La semana comenzó con resultados mayormente positivos en los mercados de acciones, en una jornada en la que los bonos no operaron debido al feriado en EE. UU. Impulsado por expectativas de desregulación y recortes de impuestos bajo la presidencia de Trump, el índice Russell 2000 –que agrupa a empresas de menor capitalización– volvió a destacarse con un alza de 1,5%, acumulando en la última semana una ganancia de 10%. Le siguieron el Dow Jones, que subió un 0,7%, y el S&P 500, que aumentó un 0,2%, mientras que el Nasdaq tuvo un leve retroceso de 0,1%. A nivel sectorial, las empresas de consumo discrecional lideraron con una suba del 2,0%, impulsadas por el salto del 9% en Tesla, que acumuló un alza del 40% en apenas cinco ruedas y alcanzó su valor más alto en dos años. Las acciones del sector financiero también tuvieron una buena jornada, con un aumento del 1,5% motivado por la expectativa de un entorno regulatorio más favorable. Asimismo, fue un día positivo para las empresas relacionadas con criptomonedas –el bitcoin superó los USD 87.000–, destacándose Coinbase con un alza del 19,7% y Mara Holdings, que subió un 30%. Por otro lado, el sector tecnológico retrocedió un 0,6%, arrastrado por las bajas en Apple (-1,2%), Nvidia (-1,6%) y Meta (-1%).

Con la expectativa de que la Fed limite los recortes de tasas y que la mayor inflación y el déficit fiscal mantendrán la presión sobre las tasas de interés, el dólar continuó su camino alcista. El índice DXY subió un 0,5% hasta 105,6, el nivel más alto desde principios de julio, extendiendo una racha alcista de seis semanas tras un avance de casi el 0,6% la semana pasada. La apreciación del dólar fue generalizada contra todas las monedas, destacándose su avance frente al Euro, que cerró un 0,6% por debajo del viernes y acumuló una caída del 2,2% en la última semana. La fortaleza del dólar volvió a afectar al oro, que retrocedió un 2,5% hasta USD 2.620 la onza, el nivel más bajo del último mes.

Los precios del crudo WTI cayeron un 3,3% hasta USD 68 por barril luego de que las medidas de estímulo económico de China no cumplieran con las expectativas, mientras que los datos económicos débiles –que reavivaron los temores de deflación– incrementaron las preocupaciones sobre la demanda en el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo. La confianza del mercado se vio aún más afectada por la postura de Trump a favor de la perforación. Además, la fortaleza del dólar estadounidense encareció el petróleo para los tenedores de otras divisas, presionando así los precios.