Los contratos futuros de Rofex subieron un 3,6% en la semana impulsados por la demanda de cobertura.
Los contratos futuros de Rofex subieron un 3,6% la semana pasada impulsados por la fuerte demanda de cobertura cambiaria. Así, el mercado comienza a preocuparse por la mala dinámica que mostraron las reservas en junio. Las principales subas estuvieron en los contratos más largos a 2025: febrero 2025 (+5,8%), marzo 2025 (+5,8%) y abril 2025 (+5,7%).
El contrato de julio cotiza en $959 y marca una devaluación directa de 5,1%; más de tres puntos por encima del crawling peg de 2,0% que mantiene el Tesoro desde diciembre. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el crawling peg correría en niveles en torno al 5,3%: 5,4% en agosto ($1.010), 5,0% en septiembre ($1.060) y 5,7% en octubre ($1.120). Finalmente, los precios señalan una devaluación de 5,1% promedio para el bimestre noviembre-diciembre del 2024 y una devaluación de 2,7% promedio para los primeros cinco meses del 2025.
Así, la curva de tasas (TNA) se amplió con un empinamiento en su pendiente. Julio rinde TNA 57%, agosto TNA 61% y septiembre TNA 53%. A partir de ahí, los rendimientos aumentan gradualmente hasta alcanzar un máximo de TNA 71% en enero del 2025 para luego caer hasta TNA 60% en mayo del 2025.
El volumen operado tuvo un importante crecimiento producto de la mayor incertidumbre cambiaria y de la estacionalidad típica de fin de mes. En los últimos cinco días hábiles se comerciaron 3,5 millones de contratos. El viernes 28 de junio el interés abierto cerró en USD 2.352 M, su máximo del año. Una suba de 25% m/m y una caída de 22% i.a.



Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
El gobierno logró que la Cámara de Diputados apruebe la ley de Bases y también el paquete fiscal que había sido rechazado por el Senado, terminando así seis meses de incertidumbre. Esta es una buena noticia pensando en el mediano plazo, ya que mejora las condiciones para la inversión, y también para el corto plazo, considerando que el Tesoro tendrá mayores recursos para cumplir la promesa de equilibrio fiscal en apenas un año de gestión. A pesar de este logro, el mercado observa con mayor preocupación la dinámica del mercado cambiario. En junio, el BCRA pasó a ser vendedor neto de divisas debido al aumento de la demanda por importaciones, tanto por la recuperación de las compras como por los vencimientos de las cuotas de los meses previos. Esto ocurre en un contexto en el que la liquidación del agro estuvo acorde a la estacionalidad del mes, aunque afectada por el "dólar blend" y la caída en los precios internacionales. Es una señal de alerta para la política cambiaria y para las reservas internacionales, que dejaron de aumentar y enfrentarán un segundo semestre con mayores pagos de deuda del Tesoro y del BCRA. El gobierno reconoce esta situación y cerró la semana con una conferencia de prensa en la que anunció que no están dadas las condiciones para levantar el control de cambios y por lo tanto no tiene fecha para que suceda. Lo que sí anunció fue que seguirá saneando el balance del BCRA, eliminando los pases pasivos, que pasarán a ser Letras de Regulación Monetaria (LRM) del Tesoro Nacional, lo que evitará la emisión para pagar intereses y planteará un desafío mayor a las cuentas públicas. En este contexto, la semana financiera fue negativa, cerrando junio con un nuevo aumento de la brecha cambiaria, caída de los bonos soberanos, aumento del riesgo país, ajuste en las acciones y una mayor demanda de bonos ajustables por tipo de cambio en la curva de pesos. Las miradas de esta semana estarán en cómo el BCRA implementará la cancelación de pases y en la reacción del mercado ante el anuncio del gobierno de que no hay fecha para abrir el mercado de cambios. También será importante la evolución del mercado cambiario y de las reservas internacionales. En cuanto a la agenda económica, se destacan la publicación de la recaudación de junio y las primeras estimaciones privadas de inflación.
La Ley está. Finalmente, con 147 votos a favor y 107 en contra, la Cámara de Diputados aprobó la Ley de Bases. Esta incluye las facultades delegadas, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que quedó limitado a 9 sectores (foresto-industria, turismo, siderurgia, petróleo, gas, infraestructura, minería, energía y tecnología) y para el cual será obligatoria la contratación de un 20% de proveedores locales. También contempla la reversión del Impuesto a las Ganancias, donde el mínimo no imponible queda en $1.800.000 brutos para los solteros y en $2.200.000 para los casados con hijos, lo que implica que alrededor de 800.000 trabajadores volverán a pagar este tributo con alícuotas que van del 5% al 35%. Además, la ley eleva el piso de Bienes Personales, que pasará de $27 M a $100 M, y la deducción por la vivienda familiar será de $350 M. También se incluye el blanqueo de capitales y las privatizaciones, aunque, tal como había señalado el Senado, excluye a Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina. De esta manera, el gobierno puede cerrar el primer semestre del año con una herramienta clave para su gestión.
Fase 2 en marcha. En una conferencia de prensa a última hora del viernes, el Ministro Caputo y el presidente del BCRA Bausili anunciaron que, con el fin de seguir reduciendo la emisión monetaria –ya cerraron el grifo de la emisión para financiar al Tesoro–, van a eliminar los pases pasivos. Recordemos que ya venían avanzando en este terreno con la fuerte baja de tasas y la cancelación del stock a casi la mitad, por lo que el stock actual ronda los $18.000 M e implica una emisión endógena de $600 MM al mes, casi 3% de la base monetaria. Estos pases pasivos serán tomados por el Tesoro, creando una Letra de Regulación Monetaria, y será este quien deba buscar financiamiento, por lo que será clave mantener el superávit fiscal. Una medida sana y lógica, aunque dejó un sabor agridulce que los funcionarios reconocieran que necesitan más reservas para liberar el mercado de cambios y que por ello no tienen una fecha para la apertura del control de cambios. Para nosotros, no es una sorpresa, pues venimos remarcando que no esperamos apertura antes de fin de año y que los "mandamientos" de la política económica no se tocan: superávit fiscal y devaluación del 2%.
El ajuste se siente en el mercado laboral. Tal como lo venían adelantando los indicadores del Ministerio de Trabajo, la caída en el nivel de actividad comenzó a impactar en el mercado laboral –de hecho, en abril, el empleo registrado en el SIPA había marcado una caída del 0,4% m/m, acumulando una baja del 1,9% en los últimos cinco meses–. En este marco, los indicadores del mercado laboral del 1Q24 mostraron con más claridad el deterioro del mercado laboral: se perdieron 290 mil empleos respecto al 1Q23 y 600 mil si se compara con el trimestre anterior –aunque hay que destacar que en esto último juegan factores estacionales–, impulsado por la caída de informales –perdieron 183 mil y 106 mil, respectivamente– y cuentapropistas no monotributistas, mientras que los asalariados privados sólo perdieron 18 mil respecto al mismo período del año pasado y 43 mil respecto al trimestre anterior, compensados en parte por el alza en el empleo público que creció 50 mil respecto a un año atrás y bajó 70 mil respecto al 4Q23. Además de la caída del empleo, los salarios también sintieron el ajuste: si bien en abril el índice de salarios general aumentó un 10,2% m/m y 213,6% i.a., en términos reales la pérdida llega al 20% i.a. aunque con un comportamiento muy heterogéneo dado que los informales marcaron una baja real de 40% i.a., seguidos por los públicos que perdieron 25% i.a., mientras que los privados registrados “solo” cayeron 11% i.a.
Buscando el piso en la actividad. Con la caída de la masa salarial –menos empleo y menores salarios– y con la inversión golpeada por la falta de financiamiento y la incertidumbre de un nuevo plan económico, la actividad sigue sin encontrar piso. Concretamente, y a contramano de múltiples indicadores adelantados que evidenciaban una mejora mensual de la actividad, en abril el EMAE marcó una caída del 0,1% m/m –desde agosto del año pasado acumula una contracción de 6,1%–, llegando a una contracción del 1,7% i.a., sensiblemente menor al 5,1% i.a. de caída registrada en el 1Q24. La moderación en el ritmo de caída interanual se debe a que, en el marco de la recuperación de la cosecha, el agro subió 70% i.a. mientras que el resto de los sectores aceleró la caída al 6,5% i.a. –vs -5,8% i.a. en el 1Q24– entre los que se destacan la construcción (-24,8% i.a.), la industria (-15,7% i.a.) y el comercio (-13,1% i.a.). Vale destacar la muy buena performance del sector minero –incluye energético– que mantiene un ritmo de crecimiento en torno al 9% i.a. Para mayo, los indicadores adelantados son mixtos.
Se revirtió el saldo del mercado cambiario. A pesar del cepo y la temporada alta del agro, el BCRA volvió a ser vendedor neto de divisas en el mercado cambiario, y tal como lo venimos destacando desde mayo, es una luz amarilla para las reservas internacionales. Esto se reflejó más claro en la última semana de junio en la que la autoridad monetaria tuvo el peor saldo semanal de su gestión con ventas netas por USD 227 M en un contexto en el que el agro liquidó casi USD 600 M. Con este resultado, junio terminó con ventas netas por USD 47 M, lo que marca un rotundo cambio respecto a las compras netas por USD 3.345 M en abril y USD 2.530 M en mayo. De acuerdo a nuestras estimaciones, la reversión en el saldo de operaciones se explica por el menor excedente del agro (saldo neto de USD 1.500 M en junio vs USD 2.100 M en mayo), la reversión del saldo energético (habría marcado un déficit de USD 100 M vs un superávit de USD 500 M en mayo) y especialmente por el mayor déficit neto del resto de los sectores por casi USD 1.000 M producto de los mayores pagos de importaciones y menores exportaciones liquidadas.
Se frenó la acumulación de reservas. Con la venta de divisas en el mercado de cambios y la caída de encajes en moneda extranjera, en la última semana las reservas internacionales anotaron una caída de USD 939 M, cerrando el mes con un saldo bruto de USD 29.016 M y netas en torno a los USD 500 M. En todo junio, a pesar del desembolso del FMI por USD 800 M, los activos del BCRA sólo subieron USD 352 M. En julio volverán a estar presionadas debido a los vencimientos de deuda extranjera que deberá afrontar el Tesoro (USD 2.200 M entre capital e intereses de Bonar y Global que se realizarán el 9 de julio y otros USD 645 M de vencimientos de capital con el FMI con fecha el 16 de julio) y el BCRA con los vencimientos de capital del BOPREAL Serie 2 por USD 170 M.
Repuntó la brecha. Los dólares financieros tuvieron una semana de fuertes alzas en un contexto de creciente demanda por cobertura cambiaria. Medidos con GD30, el CCL subió un 5,0% semanal hasta los $1.346, mientras que el MEP aumentó un 6,0% hasta los $1.348. De esta forma, las brechas entre el dólar oficial y los dólares financieros cerraron el viernes en 48%. Esto significa que el canje entre CCL y MEP –el costo de girar dólares al exterior– cerró la semana en un nivel negativo de 0,2%, lo que implica que el mercado ofrece un premio a quienes se lleven sus dólares afuera. Lógicamente, esto quedó muy alejado del costo de 7,4% que había marcado a mediados de marzo.
Bonos soberanos golpeados y alza del riesgo país. Los bonos hard-dollar del Tesoro cayeron 4,1% en la última semana y cerraron junio con una pérdida de 5,0%, similar a la registrada en mayo. Luego de la aprobación definitiva de la Ley de Bases, los bonos tuvieron una rueda con bajas alrededor del 2,0%, profundizando las caídas incluso con las buenas noticias. Así, el foco del mercado parece haber virado hacia la dinámica de las reservas, que constituyen la principal fuente del Tesoro para el pago de la deuda. Por su parte, el contexto global fue negativo por la apreciación del dólar y la caída de los precios de los commodities agrícolas, aunque los bonos de países comparables sólo cayeron un 0,1% en la semana y no acumularon pérdidas en junio. El mal contexto también impactó sobre los bonos del BCRA, que cayeron un 1,5% en la semana y un 0,7% en junio. Este impacto fue menor sobre los créditos provinciales, que cayeron un 0,4% en la semana y un 0,3% en el mes. Finalmente, las obligaciones negociables tuvieron una buena performance al anotar un alza de 0,3% en la semana y un 1,1% en junio.
Se despertó la demanda por dollar-linked. La complicada dinámica del mercado cambiario se trasladó a las expectativas devaluatorias y los inversores buscaron cubrirse contra el dólar oficial. Consecuencia de esto, los dollar-linked dominaron la semana y el mes, ganando respectivamente un 9,6% y un 14,3%. Además, el jueves, los FCIs dollar-linked recibieron un monto de suscripciones récord por $37 mil millones. Esto contrasta con las muy malas performance del resto de los instrumentos. En lo que refiere a la tasa fija, las lecaps no ofrecieron ganancias en la semana, por lo que en el mes ganaron tan solo 1,1%; mientras que el TO26 perdió un 0,4% semanal y un 1,9% mensual. Estos precios señalan que el mercado descuenta un ajuste en el crawling peg: la devaluación breakeven quedó en un ritmo de 8,8% hasta septiembre de 2024 (equivale a suponer un salto de 23%), de 5,3% hasta marzo de 2025 (salto de 49%) y de 3,6% hasta junio de 2025 (salto de 49%). La dinámica en los futuros de ROFEX fue algo más moderada: ganaron un 3,6% en la semana y un 3,7% en el mes. Así, tienen implícito un ritmo de devaluación promedio de 5,2% en 2024 y de 2,7% en el primer semestre de 2025. Por último, los bonos CER tuvieron nuevamente la peor performance: cayeron 1,7% en la semana y acumularon una pérdida de 0,9% en junio.
El Tesoro se financia (casi) exclusivamente con tasa fija. En la licitación de esta semana, el Tesoro colocó $8,4 billones frente a vencimientos por $5,7 billones. De los $6 billones a colocar en Lecaps cortas, el gobierno decidió adjudicar la totalidad a la lecap con vencimiento el 30 de septiembre de 2024, la cual se adjudicó con una Tasa Efectiva Mensual (TEM) del 4,25%. Además, se aceptaron ofertas por $2,2 billones para la lecap a diciembre de 2024 con una TEM del 4,50%. Finalmente, se adjudicaron $0,2 billones en el bono dollar-linked a diciembre de 2025 con una Tasa Interna de Retorno (TIR) en dólares del -8,8%. El Tesoro utilizará el financiamiento neto de esta licitación para comprarle al BCRA los dólares necesarios para pagar los vencimientos en dólares del mes de julio. De esta manera, en junio, el Tesoro obtuvo un financiamiento neto de $2,9 billones (roll-over del 127%) con una extensión de plazo promedio de 3,7 meses. El 98% de lo adjudicado se destinó a instrumentos a tasa fija en pesos, algo que no ocurría desde hace al menos seis años.
Mal junio para las acciones argentinas. Las acciones argentinas tuvieron una semana positiva al anotar un alza de 2,3% en pesos y 0,4% en dólares CCL. Sorprendentemente, el mercado “vendió con la noticia” y los papeles argentinos cayeron 1,4% en pesos y 1,7% en dólares en la rueda posterior a la aprobación definitiva de la Ley de Bases. Así, el Merval cerró junio con una baja de 2,4% en moneda local y 11% en dólares CCL, finalizando en USD 1.195. Dentro del panel líder, las acciones con mejor desempeño en junio fueron Transportadora Gas del Sur (+17,7%), Sociedad Comercial del Plata (+17,6%) y Mirgor (+8,2%), mientras que las peores fueron IRSA (-13,5%), Telecom (-10,3%) e YPF (-5,8%). Los ADRs perdieron un 7,6% promedio en dólares, con caídas en todos los papeles excepto Globant (+11,4%). Las mayores caídas estuvieron en IRSA (-15,2%), Telecom (-15,0%) y Ternium (-13,6%).
Lo que viene. Tras el mal junio, las miradas de la semana estarán en la evolución del mercado cambiario, en el que se espera que el BCRA continúe con su racha vendedora. También será importante la reacción del mercado ante el sinceramiento del gobierno de que no hay una fecha determinada para la salida del control de cambios. En cuanto a la agenda económica, esta semana se publicarán los datos de recaudación de junio, tras un mayo que tuvo una fuerte mejora debido al impacto de Ganancias, aunque ya ese efecto debería atenuarse. Además, será relevante observar si los impuestos ligados a la actividad pueden adelantar alguna mejora. El INDEC también publicará datos importantes de industria y construcción de mayo, luego de haber mostrado una mejora mensual en abril.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Cierre de mes tenso para los mercados, con mayor volatilidad para las acciones y con la renta fija anotando caídas generalizadas. Los datos de actividad y de inflación siguen mostrando un buen desempeño, pero aún reflejan una economía presionada por la dinámica de precios en un contexto de pleno empleo. A pesar de esto último, junio finalizó con buen rendimiento tanto para las acciones como para los bonos, aunque en un entorno más inestable y con una creciente incertidumbre ante las próximas elecciones. El resto del mundo ya alertó que el contexto político es un factor de volatilidad que impacta en los activos financieros. No es un dato menor, dado que arranca de lleno la campaña para las elecciones presidenciales en EE. UU., donde los dos candidatos tienen más debilidades que puntos positivos. El dólar se fortaleció y los commodities cayeron, con la excepción del petróleo que tuvo la mejor performance del año. Las miradas de esta semana estarán en los datos de empleo de junio y en los resultados de las elecciones en Francia, que pueden ser un punto de inflexión para el euro y para la situación europea en general.
¿Converge a la meta de la Fed? En línea con lo esperado y con lo que había marcado el IPC, el índice de precios del gasto de consumo personal (PCE) –el índice de referencia de la Fed– se mantuvo sin cambios en mayo respecto a abril (vs. +0,3% m/m previo), registrando su nivel más bajo en seis meses. Los precios de los bienes disminuyeron un 0,4% m/m y los de los servicios aumentaron un 0,2% m/m. El PCE Core mostró una tendencia similar, aumentando un 0,1% m/m (vs. +0,3% previo), el nivel más bajo desde noviembre, mientras que el PCE sin vivienda no presentó variaciones respecto al mes anterior. Cabe recordar que existen diferencias metodológicas entre el IPC y el PCE, tanto en la composición de la canasta –con una menor participación de los gastos en vivienda en el PCE– como en el método de desestacionalización, lo que hace que el PCE tenga un mejor desempeño. En los últimos doce meses, el IPC general y el IPC Core aumentaron un 3,3% y 3,4%, respectivamente, mientras que el PCE y el PCE core subieron un 2,6%, y el PCE sin vivienda solo un 2,0%, lo cual es una noticia muy favorable para el objetivo de política monetaria.
Mejora el consumo y sube el ahorro. Tal como lo había adelantado el índice de ventas minoristas de la semana anterior, los datos de gasto personal de mayo reflejaron un repunte del consumo de las familias, mostrando que el principal motor de la economía estadounidense sigue funcionando aunque con una ligera tendencia a la moderación por menor impulso del consumo de servicios. En mayo, el consumo personal registró un aumento de 0,3% m/m (3,0% anualizado), recuperándose de la caída de 0,1% m/m en abril. La recuperación se debió al mayor consumo de bienes, que pasó de caer 0,7% m/m en abril a subir 0,6% m/m en mayo –impulsado por el consumo de bienes durables que aumentó 1,1% m/m– mientras que el consumo en servicios creció apenas 0,1% m/m, en línea con el dato del mes anterior, confirmando una tendencia a la moderación en el crecimiento. Dada la variación nula de los precios comentada en el párrafo anterior, en términos nominales el gasto subió 0,3% m/m. Por el lado de los ingresos de las familias, impulsados por el buen dinamismo del mercado laboral con mejora del empleo y de los salarios, en mayo aumentaron 0,5% m/m, marcando una leve aceleración respecto a abril. Así, con ingresos subiendo por encima de los gastos, la tasa de ahorro de las familias subió a 3,9% de los ingresos, el nivel más alto desde enero aunque lejos del 5,3% de mayo de 2023 y del 7,0% promedio registrado entre 2011 y 2019, previo a la pandemia. El leve repunte de la tasa de ahorro puede explicarse por la caída en el margen del índice de confianza del consumidor –el índice de la Universidad de Michigan de junio quedó en 68,2 pts, levemente inferior al de mayo y alejado de los casi 80 pts de marzo– lo cual es un factor a seguir de cerca en los próximos meses, dado que puede restarle impulso al consumo y al nivel de actividad.
Un lento soft landing de la actividad. La tercera y última revisión del PBI del 1Q24 marcó un crecimiento de 1,4% t/t anualizado, ligeramente por encima del 1,3% de la segunda estimación, siendo el menor dinamismo desde el 3Q22. Como mencionamos en informes anteriores, la menor actividad económica se explicó por la desaceleración del consumo privado, el gasto público y las exportaciones en un contexto de aumento de las importaciones, mientras que la inversión aceleró. De cara al 2Q24, las estimaciones del Nowcast de Atlanta, aunque se han corregido a la baja, apuntan a una leve aceleración del PBI con un alza de 2,2% t/t anualizado, frente al 3,0% de la semana anterior, con mejoras en todos los componentes de la demanda –principalmente el consumo, como explicamos anteriormente– salvo en las exportaciones que siguen deteriorándose. En cuanto a los datos laborales de alta frecuencia, el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo cayó a 233.000 en la semana, por debajo de las expectativas del mercado (236.000). El recuento de solicitudes disminuyó por segunda semana consecutiva desde que alcanzó el máximo de 10 meses de 243.000, aunque se mantuvo por encima del promedio de este año.
La Fed espera mientras el mercado se apura. Tal como destacamos en informes anteriores, la coyuntura económica de EE.UU. sigue siendo muy desafiante, dado que no hay señales claras sobre la conveniencia de hacer cambios en la política monetaria. A pesar de algunas señales de moderación, la actividad sigue creciendo con prácticamente pleno empleo y una inflación que, pese a la desaceleración reciente, aún muestra cierta resistencia. Cualquier movimiento de la Fed puede derivar en un golpe a la actividad –en caso de subir la tasa de referencia– o en una aceleración de la inflación –si la baja más de lo necesario–. En este contexto, la Fed espera bajar la tasa solo 25 pb este año y recién a partir de noviembre. Con los últimos datos de actividad y empleo, los inversores se ilusionan con que esto ocurra en septiembre –la probabilidad de una baja subió de 36% a 56%– y se animan a prever otra en la reunión de noviembre.
Tasas estables y bonos volátiles. A pesar de la confianza de los inversores en que el pivote de la Fed llegue antes, los rendimientos de los bonos del Tesoro estuvieron presionados en la última semana, especialmente en el tramo largo, aunque cerraron junio con una leve caída respecto a mayo. Concretamente, la USD2Y cerró en 4,72% –casi igual que la semana previa– mientras que la USD10Y finalizó en 4,34% –9 pb por encima de la semana anterior– acumulando en junio una baja de 17 pb en ambos casos. En este contexto, el índice agregado de renta fija perdió 0,7% en la semana, aunque cerró junio con un alza de 0,6%, recortando las pérdidas en lo que va del año a 2,2%. Los bonos del Tesoro siguieron la misma tendencia, con una caída semanal de 0,6% –los del tramo largo perdieron 0,7% mientras que el tramo corto quedó sin cambios–, ganando 0,7% en el mes y acumulando una baja de 2,0% en lo que va del año. En cuanto a los corporativos, en un contexto de mayor presión sobre las tasas largas, los Investment Grade (IG) siguen siendo los de peor desempeño respecto a los High Yield (HY), que tienen menor duración. De hecho, los IG cayeron 0,9% en la semana, subieron apenas 0,2% en el mes y están 3,2% por debajo del cierre de diciembre, mientras que los HY perdieron solo 0,3% en la última semana, cerraron junio sin cambios y acumulan una pérdida de apenas 0,3% en lo que va del año.
Un soft landing de las acciones. En la segunda mitad de junio, las acciones siguieron un camino volátil y frenaron el impulso que venían teniendo, aunque continúan en niveles récord. Esto se agudizó en la última semana, en la que el S&P 500 marcó una ligera caída, con bajas generalizadas a nivel sectorial. Concretamente, el índice general anotó una caída de 0,1%, mientras que en el índice equiponderado la baja se profundizó a 0,8%. De los 11 sectores que componen el S&P, 9 operaron a la baja, destacándose el tecnológico con una pérdida de 1,0% –fue noticia la baja de 2,5% en la acción de Nvidia– y solo escaparon a la tendencia general el energético y comunicación, que subieron 1,6% y 0,8%, respectivamente. Con esta performance, en junio el S&P cerró con una ganancia de 3,2%, estirando el alza en lo que va de 2024 a 14,5%. Si bien en el año todos los sectores –salvo Real Estate– registran buenos resultados, impulsados por las acciones de las megacaps, el de Comunicación y Tecnológicos lideran las ganancias con subas de 18%. Esto se refleja mejor en el Nasdaq, que en la semana ganó 0,4%, en junio 6,1% y en el año 18%, mientras que el Dow Jones tuvo una semana estable, cerrando el mes con un alza de 0,9% y de 3,8% en lo que va del año.
El dólar no cede. En la última semana, el DXY tuvo un alza de 0,1%, cerrando junio con una apreciación de 1,1% y alcanzando una ganancia de 4,5% en lo que va del año. El aumento semanal se explicó por la depreciación del yen japonés, que perdió 0,7% y cerró por encima de JPYUSD 160, un nivel que no superaba desde 1986. En junio, el yen acumuló una pérdida de 2,2% y de 14% en 2024. Con la mirada puesta en las elecciones en Francia, el euro operó estable, con una leve apreciación, aunque cerró junio con una pérdida de 1,2% y de 3% desde fines de 2023. La peor performance la tuvo el real brasileño, que en la semana subió 3,0% y cerró junio en 5,60. Así, el real terminó el mes con un alza de 6,6% y de 15% en lo que va del año, influenciado por datos fiscales no alentadores y el riesgo de no cumplir la meta de equilibrio primario para este año, además de la incertidumbre sobre quién sucederá a Campos Neto al frente del BCB a fin de año. El oro se mantuvo estable cotizando en USD 2.325 la onza, un nivel que mantiene desde principios de abril, aunque en el año acumula una ganancia de 13%.
Commodities en rojo. El mercado de commodities continuó mostrando bajas generalizadas, con la excepción del petróleo que, impulsado por la tensión en Medio Oriente y la fortaleza de la demanda en EE.UU., anotó un alza de 1% en la semana, terminando junio con una ganancia de 6,0% y de 14% en la primera mitad del año. En cuanto a los agrícolas, la soja perdió 0,9% en la semana, estirando la pérdida del mes a 4,5% y acumulando una baja del 11% en el primer semestre. Peor fue la evolución del trigo y maíz, que en junio cayeron 18% y 11%, respectivamente, acumulando en lo que va del año una baja de 11% y 16%, respectivamente. En el caso del cobre, que había mostrado una buena performance hasta mayo, en la última semana perdió 2,3% y cerró junio con una pérdida de 4,8%, reduciendo la ganancia del año a 13%.
Mercados globales estables. El índice global de acciones subió 0,2% en la semana, 1,2% en junio y 10,4% en 2024. Excluyendo a EE.UU. del índice general, la ganancia semanal subió a 0,5%, aunque junio cerró con una baja de 1,9% y en el semestre la ganancia fue de 4,1%. La mejor performance de la semana la tuvieron Japón con un alza de 3,4% y la India que subió 2,0%. Influenciados por los resultados de las elecciones que se desarrollaron, en el último mes se destacaron la mala performance de Europa y Latam que perdieron 6,0% y 8,5%, respectivamente, –México -12% y Brasil -7%– y en menor medida China y Japón con una baja de 3,8% y 1,1%, respectivamente.
Lo que viene. El arranque del mes tiene una nutrida agenda de publicaciones. En el caso de EE. UU., lo más importante serán los indicadores del mercado laboral de junio, con especial atención en la generación de empleos no agrícolas –que mostró un buen dato en mayo con 272 mil puestos y se espera bajen por debajo de los 200 mil– y la tasa de desocupación, la cual se espera se mantenga en 4,0%. Además, se publicarán datos del PMI del ISM, donde se espera una leve mejora para las manufacturas –que vienen de dos meses de caída– y una baja en los servicios –que mostraron un sensible aumento en mayo–. También estarán disponibles las minutas de la última reunión de la Fed. En Europa, toda la atención estará en el resultado de las elecciones en Francia –primera vuelta de las legislativas para renovar el Congreso–, en las que el partido de Macron salió tercero detrás de la extrema derecha y la izquierda. Ahora habrá que esperar a la segunda vuelta para confirmar si tendrá un Primer Ministro opositor. En China, se destacan los datos de la producción industrial, que marcarán el pulso de la economía global.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 28/06/2024
Noticias globales: el mundo hoy.
Noticias globales: el mundo hoy.
El mercado volvió a tener una buena jornada, marcando ganancias tanto en bonos como en acciones. Con datos económicos que mostraron cierta desaceleración del nivel de actividad, los inversores incrementan la probabilidad de que la Fed baje la tasa de interés en septiembre. Esto descomprimió los rendimientos de los bonos del Tesoro, que tuvieron un alza de 0,2%. Igual resultado tuvo el S&P 500, mientras que el Nasdaq subió 0,3% y el Dow Jones 0,1%.
El sector de consumo discrecional lideró las ganancias, respaldado por un aumento del 2,1% en las acciones de Amazon. Las acciones de servicios de comunicación también registraron ganancias gracias a los avances de Alphabet (0,8%), Meta (1,2%) y Netflix (1%). Por otro lado, los sectores de consumo básico y financiero fueron los más rezagados, liderados por las caídas de las acciones de Walmart (-0,6%) y Visa (-2,6%). Nvidia no escapó a la volatilidad de las últimas ruedas y cayó un 1,9% mientras que Salesforce saltó un 4%.
En cuanto a los datos económicos, la tercera y última revisión del PBI del 1Q24 marcó una alza 1,4% t/t, ligeramente por encima del 1,3% de la segunda estimación, aunque confirmó que fue el menor dinamismo desde el 2Q22. Por otro lado, el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo cayó a 233.000 en la semana, por debajo de las expectativas del mercado (236.000). El recuento de solicitudes cayó por segunda semana consecutiva desde que alcanzó el máximo de 10 meses de 243.000, pero se mantuvo muy por encima del promedio de este año. Finalmente, los nuevos pedidos de bienes duraderos manufacturados aumentaron un 0,1% m/m en mayo (vs. +0,2% previo), marcando el cuarto avance mensual consecutivo.
En relación a la Eurozona, el indicador de sentimiento económico bajó a 95,9 en junio (desde 96,1 previo) —por debajo de las previsiones (96,2)—. Hubo un empeoramiento del sentimiento generalizado entre las empresas, especialmente entre los proveedores de servicios (6,5 frente a 6,8) debido principalmente a la evaluación de la demanda pasada, compensado sólo en parte por una ligera mejora en su evaluación de la situación empresarial pasada.
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Finalmente, con 147 votos a favor y 107 en contra, la Cámara de Diputados aprobó la Ley de Bases. Esta incluyó las facultades delegadas, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) —que quedó limitado a 9 sectores: (foresto-industria, turismo, siderurgia, petróleo, gas, infraestructura, minería, energía y tecnología) y será obligatoria la contratación de un 20% de proveedores locales—, la reversión del Impuesto a las Ganancias —el mínimo no imponible queda en $1.800.000 bruto para los solteros y a $2.200.000 para los casados con hijos, por lo que volverán a pagar este tributo alrededor de 800.000 trabajadores con alícuotas que van del 5% al 35%—, la suba del piso de Bienes Personales —pasará de $27 M a $100 M y la deducción por la vivienda familiar será de $350 M—, el blanqueo de capitales y las privatizaciones —aunque, tal como había marcado el Senado, excluye Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina—. De esta manera, el gobierno puede cerrar el primer semestre del año con una herramienta clave para su gestión.
En el mercado cambiario, el BCRA registró ventas netas por USD 85 M. En lo que va de junio, la autoridad monetaria adiciona ventas por USD 46 M. Por otro lado, el stock de reservas internacionales se redujo en USD 137 M hasta los USD 29.748 M.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,1% hasta $911,6. Esto significa un ritmo de devaluación mensualizado de 2,8% que se desaceleró contra el ritmo de 3,6% del miércoles. En los últimos cinco días hábiles la devaluación corrió a una TEM de 2,3%, mientras que en lo que va de junio corrió a TEM 2,0%.
Los dólares financieros operaron sin grandes variaciones. El MEP con AL30 se mantuvo en $1.332, en tanto que el CCL se mantuvo en $1.340. De esta manera, sus brechas se sitúan en 46% y 47%, respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar subieron un 0,5%. Las mayores subas se registraron en marzo (+1,1%), febrero (+0,8%) y abril (+0,7%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 3,8% mensual promedio hasta mayo del 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mixta. Los bonos CER cedieron un 0,5%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró alcista en 0,2% mientras que las lecaps experimentaron una baja de 0,4%. Hubo una alta demanda por instrumentos vinculados al tipo de cambio, los duales registraron una ganancia de 1,3% impulsados por el TDE25 (+3,7) y los DLK marcaron una suba promedio de 1,8%.
Los bonos soberanos en hard-dollar perdieron 0,2%, por una caída de 0,3% en los ley Nueva York y otra de 0,1% en los ley Argentina. Así, acumulan una baja de 3,0% en lo que va del mes y una ganancia de 34,7% en lo que va del año. De esta manera, las paridades promedian el 49% y el riesgo país aumentó 16 pb hasta los 1.445 pb.
En cuanto a las acciones, luego de tres jornadas de caída, el Merval se recuperó y marcó una suba de 3,9% en moneda local y 3,8% medido en dólares CCL, cerrando la rueda en USD 1.230. Las ganancias fueron generalizadas, aunque se destacaron las subas en las acciones de Telecom (8%), TGS (+7%) y Central Puerto (6%).
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El índice de salarios aumentó un 10,2% m/m en abril (vs. un 10,3% previo), lo que equivale a un incremento del 213,6% i.a. Así, se evidenció una suba real del 1,2% m/m, pero se mantiene la contracción que desaceleró al 19,5% i.a. (vs. -22,4% previo). Los salarios de los trabajadores registrados privados tuvieron la mejor performance, creciendo 2,9% m/m real, en tanto que los públicos cayeron 1,2% y los informales, un 1% m/m. En la mirada interanual, los informales se mantienen como los más golpeados, con una baja del 39,5%, seguidos por los públicos (-24,7%) y privados (-10,7%).
Por su parte, el balance de pagos del 1Q24 mostró un superávit en la cuenta corriente por USD 240 M frente al déficit por USD 5.660 M del 1Q23. Este es el primero desde el 4Q22 y, comparando con otros 1Q, el primero desde 2021. El buen dato anual por USD 5.900 M se debió principalmente a la mejora de la balanza comercial, que pasó de deficitaria por USD 353 M a superavitaria por USD 5.006 M. Esto, junto a un incremento en la inversión directa y de cartera (casi USD +3.000 M) derivó en una suba por USD 4.078 M de las reservas internacionales (vs. la pérdida por USD 6.004 M en el 1Q23).
En la licitación de ayer, el Tesoro colocó $8,4 billones contra vencimientos por $5,7 billones. Dentro de los $6 billones a colocar en Lecaps cortas, el gobierno decidió adjudicar la totalidad a la lecap con vencimiento el 30 de septiembre del 2024, con TEM mínima de 4,25%. Por su parte, se aceptaron ofertas por $2,2 billones para la lecap a diciembre del 2024 a TEM 4,50%. Finalmente, se adjudicaron $0,2 billones en el bono dollar-linked a diciembre del 2025 que cortó en una TIR en dólares de 8,8%.
En el mercado cambiario, el BCRA registró ventas netas por USD 76 M. En lo que va de junio, la autoridad monetaria adiciona compras por USD 39 M, lo que representa un ritmo diario de USD 3M. Por otro lado, el stock de reservas internacionales aumentó en USD 104 M hasta los USD 29.885 M.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,1% hasta $910,8, lo que significa un ritmo de devaluación mensualizado de 3,6% que se aceleró contra el ritmo de 1,9% del martes. En los últimos cinco días hábiles, la devaluación corrió a una TEM de 2,3%, mientras que en lo que va de junio corrió a TEM 2,0%.
Los dólares financieros operaron al alza. El MEP con AL30 subió 1,8% hasta alcanzar los $1.332, en tanto que el CCL trepó 2,1% hasta $1.341. De esta manera, sus brechas se sitúan en 46% y 47% respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar cayeron un 0,7%. Las mayores caídas se registraron en los contratos de enero (-1,2%), diciembre (-1,1%) y febrero (-1,1%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 4.5% mensual promedio hasta marzo del 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mayormente negativa. Los bonos CER cedieron un 0,6%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró sin variaciones mientras que las lecaps experimentaron una baja de 0,2%. Por su parte, los duales registraron una pérdida de 1,1% y los DLK marcaron una suba de 0,8%.
Los bonos soberanos en hard-dollar ganaron 1,2% por una suba de 1,4% en los ley Nueva York y otra de 0,8% en los ley Argentina. Así, acumulan una caída de 2,8% en lo que va del mes y una ganancia de 35% en lo que va del año. De esta manera, las paridades promedian el 49% y el riesgo país disminuyó 13 pb hasta los 1429 pb. Por su parte, los bopreales del BCRA subieron un 0,2%.
Finalmente, el Merval marcó una leve suba del 0,3% en pesos pero cayó 3,2% en moneda extranjera. En este contexto, los descensos de las acciones líderes fueron registrados por Telecom (-2,5%); IRSA (-2,1%) y Galicia (-1,9%). En cambio, Sociedad del Plata (+4,6%) y Ternium (+3,2%) mostraron avances. En Wall Street, los papeles de las firmas argentinas se negociaron con mayoría de resultados adversos. De esta manera, las pérdidas fueron anotadas por Galicia (-5,3%); Despegar (-5%) y Telecom (-4,1%).
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Los principales índices bursátiles estadounidenses se recuperaron de las pérdidas iniciales y cerraron la jornada estables. El S&P 500 y el Nasdaq 100 se mantuvieron sin cambios y cerca de sus máximos históricos de la semana pasada, mientras que el Dow Jones subió 0,1%.
Particularmente, la acción de Nvidia se mantuvo volátil y cayó casi un 2%, mientras los mercados seguían evaluando si el impulso alcista de la IA y su impacto en la demanda de chips está sobrecomprado o en línea con los fundamentos. Mientras tanto, Apple añadió un 2,3%, y Amazon y Tesla agregaron cada uno casi un 4% para compensar la caída de Nvidia. Además, Micron cotizó ligeramente por encima de la línea plana antes de su informe de ganancias que se publicará después de la campana de cierre. FedEx se disparó casi un 15% tras superar sus estimaciones de beneficios.
El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años subió 8 pb al 4,32%, mientras los inversores analizaban los comentarios de los funcionarios de la Fed y esperaban la inflación del PCE. La gobernadora de la Reserva Federal, Michelle Bowman, expresó su disposición a subir las tasas si la baja de la inflación se resiente, mientras que la gobernadora Lisa Cook mencionó posibles recortes de tasas en el futuro, aunque el momento es incierto. En este marco, los bonos sufrieron pérdidas del 0,4% en la jornada.
El índice del dólar subió a 106 el miércoles, un nivel alto no visto en aproximadamente dos meses. El dólar se fortaleció frente al euro (+0,3%) y la libra (+0,5%) y siguió ganando frente al yen (+0,7%) que se depreció por encima de 160 por dólar, su nivel más bajo desde 1986, rompiendo el nivel clave que previamente llevó a las autoridades japonesas a intervenir en los mercados de divisas. En lo que va de junio, el yen perdió 1,5% frente al dólar, extendiendo la pérdida del año hasta la fecha a 13%, presionado por la divergencia de política monetaria entre el Banco de Japón y la Reserva Federal.
Referido a los datos económicos de la fecha, las ventas de viviendas unifamiliares nuevas en EE. UU se hundieron un 11,3% m/m (vs. +2% previo) a una tasa anualizada desestacionalizada de 619.000 en mayo, siendo la mayor caída desde septiembre de 2022, ya que los altos precios y las tasas hipotecarias continuaron pesando sobre la asequibilidad de los compradores. Así, fue la lectura más baja en seis meses y muy por debajo de las previsiones de 640.000.
Por su parte, el indicador de clima del consumidor de GfK para Alemania cayó a -21,8 de cara a julio (similar al período anterior), incumpliendo las previsiones del mercado de -18,9 y marcando la primera caída en cinco meses. "La interrupción de la reciente tendencia al alza en la confianza del consumidor muestra que el camino para salir de la crisis del consumo será difícil y que pueden volver a ocurrir reveses", afirmó Rolf Bürkl, experto en consumo de NIM.
Vivimos en una era digital donde cada "click" genera datos.
Vivimos en una era digital donde cada "click", "like" y "share" genera datos. Desde nuestros mensajes de “buenos días” hasta las fotos de nuestras vacaciones. Cada actividad online deja un rastro de información valiosa. Sin embargo, esta dependencia creciente de sistemas digitales no solo ha transformado nuestras vidas sino también ha expuesto una vulnerabilidad crítica: la seguridad de la información digital.
Imagina despertar un día sin acceso a tu correo electrónico, redes sociales, aplicaciones bancarias o incluso tu Netflix. Suena catastrófico, ¿verdad? Nuestra rutina diaria, desde pagar cuentas hasta mantenernos en contacto con nuestros seres queridos, depende completamente de la tecnología. Las empresas también se encuentran en una situación similar: sus operaciones, comunicaciones y datos confidenciales dependen de sistemas digitales. En este panorama, la protección de la información no es solo una preocupación, sino una necesidad imperativa.
A pesar de los avances tecnológicos, tanto gobiernos como grandes corporaciones, han mostrado debilidades significativas en la protección de datos. Los ciberataques se han vuelto más sofisticados, exponiendo fallas graves en sistemas que, en teoría, deberían ser impenetrables. Ejemplos notorios incluyen el hackeo de datos del gobierno de Estados Unidos, conocido como el ataque a la Oficina de Gestión de Personal estadounidense en 2015, y la violación masiva de datos de Yahoo que comprometió la información de millones de usuarios.
Estas brechas no solo generan pérdidas financieras, sino que también erosionan la confianza del público en la capacidad de estas entidades para proteger su información. Estamos rezagados en la carrera contra los ciberdelincuentes y cada brecha de seguridad nos recuerda la necesidad de mejorar nuestras defensas.
Ante este escenario, la ciberseguridad se presenta como una de las áreas más prometedoras para la inversión. Las empresas especializadas en ciberseguridad están desarrollando tecnologías innovadoras para detectar, prevenir y responder a las amenazas cibernéticas. Estas soluciones van desde software antivirus y firewalls hasta sistemas avanzados de inteligencia artificial que pueden predecir y neutralizar ataques antes de que ocurran.
¿Por qué invertir en ciberseguridad?
El mundo digital es inmenso y está en constante expansión. Con cada nuevo avance tecnológico, la importancia de la ciberseguridad se vuelve aún más crítica. Invertir en ciberseguridad no solo es una decisión financiera inteligente, sino también una contribución esencial para la protección de nuestra infraestructura digital.
En un mundo donde los datos son el nuevo commodity, proteger esa riqueza se convierte en una prioridad máxima. La ciberseguridad no es solo el escudo que necesitamos, sino también la oportunidad de inversión del futuro.
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El S&P 500 subió un 0,4% y el Nasdaq sumó un 1,2%, mientras que el Dow Jones perdió 0,8% tras una gran liquidación de acciones tecnológicas el día anterior, cuando los inversores abandonaron los papeles de semiconductores e inteligencia artificial para pasarse a otros sectores.
Las acciones de Nvidia se dispararon un 5,9%, frenando una racha de pérdidas de tres días que borró más de USD 400 M de capitalización de mercado. Los servicios de tecnología y comunicación fueron los sectores de mayor rendimiento, mientras que los materiales y la industria tuvieron un desempeño inferior. Microsoft apenas registró cambios después de que la Unión Europea acusara a la empresa de violaciones antimonopolio relacionadas con Teams. Apple subió un 1,1%, mientras que Amazon, Meta y Alphabet ganaron más del 1,2%.
El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años bajó ligeramente hasta el 4,23%, mientras los operadores se preparan para los datos clave de inflación del PCE y los comentarios de varios funcionarios de la Fed que se publicarán esta semana para evaluar las perspectivas de política monetaria. Los bonos tuvieron subas del 0,1%.
Además, el WTI cayó 1% por debajo de los USD 81 por barril, revirtiendo una ganancia del 1,1% de la sesión anterior. A pesar de la caída, los precios del petróleo se mantienen cerca de un máximo de dos meses debido a la escalada de las tensiones geopolíticas y la previsión de una mayor demanda estival. Las reservas de petróleo y combustible de Estados Unidos han disminuido, y la demanda de gasolina está aumentando a medida que el país entra en su período pico de consumo. Asimismo, el oro cedió 0,6% hasta USD 2.320 la onza.
Referido a los datos económicos de la fecha, el índice de actividad nacional de la Fed de Chicago aumentó a +0,18 en mayo (vs. -0,26 previo), el nivel más alto en tres meses. Los indicadores relacionados con la producción contribuyeron +0,23 (vs. –0,15 previo), en tanto que en la categoría de ventas, pedidos e inventarios fue de –0,02 (vs. –0,01 previo). Además, los indicadores relacionados con el empleo tuvieron una contribución neutral.
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El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella registró un 49% en junio, presentando una caída de 1 punto en comparación con abril y de 8 con respecto a diciembre. Así, el respaldo al nuevo gobierno se sostiene alineado con los momentos de mayor apoyo observado durante las gestiones de Mauricio Macri y Alberto Fernández, que para este tiempo de su gestión tenían imágenes de 52% y 55% respectivamente.
En el mercado cambiario, el BCRA registró compras netas por USD 43 M. En lo que va de junio, la autoridad monetaria adicionó USD 115 M. Por otro lado, el stock de reservas internacionales aumentó en USD 76 M hasta los USD 29.781 M.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,1% hasta $909,7. Esto significa un ritmo de devaluación mensualizado de 1,9%, que se desaceleró contra el ritmo de 2,1% del lunes. En los últimos cinco días hábiles la devaluación corrió a una TEM de 2%, mientras que en lo que va de junio corrió a TEM 1,9%.
Los dólares financieros operaron al alza. El MEP con AL30 subió 1,1% hasta alcanzar los $1.309, en tanto que el CCL trepó 0,4% hasta $1.314. De esta manera, sus brechas se sitúan en 44% y 44% respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar subieron un 1,8%. Las mayores subas se registraron en los contratos de febrero (+3,1%), marzo (+3,1%) y enero (+3,1%). Mientras que, las mayores caídas se registraron en los contratos de junio (-0,1%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 4,7% mensual promedio hasta marzo del 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mayormente negativa. Los bonos CER cedieron un 0,9%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró alcista en 0,7% mientras que las lecaps experimentaron una baja de 0,1%. Por su parte, los duales registraron una pérdida de 0,1% y los DLK marcaron una suba de 1,1%.
Los bonos soberanos en hard-dollar siguen a la baja y perdieron 0,8%, por una caída de 0,7% en los ley Nueva York y otra de 1,0% en los ley Argentina. Así, acumulan bajas por 3,9% en lo que va del mes. Sus paridades promedian el 48,5% y el riesgo país aumentó 2 pb hasta los 1442 pb. Por otro lado, los bopreales del BCRA cayeron 1,0% en la rueda de ayer.
Finalmente, el índice S&P Merval ganó un 0,7% y 1,4% en dólares para terminar en USD 1207. Las acciones que más ascendieron fueron las de Sociedad Comercial del Plata (+5,2%), Edenor (+2,2%) y BYMA (2%). En la misma sintonía, los papeles argentinos que cotizan en Wall Street (ADRs) también exhibieron una tendencia alcista, con Mercado Libre a la cabeza (+3,5%).
Los datos económicos del último mes volvieron a ser alentadores, lo que refuerza el escenario de un lento soft-landing tanto para el nivel de actividad como para la inflación, en un contexto de pleno empleo. Los escenarios de No landing y Hard landing han perdido probabilidad. En este contexto, la Fed prefiere no arriesgar ningún cambio en la política monetaria y espera iniciar con el recorte de tasas de interés recién en el último trimestre de este año. Tras ajustar sus expectativas a un escenario de Higher for longer, los inversores ahora se ilusionan con que los buenos datos de mayo se repitan en los próximos meses y que esto empuje a la Fed a adelantar la baja de tasas. Así, a pesar de los riesgos que trae un elevado déficit fiscal con una deuda pública que alcanza un nuevo récord, los rendimientos de los bonos del Tesoro se mantuvieron estables, incluso con una leve baja en el margen que permitió una mejora en la renta fija. Mientras tanto, con las tecnológicas como principales protagonistas, el S&P 500 parece imparable, alcanzando nuevos máximos. El dólar se favoreció de este entorno y de la diferente coyuntura en el resto del mundo: menores tasas de crecimiento, la mayoría de los bancos centrales comenzando a bajar la tasa de referencia, y un aumento en el riesgo político. En este sentido, en el último mes las elecciones en India, México y Europa golpearon el valor de los activos, lo que deja claro que será un factor de volatilidad latente a medida que nos acerquemos a las elecciones presidenciales de EE. UU. en noviembre. Con este marco de fondo, creemos que el mercado muestra fundamentos sólidos para continuar con el sendero alcista y que el escenario para la renta fija luce cada vez más alentador después de tres años de fuerte ajuste.
El empleo volvió a tomar impulso. En mayo, los datos del mercado laboral sorprendieron positivamente al registrar la creación de 272.000 puestos de trabajo no agrícolas (vs. 165.000 previo), la mayor cantidad en cinco meses y muy por encima de las previsiones (185.000). La lectura también es superior a la ganancia mensual promedio de 232.000 durante los 12 meses anteriores y 246.000 en los primeros cuatro meses del año. No obstante, la tasa de desempleo aumentó al 4% en mayo (vs. 3,9% previo), la más alta desde enero de 2022, debido a que, a pesar del aumento del empleo y la baja de 250.000 de la población económicamente activa, esta fue más que compensada por la pérdida de 650.000 empleos agrícolas, lo que resultó en un alza de 157.000 personas desocupadas. Así las cosas, la continua subida de la tasa de desocupación desde abril del año pasado, cuando se ubicaba en un mínimo histórico de 3,3% –lo que implica un aumento de 934.000 personas desocupadas– se explicó por el aumento de 1.055.000 personas en el mercado laboral y la pérdida de 2.940.000 empleos agrícolas que más que compensaron la creación de más de 3.050.000 empleos no agrícolas. El buen informe del mercado laboral se completó con salarios marcando un alza de 0,4% m/m, siendo el mayor aumento salarial en cuatro meses y alcanzando el 4,1%, superando la inflación. Así, con el empleo no agrícola y los salarios reales subiendo al 1,8% i.a. y al 1,0% i.a. respectivamente, la masa salarial creció al 2,8% i.a –vs. 2,7% i.a. en abril–, lo que constituye un soporte importante para mantener la dinámica del consumo en un contexto de fuerte caída en la tasa de ahorro de las familias –en relación a los ingresos, la tasa de ahorro se ubica en torno al 3,5%, menos de la mitad de lo que ahorraban antes de la pandemia–.

Inflación a la baja. Desde noviembre del año pasado, los datos de inflación venían sorprendiendo negativamente al mercado y a la propia Fed, con un promedio de alza de 0,31% m/m (3,7% anualizado) en el índice general y, peor aún, de 0,33% m/m (4,0% anualizado) en el IPC Core, ambos muy alejados de los objetivos de la política monetaria. Con estos antecedentes, el IPC de mayo resultó mejor de lo esperado al mantenerse sin cambios, acumulando en los últimos doce meses un alza de 3,3%, la más baja de los últimos tres meses y mejorando respecto a abril cuando había marcado 0,3% m/m y 3,4% i.a. La baja estuvo liderada por los precios de la energía, que bajaron 2% m/m, encabezados por una disminución del 3,6% m/m en el índice de gasolina. Por otro lado, el índice de vivienda subió un 0,4% m/m, mientras que los precios de los alimentos aumentaron un 0,1% m/m. El IPC Core también sorprendió positivamente al registrar un alza de 0,2% m/m (vs. +0,3% previo), marcando un nuevo mínimo de siete meses y 3,4% i.a., la tasa más baja desde abril de 2021. Más importante aún, los precios de los servicios, excluyendo energía –que han sido los principales impulsores del índice general desde el año pasado–, subieron apenas un 0,2% m/m, muy por debajo del 0,5% y 0,4% m/m que habían registrado en marzo y abril, respectivamente. Asimismo, explicado principalmente por la caída del 7,1% m/m en los precios de la gasolina, los precios mayoristas –o de fábrica– bajaron un 0,2% m/m en mayo (vs. +0,5% previo) y 2,2% i.a. A pesar de esta mejora, para que la tasa de inflación llegue al objetivo de la Fed de 2% anual, el IPC Core debería marcar un alza de apenas 0,1% m/m (1,2% anualizado) en lo que resta del año, algo que parece poco probable de acuerdo con nuestro escenario.

¿Afloja la actividad? Con la inflación por encima del objetivo y un mercado laboral fuerte, la dinámica del PBI tanto a precios constantes como a precios corrientes se convierte en el indicador clave para delinear un escenario de soft-landig (desaceleración gradual del crecimiento), hard-landing (caída abrupta de la tasa de crecimiento) o No landing (la tasa de crecimiento no baja o incluso se acelera). El escenario ideal contempla una inflación y un PBI subiendo al 2% anual, con una tasa de desocupación en torno al 4,5%. En este contexto, los últimos indicadores presentan señales mixtas. Por un lado, la segunda revisión del PBI del 1Q24 marcó un alza de 1,3% t/t anualizada, 0,3 pp menos que la primera estimación y cada vez más alejada del 3,4% registrada en el 4Q23, apuntando al crecimiento más bajo desde el 2Q22. La desaceleración se explicó por el menor dinamismo del consumo privado, del gasto público y una menor contribución de las exportaciones netas y de la acumulación de inventarios, mientras que la inversión fija mantuvo un buen dinamismo a pesar de las altas tasas de interés. La buena noticia es que esta tendencia se revertiría en el 2Q24: el consenso de pronósticos apunta a un crecimiento de 2% t/t anualizado, mientras que el Nowcast de la Fed de Atlanta es más optimista y prevé un 3,1% t/t anualizado, motorizado por una aceleración del consumo privado, del gasto público y una mayor contribución de los inventarios. Además, sería una aceleración con la inflación bajando, lo cual es el escenario ideal para la salud del ciclo expansivo. De cumplirse este pronóstico, el PBI americano habrá mostrado una expansión de 3,0% i.a. en los últimos cuatro trimestres, dejándolo en una posición favorable para superar los pronósticos de crecimiento de 2,1% para todo 2024.

La Fed promete higher for longer. Con el contexto macroeconómico que comentamos, la posición de la Fed es incómoda porque una eventual suba de tasas podría golpear rápidamente al crecimiento, mientras que si las baja antes podría romper la tendencia a la baja de la inflación. Es por ello que, en la cuarta reunión del año y por séptima vez consecutiva, la Fed decidió mantener la tasa de referencia en 5,25%-5,50%. No fue una sorpresa porque nadie esperaba cambios en el rumbo de la política monetaria y, como viene siendo costumbre, el comunicado de la entidad remarcó que la actividad económica sigue expandiéndose, con un mercado laboral sólido y un desempleo muy bajo. Respecto a la inflación, destacó la baja, aunque reconoció que ha hecho pocos progresos en cuanto a la convergencia al 2% i.a. que tiene como objetivo la entidad. El dot plot mostró que los responsables de las políticas prevén solo un recorte de tasas este año –en marzo preveían tres– y cuatro para el próximo. En el mismo, se nota la división dentro de la Fed, ya que siete integrantes votaron por un solo recorte, cuatro votaron por no mover la tasa, y ocho votaron por dos recortes. A su vez, la Fed mantuvo la proyección de crecimiento de 2,1% para este año, 2% en 2025 y 2026, mientras que la inflación se revisó al alza al 2,6% para 2024 y 2,2% para 2025 (frente a 2,4% i.a. y 2,3% i.a. en la proyección de marzo), pero se mantuvo en 2% para 2026.

El riesgo fiscal y de la deuda pública. En mayo, el balance del Tesoro marcó un déficit de USD 347 MM, muy superior al de USD 240 MM registrado en el mismo mes del año pasado. Este deterioro se debe a que el gasto primario aumentó 20% i.a. –debido al pago de USD 93 MM en beneficios federales– y porque los pagos de intereses subieron 44% i.a., mientras que los ingresos apenas crecieron 5% i.a. Con este resultado, en los primeros ocho meses del año fiscal 2024, el déficit del gobierno alcanzó los USD 1.202 MM, un 3% más que en el mismo período del ejercicio fiscal anterior, explicado por el alza de 42% en los pagos de intereses que más que compensó la reducción del 20% del déficit primario, dado que los ingresos crecieron 10% i.a., muy por encima del 4,1% que lo hizo el gasto primario. La dificultad de reducir el déficit global en un contexto de una deuda pública muy elevada –que ya roza los USD 35.000 billones, representando el 120% del PBI– y cerca del techo permitido, será un riesgo que acompañe al mercado en los próximos meses, más aún en un año electoral.

Rendimiento estable de los bonos. Entre la expectativa de que la Fed mantenga la tasa de referencia sin cambios al menos hasta el último trimestre del año y la incertidumbre sobre la política fiscal y el techo de la deuda, los rendimientos de los bonos del Tesoro Americano muestran un sendero estable, alejándose de los niveles de fines de abril. Sin embargo, la curva sigue invertida desde mediados de 2002, una situación que creemos debería normalizarse en el mediano plazo con el tramo largo subiendo más que el corto. En este contexto, el rendimiento del UST2Y se ubica en torno al 4,70%, mientras que el del UST10Y se sitúa en 4,25%.

Súper-dólar. La buena performance de la economía americana y de la política monetaria contrasta con la situación del resto del mundo, que crece a menor ritmo y que ya inició el ciclo de baja de tasas de referencia –destacándose el reciente recorte de 25 pb en la tasa de referencia del BCE, que por primera vez se adelantó a la Fed–. Al mismo tiempo, los diferentes contextos electorales suman incertidumbre. Todo esto favorece el ciclo de un dólar fuerte, especialmente frente a las monedas latinoamericanas. En cuanto a los eventos electorales, en el último mes tuvimos tres que impactaron en los mercados: i. En India, aunque Modi resultó reelecto, no lo hizo por la diferencia esperada y perdió apoyo parlamentario, lo que lo obliga a formar un gobierno de coalición que podría complicar el camino de reformas iniciado en 2014; ii. En México, la candidata oficialista Claudia Sheinbaum ganó por amplio margen en las elecciones presidenciales, lo que le permitirá gobernar con el control del Congreso. Esto golpeó al mercado financiero mexicano, con un salto del tipo de cambio y una fuerte caída del valor de las acciones; iii. Finalmente, en las elecciones por Eurodiputados, se notó un gran avance de la extrema derecha en todos los países y, en particular, en Francia, donde Macron sufrió un fuerte revés que respondió con el llamado a elecciones legislativas para el 7 de julio, corriendo el riesgo de tener que gobernar con un primer ministro opositor. Como era de esperar, esto golpeó a las acciones europeas, que retrocedieron más del 6% en una semana, y el euro se debilitó frente al dólar.

Buen mes para los mercados financieros. En este marco de buenas noticias, el mercado americano tuvo un mes positivo con ganancias en bonos y acciones. En cuanto a la renta fija, el índice agregado marcó un alza de 1,3% impulsado por los bonos del Tesoro que ganaron 1,4%, especialmente los del tramo de 7 a 10 años que subieron 1,7%, mientras que los cortos apenas subieron 0,3%. Los corporativos Investment Grade tuvieron un incremento de 1,2% y los High Yield operaron sin cambios. En el caso de la renta variable, la muy buena performance de las empresas tecnológicas, que subieron más de 20% en el mes gracias a Nvidia y Apple, cuyas acciones subieron 47% y 12%, respectivamente, impulsaron al S&P 500 y al Nasdaq, que con un alza de 3,5% y 6,3% alcanzaron nuevos récords históricos. Por otro lado, el Dow Jones perdió 2,3% debido a la mala performance del sector energético, financiero, industrial y de utilities. Con este resultado, en lo que va del año los bonos acumulan una caída promedio de 1,3%, mientras que el S&P 500 acumula una ganancia de 15%, el Nasdaq de 19% y el Dow Jones de apenas 3,3%.

Mercados globales golpeados. A diferencia de la excelente performance del mercado americano, el resto de los mercados globales tuvo un mes para el olvido con caídas generalizadas. De hecho, si bien el índice de acciones globales subió 0,5% en el mes y 11% en lo que va del año, cuando se excluye a EE. UU. la situación cambia completamente, marcando una caída de 3,4% y una ganancia en lo que va de 2024 de 4,2%. Como comentamos anteriormente, el contexto político golpeó a la renta variable de Europa, que perdió más de 6% en el último mes, reduciendo la ganancia en lo que va del año a 3,9%. También fue mala la performance de Japón y China, que bajaron 3,7% y 7,5% respectivamente, recortando la subida de este año a 3,9% y 6,8%. La peor nota se la llevó Latam, que cayó 14% en el mes y 16% en lo que va del año. Solo acompañó a EE. UU. la bolsa de la India, que subió 4,5% en el mes y 13,7% en el año.

Perspectivas. Los datos del PBI del 2Q24 apuntan a ser mejores que los del 1Q, aunque no esperamos una mayor aceleración en la segunda mitad del año. Con esto, prevemos que las proyecciones no presenten cambios en el próximo mes y no anticipamos sorpresas negativas en cuanto a la dinámica inflacionaria, aunque seguirá estando por encima de lo deseado para converger al 2% anual este año. Es un ambiente propicio para que el mercado siga valorando el escenario de soft landing y que la Fed no alerte sobre nuevas subas de tasas e incluso se anime a bajarla antes de noviembre. Esto sin dudas será el empujón para la renta fija luego de tres años de ajuste. En este sentido, preferimos la parte corta y media de la curva, dado que el tramo largo tiene mayor presión porque la curva debería normalizarse. En cuanto a las acciones, luego de alcanzar nuevos récords impulsados por las tecnológicas, con la actividad sin grandes cambios y con buenos balances de las empresas, sigue siendo un ambiente propicio para que mantengan las valoraciones actuales. No obstante, no descartamos alguna corrección tras el reciente rally de las tecnológicas, por lo que sugerimos mantener la diversificación de sectores. Los riesgos y los factores de volatilidad del mercado irán ganando protagonismo en el año a medida que la campaña presidencial en EE. UU. vaya tomando impulso.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 19 de junio de 2024.
Noticias globales: el mundo hoy.
El S&P 500 cerró con una baja del 0,3%, el Nasdaq perdió un 1,1%, mientras que el Dow Jones ganó un 0,8%. Los mercados se preparaban para los datos clave de inflación del PCE y los comentarios de varios funcionarios de la Fed que se publicarán esta semana para evaluar las perspectivas de política monetaria.
El sector energético (+1,8%) tuvo el mejor desempeño, mientras que el sector tecnológico (-2,5%) fue el más rezagado, ya que continuó la pausa en el frenesí del rally de IA, con Nvidia (-6,7%) extendiendo sus pérdidas por tercer día, quedando detrás de Microsoft (-0,5%) y Apple (+0,3%) en valor de mercado. Además, Meta sumó un 0,8% después de la noticia de una asociación de IA con Apple..
A su vez, las acciones de ResMed se desplomaron un 13,2%, marcando su mayor disminución porcentual desde agosto de 2023, después de que Eli Lilly (+0,6%) dijera que su medicamento para bajar de peso Zepbound redujo la gravedad de la apnea del sueño. ResMed fabrica dispositivos que tratan la apnea del sueño y la EPOC. Por otro lado, Affirm subió un 12,8% luego de que Goldman Sachs asumiera la cobertura de la compañía con una recomendación de compra y un precio objetivo de 42 dólares.
El rendimiento del UST10Y operó estable en torno al 4,26% al inicio de la última semana de junio. Las probabilidades de un recorte de tipos de la Fed de 25 pb para septiembre se sitúan actualmente en el 66% y los operadores mantienen expectativas por dos reducciones de tasas este año. En este marco, los bonos registraron leves alzas promedio del 0,1%.
El WTI subió un 1,1% para cerrar en USD 81,63 por barril, impulsado por las perspectivas de una fuerte demanda de combustibles fósiles durante el verano y las preocupaciones por las interrupciones del suministro debido a las tensiones en Oriente Medio y los ataques con drones a las refinerías rusas. Existe una creciente confianza en que los inventarios mundiales de petróleo verán una disminución significativa durante el verano en el hemisferio norte.
Referido a indicadores económicos de la fecha, el índice de actividad empresarial general de la Fed de Dallas para el sector manufacturero en Texas fue de -15,1 en junio (vs -19,4 previo). El índice de producción, una medida clave de las condiciones manufactureras estatales, subió lentamente a 0,7 desde -2,8 en mayo. Asimismo, las expectativas sobre la futura actividad manufacturera aumentaron notablemente este mes: el índice de producción futura saltó 10 puntos hasta 27,1, y el índice de actividad empresarial general futura aumentó 16 puntos hasta 12,9, su lectura más alta desde principios de 2022.
Noticias locales: el país hoy.
Los datos del mercado laboral del 1Q24 publicados por el INDEC mostraron una caída de los ocupados del 0,6% i.a. (-3% t/t; primera baja desde el 1Q21), equivalentes a una tasa de empleo del 44,3% (vs un 45,6% previo, el número más bajo desde el 3Q22), lo que derivó en un incremento de la tasa de desempleo al 7,7% (vs 5,7% previo; +11,7% i.a. y +32,4% t/t en desocupados) que fue atenuada por una baja en la tasa de actividad (de 48,6% a 48%).
También se publicó el PBI del 1Q24 —adelantado por el EMAE—, donde finalmente marcó una caída de 2,6% t/t (vs -2,5% previo) y 5,1% i.a. (vs -1,2% previa, acumulando 4 trimestres de bajas). Con excepción de las exportaciones (que crecieron 11,1% t/t), se evidenciaron bajas trimestrales en todos los componentes de la demanda agregada: consumo privado con una caída del 2,6%, inversión que dio -12,6% y una baja del -0,8% en el gasto público. En tanto, las importaciones se contrajeron 12,1%.
En el mercado cambiario, el BCRA registró compras netas por USD 47 M, por lo que en las últimas cinco ruedas mantuvo un ritmo diario de ventas netas por USD 2 M. En lo que va de junio, la autoridad monetaria adiciona compras por USD 72 M. Por otro lado, el stock de reservas internacionales se redujo en USD 239 M hasta los USD 29.705 M.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,3% hasta $909,1. Esto representa un ritmo de devaluación mensualizado de 2,1%, que se aceleró contra el ritmo de 2,0% del miércoles. En los últimos cinco días hábiles la devaluación corrió a una TEM de 1,9%, cifra que se repitió durante todo junio.
Los dólares financieros operaron al alza tras el fin de semana largo. El MEP con AL30 subió 1,7% hasta alcanzar los $1.295, en tanto que el CCL trepó 1,5% hasta $1.309. De esta manera, sus brechas se sitúan en 42% y 44% respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar subieron un 1,0%. Las mayores subas se registraron en los contratos de marzo (+1,9%), febrero (+1,8%) y enero (+1,5%). En tanto, las mayores caídas se observaron en los contratos de junio (-0,3%) y julio (-0,1%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en un 4,3% mensual promedio hasta marzo del 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mayormente negativa. Los bonos CER cedieron un 0,5%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró bajista en 4,7% mientras que las lecaps no experimentaron fluctuaciones. Por su parte, los duales registraron una ganancia de 0,8% y los DLK marcaron una suba de 2,3%.
El Tesoro anunció las condiciones de la licitación del miércoles 26 de junio, en la que enfrenta vencimientos por $6,0 billones. Ofrecerá cuatro letras capitalizables y un bono dollar-linked a diciembre del 2025. Las lecaps tienen vencimiento al 26 de julio, al 30 de agosto, al 30 de septiembre (TEM mínima 4,25%) y al 13 de diciembre. Para las tres letras más cortas habrá un monto máximo combinado a adjudicar de $6,0 billones, en tanto que la letra a diciembre no tendrá monto máximo a adjudicar.
Los bonos soberanos en hard-dollar perdieron 2,2% por una caída de 2,3% en los ley Nueva York y otra de 2,1% en los ley Argentina. Así, acumulan una pérdida de 3,1% en lo que va del mes y una ganancia de 34,6% en el año. De esta manera, las paridades promedian el 49% y el riesgo país se elevó a 1440 pb. Por su parte, los bopreal del BCRA subieron 0,3% en la rueda.
Finalmente, el índice líder S&P Merval retrocedió 1,4%. Las principales bajas se dieron en los papeles de BBVA (-5,1%), IRSA (-5%) y Mirgor (-3,7%). Por su parte, los ADRs operaron con mayoría de subas para Edenor (+2,8%), YPF (+2,3%) y Supervielle (+2%).
Los contratos futuros cayeron un 2,4% en las siete ruedas hábiles desde nuestro último informe...
Los contratos futuros de Rofex cayeron un 2,4% en las siete ruedas hábiles que transcurrieron desde nuestro último informe. Así, las buenas noticias (Ley de Bases, swap con China, IPC mayo de 4,2%, superávits gemelos, entre otras) operaron como ancla para las expectativas devaluatorias. Las principales bajas estuvieron en los contratos a partir de principios de 2025: marzo 2025 (-4,1%), abril 2025 (-3,0%) y mayo 2025 (-3,9%).
El contrato de junio cotiza en $917 y marca una devaluación directa de 1,2% en el mes o 3,2% mensualizado; un punto por encima del crawling peg de 2,0% que mantiene el Tesoro desde diciembre. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el crawling peg se aceleraría en niveles en torno al 4,3%: 3,9% en julio ($953), 4,1% en agosto ($992) y 4,8% en septiembre ($1.039). Finalmente, los precios señalan una devaluación de 4,4% promedio para el trimestre octubre-diciembre del 2024 y una devaluación de 2,6% promedio para los primeros cinco meses del 2025.
Así, la curva de tasas (TNA) se amplió con un marcado aplanamiento en su pendiente. Junio rinde TNA 38%, julio TNA 45% y agosto TNA 47%. A partir de ahí, los rendimientos aumentan gradualmente hasta alcanzar un máximo de TNA 57% en enero del 2025 para luego caer hasta TNA 51% en mayo del 2025.
El volumen operado se mantiene bajo a pesar de la alta volatilidad en precios. En los últimos cinco días hábiles se comerciaron 1,5 millones de contratos. El miércoles 19 de junio el interés abierto cerró en USD 1.887 M. Una suba de 5% m/m y una caída de 55% i.a.



Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 21/06/2024
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Semana de wait and see para los mercados globales. Tras el optimismo generado por los datos de empleo e inflación, los indicadores de la última semana confirman que la actividad sigue mostrando un buen dinamismo. Esto reduce las posibilidades de que la Fed adelante el recorte de tasas para septiembre. En consecuencia, los rendimientos de los bonos del Tesoro experimentaron un ligero repunte, y la renta fija no pudo mantener el impulso de las semanas previas, registrando un pequeño retroceso. Las acciones cerraron la semana con una leve ganancia, destacándose un respiro en las tecnológicas tras un fuerte rally alcista. El dólar volvió a fortalecerse y los commodities operaron a la baja, salvo el petróleo que tuvo otra semana positiva. Los demás mercados globales anotaron una pequeña subida, impulsados por el repunte en Europa y Latam. Las miradas de esta semana estarán en la publicación de los datos de ingreso, gasto y ahorro de las familias estadounidenses, y del PCE de mayo, que debería confirmar la desaceleración de la inflación. Además, se espera la última revisión del PBI del 1Q24.
Actividad a buen ritmo. En una semana menos cargada en cuanto a la publicación de indicadores, el balance fue positivo, destacándose la buena performance del PMI de junio –el índice compuesto subió de 54,5 a 54,6 con mejoras tanto en el manufacturero, que marcó 51,7, como en el de servicios, que quedó en 55,1–, de la actividad manufacturera –la producción industrial de mayo se recuperó de la caída de 0,7% m/m de abril y marcó un alza de 0,4% m/m– y las peticiones iniciales de desempleo, que tuvieron un leve retroceso –en la segunda semana de junio bajaron a 238 mil desde los 243 mil de la semana previa–, mientras que las ventas minoristas de mayo subieron 0,1% m/m nominal, mejorando su performance respecto a abril cuando había caído 0,2% m/m. La última actualización del Nowcast de Atlanta prevé un alza de 3,0% t/t anualizado para el 2Q24, casi sin cambios respecto a la semana previa.
Tasas en alza. Los buenos resultados del nivel de actividad siguen conteniendo las expectativas de los analistas en cuanto a un recorte anticipado de la tasa de referencia de la Fed. En este marco, si bien siguen debajo de los registros de un mes atrás, en la última semana los rendimientos de los bonos del Tesoro Americano tuvieron un leve repunte. La USD2Y subió 5 pb hasta 4,73% y la USD10Y cerró en 4,26%, 4 pb por encima que la semana previa. Esto golpeó a los índices de renta fija que interrumpieron la recuperación que venían marcando y tuvieron una caída semanal promedio de 0,2%, reduciendo la ganancia en lo que va del mes a 1,3%. Los más afectados fueron los corporativos Investment Grade, que perdieron 0,3% –en el mes ganan 1,2%– mientras que los High Yield recuperaron 0,4%, acumulando en junio una ganancia de 0,3%.
Ventajas de la diversificación. Aunque con menor impulso al que venían mostrando las semanas previas, el S&P 500 volvió a tener una semana positiva al anotar una subida de 0,3%, estirando a 3,3% el avance en lo que va de junio. Lo que distinguió a la última semana fue la pausa en el repunte de las tecnológicas –subieron solo 0,3% debido a la caída de 3,3% de Nvidia luego de un fuerte rally–, mientras que el resto de los sectores tuvo ganancias generalizadas. De hecho, el S&P equiponderado anotó un alza de 1,2% y logró compensar las pérdidas de las semanas previas. Esto marca los beneficios de la diversificación sectorial del S&P, que compensó el menor impulso de las acciones Growth con los incrementos que tuvieron los sectores Value, como el energético e industrial, que subieron 1,9% y 1,5% en la semana, respectivamente. La mala performance de las tecnológicas interrumpió el rally alcista del Nasdaq, que cerró la semana con una ligera caída –en el mes acumula un aumento de 5,7%–, mientras que el Dow Jones ganó 1,3% –en el mes sube 1%–.
Dólar fortalecido. La presión sobre las tasas de interés y la incertidumbre que padecen el resto de los mercados globales –con malos datos en Europa que se suman a la incertidumbre política en Francia, y en Japón donde el Banco Central no movió las tasas– siguen favoreciendo al dólar. En la última semana ganó 0,2% y en el mes acumula un alza de 1,1%. La mayor apreciación la tuvo contra el yen japonés, con un aumento de 0,5% en la semana y estirando a 1,6% la subida en el mes, llegando a una cotización de USDJPY de 160. Contra el euro ganó 0,1% en la semana y 1,4% en el mes, mientras que la peor performance la tuvo el real brasileño, que perdió 1,0% en la semana y 3,5% en lo que va de junio, cotizando en USDBRL 5,45, el nivel más alto de los últimos dos años. El oro perdió 0,5% en la semana y en lo que va de junio acumula una caída de 0,3%.
Commodities a la baja, salvo el petróleo. Impulsado por la caída de inventarios en EE. UU., la mejora en la demanda y las perspectivas de que la OPEP reduciría la oferta en un contexto de incertidumbre por la situación en Ucrania y Medio Oriente, el precio del petróleo volvió a tener una semana positiva al anotar un alza de 2,9% hasta los USD 81 el barril y acumula en junio un aumento de 4,9%. Diferente fue el caso del resto de los commodities que volvieron a tener una semana negativa, destacándose la soja con una pérdida de 1,6% en la semana y 3,7% en el mes, así como el cobre que bajó 1,3% en la semana, estirando a 2,5% la baja del mes.
Un respiro para los mercados globales. El índice global de acciones subió 0,4% en la semana y 1,0% en lo que va de junio. Si se excluye a EE.UU., la semana estuvo más estable al anotar una ganancia de 0,3%, aunque en lo que va de junio acumula una baja de 2,3%. En línea con la mala performance del Yen, Japón perdió 1,7% en la semana, mientras que la bolsa europea repuntó 1,1% después de la fuerte caída que había padecido la semana previa tras las elecciones para representantes en el Parlamento Europeo. En el caso de los emergentes, pese a que el índice de China cerró estable, lograron un repunte de 1,0%, destacándose Latam con una ganancia de 2,0% que reduce la pérdida del mes a 8,5%.
Lo que viene. La semana tiene una agenda cargada de publicaciones de indicadores estadounidenses, entre los que se destacan la tercera y última revisión del PBI del 1Q24, así como el consumo, gastos y ahorro de las familias correspondientes a mayo, de lo cual se derivan los índices de precios implícitos PCE y PCE core. Estos indicadores se esperan que confirmen la desaceleración de precios que registró el IPC. En Europa, las miradas seguirán puestas en Francia de cara a la primera vuelta de las elecciones legislativas del próximo domingo 30 de junio, en la que Macron se juega parte de su futuro político.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
Mientras espera la definición final sobre la Ley de Bases y el paquete fiscal en la Cámara de Diputados, el gobierno reveló dos buenas noticias que cumplen con los mandamientos planteados en el programa: en mayo se mantuvo el superávit fiscal y el superávit comercial. Estas se suman a la ya fuerte desaceleración de la inflación, y sirven para seguir ganando credibilidad y confianza en la gestión. Lo malo es que los indicadores de actividad muestran que, si bien hubo alguna mejora en los últimos dos meses, la salida es lenta —señal que la recesión es fuerte y que no habrá milagro de una salida en “V”—. Otra noticia positiva fue el desembolso del FMI, que ayudó a recomponer reservas internacionales aunque las luces de alerta siguen encendidas: el BCRA dejó de comprar divisas en un mes en el que la oferta de divisas del agro es estacionalmente alta, lo que marca el repunte de la demanda o falta de oferta del resto de los sectores. El fortalecimiento global del dólar, la caída de los precios de las materias primas y el repunte de la demanda interna le ponen más presión a un mercado cambiario que ya muestra fatiga, por lo que la política cambiaria y las perspectivas en cuanto a la liberalización del control de cambios estarán en el centro de la escena. Con este marco de fondo, los activos financieros locales operaron a la baja, con un leve repunte de la brecha cambiaria, una caída de los bonos soberanos y de las acciones mientras que en la curva de pesos se destacaron los bonos ajustables por tipo de cambio. Las miradas de esta semana estarán en los acuerdos que logre el gobierno con los diferentes bloques legislativos para aprobar el paquete fiscal —en especial el impuesto a las ganancias— en tanto que habrá una agenda económica cargada con la publicación del PBI, la tasa de desocupación y el balance de pagos, todos correspondientes al 1Q24, a lo que se suma el EMAE y Salarios correspondientes a abril.
El primer mandamiento. En mayo, el Sector Público no financiero obtuvo un superávit primario de 0,4% PBI ($2,3 B) y financiero de 0,2% PBI ($1,2 B). Si bien se esperaba un resultado positivo debido a la muy buena performance de los ingresos —que subieron 6% i.a impulsados por el alza de la recaudación tributaria por el impuesto a las ganancias y el impuesto PAIS— el gasto volvió a acelerar la caída al mostrar una contracción de 29% i.a. real explicado principalmente obra pública (-78%), jubilaciones (-14%), subsidios (-32%), planes sociales (-35%), salarios públicos (-15%) y transferencias a provincias (-74%). Con esto, en los primeros cinco meses del año, el gobierno logró un superávit primario de 1,1% de PBI y también un excedente financiero de 0,4%. La meta con el FMI apuntaba en el 2Q24 a un superávit primario de 0,3% de PBI, con lo cual es casi un hecho que el gobierno la cumplirá ampliamente, algo que no ocurría desde 2008. La buena performance fiscal fue explicada principalmente por el gasto primario que acumuló una caída de 31% i.a. real explicado por la combinación de licuación, recorte de gastos y demora en los pagos a energéticas, mientras que los ingresos lograron compensar la baja de la recaudación de los tributos ligados al nivel de actividad con más impuesto PAIS.
Aumenta la deuda del Tesoro Nacional. A pesar de los buenos resultados fiscales, el stock de la deuda pública siguió creciendo en mayo hasta los USD 435.674 M, valor más alto de la serie desde 2019, lo que representa cerca del 70% del PBI. El crecimiento desde diciembre de la deuda de casi USD 65.000 M se explica principalmente por los BONCER, que aumentaron USD 87.434 M, y dentro de la deuda de corto plazo las LECAP, que aumentaron más de USD 19.000 M.
El segundo mandamiento. Mantener el excedente comercial es una necesidad para el programa, ya que en un contexto de control de cambios y restricción financiera es la única fuente de divisas que tiene el país. La mejora en la cosecha agrícola, el muy buen desempeño del sector energético y la caída del nivel de actividad fueron los principales responsables de que esto ocurra en una primera etapa, dado que para un salto exportador duradero se necesita “algo más”, como mayor apertura comercial y recuperación de la actividad de los sectores más orientados a los mercados internacionales. Dicho esto, vale destacar que en mayo se registró un superávit comercial de bienes por USD 2.656 M, que superó los USD 1.820 M que había marcado en abril y revirtió el resultado de mayo del año pasado cuando había marcado déficit por USD 1.124 M. Los datos de mayo se explicaron porque las exportaciones subieron 22% i.a. –por el alza de 31% i.a. en cantidades— con todos los rubros creciendo, incluidas las industriales que subieron 9% i.a. y acompañaron el fuerte repunte que tuvieron las del agro y de combustibles —en productos primarios 74% i.a., manufacturas agropecuarias 26% i.a. y combustibles 51% i.a.— Por el lado de las importaciones, se evidenció una caída del 33% i.a. –por baja de 30% i.a. en cantidades—, con todos los usos cayendo, en donde se destacan por su incidencia negativa bienes intermedios (-10 p.p. y -26%) y combustibles (-8 p.p. y -62%). Así, acumula en los primeros cinco meses del año un superávit comercial de USD 8.813 M —frente al déficit por USD 2.661 M del año pasado— producto del incremento de las exportaciones 12,5% i.a. mientras que las importaciones cayeron 26% i.a.
Llegó la plata del FMI y subieron las reservas internacionales. Con el ingreso de USD 800 M del desembolso del FMI –durarán poco ya que en julio próximo habrá que pagarle al mismo organismo USD 700 M de intereses— las reservas internacionales se incrementaron en USD 772 M y cerraron la semana con un stock bruto de USD 29.944 M y netas en USD 1.300 M. La mala noticia fue que el BCRA vendió USD 74 M en el mercado de cambios, acumulando en el mes compras netas por apenas USD 25 M –en los 5 meses previos, a esta altura del mes acumulaba compras por USD 2.100 M—, reflejo del repunte que estaría teniendo la demanda en un contexto en el que la liquidación del resto de los sectores se habría reducido notoriamente. Este comportamiento será unas de las variables claves para sostener el actual esquema cambiario. La apreciación del dólar a nivel global, la caída de los precios internacionales de los commodities agrícolas y la inflación local por encima del ritmo de devaluación complican aún más la situación, sobre todo teniendo en cuenta que se viene un semestre con mayores vencimientos de deuda. En este sentido toma relevancia las negociaciones con el FMI y otros organismos internacionales para nuevos desembolsos.
Un rally muy corto. Los bonos soberanos no lograron sostener la recuperación que habían tenido tras la aprobación del Senado de la Ley de Bases y en la semana experimentaron una baja de 0,5% y el riesgo país escaló a 1.384 pb –la caída se profundizó en el mercado de NY en las ruedas del jueves y viernes y el riesgo país cerró por arriba de 1.420–. Así, acumulan una baja de 0,9% en lo que va del mes y las paridades promedian 50,1%. Por otro lado, los bopreales del BCRA perdieron un 2,0% por lo que acumulan una caída de 0,8% en el mes. Tampoco fue una buena semana para las acciones, con el Merval anotando una baja de 1,6% en dólares ni para los ADRs que tuvieron una caída similar, entre la que se destacaron las fuertes bajas de las acciones de bancos. En la curva de pesos, los bonos dollar-linked fueron los ganadores con un alza de 1,2% en la semana y 4,3% en el mes, seguido por los bonos CER que lo hicieron 0,4% y 0,9% respectivamente mientras que los bonos a tasa fija fueron los perdedores al anotar una caída de 2,0% y 1,5% en lo que va de junio.
Lo que viene. Las miradas seguirán puestas en las negociaciones por el paquete fiscal en Diputados, especialmente en lo que refiere al impuesto a las ganancias. La agenda económica estará cargada con los datos del 1Q 24 correspondientes al PBI, balance de pagos y mercado laboral al mismo tiempo que se publicará el nivel de actividad y salarios de abril.
Noticias globales: el mundo hoy.
Aunque con un ritmo más modesto, el mercado estadounidense continuó su sendero alcista y cerró la jornada con ganancias generalizadas. El S&P 500 subió un 0,3%, mientras que el Nasdaq y el Dow Jones terminaron con un alza marginal. Lo más destacado de la sesión fue que Nvidia anotó un alza de 3,6%, ampliando a 180% la ganancia en lo que va del año, lo que llevó su capitalización de mercado a superar los USD 3 billones, convirtiéndola en la empresa más valiosa del mercado, superando a Microsoft y Apple. También subieron otras acciones de semiconductores, incluidas Qualcomm (2,2%), Taiwan Semiconductor (0,9%) y Micron Technology (3,8%).
El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años (UST10Y) cayó al 4,22%, acercándose a su nivel más bajo desde finales de marzo, tras una exitosa subasta de USD 13.000 M en bonos a 20 años. La tasa a 2 años cedió 4 pb para terminar en 4,72%. Así, los bonos tuvieron una jornada positiva con subas promedio del 0,5%, destacándose los bonos emergentes, que avanzaron un 0,7%.
El WTI se mantuvo por encima de los USD 81 por barril después de ganar casi un 2% en la sesión anterior, respaldado por una mejora en las perspectivas de la demanda global y las expectativas de que los principales productores de petróleo mantendrán la oferta ajustada.
Referido a los datos económicos de la fecha, las ventas minoristas en EE. UU. aumentaron nominalmente un 0,1% m/m en mayo (vs. -0,2% previo), aunque por debajo de las previsiones (+0,2%). Así, aumentaron un 2,3% i.a. (vs. +2,7% previo), con 9 de 13 categorías registrando incrementos en sus ventas. A su vez, la producción industrial aumentó un 0,9% m/m en mayo, superando las expectativas del mercado (+0,3%) después de no mostrar crecimiento en abril. La producción manufacturera, que representa el 78% de la producción total, avanzó un 0,9%, por encima del pronóstico (+0,3%). De este modo, se incrementó un 0,4% i.a. (vs. -0,7% previo), marcando el primer aumento en cinco meses.
En la eurozona, el índice de precios al consumo aumentó un 0,2% m/m en mayo (vs +0,6% previo), el menor en cuatro meses y en línea con las estimaciones preliminares. Así, la tasa de inflación subió al 2,6% i.a. (desde 2,4% previo). Los precios se recuperaron en el caso de la energía (0,3% frente a -0,6%) y aumentaron más rápidamente en los servicios (4,1% frente a 3,7%), pero se desaceleraron en el caso de los alimentos, el alcohol y el tabaco (2,6% frente a 2,8%) y los bienes industriales no energéticos (0,7% frente a 0,9%). La mayor contribución al alza provino del sector servicios. Mientras tanto, la tasa básica que excluye los precios de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco también aumentó, del 2,7% al 2,9%.
Además, el indicador ZEW de sentimiento económico aumentó 4,3 puntos hasta 51,3 en junio, el nivel más alto desde julio de 2021 y firmemente por encima de las expectativas del mercado de 47,8. Este aumento marcó la novena mejora consecutiva en el indicador de moral, impulsada por las esperanzas de que los recortes de tasas por parte del BCE y la menor inflación ofrecerán un mejor contexto para que la economía europea gane tracción tras su desaceleración en 2022 y 2023.
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Con el resultado fiscal de mayo se logró un nuevo récord desde 2008: marcar cinco meses consecutivos de superávit financiero. Específicamente, en el quinto mes del año se obtuvo un resultado primario de 0,4% del PBI ($2,3 B) y financiero de 0,2% del PBI ($1,2 B). Así, en el año se acumula un superávit primario de 1,1% del PBI (frente a la meta del FMI para el 2Q24 de 0,3% del PBI) y financiero de 0,4% del PBI.
El gasto primario bajó 29% i.a. en términos reales en mayo, acelerando la caída, explicado principalmente por obra pública (-78%), jubilaciones (-14%), subsidios (-32%), planes sociales (-35%), salarios públicos (-15%) y transferencias a provincias (-74%). De este modo, acumula una caída de 31% en términos reales en el año. Además, por el lado de los ingresos hubo una suba del 6% real interanual, con un crecimiento por primera vez en el año de los ingresos tributarios (+10%), explicado principalmente por Ganancias e impuesto PAÍS, que compensaron la caída en IVA y Cheques.
A pesar de los buenos resultados fiscales, el stock de la deuda pública siguió creciendo en mayo, alcanzando los USD 435.674 M, el valor más alto de la serie desde 2019, lo que representa cerca del 70% del PBI. El crecimiento de casi USD 65.000 M desde diciembre se explica principalmente por los BONCER, que aumentaron USD 87.434 M, y por la deuda de corto plazo con las LECAP, que aumentaron más de USD 19.000 M.
En el mercado cambiario, el BCRA registró compras netas por USD 82 M. En lo que va de junio, la autoridad monetaria ha sumado compras por USD 181 M. Por otro lado, con el ingreso del desembolso del FMI por USD 800 M, el stock de reservas internacionales aumentó en USD 790 M, alcanzando un total de USD 29.956 M.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,3% hasta $905,4. Esto significa un ritmo de devaluación mensualizado de 2,3%, que se aceleró contra el ritmo de 0,3% del viernes. En los últimos cinco días hábiles la devaluación corrió a una TEM de 1,8%, mientras que en lo que va de junio corrió a TEM 1,9%.
Los dólares financieros operaron con leves bajas. El MEP con AL30 se mantuvo en $1.245, en tanto que el CCL disminuyó 0,2% hasta $1.262. De esta manera, sus brechas con el dólar oficial se sitúan en 38% y 39%, respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar cayeron un 0,3%. Las mayores subas se registraron en los contratos de septiembre (+0,1%). Mientras que, las mayores caídas se registraron en los contratos de febrero (-1%), enero (-0,8%) y marzo (-0,7%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 4,1% mensual promedio hasta marzo del 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mayormente negativa. Los bonos CER cedieron un 0,2%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró bajista en 3,1% mientras que las lecaps experimentaron una baja de 0,3%. Por su parte, los duales registraron una ganancia de 0,4% y los DLK marcaron una suba de 0,8%.
Los bonos soberanos en hard-dollar ganaron 0,6%, por una suba de 0,6% en los ley Nueva York y una suba de 0,7% en los ley Argentina. Así, acumulan una ganancia de 0,2% en lo que va del mes y de 39,1% en lo que va del año. De esta manera, las paridades promedian el 50,6% y el riesgo país aumentó 4 pb hasta los 1.385 pb. Por su parte, los BOPREAL del BCRA ganaron un 1,2% diario.
El índice S&P Merval cedió 1,6% luego de acumular un alza del 4,2% durante la semana pasada. Las cotizaciones sufrieron un reacomodamiento ya que en la jornada previa no abrió por el feriado local pero sí hubo operaciones en Wall Street. Las acciones argentinas que cotizan en Wall Street operaron con alzas generalizadas, lideradas por Despegar con un avance del 4,6%, escoltada por Despegar (+4,3%) e YPF (+2,8%).