fija, el rendimiento del UST10Y subió por encima del 4,05%, acercándose al máximo de más de dos meses de 4,11% alcanzado la semana pasada. Esto provocó una caída generalizada en los índices de renta fija, que en la semana registraron una baja promedio de alrededor del 0,5%. El dólar DXY se apreció un 0,3%, mientras que el oro subió un 0,7%, alcanzando los USD 2.690 la onza, marcando un nuevo récord histórico.

En cuanto a los datos económicos del día, se destacó el informe de ventas minoristas, que en septiembre aumentaron un 0,4% m/m, superando ampliamente el incremento del 0,1% m/m registrado en agosto y las expectativas del mercado, que anticipaban un alza del 0,3% m/m. Por otro lado, las ventas excluyendo servicios de alimentación, concesionarios de automóviles, tiendas de materiales de construcción y gasolineras, que se utilizan para calcular el PBI, crecieron un 0,7% m/m, el mayor aumento en tres meses. Esto refuerza la percepción de que el gasto de los consumidores sigue siendo sólido. Otro dato celebrado por los inversores fue la caída en las solicitudes de desempleo, que en la semana que finalizó el 12 de octubre disminuyeron en 19 mil, ubicándose en 241 mil, muy por debajo de las expectativas del mercado de 260 mil. 

El Banco Central Europeo (BCE) redujo en 25 puntos básicos la tasa de interés de referencia, llevándola al 3,25%, marcando la tercera baja del año —las anteriores fueron en junio y septiembre—. Esta decisión se basa en una evaluación actualizada de la inflación, que muestra que el proceso de desinflación avanza de manera favorable, con una tasa de inflación del 1,7% interanual en septiembre, por debajo del objetivo del BCE del 2% por primera vez en más de tres años. Aunque se espera un aumento temporal de la inflación en el corto plazo, las proyecciones apuntan a que se reducirá nuevamente hacia el objetivo del 2% para 2025. El crecimiento de los salarios sigue siendo elevado, aunque las presiones están disminuyendo. El BCE mantiene su compromiso de aplicar tipos de interés restrictivos para asegurar que la inflación alcance su objetivo a mediano plazo, utilizando un enfoque flexible y basado en datos, sin comprometerse a una trayectoria específica de tipos. Tras la reunión, el mercado no ha cambiado sus expectativas y sigue anticipando entre cinco y seis recortes de 25 puntos básicos en las próximas siete reuniones del organismo.