Noticias locales: el país hoy.
El mercado local sufrió nuevamente el impacto del mal contexto externo. En una nueva jornada negativa para los mercados globales, los bonos soberanos en dólares registraron caídas en la rueda del jueves, lo que llevó al riesgo país nuevamente hacia la zona de 750 pb. En el segmento en pesos, se observó una performance positiva en los tramos más cortos, tanto a tasa fija como ajustados por CER, mientras que los títulos de mayor duration y los duales no muestran signos de recuperación. Por otro lado, los futuros de dólar mostraron presión alcista, en tanto los dollar-linked más largos también reflejaron ajustes al alza.
Las lluvias aliviaron las perspectivas del agro. Si bien las recientes precipitaciones provocaron excesos hídricos en el oeste y sur del área agrícola, solo el 17% de la soja se encuentra en suelos con condición regular/sequía (-3 p.p. vs. la semana pasada) y los excesos hídricos afectan al 3% del área (+1 p.p.), mejorando notablemente frente a la situación de enero y febrero. En síntesis, el 80% de los lotes mantiene humedad adecuada/óptima y el 61,1% ha iniciado el llenado de grano, por lo que la Bolsa de Cereales sostiene la proyección en 49,6 Mtn. En maíz, la cosecha cubre el 8,1% del área con un rinde medio de 78,8 qq/ha, con mejoras en los planteos tardíos y la estimación estable en 49 Mtn.
La deuda soberana en pesos mostró un comportamiento mixto. Mientras el tramo corto de la curva a tasa fija se mantuvo estable con subas del 0,2%, el tramo largo no muestra signos de recuperación y registró leves caídas en torno al 0,1%. En tanto, los duales acentuaron su tendencia a la baja con caídas del 0,3%. Por su parte, los bonos CER no tuvieron variaciones significativas respecto a la rueda de ayer y cerraron la jornada con una caída marginal menor al 0,1%. Los dollar-linked operaron mixtos, con mayores caídas en el TZVD5 (-1,8%), aunque con poca liquidez, revirtiendo parte de las ganancias de la semana.
En cuanto a la deuda soberana en dólares, anotó otra rueda con caídas en torno al 0,6%, siendo el tramo medio bajo ley extranjera el más afectado, con caídas del 0,8% tanto para el GD35 como para el GD38. Todo esto en medio de un repunte de 30 pb en el riesgo país hasta 748 pb. Por su parte, los Bonares cayeron un 0,9%.
En el mercado cambiario, el BCRA compró USD 50 M, acumulando un saldo comprador de USD 274 M en lo que va de marzo. La compra de divisas favoreció a las reservas brutas, que subieron en USD 143 M hasta USD 28.102 M.
El dólar oficial subió 25 centavos diarios hasta los $1.067,13. De esta manera, el ritmo de devaluación corre al 0,7% mensual. Los dólares financieros operaron estables, con leves subas del 0,4% tanto para el MEP (GD30) como para el CCL, cerrando en $1.231,4 y $1.232,4, respectivamente. Con esto, las brechas con el dólar oficial se mantuvieron en 15% para ambos tipos de cambio.
Los futuros de dólar tuvieron una suba general del 0,7%, lo que deja la devaluación implícita mensual promedio en un nivel de 2,2%, 1,2 pp por encima del crawling peg del 1%. Los contratos que más avanzaron fueron los de enero (1,2%), diciembre (1,1%) y febrero (0,9%). Con esto, el dólar futuro a febrero 2026 se encuentra en $1.377.
Las acciones retrocedieron luego del rebote que habían tenido el día miércoles. En concreto, el Merval cayó un 1,8% en pesos, mientras que en dólares la caída fue del 2,1%, cerrando en USD 1.810. Las mayores pérdidas fueron para IRSA (-6,1%), Supervielle (-4,3%) y LOMA (-4,0%), en tanto que la única empresa en registrar una ganancia significativa fue Mirgor (6,0%).
¿Qué variables macro avanzan de manera positiva y cuáles se encuentran bajo tensión?
✅D A T O P O S I T I V O D E L A S E M A N A
La recaudación tributaria creció 12% i.a. real en febrero, acumulando una mejora del 8,6% i.a. real en el primer bimestre. Aunque influida por una baja base de comparación, superó en 1,5% real lo recaudado en el mismo período de 2023, lo que evidencia la buena dinámica de los ingresos. Esto es clave para sostener el equilibrio financiero, en un contexto de repunte en el margen del gasto público.
⚠️A M O N I T O R E A R
La inflación de CABA se desaceleró en febrero, pasando de 3,1% m/m a 2,1% m/m, pero la núcleo subió de 2,7% m/m a 3,1% m/m, lo que descarta una desinflación consolidada. Además, la baja del 32% m/m en pasajes de avión restó 0,5 puntos a la inflación del mes, dada su incidencia en la canasta de CABA, la cual es mucho menor en la nacional. Por ello, seguimos esperando que la inflación nacional supere el 2,2% m/m de enero y alcance al menos 2,3% m/m.
🚨R I E S G O
Tras alcanzar un máximo de febrero en USD 395, el precio de la soja experimentó una corrección de más del 8%, acumulando una baja del 2,4% en marzo y una caída del 16,4% i.a. Esto podría reducir la liquidación del agro y, por lo tanto, complicar la compra de divisas por parte del BCRA.
Análisis del impacto de un posible acuerdo con el FMI en el mercado.
CURVAS EN DÓLARES
El Decreto de Necesidad y Urgencia publicado en el Boletín Oficial, que autoriza al Tesoro a firmar un acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI, es una buena noticia para los bonos soberanos en moneda extranjera. Si bien el monto específico del financiamiento y las condiciones asociadas al acuerdo aún no han sido establecidos, el acceso a nuevos desembolsos podría aliviar la presión sobre las reservas internacionales y le daría impulso a la deuda soberana en dólares. Esto, a su vez, permitiría que el riesgo país retome el sendero descendente, que se interrumpió a principios de enero cuando pasó de 580 pb a los 723 de hoy. La velocidad de compresión del riesgo argentino dependerá, en gran medida, del monto final acordado y de los términos establecidos con el organismo.
Como venimos mencionando en nuestros informes, seguimos encontrando valor en la curva soberana en dólares, sustentados en nuestros tres pilares: 1) continuidad del superávit fiscal, 2) un buen resultado electoral y 3) acumulación de reservas. Si bien este último punto se presenta como el mayor desafío, en especial por la apreciación cambiaria y los pagos netos de deuda al sector público, el acuerdo con el FMI podría reforzar este pilar, dando lugar a una mejora en la posición de Reservas Internacionales Netas (RIN).
En este contexto, analizamos distintos niveles de riesgo país en un horizonte de tres meses para estimar el potencial upside de los Bonares y Globales y, de esta manera, identificar posiciones estratégicas para capitalizar el potencial de apreciación vinculado al avance del programa con el FMI.
A principios de enero, cuando el riesgo país alcanzó los 580 pb, la curva soberana en dólares se encontraba levemente positiva –es decir, con menores rendimientos en el tramo corto y mayores rendimientos en el tramo largo–. Luego del pago de cupones, los bonos de corto plazo cayeron un 5% y los largos un 7%, lo que invirtió la pendiente de la curva, con el tramo corto rindiendo 13,2% y el largo 11,7%. De materializarse el acuerdo con el FMI conforme al escenario base proyectado, esperamos que el riesgo país muestre un sendero descendente y, con ello, la curva vuelva a normalizar su pendiente. Si esto ocurre, vemos un mayor potencial de upside en el tramo largo de la curva bajo ley extranjera, en particular en el GD35 (11,6% TIR) y el GD41 (11,5% TIR), con retornos potenciales del 9,9% y 11,8%, respectivamente, lo que implicaría una compresión de entre 130 y 150 pb en las tasas.
Vale destacar que en un escenario hipotético con menores desembolsos a lo esperado, que impulsara al riesgo país hacia niveles de 800 pb, el downside estimado de estos instrumentos se mantendría acotado en torno al 1,3%. De esta manera, la relación riesgo-retorno respaldaría la estrategia de extender duration hacia el tramo más largo.
CURVAS EN PESOS
En cuanto al segmento de deuda en pesos, a priori, un acuerdo con el FMI tendería a beneficiar a la tasa fija. Un BCRA con más reservas tendría más poder de intervención en la brecha entre los dólares financieros y el oficial. Así, una brecha contenida o incluso a la baja, reduce las expectativas de devaluación y, por lo tanto, de inflación. Esto abre una interrogante acerca de qué pesa más para el mercado hoy en día: si las potenciales consecuencias positivas de un nuevo acuerdo o la presión al alza que se observa en las tasas de interés.
Dada la tensión en la liquidez, con un Tesoro que necesita renovar vencimientos de deuda y los bancos posicionados en LEFI (2,4% TEM) para administrar su liquidez ante la demanda de crédito privado, se generó una presión alcista en las tasas de interés. Esto se vio tanto en las licitaciones del Tesoro, en las cuales se convalidaron tasas más altas que las que se estaban negociando en el mercado secundario (2,5%-2,6% TEM en la licitación vs. 2,3%-2,4% que rendían las Lecap), como en el mismo mercado secundario, donde se observó una gran descompresión en las tasas. Concretamente, en el secundario se generó una suba en las tasas, partiendo de un promedio de 2,2% TEM en todos los tramos de la curva y alcanzando 2,7% TEM en el tramo corto, 2,6% en el medio, y 2,5% en el largo. Por su parte, los duales retrocedieron un 2,9% y sus rendimientos, que habían comprimido a 2,0% TEM, alcanzaron otra vez un nivel de 2,2% TEM promedio.
Con este panorama en mente, vemos conveniente acortar duración dentro de la curva de tasa fija. Si bien el acuerdo con el FMI puede mejorar las expectativas de largo plazo, la falta de liquidez debería seguir presionando a las tasas. Sumado a esto, las elecciones legislativas le agregan incertidumbre al mercado sobre el esquema cambiario que elegirá el gobierno una vez que hayan ocurrido. Es importante destacar que, por primera vez, el REM proyecta un salto del 9% en el tipo de cambio para el primer bimestre del 2026. Por otro lado, un dato de inflación de febrero que supere el de enero (REM proyecta 2,3% m/m sin perforar el 2,0% m/m hasta abril) tampoco contribuiría a bajar las tasas.
En este sentido, una Lecap corta permite capturar una tasa atractiva al mismo tiempo que ofrece mayor liquidez y menor exposición a volatilidad (por su corta duración) frente a escenarios adversos. Por otro lado, analizando la curva de tasas forwards, se observa que el mercado no pone en precios una compresión de tasas. Esto refuerza la tesis de que, al vencimiento de las letras cortas, seguirá habiendo oportunidad de reinversión dentro de la curva, con tasas atractivas en instrumentos de mayor duración.
Por último, en lo que es corto plazo, priorizamos la tasa fija por sobre la curva CER, ya que las Lecap ofrecen mayores retornos. Si bien el REM proyecta una inflación mensual en febrero superior a la de enero, el mercado descuenta un escenario en el cual la inflación no perfora el 2,0% hasta el tercer trimestre del 2025.
Recomendación: para inversiones en pesos sugerimos la siguiente cartera: 15% S16A5 (TEM 2,9%) + 10% S30Y5 (TEM 2,6%) + 15% S18J5 (TEM 2,7%) + 20% TTM26 (TEM 2,2%) + 20% TZX26 (CER + 10%) + 20% TZVD5 (devaluación +7%).
Noticias globales: el mundo hoy.
Apoyados por el dato de inflación de febrero, que vino por debajo de las expectativas, los mercados tuvieron una rueda mayormente positiva. Las acciones cerraron al alza lideradas por las tecnológicas, que repuntaron luego de fuertes caídas en las jornadas previas, mientras que los rendimientos de los bonos volvieron a subir, empujados por los temores en cuanto a la suba de aranceles y por el nuevo deterioro que marcaron las cuentas públicas en febrero. Esto fortaleció al dólar, mientras que el petróleo subió.
Concretamente, el índice VIX cayó a 24 pb, aunque siguió por encima de los últimos meses. El S&P 500 y el Nasdaq 100 subieron un 0,8% y un 1,3%, respectivamente, mientras que el Dow Jones se mantuvo sin variaciones. El sector tecnológico lideró las ganancias, con Nvidia, Tesla y Palantir subiendo más de un 6%. Sin embargo, los sectores defensivos continuaron cayendo, lo que mantuvo al Dow sin grandes cambios.
A pesar del buen dato de inflación, los rendimientos de los bonos subieron levemente. En concreto, la UST10Y cerró la rueda en 4,31%, una suba de 2 pb, alcanzando su máximo nivel en dos semanas. En tanto, la UST2Y registró una suba de 4 pb hasta el 3,98%. Esto golpeó a los índices de renta fija, que tuvieron una caída promedio de 0,2%, a pesar de ello, los High Yield y bonos emergentes, que registraron subas de 0,2%.
En cuanto a las monedas, el índice de dólar DXY se recuperó levemente y subió 0,2 %, explicado por el avance frente al yen japonés en 0,3% y 0,1% frente al euro.
En cuanto a commodities, el petróleo WTI subió 2,1% cerrando en USD 67,6 por barril, impulsado por datos que reflejaron una fuerte demanda interna en EE. UU. y por una inflación más moderada que mejoró el sentimiento del mercado. Sin embargo, los precios del petróleo siguen muy por debajo de los máximos de mediados de enero debido a la incertidumbre en torno a los aranceles de EE. UU., los planes de la OPEP+ para aumentar la producción y la debilitada demanda en China. Por su parte, la soja registró pérdidas de 1,0% cerrando en USD 362,9 la tonelada gracias a las expectativas de una cosecha fuerte por parte de Brasil.
Respecto al dato del día, el índice de precios al consumidor (IPC) de EE. UU. aumentó un 0,2 % m/m en febrero de 2025, tras un incremento del 0,5% m/m en diciembre y por debajo de las expectativas del mercado del 0,3% m/m. Es la inflación más baja desde octubre pasado, ya que el aumento del 0,3% en los costos de vivienda se vio parcialmente compensado por una caída del 4,0% en las tarifas aéreas y una disminución del 1,0% en los precios de la gasolina. Hubo presiones alcistas en la atención médica, los automóviles y camiones usados, el mobiliario y operaciones del hogar, el entretenimiento, la indumentaria y el cuidado personal. Además, se publicaron los datos fiscales que estuvieron levemente por encima de las expectativas de mercado al registrar un déficit fiscal de USD 307.000 M en febrero de 2025, superando el saldo negativo de USD 296.200 M del mismo mes del año anterior y los USD 303.200 M que preveía el mercado.
Noticias locales: el país hoy.
En la rueda de ayer se publicó el dato de inflación de CABA de 2,1% m/m y el Tesoro logró un rollover del 97% en la licitación. El mercado reaccionó al dato de inflación con subas en los bonos en pesos, sobre todo en las Lecap/Boncap largas y en los duales. Por su parte, los soberanos en dólares se mantuvieron estables y el Merval registró una fuerte aumento del 5,0% en dólares.
La inflación de febrero en la Ciudad de Buenos Aires se desaceleró, pasando del 3,1% m/m en enero al 2,1% m/m (+79,4% i.a.). Sin embargo, esta baja estuvo influida por una caída del 4,8% m/m en los productos estacionales. De hecho, la inflación núcleo se mantuvo en 3,1% m/m, el mismo nivel que en enero. Además, el dato de febrero no es directamente extrapolable a la inflación nacional, debido al fuerte descenso del 32% m/m en los pasajes de avión. Este servicio tiene una ponderación del 1,45% en el IPC de la Ciudad, pero solo del 0,14% en el IPC Nacional. En términos de impacto, la baja en el precio de los vuelos restó 0,46 pp a la inflación de la Ciudad, pero restaría apenas 0,04 pp a la inflación nacional. Por este motivo, mantenemos nuestra estimación de inflación para febrero en 2,3% m/m para el IPC Nacional.
En cuanto a la licitación del miércoles, la Secretaría de Finanzas colocó deuda por $4,45 billones, ante vencimientos por $4,59 billones, es decir, logró un rollover del 97%. El foco de la licitación estuvo en la Lecap que vence el 16 de abril (S16A5), en la que se adjudicaron $2,58 billones (58% del monto total), convalidando una TEM de 2,69%, contra 2,60% en el mercado secundario al cierre del martes. En tanto, para las Lecap S30Y5 y S31L5, y el Boncap T30E6, se convalidaron tasas levemente por debajo de la curva de mercado. El desafío estará en la próxima licitación, ya que vencen $9,2 billones, principalmente correspondientes a la Lecap S31M5.
El dato menor a lo esperado del IPC de CABA impulsó la deuda soberana en pesos. La curva a tasa fija avanzó un 0,3%, potenciada mayormente por el tramo largo (+0,6%), revirtiendo la tendencia a la baja que se venía observando, mientras que el tramo corto se mantuvo firme con subas del 0,2%. Los duales también repuntaron con alzas promedio del 0,7%. En tanto, la deuda CER se mantuvo casi sin cambios respecto a la jornada de ayer. En cuanto a los títulos dollar-linked, anotaron otra rueda positiva con subas del 0,7%, destacándose el TZVD5, que aumentó un 2%.
Con respecto a la deuda soberana en dólares, se observó una caída generalizada en la curva bajo ley local, en torno al 0,2%, al tiempo que la curva bajo ley extranjera subió un 0,1%. En tanto, los Bopreales se mantuvieron con leves caídas del 0,1%. El riesgo país, por su parte, bajó levemente y se encuentra en niveles de 718 pb.
En el mercado cambiario, el BCRA compró USD 80 M, acumulando un saldo comprador por USD 224 M en lo que va de marzo, muy por debajo de los USD 815 M que llevaba comprado a esta altura del mes pasado. Sin embargo, las reservas brutas subieron en USD 274 M hasta USD 27.959 M.
El dólar oficial subió en 21 centavos diarios hasta los $1.066,88. Así, el ritmo de devaluación corre al 0,6% mensual. Los dólares financieros, por su parte, se mantuvieron estables, con el MEP (GD30) sin variaciones respecto a ayer, cerrando en $1.227, mientras que el CCL bajó levemente hasta $1.228. Con esto, las brechas con el dólar oficial se encuentran en niveles del 15% para ambos tipos de cambio.
Asimismo, los futuros de dólar cayeron levemente un 0,17%, por lo cual el mercado pone en precios una devaluación mensual implícita promedio de 2,0%.
Finalmente, las acciones tuvieron un fuerte repunte en su segunda rueda consecutiva al alza. Impulsadas por los bancos y el sector energético, principalmente por TGS (9,9%), Supervielle (8,5%) y TGN (7,3%), en la jornada del miércoles el Merval avanzó un 5,3% en pesos y un 5,0% en dólares CCL. De esta manera, el índice de acciones cerró en un nivel de USD 1.849.
El alcance del nuevo DNU y sus implicancias para la deuda argentina.
El Gobierno oficializó el DNU 179/2025, que avala nuevas operaciones de crédito público entre el FMI y el Tesoro Nacional bajo un Programa de Facilidades Extendidas. Solo se dio a conocer que se establecería un plazo de amortización de 10 años, con un período de gracia de cuatro años y medio. Aunque el monto específico aún no se ha detallado, el decreto permite utilizar los fondos para cancelar las Letras Intransferibles en dólares en poder del BCRA, así como cubrir los vencimientos de deuda del acuerdo de 2022 que operen dentro de los próximos cuatro años desde la firma del nuevo convenio.
El nuevo Extended Fund Facility (EFF) que negocia Argentina con el FMI marca un cambio respecto a los programas anteriores, ya que, a diferencia de un stand-by, ofrece un plazo de repago más largo y un período de gracia de cuatro años. Esto sugiere que el acuerdo incluirá reformas estructurales, aunque podrían implementarse post elecciones.
En términos normativos, el DNU recurre a la Ley Complementaria de Presupuesto para permitir la cancelación de Letras Intransferibles "a valores de mercado". Esto tiene implicancias directas sobre el balance del BCRA, ya que la letra de junio de 2025, valuada en USD 10.000 M a valor nominal, representa aproximadamente USD 3.300 M al precio que figura en los libros del BCRA.
Respecto al monto total del programa, todo indica que el financiamiento cubriría tanto la cancelación parcial de Letras Intransferibles como los vencimientos de capital con el FMI de los próximos cuatro años. Aunque el número exacto aún no se conoce, las cifras sugieren que el acuerdo superaría los USD 15.000 M, considerando los pagos de capital al FMI hasta febrero de 2028 (USD 11.700 M) o 2029 (USD 18.500 M), dependiendo de cómo se interpreten los cuatro años de vencimientos, más el monto necesario para las Letras Intransferibles. Según la valuación del BCRA, el saldo total de estas Letras asciende a USD 23.000 M, mientras que su valuación nominal en los libros del Tesoro Nacional es de USD 69.000 M (luego de la de este año, la próxima cancelación significativa corresponde a una Letra con vencimiento en diciembre de 2029, cuyo valor nominal es de USD 4.571 M).
Cabe destacar que en 2025, las obligaciones con el FMI se limitan al pago de intereses, que suman aproximadamente USD 2.800 M, de los cuales USD 630 M ya fueron abonados en febrero. No hay vencimientos de capital este año, y el primer pago de esta índole recién está programado para septiembre de 2026 por USD 765 M, momento en el que se espera que Argentina haya recuperado el acceso al mercado de deuda privada para reducir su dependencia del organismo. A partir de ahí, las amortizaciones aumentan progresivamente: en 2026 se prevé el pago de USD 1.092 M, en 2027 la cifra asciende a USD 4.261 M, en 2028 a USD 6.347 M y en 2029 a USD 6.795 M.
El interrogante clave es cuánto de ese financiamiento estará disponible en 2025. Un escenario es que ingresen unos USD 6.500 M, de los cuales USD 3.300 M se destinarían a cancelar la Letra Intransferible de este año (aportando liquidez fresca), USD 1.000 M corresponderían a los desembolsos asociados a la novena y décima revisión del actual Acuerdo de Facilidades Extendidas, y USD 2.100 M serían para afrontar los intereses con el FMI que restan en 2025.
Todavía no hay claridad sobre los plazos de implementación del acuerdo, dado que su aprobación final depende del FMI, tanto a nivel del staff como del Directorio. El único antecedente reciente bajo este régimen se dio en 2022, cuando el gobierno argentino firmó un acuerdo técnico con el Fondo y, seis semanas después, envió al Congreso el proyecto de autorización de deuda con los detalles incluidos en anexos. En aquel momento, el Congreso aprobó la autorización sin avalar la letra chica del acuerdo. Luego de 20 días de debate legislativo, el Directorio del FMI dio su visto bueno y liberó el primer desembolso. En esta ocasión, el proceso es completamente distinto: el Ejecutivo optó por un DNU en lugar de un proyecto de ley, avanzando sin un acuerdo técnico oficializado con el FMI ni información detallada sobre montos, desembolsos, metas y condicionalidades. Aunque el decreto entra en vigencia inmediatamente tras su publicación, su continuidad dependerá del Congreso, que puede aprobarlo o rechazarlo. Para que pierda efecto, ambas cámaras deberían votarlo en contra.
¿Llegó el momento para reformas tributarias profundas que podrían fortalecer la economía?
Pese a que la inflación interanual correspondiente al mes de febrero de 2025 se ubicará en torno al 67%, la recaudación tributaria mostró un crecimiento considerablemente superior, alcanzando un incremento interanual del 86,5%.
Este desempeño destacado refleja no sólo una recuperación en términos reales, sino que también pone en evidencia un notable incremento en la eficiencia recaudatoria por parte de la administración tributaria, incluso en un escenario complejo donde distintos cambios normativos recientes podrían haber justificado una caída o, al menos, un estancamiento en la recaudación.
Tal consideración adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que, durante los últimos meses, se impulsaron modificaciones tributarias orientadas precisamente a aliviar la presión fiscal sobre ciertos sectores económicos específicos. Dichas medidas habrían llevado naturalmente a esperar una reducción en el volumen global de recursos recaudados, sin embargo, ocurrió lo contrario.
Menos presión fiscal
Entre las modificaciones más destacadas cabe señalar, en primer lugar, la disminución sustancial del Impuesto PAIS aplicado a las importaciones de bienes, medida impulsada especialmente por la significativa reducción de la brecha existente entre el dólar oficial y el dólar bolsa (MEP). Esta reducción en la brecha cambiaria generó condiciones económicas más estables y previsibles para los importadores, facilitando así el acceso a divisas en condiciones más competitivas y transparentes, y disminuyendo considerablemente los costos operativos relacionados con las compras internacionales.
Asimismo, se adoptó una política fiscal expansiva mediante la reducción significativa de las retenciones aplicadas al sector agropecuario, tradicionalmente una fuente importante de ingresos tributarios para el Estado. Dicha disminución busca devolver la competitividad perdida en la producción agrícola y fomentar una mayor inversión privada en ese sector, lo cual, en teoría, habría derivado en una merma inmediata en la recaudación vinculada a estos derechos de exportación.
Por otro lado, también se verificó una caída en los anticipos del Impuesto sobre los Bienes Personales, como resultado directo del éxito del régimen especial implementado recientemente para la regularización e ingreso voluntario de dicho impuesto. Esta medida propició que numerosos contribuyentes adelantaran pagos o normalizaran situaciones pendientes en ejercicios anteriores, impactando inicialmente en la percepción adelantada de impuestos, pero al mismo tiempo reduciendo los anticipos exigibles en períodos subsiguientes que tiene impacto en la revisión interanual.
Incremento de la recaudación
En materia del Impuesto a las Ganancias se observa un incremento marcadamente superior al promedio general de la recaudación, alcanzando aproximadamente un 140% interanual. Este desempeño sobresaliente se explica, principalmente, por el aumento significativo en la base de empleados en relación de dependencia obligados al pago del tributo, como consecuencia directa de la modificación del esquema tributario vigente y la eliminación del régimen cedular especial aplicable a los altos ingresos, que se encontraba operativo hasta febrero del año anterior.
Asimismo, este fuerte aumento en la recaudación del impuesto a las Ganancias se explica también por el efecto positivo que tuvo el crecimiento económico en ciertos sectores clave durante los últimos meses, destacándose especialmente aquellos vinculados a la industria energética, la actividad financiera, sectores exportadores agroindustriales y la economía del conocimiento, entre otros. La mayor rentabilidad registrada en estas actividades, impulsada principalmente por una recuperación en la actividad económica, generó un efecto directo en el incremento sustancial de los anticipos tributarios ingresados durante febrero de 2025 en comparación con igual mes del año anterior.
Reforma tributaria
En definitiva, este sorprendente crecimiento del 86,5% interanual en la recaudación tributaria, muy superior al nivel de inflación proyectado del 67%, evidencia una clara recuperación de la economía argentina. Este escenario positivo ofrece al Gobierno Nacional una oportunidad única para abordar, con mayor margen de maniobra, un proceso de reformas tributarias profundas orientadas específicamente a la eliminación gradual de impuestos altamente distorsivos que históricamente han limitado el desarrollo económico del país.
La elevada presión tributaria vigente en Argentina ha sido objeto constante de críticas tanto desde el ámbito empresarial como académico, debido a sus efectos negativos sobre la inversión, la producción y la competitividad general del sistema económico. En particular las retenciones a las exportaciones agroindustriales, el Impuesto al Cheque y ciertas cargas sociales excesivamente altas, suelen ser mencionados como los tributos más distorsivos y que afectan negativamente el desarrollo económico sustentable a largo plazo.
En este contexto favorable de aumento sostenido de los ingresos fiscales, el gobierno cuenta ahora con una plataforma sólida desde la cual impulsar reformas tributarias que avancen hacia una estructura impositiva más eficiente, justa y menos regresiva. La eliminación, o al menos la reducción gradual, de impuestos particularmente distorsivos permitiría reducir considerablemente los costos operativos de las empresas, especialmente aquellas vinculadas a sectores exportadores, pymes y emprendedores, incentivando así la inversión productiva, la formalización económica y la creación genuina de empleo.
Finalmente, este incremento de la recaudación tributaria constituye también un claro mensaje hacia los actores económicos nacionales e internacionales acerca del potencial de recuperación y estabilidad económica del país. Una reforma tributaria integral que avance sobre la eliminación efectiva de impuestos distorsivos contribuirá, sin lugar a dudas, a fortalecer aún más la confianza en la economía argentina, potenciando un ciclo virtuoso de inversiones, empleo formal, productividad y bienestar general para toda la sociedad.
Noticias globales: el mundo hoy.
La tensión y la incertidumbre en torno a la política comercial del gobierno de EE. UU. tuvieron un nuevo capítulo. Luego de la reunión entre el primer ministro de Ontario, Doug Ford, y el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, Canadá suspendió el recargo por exportación de electricidad, al tiempo que Trump indicó que estaba reconsiderando los planes de duplicar los aranceles sobre el acero y el aluminio canadienses al 50%. Esto permitió que las acciones se recuperaran en la última hora de la rueda, aunque no alcanzó para evitar una nueva caída.
En este contexto y con mucha volatilidad –el índice VIX confirmó el alza de la jornada del lunes y cerró en 26 pb–, el S&P 500 retrocedió 0,8%, el Dow Jones 1,2%, en tanto que el Nasdaq interrumpió el derrumbe de la jornada del lunes y anotó una ligera caída de 0,2%. Con esta performance, en lo que va del año, el S&P 500 acumula una caída de 5,0% –desde el récord del 19 de febrero perdió 9,3%–, el Dow Jones 2,5%, y el Nasdaq es el gran perdedor al retroceder 8,0%.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro americano operaron al alza. La UST2Y subió 5 pb hasta 3,95%, en tanto que la UST10Y terminó en 4,28%, 7 pb por encima del cierre del lunes. Esto golpeó a los principales índices de renta fija, que tuvieron una caída promedio de 0,4%, siendo los corporativos Investment Grade los más afectados con un retroceso de 0,7%.
En el mercado de monedas, el dólar volvió a debilitarse frente a todas las divisas. El DXY bajó 0,5% hasta 103,6, el nivel más bajo desde las elecciones en EE. UU., impulsado principalmente por el retroceso frente al euro, que en la rueda de ayer fue de 0,8%. En el mercado de commodities, el barril WTI subió 0,3% hasta USD 66,5, mientras que el oro avanzó 0,9% hasta USD 2.920 la onza. Como viene siendo característico de este año, la mejor performance del día la tuvo el cobre, que anotó un alza de 2,2%, ampliando la ganancia en lo que va del año al 20% y alcanzando la cotización más alta desde mayo de 2024.
Noticias locales: el país hoy.
Publicado el DNU con el convenio con el FMI –facilidades extendidas a 10 años y con cuatro de gracia para el pago de capital–, los activos argentinos pudieron redondear una buena rueda. Los bonos y acciones registraron un leve repunte, mientras que los dólares financieros operaron estables.
Los bonos soberanos en dólares también tuvieron una rueda casi sin cambios, con caídas marginales del 0,2%, en línea con un riesgo país que se mantuvo en 723 pb. En tanto, los BOPREAL prácticamente no mostraron variaciones respecto al cierre de ayer.
En cuanto a la deuda soberana en pesos, se observó una tendencia a la baja, aunque de forma moderada. En la rueda previa a la licitación, si bien la curva a tasa fija mostró cierta estabilidad, la S28N5 y el T30E6 registraron caídas en torno al 1%. Mientras tanto, los duales repuntaron con subas promedio del 0,6%, impulsados mayormente por el TTD26 (+0,8%). Por el lado de los bonos CER, estos recortaron un 0,2%, con las principales bajas desde el tramo 2027 en adelante (-0,4%). Por último, los títulos dollar-linked tuvieron una ganancia del 0,2%, prevaleciendo la demanda por el TZVD5 (+0,6%).
En paralelo, los futuros de dólar operaron nuevamente a la baja y cayeron un 0,45% en promedio. Los contratos de enero (-0,96%), diciembre (-0,79%) y septiembre (-0,62%) fueron los que más se movieron. De esta manera, el ritmo de devaluación mensual implícito promedio se mantiene en 2,0% hasta enero de 2026, 1 pp por encima del crawling peg.
Tras la abrupta caída del lunes, el Merval repuntó un 1% en pesos, al tiempo que avanzó un 1,4% en dólares CCL. Con esta suba, alcanzó los USD 1.761. IRSA (3,17%), TGS (2,9%) y Banco Macro (2,15%) fueron las empresas que más ganaron.
Por otro lado, en el mercado cambiario, el BCRA volvió a tener una buena jornada al anotar compras netas por USD 268 M, por lo que pasó a tener saldo comprador en lo que va de marzo por USD 144 M, muy por debajo de los USD 601 M que llevaba adquirido a esta altura del mes pasado. A pesar de las compras de la jornada previa por USD 36 M, las reservas internacionales no lograron repuntar y cayeron en USD 45 M hasta USD 27.685 M.
Finalmente, el dólar oficial subió en 33 centavos diarios hasta los $1.066,67, de modo que el ritmo de devaluación en marzo se ubica en 1,0% mensual. Los dólares financieros, por su parte, operaron mixtos: el MEP (GD30) retrocedió un 0,5% y cerró en $1.228, mientras que el CCL subió un 0,2% hasta $1.229. Con esto, las brechas con el dólar oficial se encuentran en niveles de 15% para ambos tipos de cambio.
¿Por qué este conglomerado se destaca en tiempos turbulentos?
Los crecientes temores sobre tarifas, guerra comercial y recesión desataron, desde mediados de febrero, una baja del 9% en el S&P 500 y del 12% en el Nasdaq, que pasaron a terreno negativo en lo que va de 2025. Berkshire Hathaway, mientras tanto, acumula un alza del 10% desde comienzos de año.
Buena parte del comportamiento defensivo de Berkshire se debe a su gigante posición de caja, que al cierre de 2024 ascendía a USD 334 MM, equivalente a 34% de su valor de mercado.
Sin embargo, la naturaleza defensiva de Berkshire tiene raíces más profundas, que se evidencian al analizar el diversificado entramado de empresas que la componen. La compañía se divide en cinco grandes áreas, detalladas a continuación.
Aseguradoras
La principal actividad de Berkshire es el negocio de seguros, un área que representa cerca del 55% del valor total de la compañía. Su cartera incluye la mayor colección de aseguradoras del mundo, abarcando desde seguros automotores (GEICO) y reaseguros (TransRe) hasta coberturas especializadas en salud (MedPro), propiedades, fenómenos climáticos y otros daños varios.
La unidad de seguros de Berkshire es reconocida por su capacidad para emitir pólizas exóticas de complejidad elevada. Un caso emblemático se dio en 2017, cuando American International Group (AIG) acordó pagar USD 10 MM a Berkshire a cambio de cobertura sobre riesgos a largo plazo en pólizas existentes en la cartera de AIG.
La naturaleza del negocio de seguros lo hace difícil de analizar bajo la perspectiva tradicional, ya que la ocurrencia y costos de las coberturas brindadas son inciertas, dificultando la estimación anual de márgenes de ganancia. Para mayor complejidad, Berkshire se diferencia por utilizar este segmento como fuente de financiamiento para la compra de acciones.
Es decir, las primas cobradas por las aseguradoras de Berkshire se invierten mayormente en renta variable, una actividad que el regulador norteamericano solo permite a las empresas de Buffett (debido al exagerado nivel de sobre-capitalización con el que cuentan), ya que la mayor parte de la cartera de acciones de Berkshire se ubican dentro de este segmento, respaldando el negocio. En total, las aseguradoras de Berkshire cuentan con más de USD 300 MM de capital en exceso del requerido por el ente regulador.
Así, Berkshire obtiene financiamiento prácticamente gratuito: si el negocio asegurador no genera pérdidas, el costo del capital es nulo, y si es rentable, el costo se vuelve negativo. En cambio, las aseguradoras tradicionales deben invertir la mayor parte de sus reservas en bonos de alta calificación, sacrificando rentabilidad por liquidez y seguridad.
Considerando la ganancia normalizada de las aseguradoras por su negocio de emisión de pólizas, más la ganancia correspondiente a las participaciones en acciones y bonos, este segmento logró en 2024 una ganancia de USD 35,4 MM. A una valuación de 16,6x ganancias, el valor de la unidad de seguros ronda los USD 586 MM, equivalentes a un 55% del valor de mercado de Berkshire Hathaway.
Manufactura, servicios y otros
Berkshire posee una colección de empresas privadas de diversos sectores, principalmente manufactura, servicios, comercio minorista y finanzas. La influencia de la compañía está presente en cada una de estas empresas, que se caracterizan por operar con una estructura de capital más conservadora que sus pares de cada sector. La mayoría está en etapa madura y no necesita de grandes inversiones para crecer, con lo cual las ganancias se envían a Berkshire para invertir en otras áreas.
El número de empresas dentro de este grupo aumenta con cada crisis, ya que Berkshire toma ventaja de las valuaciones bajas para realizar compras de oportunidad.
Este segmento logró en 2024 una facturación que ronda los USD 170 MM y, dado que cuenta con un margen normalizado de ganancias en el orden del 7%, su ganancia ajustada es de USD 12,1 MM. Tomando una valuación de 19x ganancias, este sector cuenta con una valuación de USD 235 MM, equivalente a 22% del valor de mercado del grupo.
Ferrocarril BNSF
Berkshire es dueña del ferrocarril de cargas más grande de Estados Unidos, el cual cuenta con 52.300 km de líneas ferroviarias. Se trata de un sector oligopólico dentro del país, en el que BNSF y Union Pacific controlan el transporte en la zona centro y oeste del país, que es la más dinámica gracias al creciente comercio con Asia.
Desde su adquisición en 2010 por unos USD 41 MM, prácticamente toda la ganancia del ferrocarril fue enviada a Berkshire para su reinversión en otras áreas.
BNSF es similar en tamaño, ingresos y ganancias a Union Pacific, que está valuada por bolsa en USD 150 MM. Sin embargo, con una estimación conservadora, podemos valuar el negocio en 23x su ganancia normalizada de 2024, equivalente a USD 130 MM, explicando 12% del valor de Berkshire por bolsa.
Energía
Berkshire Hathaway Energy está compuesta fundamentalmente por tres empresas de energía eléctrica con capacidad de producir 34.000 MW por año, la mitad de los cuales provienen de fuentes renovables. Además, los activos de este segmento incluyen 33.800 km de gasoductos por donde pasa el 15% del gas natural que consume Estados Unidos.
También se incluye a Pilot Travel Services, firma que opera más de 800 estaciones de servicio y recarga de combustibles en Estados Unidos y Canadá.
Por cuestiones desconocidas, Berkshire incluye dentro de este segmento a Berkshire Hathaway HomeServices, uno de los brokers inmobiliarios residenciales más grandes de Estados Unidos.
Contrario a lo que sucede con el ferrocarril, el segmento de energía lleva más de 25 años reinvirtiendo todas sus ganancias en seguir creciendo, obteniendo tasas de retorno sobre el capital de entre 8% y 12% anual.
Con una ganancia normalizada de USD 6,3 MM y un múltiplo de 16x, esta unidad se valúa en USD 102 MM, representando 9% del valor de mercado del grupo.
Otros activos
La empresa cuenta con una serie de inversiones a nivel del holding, es decir, que no se asignan a ninguna subsidiaria en particular. El grueso de estos activos se compone de USD 12 MM en acciones de Occidental Petroleum y USD 10 MM en acciones de Kraft Heinz.
Además, en netos de deuda, estos activos tienen una valuación de USD 17 MM.
Conclusión
Berkshire Hathaway se posiciona como una alternativa de inversión atractiva para transitar tiempos de crisis. Más allá de la cuantiosa reserva de USD 334 MM en efectivo y equivalentes lista para compras de oportunidad, la compañía está diversificada en una gran colección de empresas pertenecientes a una amplia gama de sectores, las cuales se caracterizan por poseer ventajas competitivas y operar con niveles de apalancamiento conservadores.
Considerando el elevado nivel de sobre-capitalización en el segmento de seguros, no existe catástrofe que pueda llevar esta unidad a la insolvencia. Por otro lado, el ferrocarril BNSF opera en un mercado oligopólico y muy probablemente seguirá transportando cargas en los próximos 100 años. De modo similar, Berkshire Energy continuará generando y transportando energía de diversas fuentes en el largo plazo.
Históricamente, Berkshire salió fortalecida de cada crisis, habiendo aprovechado las turbulencias para invertir agresivamente tanto en acciones cotizantes en bolsa como en empresas privadas.
Es posible invertir en Berkshire Hathaway a través de CEDEARs bajo el ticker BRKB.
House View local: febrero 2025.
Los tres pilares que sostienen la estabilidad económica siguen firmes, pero comienzan a mostrar fisuras que podrían comprometer la dinámica en el mediano plazo. En el frente fiscal, el superávit se mantiene, aunque bajo mayor presión. Asimismo, la desaceleración inflacionaria deja menos margen para la licuación del gasto, lo que obliga a profundizar el ajuste. Si bien la mejora en la actividad económica podría fortalecer la recaudación, los menores ingresos por DEX y PAIS generan tensiones adicionales. En este contexto, el gasto ajustable, especialmente en jubilaciones, quedará en el centro del debate. Por el lado externo, el superávit comercial persiste, pero la aceleración de las importaciones redujo significativamente el saldo de enero. Pese a que las exportaciones mantienen un buen ritmo, existen preocupaciones en sectores clave como el agro y la industria. Mientras tanto, el BCRA continúa comprando dólares en el MULC, aunque las reservas netas siguen en terreno negativo, lo que refleja la fragilidad del balance externo. En este sentido, el acuerdo con el FMI se presenta como un factor de estabilidad, pero la falta de definiciones mantiene la incertidumbre y la expectativa sobre la llegada del “moño” final. En el frente político, la imagen positiva que sostiene el Gobierno parece haber alcanzado su techo. La continuidad del proceso de desinflación y la aceleración de la actividad económica contribuyen a la estabilidad en el corto plazo. Además, la suspensión de las PASO en 2025 agrega previsibilidad para el segundo trimestre de ese año, en tanto que la resolución del “Libra-gate” y la gestión de la agenda legislativa serán determinantes para evitar nuevos focos de tensión que puedan afectar la gobernabilidad. En este escenario, si bien la estabilidad macroeconómica sigue en pie, los márgenes de maniobra se reducen y el desafío será mantener el equilibrio sin comprometer la recuperación en curso.
La inflación. En enero, la inflación general fue de 2,2% m/m, consolidando la desaceleración y reduciendo la variación interanual a 84%, con una inflación anualizada del 30%. Por su parte, la inflación núcleo aumentó 2,4% m/m (33% anualizada), desacelerando frente al 3,2% m/m de diciembre, aunque aún por encima de la inflación general. Es la menor variación mensual desde septiembre de 2020, con un 75% i.a. Los precios regulados subieron 2,6% m/m, recuperando parte del atraso respecto a la inflación núcleo, con alzas en transporte público (1,5% m/m), prepagas (3,3% m/m) y tarifas energéticas (4,5% m/m). Los bienes estacionales crecieron solo 0,4% m/m, favorecidos por la caída superior al 3% m/m en el precio de las verduras (quinto mes consecutivo en baja), aunque la carne aumentó 3,1% m/m respecto a diciembre. A nivel sectorial, la mayor suba se dio en restaurantes y hoteles (5,3% m/m), seguido por vivienda (4% m/m), en el cual los alquileres aumentaron 9% m/m. En contraste, indumentaria y calzado registraron una deflación de -0,7% m/m. Para febrero, la inflación habría cerrado en torno al 2,3% m/m, impulsada por la aceleración del precio de la carne, a pesar de que fue el primer mes con el esquema de crawling peg al 1% m/m.
La actividad. El ajuste fiscal tuvo un menor impacto recesivo que el estimado hasta mitad de año. En diciembre, la actividad económica creció 0,5% m/m, acumulando ocho meses consecutivos de expansión y elevando la recuperación desde abril al 6,7% m/m. Comparada con noviembre de 2023, la actividad quedó 2,5% por encima, mientras que en términos interanuales mostró un crecimiento del 5,5% i.a. A nivel sectorial, la recuperación siguió siendo dispar. Seis sectores registraron caídas interanuales, con construcción (-7,2% i.a.) y administración pública y defensa (-2,5% i.a.) entre los más afectados. En contraste, intermediación financiera (+18% i.a.), comercio (+7,4% i.a.), minería (+7,3% i.a.), industria (+7,3% i.a.) y agro (+7,3% i.a.) lideraron el crecimiento. En el acumulado anual, la economía cerró en 2024 con una caída del 1,8% i.a., una contracción menor a la esperada inicialmente, con sectores como la cosecha, minería y energía poniendo un piso a la desaceleración. Para 2025, el arrastre positivo del PBI es de 3,2 pp, lo que refuerza las expectativas de consolidación del crecimiento, proyectado en torno al 5% i.a.
El pilar fiscal firme, pero con alertas. El frente fiscal tuvo un sólido inicio de año, pero con las primeras señales de tensión: el incremento del gasto primario superó ampliamente la dinámica de los ingresos. En enero, el superávit primario alcanzó el 0,3% del PBI, mientras que el financiero fue de 0,1%, reflejando una administración aún ordenada de las cuentas públicas. Los ingresos cayeron 2% i.a. en términos reales, arrastrados por la reducción de los derechos de exportación y la eliminación del impuesto PAIS. Al mismo tiempo, el gasto primario registró un incremento del 14% i.a. real, marcando la primera suba en la gestión Milei y la primera interanual desde julio de 2023. El alza estuvo impulsada principalmente por el aumento de transferencias discrecionales a provincias (+23% i.a.), la expansión de los gastos de capital (+19% i.a.), el ajuste de salarios (+5% i.a.) y el refuerzo en jubilaciones con bonos (+19% i.a.) y AUH (+43% i.a.), esto como consecuencia de la muy baja base de comparación del inicio de la gestión en 2024. Estas erogaciones superaron la caída en programas sociales (-31% i.a., excluyendo AUH) y en subsidios económicos (-11% i.a.), donde la fuerte baja en transporte (-24% i.a.) compensó la leve suba en energía (+7% i.a.). A pesar de este aumento del gasto, el alivio en el pago de intereses (-33% i.a. real) por el uso de instrumentos de deuda capitalizables contribuyó a mantener cierto equilibrio. Sin embargo, la tendencia indica que la política fiscal enfrenta un nuevo desafío: sostener el superávit en un contexto donde los gastos comienzan a recuperar terreno y los ingresos aún no logran repuntar.
La deuda. El stock de deuda bruta del Tesoro siguió en aumento debido a la apreciación cambiaria. En enero de 2025, alcanzó los USD 467.788 M, lo que representa un incremento de USD 1.102 M respecto a diciembre de 2024. De ese total, el 46% está denominado en moneda local, mientras que el 54% restante corresponde a moneda extranjera. En el último mes, la deuda en moneda extranjera disminuyó en USD 2.733 M, al tiempo que la deuda en moneda local aumentó el equivalente a USD 3.835 M. En términos interanuales, el stock de deuda bruta en situación de pago normal se incrementó en USD 86.531 M, impulsado por una reducción de USD 15.648 M en deuda en moneda extranjera y un crecimiento de USD 102.179 M en deuda en moneda local.
Fortalezas y debilidades del frente externo. Como lo venimos destacando, la buena performance del BCRA en el mercado de cambios se apoya en el fuerte ingreso de divisas por préstamos financieros. Esto le permitió al Central comprar USD 1.700 M en enero y casi USD 2.000 M en febrero, lo que pone de relieve las fortalezas y debilidades del contexto cambiario. La fortaleza, porque permite que las empresas aprovechen la disponibilidad de capitales para aumentar su inversión –especialmente el sector energético–, al tiempo que le da espacio al BCRA para que compre divisas, contenga expectativas de devaluación y consolide el proceso de desinflación. La parte débil es que aumenta la deuda de las empresas –en gran parte a corto plazo–, que se da en un escenario de deterioro continuo de la cuenta corriente, proceso explicado por la recuperación del nivel de actividad y el atraso cambiario que hace que la demanda de divisas aumente más rápido que la oferta. Así lo mostraron los datos del balance cambiario de enero, en el que la cuenta corriente marcó un déficit de USD 1.047 M –el peor resultado desde junio de 2023–, quedando muy lejos del superávit de USD 3.654 M que había obtenido en enero del año anterior. Este deterioro se debió al derrumbe del saldo comercial liquidado, que pasó de un excedente de USD 3.870 M en enero de 2024 a apenas USD 420 M en enero de 2025 –el aumento de USD 1.600 M en la liquidación de exportaciones no alcanzó para sostener el salto de USD 5.100 M en los pagos de importaciones–. También por el deterioro en la cuenta de servicios, que marcó un déficit de USD 1.185 M contra un superávit de USD 85 M en enero del año pasado –fue básicamente por el aumento de la demanda de viajes, que de acuerdo con el desbalance de turismo internacional, marcó el peor resultado desde enero de 2018–. Vale destacar que, dado que no se movieron las restricciones cambiarias, la cuenta de utilidades se mantuvo prácticamente sin operaciones. La debilidad de la cuenta corriente contrasta con la cuenta financiera, que se apoya en el ingreso de préstamos –USD 1.500 M de recursos netos, repartidos en partes iguales entre préstamos de bancos locales y emisiones de títulos en el exterior liquidadas en el mercado local– y en el financiamiento que implica el pago de las operaciones corrientes con dólares y fondos en moneda extranjera.
El saldo comercial se deterioró en enero. El saldo comercial se mantuvo positivo en enero con USD 142 M, aunque significativamente por debajo de los USD 784 M registrados en el mismo mes del año pasado. A pesar de la quita del impuesto PAIS y la apreciación cambiaria, el superávit logró sostenerse, aunque con señales de presión por el fuerte avance de las importaciones. Las exportaciones crecieron 9,1% i.a., sumando USD 5.890 M, con el impulso de combustibles y energía (+36% i.a.) y manufacturas de origen industrial (+13% i.a.), consolidando nueve meses consecutivos de crecimiento interanual. Por el lado de las importaciones, el crecimiento fue mucho más acelerado, con un avance del 26,2% i.a., alcanzando USD 5.748 M. Este incremento estuvo liderado por piezas y accesorios para bienes de capital (+27,2% i.a.), bienes de capital (+24,5% i.a.) y bienes de consumo (+21,3% i.a.), lo que refleja una mayor demanda interna de insumos y productos terminados. En contraste, las compras externas de energía se desplomaron 26% i.a., compensando parcialmente la expansión en otros rubros.
El crédito en dólares siguió al alza en febrero. Los depósitos privados en dólares siguieron en baja en febrero, con una caída de casi USD 900 M. Así, luego de alcanzar el récord de USD 34.600 M el 31 de octubre pasado, a fines de febrero bajaron a USD 30.348 M. Opuesta fue la dinámica de los préstamos en moneda extranjera, que continuaron mostrando un buen dinamismo y ganando participación en relación con los depósitos. Concretamente, al 28 de febrero alcanzaron los USD 14.000 M, representando el 46% de los depósitos privados en moneda extranjera. Esta dinámica del crédito –que tiene un amplio margen para seguir creciendo, dado que una relación “normal” entre préstamos y depósitos supera el 60%– es otro de los factores que contribuyen a la oferta de divisas en el mercado cambiario.
Dinámica de las reservas internacionales. En febrero, las reservas internacionales brutas del BCRA cayeron en USD 315 M y cerraron con un stock bruto de USD 27.995 M, mientras que el saldo de reservas netas quedó en torno a los USD 4.500 M negativos. El retroceso de las reservas estuvo determinado por los pagos de USD 809 M a organismos internacionales (FMI), la reducción de encajes en moneda extranjera por USD 450 M, los pagos netos de deuda de la provincia de Buenos Aires por USD 350 M y las intervenciones en el mercado de bonos para contener la brecha cambiaria por algo menos de USD 500 M. Estas operaciones fueron en gran medida compensadas por la compra neta de USD 1.948 M en el mercado de cambios. Como comentamos más arriba, el muy buen desempeño del BCRA en el mercado de cambios se apoya en el buen ritmo de liquidación del agro, el mayor ingreso de préstamos financieros, entre los que se destaca la prefinanciación de exportaciones de bancos locales, que fueron más que suficientes para abastecer la demanda por pagos de importaciones y de otros servicios reales.
Desaceleración del crédito en pesos. El crédito al sector privado mantiene su recuperación, aunque se desaceleró en febrero, creciendo a un ritmo del 2,4% m/m real (que se compara con un 5% m/m real del bimestre diciembre/enero). Destacan especialmente los préstamos a familias (personales, tarjetas, prendarios e hipotecarios), con un aumento del 4,1% m/m real frente al 0,1% m/m real de los destinados a empresas (adelantos y documentos), que se compensa con el incremento del crédito en dólares (el ratio de préstamos en dólares sobre el total de préstamos a empresas llegó al 38% a fin de febrero, 10 puntos porcentuales más que a fin de septiembre de 2024). Este dinamismo es clave para impulsar la recuperación del consumo interno. Las tasas reales positivas podrían estar poniendo techo al aumento del crédito privado en pesos. Por otro lado, los depósitos privados se recuperaron levemente, con un 0,8% m/m real (en enero se habían mantenido sin cambios en términos reales), impulsados por los plazos fijos, que subieron un 7,4% m/m real.
Comportamiento dispar de las tasas de interés. La reducción de la tasa de política económica a fin de enero del 33% al 29% TNA repercutió en una baja de similar magnitud de la tasa BADLAR y de la de plazos fijos mayores a 1 M (del 31% al 28% TNA), pero con una caída aún mayor de la TAMAR de bancos privados (de 34% al 30% TNA). En tanto, los segmentos minoristas mostraron resistencia a la baja: la tasa de plazos fijos menores a $100.000 pasó de 27% a 25%, y la de préstamos personales del 71% al 69% TNA, evidenciando la menor liquidez en el segmento minorista.
El mercado. Febrero fue un mes mixto para la deuda soberana en pesos. Mientras la curva a tasa fija subió un 0,6%, potenciada principalmente por el tramo corto de la curva, los duales recortaron un 1,3%. En cuanto a los instrumentos de cobertura, los bonos CER avanzaron un 0,3%, al tiempo que los dollar-linked mostraron una tendencia a la baja, en particular en el tramo 2025 que registró caídas en torno al 1,1% y 2,9%. Si bien la curva de pesos mostró un desempeño moderado, el repunte de la brecha cambiaria dio lugar a retornos negativos en dólares de alrededor del 4%. En tanto, la deuda soberana en moneda extranjera no escapó a esta dinámica y mostró una caída promedio del 6,1%, a la vez que el riesgo país ascendió a los 780 pb. Con respecto a los BOPREAL, retrocedieron un 1,4%, en línea con los provinciales, que bajaron un 1%. En sentido opuesto, el segmento corporativo se destacó con incrementos del 1,1%. Mientras tanto, la renta variable se debilitó, cayendo un 14,6% en dólares, potenciada mayormente por el sector bancario.
PERSPECTIVAS
Bonos soberanos en moneda extranjera. Vemos una oportunidad de compra tras la suba del riesgo país a 780 pb y una curva que, al estar invertida, ofrece mayores rendimientos para los bonos cortos. Recomendamos posicionarse en el AL30 (TIR 14,0%) como opción principal. Para perfiles más agresivos, el AE38 (TIR 13,1%) luce interesante, ya que su precio está un 3% por debajo del GD38 (TIR 12,4%), cuando usualmente la diferencia se encuentra en torno al 1%.
Deuda BCRA. Para quienes deban afrontar vencimientos impositivos en el segundo trimestre de 2025, destacamos el strip 1-A (BPOA7) por su doble opción de put a favor del tenedor. Además, la concentración de pagos de Ganancias entre mayo y junio podría impulsar la paridad del instrumento durante este período.
Créditos subsoberanos. Para inversores con un perfil más conservador que buscan retornos moderados, consideramos adecuada la curva de deuda provincial. A partir de los sólidos datos fiscales, mantenemos una visión positiva sobre Jujuy, Córdoba, Neuquén, Mendoza y Santa Fe. Destacamos la siguiente selección de instrumentos: bonos de Jujuy 2027 (TIR 13%), Córdoba 2027 (TIR 10%), Neuquén no garantizado 2030 (TIR 9%), Mendoza 2029 (TIR 9%), Salta 2027 (TIR 11,1%) y Santa Fe 2027 (TIR 8%).
Créditos corporativos. En línea con la deuda provincial, los bonos corporativos son un instrumento apropiado para inversores más moderados. Damos prioridad a los bonos emitidos bajo Ley Nueva York, ya que suelen ofrecer tasas más atractivas en emisiones primarias y corresponden a empresas con mayor solidez financiera, producto de estándares más exigentes. En cambio, los bonos bajo Ley Argentina presentan rendimientos más variables y de menor consistencia en sus emisiones.
Deuda en pesos. El bajo spread existente entre las TEM del tramo corto y largo de la curva a tasa fija nos hace privilegiar las Lecap de menor duration, no solo por la relación riesgo-retorno, sino por la mayor liquidez observada en este segmento. Para perfiles más arriesgados, valoramos los bonos duales con vencimiento en 2026, considerando que el diferencial de tasa con un Boncap de plazo similar se ubica tan solo en 0,3 pp. En cuanto a las estrategias de cobertura, recomendamos los bonos dollar-linked, ya sea el TZVD5 (DEV +6,6%) o el TZV26 (DEV +6,3%), que permitirían capturar un retorno en dólares atractivo ante un escenario de unificación cambiaria. Si consideramos nuestras proyecciones de tipo de cambio, el TZVD5 podría generar un retorno directo en dólares del 20,6% a diciembre del 2025. Respecto a los bonos CER, el tramo largo de la curva luce atractivo; en particular, el TZX27 ofrece un retorno de CER +9%. En tanto, la inflación breakeven hasta el primer semestre de este año se encuentra en un 1,9% mensual promedio, por encima de nuestras proyecciones (1,7% mensual promedio), lo que refuerza la preferencia por las Lecap frente a un bono CER en este tramo.
Rofex. En los contratos de dólar futuro observamos que el ritmo de devaluación que pone en precios el mercado corre a un promedio mensual de 1,8% (0,8 pp por encima del crawling peg del 1,0%). Esto ocurre de manera uniforme en todos los tramos, con una aceleración entre noviembre de 2025 y enero de 2026 al 2,0%. En este contexto, nuestra recomendación es vender contratos de dólar futuro hasta septiembre, previo a las elecciones. Para cobertura cambiaria, priorizamos los dollar-linked.
Acciones. Veníamos comentando que, dado los ratios a los que cotizaban la mayoría de las empresas cotizantes locales, no nos sentíamos cómodos y recomendábamos esperar mejores oportunidades. Ahora bien, creemos que el Índice Merval podría encontrar soporte entre los USD 1.700 (que coincide con la media móvil de 200 ruedas y el 50% de retroceso de Fibonacci desde los mínimos de ago-24) y los USD 1.800, siendo un nivel donde empezaríamos a encontrar oportunidades en empresas cotizando a ratios razonables.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 7 de marzo de 2025.
Noticias locales: el país hoy.
A pesar del envión que habían dado las perspectivas de un nuevo acuerdo con el FMI, los activos locales no pudieron evitar el sell-off global y cerraron con importantes caídas, especialmente en acciones. Mientras, los dólares financieros volvieron a subir.
En consecuencia, el Merval se derrumbó 5,5% en pesos y 6,2% en dólares CCL, cerrando en un nivel de USD 1.749, el más bajo desde noviembre del año pasado. Con este resultado, desde el récord de enero cuando llegó a USD 2.396, el índice accionario acumula una caída de 27,5%. Industria, utilities y bancos fueron los sectores más perjudicados, destacándose Transener (-11,3%), Edenor (-9,4%) y BBVA (-7,7%). Ternium (1,5%) fue la única compañía en registrar subas. En cuanto a los activos que cotizan en la Bolsa de Nueva York, tuvieron la misma suerte y retrocedieron un 4,7%, liderados por Edenor (-10,5%), Supervielle (-9,5%) y BBVA (-8,6%).
Los bonos soberanos en dólares también sufrieron el mal contexto global, aunque las bajas fueron más acotadas al marcar un retroceso de 1,4%. Como resultado, el riesgo país subió hasta 724 pb. Por su parte, los BOPREAL marcaron caídas más moderadas, en torno al 0,1%.
En paralelo, la deuda soberana en pesos continuó su tendencia a la baja, aunque con un comportamiento heterogéneo. En la curva a tasa fija, los bonos a largo plazo se vieron especialmente golpeados (-0,8%) en línea con los duales, mientras que el tramo corto se mantuvo prácticamente sin cambios. En cuanto a los bonos CER, recortaron un 0,3%, observándose caídas generalizadas a lo largo de toda la curva. Por otro lado, los títulos dollar-linked subieron un 0,1%, aunque se observó una mayor suba en el TZVD5 (+0,9%), probablemente ante una mayor expectativa de devaluación en este tramo.
En el mercado de cambios, el BCRA compró USD 36 M,en tanto que lleva vendidos USD 124 M en lo que va del mes. Por su parte, las reservas brutas cayeron en USD 357 M –en parte producto de la fuerte venta del viernes por USD 224 M– y quedaron con un stock bruto de USD 27.730 M.
El dólar oficial subió 29 centavos diarios hasta los $1.066,33, manteniendo el ritmo de devaluación al 1,0% mensual, al tiempo que los dólares financieros operaron al alza. El MEP (GD30) avanzó un 0,7% y cerró en $1.233, mientras que el CCL subió un 0,4% hasta $1.226, por lo que las brechas con el dólar oficial subieron al 16% y 15%, respectivamente.
Los futuros de dólar operaron levemente a la baja, cayendo 0,17% en promedio. Los contratos que más se movieron fueron los de enero (-0,37%), diciembre (-0,26%) y septiembre (-0,25%). De esta manera, el ritmo de devaluación mensual implícito promedio se redujo a 2,0% hasta enero 2026, 1 pp por encima del crawling peg.
Respecto a la deuda pública, el Tesoro anunció las condiciones de la licitación del miércoles, en la que enfrentará vencimientos por $4,6 billones, correspondientes a la Lecap S14M5. El menú ofrecido por Finanzas incluye tres Lecaps (S16A5, S30Y5 y S31L5) y un BONCAP (T30E6), junto con dos bonos CER (TZXO5 y TZXM7) y un título dollar-linked (D16E6), todos en condición de reapertura. Aunque la licitación no presenta mayores desafíos, a fines de marzo el Tesoro enfrentará obligaciones por $9,2 billones, por lo que es probable que busque lograr financiamiento neto de cara a los próximos vencimientos. Cabe destacar que los depósitos del Tesoro en el BCRA ascienden a $6,3 billones, lo que podría cubrir un 45% de los vencimientos de marzo.
Finalmente, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA, la inflación esperada para febrero es de 2,3% m/m, mientras que para marzo y abril se proyectan subas de 2,2% y 1,9% m/m, respectivamente. Estas cifras reflejan un leve ajuste al alza respecto del relevamiento anterior, cuando se estimaban 2,1% para febrero, 2,0% para marzo y 1,9% para abril. Para diciembre de 2025, el REM prácticamente no tuvo cambios respecto a la estimación anterior al proyectar una inflación de 23,3% i.a. Por su parte, el tipo de cambio nominal seguiría un crawling peg del 1% m/m durante todo 2025, con una cotización esperada de $1.175 en diciembre de 2025 (+15,1% i.a.), aunque se prevé un salto devaluatorio del 9% para el primer bimestre de 2025. Finalmente, la tasa de interés de referencia (TAMAR) de bancos privados se ubicaría en 29,7% TNA para marzo (equivalente a 2,4% efectiva mensual) y descendería hasta 24,0% TNA en diciembre, equivalente a una tasa efectiva del 2,0% m/m, por lo que se espera que las tasas reales sean positivas durante todo el año. Por último, en cuanto al PBI, los analistas prevén un crecimiento real de 4,8% para 2025, 0,2 pp por encima del REM anterior.
Noticias globales: el mundo hoy.
La incertidumbre no cede y los temores de los inversores siguieron en alza, lo que se reflejó en un fuerte aumento de la volatilidad que profundizó la caída de las acciones americanas, que ya lleva tres semanas a la baja. El problema de fondo es la política arancelaria de Donald Trump y el impacto que esto puede generar en la economía americana y global, con un riesgo latente de estanflación. Esto, a su vez, complica a la Fed, dado que quedaría restringida a bajar la tasa de referencia en caso de que la inflación se acelere por culpa de las trabas comerciales. Lejos de aliviar las tensiones, en una entrevista el domingo, Trump describió que la economía estaba atravesando "un período de transición."
El mal humor de los inversores se reflejó en el índice VIX, que mide la volatilidad del mercado –también llamado índice del miedo–, que subió un 20% hasta 27 pb, el segundo valor más alto del último año. Con este marco de fondo, el S&P 500 retrocedió 2,7%, el Dow Jones 2% y el Nasdaq tuvo su peor jornada desde 2022 al anotar una caída de 3,9%. Las acciones de las grandes tecnológicas tuvieron las pérdidas más importantes, lideradas por Tesla, con otro desplome del 15% (desde diciembre acumula una caída del 50%), Nvidia 5% y Meta 4,4%.
La profunda caída que vienen mostrando las acciones aumenta las perspectivas de una actividad económica más débil, y la demanda de activos más seguros, lo que volvió a presionar a la baja todos los tramos de los rendimientos de los bonos del Tesoro. La UST2Y cerró en 3,92% y la UST10Y en 4,22%, en ambos casos 8 pb por debajo del cierre del viernes.
A diferencia de las jornadas anteriores en las que el resto del mundo aprovechaba la mala performance de los activos norteamericanos, en la rueda de ayer la caída fue generalizada. Los principales mercados registraron importantes descensos, entre los que se destacaron las acciones de Europa, China y Japón, con retrocesos entre 3,0% y 2,0%. No obstante, fue una rueda estable para el dólar, que interrumpió la fuerte caída que había marcado en las ruedas previas.
El miedo al impacto sobre el nivel de recesión también golpeó los precios de los commodities, que registraron bajas moderadas. El precio del petróleo WTI bajó un 1,6% hasta los USD 66, mientras que el oro retrocedió un 0,71% hasta los USD 2.893 la onza.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
Los activos financieros locales cerraron una buena semana ante la expectativa de un acuerdo con el FMI que saldrá por decreto, lo que impulsó a los bonos y redujo el riesgo país. Aun así, el decreto no fue publicado, como tampoco las condiciones. De hecho, el acuerdo con el staff del FMI todavía no está definido y los tiempos parecen extenderse hasta fines de marzo. En nuestro escenario base no esperamos fondos frescos en 2025. Mostrar avances con el FMI es clave para un mercado que sigue lateralizando, mientras que los datos económicos continúan aportando noticias positivas: la recaudación se sigue recuperando y las lluvias recientes mejoraron la condición hídrica de la soja y el maíz, por lo que las estimaciones de cosecha se mantienen elevadas. La industria y la construcción tropezaron en enero, pero la tendencia es al alza, con recuperación en la mayoría de los sectores. El pilar más débil sigue siendo el frente externo y las reservas internacionales, pues marzo arrancó con ventas de divisas y las reservas netas siguen en terreno negativo. Esta semana, el mercado estará atento a la publicación del REM del BCRA y al dato de inflación de la Ciudad de Buenos Aires del miércoles, que servirá como anticipo del IPC nacional de febrero, previsto para el viernes. De todas formas, el foco estará puesto en el acuerdo con el FMI, la reacción del Congreso y los detalles adicionales que podrían conocerse si el staff del Fondo aprueba el mismo.
El acuerdo con el FMI, por decreto. El Gobierno informó que optará por un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) en lugar de enviar un proyecto de ley al Congreso para la aprobación del acuerdo con el FMI. Aunque aún no se publicó en el Boletín Oficial, este tipo de decretos tiene fuerza de ley desde su emisión y solo puede ser anulado si ambas cámaras del Congreso lo rechazan, un escenario poco frecuente en la historia legislativa argentina. La estrategia del Ejecutivo parece orientada a evitar posibles trabas en el Senado, donde el oficialismo enfrenta un escenario adverso. Mientras tanto, desde el FMI, su portavoz Julie Kozack aclaró que el paso por el Congreso es una decisión soberana del país y no un requisito impuesto por el organismo. Si bien falta que el DNU se publique y conocer la reacción del Congreso al mismo, más importante aún es que todavía no están los detalles de la operación de crédito con el FMI, que se espera para fines de marzo o abril y que, en nuestro escenario base, no implica fondos frescos, pero sí un alivio en torno a los USD 5.000 M que despejaría los vencimientos de intereses con el FMI en 2025, y un programa más integral con nuevos fondos para 2026 y 2027.
Mejora la recaudación. En febrero, la recaudación tributaria mostró un incremento real de 12% i.a., acumulando cuatro meses consecutivos de suba y acelerando el ritmo de crecimiento, a pesar del impacto negativo de la eliminación del impuesto PAIS –sin este, el alza llegó al 20% i.a. real–. La variación también estuvo favorecida por la presencia de un día hábil adicional respecto a febrero de 2024. El mayor impulso provino de los impuestos vinculados al empleo, que crecieron 32% i.a. –sumando su sexto mes consecutivo de suba real– impulsados por el aumento de las remuneraciones y la actualización del tope de aportes. A su vez, el impuesto a las ganancias avanzó 44% i.a. –beneficiado por una baja base de comparación y el ingreso de anticipos de sociedades–. En comercio exterior, la recaudación subió 13% i.a., con aumentos tanto en derechos de importación (+25%) como en exportación (+16%), favorecidos por la mayor liquidación del agro ante la reducción temporal de retenciones. La dinámica en la recaudación del comercio exterior indicaría un superávit comercial devengado en febrero en torno a los USD 500 M. Los tributos vinculados a la actividad económica registraron su tercera suba consecutiva, con un alza de 6% i.a., destacándose el impuesto a los combustibles –que aumentó 303% i.a. debido al arrastre de actualizaciones previas–. En el acumulado de los dos primeros meses del año, la recaudación avanzó 9% i.a., con los impuestos laborales, ganancias y actividad como principales impulsores de la recuperación.
Tropiezo transitorio de la industria y construcción. En enero, la actividad industrial retrocedió 1,3% m/m, aunque en los últimos doce meses acumuló un alza del 7,1%, con 11 de los 16 sectores creciendo –los más golpeados son minerales no metálicos y textiles, con caídas de 16% i.a. y 9% i.a., respectivamente–. Por su parte, la construcción arrancó el año con una caída de 1% m/m y quedó 1,3% por debajo de enero de 2024 –hay que tener en cuenta que el piso de la construcción se dio en marzo de 2024–. La buena noticia es que los permisos de construcción aumentaron 12,5% i.a., lo que podría indicar una leve recuperación futura.
Lluvias y alivio para el agro. Las recientes lluvias generalizadas en el centro y sur de la región agrícola mejoraron la condición hídrica de la soja y el maíz, aunque en el NEA y en el norte de Santa Fe persisten condiciones de sequía que podrían afectar los rindes. Actualmente, el 77% del área sembrada con soja presenta humedad adecuada u óptima. En maíz, la cosecha avanzó apenas 1,3 puntos porcentuales en la última semana debido a excesos hídricos que dificultan la transitabilidad en los lotes. A pesar de estos retrasos, los cultivos de siembra tardía mejoraron su condición por tercera semana consecutiva. Bajo este escenario, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires mantiene sus proyecciones de cosecha en 49,6 M de toneladas para la soja y 49 M de toneladas para el maíz.
Se tensiona el mercado de cambios. Si bien en la última semana estadística el BCRA realizó compras netas por USD 190 M, con las ventas por USD 224 M del viernes –que se reflejarán en las estadísticas de hoy–, el saldo de operaciones en lo que va de marzo muestra ventas netas por USD 152 M. Esto marca un importante retroceso respecto al mismo período de enero y febrero, en los que acumuló compras netas por más de USD 740 M en ambos casos. Las reservas brutas subieron USD 63 M y cerraron la semana con un stock bruto de USD 28.097 M, en tanto que las netas quedaron con un saldo negativo de USD 4.500 M.
Tasas presionadas. Como lo venimos comentando, las tensiones de liquidez en el sistema monetario ejercen presión al alza sobre las tasas y se presentan como un catalizador disruptivo para la deuda soberana en pesos. Mientras la TPM se ubica en 2,4% TEM (0,2 pp por debajo de las Lecap más cortas), las entidades bancarias optan por posicionarse en LEFI para administrar su liquidez, sobre todo ante la creciente demanda de crédito privado. Esto supone un desafío para el refinanciamiento del Tesoro que, si bien logró un rollover del 104% en febrero, necesitó convalidar tasas por encima de la curva de mercado. Así, aunque el tramo corto de la curva a tasa fija se mantuvo firme, los Boncap más largos siguen golpeados, algo comprensible dada la incertidumbre en torno a las elecciones legislativas de octubre. A esto se suma la expectativa por el dato de inflación que se dará a conocer el próximo viernes, que podría dar cierto alivio (o no) a la curva soberana a tasa fija, siempre que se refuerce la expectativa de un descenso en la nominalidad.
Los dólares financieros, mixtos. Los dólares financieros operaron de manera mixta en una semana en la cual los montos negociados de AL30 en BYMA PPT T+1 del día jueves (USD 80 M) dan indicios de intervención por parte del Central. El MEP (GD30) subió 0,1%, cerrando en un nivel de $1.224, en tanto que el CCL retrocedió 0,4% y finalizó en $1.221.
Mejoraron los soberanos en dólares. Los bonos soberanos en moneda extranjera repuntaron en la última semana con un avance agregado del 4,5%, impulsados principalmente por las perspectivas de acuerdo con el FMI. El tramo largo de la curva lideró con una suba del 5,2%, mientras que los bonos de menor duration avanzaron un 2,7%. En cuanto a los rendimientos, los bonos más cortos se ubican en niveles de 12,5% TIR, mientras que los de mayor plazo cotizan al 11,4% TIR, lo que implica una compresión de 100 pb respecto a la semana anterior. La mejora en las paridades permitió que el riesgo país perfore los 700 pb y cierre en 692 pb, todo esto en medio de una semana negativa para la deuda emergente comparable, que retrocedió un 1,3%. Los BOPREAL no acompañaron esta tendencia y marcaron caídas marginales en torno al 0,3%, cotizando a niveles del 11% TIR. En esta línea, tanto los bonos corporativos como los provinciales retrocedieron 0,4% y 0,1%, respectivamente –entre los corporativos bajo ley argentina destacaron Loma Negra 2025 y 2026 (+0,8%), mientras que, entre los emitidos bajo ley extranjera, Pampa 2029 registró la mayor caída (-1,5%)–.
Fuertes caídas para los bonos en pesos más largos. Fue una semana negativa para la deuda en pesos en general, a excepción de los dollar-linked. A raíz de la incertidumbre que generan las elecciones y el esquema cambiario post electoral, sumado a la presión alcista en las tasas, el mercado buscó mayor liquidez y cautela en los bonos de menor duración. En tasa fija y CER se vieron caídas significativas, sobre todo en los tramos largos de las curvas, con fuerte descompresión de tasas. Concretamente, los duales retrocedieron un 1,4%, con el tramo del 2S2026 cayendo un 2,0%. Luego del desplome del jueves, donde perdieron 1,7%, el viernes recuperaron parte de lo perdido al subir 0,9%, cerrando la semana con una TEM del 2,2% para los cuatro instrumentos. En las Lecap se observó un retroceso semanal del 0,3%, con los bonos más largos cayendo 0,6%, los del tramo medio 0,4%, y subas de 0,2% para el tramo corto. De esta manera, la curva se ve levemente invertida, con TEM promedio de 2,7% para el tramo corto, 2,6% para el tramo medio y 2,5% para el tramo largo. Esto implica un promedio de 2,6% TEM, que compara contra el 2,0% que rendían un mes atrás. Por su parte, el TO26 registró una caída del 1,9%. En cuanto a los bonos ajustables por CER, perdieron un 0,5%. El tramo desde 2027 en adelante tuvo la peor performance al bajar un 0,6%. A estos precios, los bonos CER rinden CER +6% en 2025, CER +9% en 2026 y CER +10% en 2027 en adelante. Así, la inflación que está poniendo en precios el mercado para 2025 ya se encuentra en 24% i.a., mientras que para 2026 está en 18% i.a. Distinta fue la historia para los dollar-linked, que ganaron un 0,4%, impulsados por el TZV26 (vto. junio 2026), que avanzó un 1,5%. En promedio, los dollar-linked rinden devaluación +8%. En línea con la suba de estos bonos, los futuros en Rofex anotaron un avance del 0,82% y muestran para diciembre 2025 una devaluación mensual implícita de 2,2% (1,2 pp por encima del crawling peg), con un tipo de cambio de $1.327.
El Merval en alza. El Merval avanzó 2,6% en moneda local y 1,5% medido en dólares CCL, cerrando en un nivel de USD 1.861 –en línea con la performance de las acciones latinoamericanas, que subieron 2,5%–, y acumula en lo que va del 2025 una baja del 13,0%. El alza de la semana fue impulsada por los sectores de materiales, utilidades y construcción, en tanto que energía lideró las caídas. En acciones se destacaron subas de hasta 19,3% para Transener, 8,3% para Ternium y 7,9% para BYMA. Del otro lado, COME (-5,0%), Holcim (-4,5%) e YPF (-3,1%) protagonizaron las mayores bajas. En cuanto a las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, Bioceres anotó una impresionante suba de 23,9%, Ternium avanzó 6,7% y Supervielle subió 1,5%, mientras que Vista (-10,9%), Globant (-6,5%) y Cresud (-5,4%) registraron los mayores retrocesos.
Lo que viene. Hoy se publicará el REM del BCRA, con las proyecciones de las principales variables económicas para los próximos 12 meses. El miércoles 12 se conocerá la inflación de la Ciudad de Buenos Aires, dato clave para anticipar el IPC nacional de febrero, que se publicará el viernes 14. Se espera que la inflación mensual se ubique en torno al 2,3%, levemente por encima del 2,2% de enero, impulsada principalmente por la suba en el precio de la carne.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
El estilo Trump primero generó ilusiones, luego preocupaciones y ahora incertidumbre y volatilidad. El ida y vuelta con las medidas arancelarias golpea la confianza de los agentes económicos y afecta al nivel de actividad, que sin duda perdió impulso y solo resta saber cuán fuerte y por cuánto tiempo. En este sentido, Trump avanzó con la suba de aranceles a China, mientras que prorrogó un mes más a México y Canadá. Parece claro que la suba de aranceles será un hecho y que, seguramente, el resto de los países tendrá medidas similares, afectando al comercio y al crecimiento global. Por ahora, los indicadores vienen mostrando resultados mixtos y volátiles, destacándose en la última semana el fuerte deterioro del balance comercial, en tanto que el mercado laboral mostró signos de fortaleza. En este contexto, el mercado americano tuvo otra muy mala semana, con fuerte caída de acciones y de bonos, al tiempo que los activos del resto del mundo mejoraron, especialmente los europeos. Es que, mientras los inversores recalibran sus expectativas para EE. UU., previendo menor crecimiento, para Europa mejoran, apoyados en el fuerte paquete de estímulo fiscal que lanzó el nuevo gobierno alemán –que presionó el rendimiento de los bonos del Tesoro Alemán– y en las expectativas de un acuerdo por la guerra de Ucrania. ¿Punto de inflexión en contra de EE. UU.? Creemos que, si bien el escenario para el país norteamericano es más incierto, los inversores parecen haber tenido cierta sobrerreacción y que los activos americanos deberían recuperar el terreno perdido respecto a sus pares europeos y emergentes, pues los fundamentos de las empresas siguen siendo sólidos y la economía, a pesar de las dificultades, tendrá mejor desempeño que en Europa. Las miradas de esta semana estarán en los datos de inflación, que podrían traer buenas noticias a los inversores al marcar cierta desaceleración en el margen.
El efecto no deseado y previsible. Ante la perspectiva cada vez más certera de suba de aranceles, las importaciones se aceleraron y deterioraron el saldo comercial, con las exportaciones presentando una contribución neta negativa, lo que marcó un fuerte deterioro en el resultado comercial y afectó al PBI. Concretamente, en enero, EE. UU. registró un déficit comercial que superó las expectativas al marcar un récord de USD 131.400 M, frente a un déficit revisado a la baja de USD 98.100 M en diciembre de 2024 y casi duplicando al de enero del año pasado. Este deterioro fue producto del aumento de un 10% m/m en las importaciones y de un 23% i.a. hasta un máximo histórico de USD 401.200 M –los aumentos se observaron mayormente en las importaciones de formas metálicas terminadas (USD 20.500 M), preparados farmacéuticos (USD 5.200 M) y ordenadores (USD 3.000 M). Por otro lado, las exportaciones aumentaron 1,2% m/m y 4,0% i.a. hasta USD 269.800 M. Analizado por países, el déficit comercial de bienes se amplió con China (USD 29.700 M frente a USD 25.300 M en diciembre), la UE (USD 25.500 M frente a USD 20.400 M) y, principalmente, con Suiza (USD22.800 M frente a USD3.000 M). Medido a valores constantes, con exportaciones cayendo al 2% anualizado e importaciones creciendo al 23% anualizado, la contribución de las exportaciones netas al PBI habría caído al 3,8 pp.
La resistencia del mercado laboral. Los indicadores laborales de febrero, si bien resultaron levemente por debajo de lo esperado –corrigieron al alza los datos de los dos meses previos–, siguen marcando un mercado laboral sólido, con buen ritmo en la creación de empleos y una tasa de desocupación en niveles históricamente bajos. Al respecto, en febrero la creación neta de empleo no agrícola subió a 151 mil, desde los 125 mil de enero, superando el promedio de 120 mil por mes registrado en los últimos doce meses. La mejora fue impulsada por el empleo privado, que aportó 140 nuevos puestos, muy por encima del promedio mensual de 83 mil registrado en el último año. Pese al buen dinamismo en la creación de empleos, en febrero el empleo agrícola disminuyó en 739 mil puestos de trabajo, mientras que la población económicamente activa retrocedió en 385 mil personas, lo que resultó en un aumento de 203 mil personas desocupadas y elevó la tasa de desocupación del 4,0% al 4,1%. La buena dinámica del empleo siguió presionando los salarios, que, si bien moderaron levemente su impulso, siguen superando a la inflación, subiendo 0,3% m/m en febrero y 4,1% i.a.
Incertidumbre sobre la actividad. Como lo venimos remarcando, en las últimas semanas los indicadores de actividad estuvieron por debajo de las expectativas, siendo lo más relevantes la caída del consumo de las familias de enero y el marcado deterioro del saldo comercial producto del alza de las importaciones. Esto fue lo que más influyó en las perspectivas de crecimiento del 1Q25 del Nowcast de Atlanta, que pasó de estimar un alza de 3,9% t/t a principios de febrero a una caída de 2,4% t/t en la última estimación realizada el 6 de marzo. Esta caída de casi 6 pp en la tasa de crecimiento se explica por la corrección a la baja del consumo privado –de 4,1% a 0,4%– y por el alza de las importaciones –de 6,4% a 28%–. Esperamos que, con el dato de empleo comentado más arriba, sumado a la sorpresa positiva que tuvo el ISM de servicios de febrero –tuvo un inesperado repunte al marcar 53,5, superando los 52,8 de enero y las expectativas de los analistas, que esperaban que marcara una leve caída–, las perspectivas mejoren en el margen. De esta forma, el combo de incertidumbre y volatilidad golpeó el buen ritmo de crecimiento que venía mostrando la actividad económica y solo resta definir en qué magnitud y por cuánto tiempo –descartamos, por el momento, que haya ingresado a un ciclo recesivo–.
Se recuperaron las tasas. Con la mejora en el margen de los datos de actividad y los temores de inflación activos, los rendimientos de los bonos del Tesoro americano habían arrancado la semana con fuertes caídas, aunque a medida que fueron cediendo los temores de recesión se recuperaron y terminaron al alza, especialmente el tramo largo. Concretamente, la UST2Y cerró la semana en 4,0%, igual que la semana previa, aunque en el último mes acumuló una baja de 28 pb, mientras que la UST10Y subió 8 pb en la semana hasta 4,31% y en los últimos 30 días cedió 18 pb. Mismo recorrido hizo la UST30Y. Con esto, la tasa real de los bonos a 10 años subió 12 pb hasta 1,96% y la de 30 años a 2,34%.
Mercado para abajo. El combo de incertidumbre y suba de tasas golpeó a bonos y, en especial, a las acciones, que profundizaron la caída. El índice de bonos agregados perdió 0,9% en la semana, arrastrado por los bonos corporativos Investment Grade, que cayeron 1,2%, en tanto que los bonos del Tesoro y los corporativos High Yield perdieron 0,8%. A pesar de este retroceso, en el último período los bonos anotaron una alza promedio de 0,9%, extendiendo la ganancia en lo que va del año a 1,5%. Diferente fue el caso de las acciones, con el S&P 500 perdiendo 3,1%, acumulando una baja de 4,1% en el último mes y de 1,7% en lo que va del año. El mal desempeño de las acciones es generalizado, aunque se destacan la caída del Nasdaq –cayó 3,6% en la semana, 6,9% en el último mes y 5,9% desde fines de 2023– y el Russell 2000, que agrupa a las empresas de menor capitalización –se hundió 4,1% en la semana, 8,9% en los últimos 30 días y, en lo que va del año, acumula una pérdida de 6,8%–. A nivel sectorial, los más golpeados en lo que va de 2025 son las acciones tecnológicas y las de consumo discrecional, mientras que el resto de los sectores muestran ganancias en torno al 2%, entre los que se destacan los sectores cíclicos como consumo, industrial y real estate, con alzas superiores al 4%. Vale remarcar el muy mal arranque de año que tuvieron las siete magníficas, particularmente Tesla y Nvidia, que desde fines del año pasado acumulan una caída de 35% y 16%. No obstante,Meta se diferenció del resto con una ganancia de 7% –aunque en la última semana no escapó a la media general y anotó una baja de 6%–.
Alemania fortalece al euro y debilita al dólar. Los temores de un menor crecimiento de EE. UU., la mejora en las expectativas de Europa ante el nuevo paquete de estímulo fiscal de Alemania y las esperanzas de lograr un cese al fuego en Ucrania le dieron un fuerte impulso al euro. En la semana se fortaleció un 4,2% y acumula en el mes una ganancia de casi 5%, lo que lo lleva a cotizar en el nivel más alto desde septiembre del año pasado. Concretamente, el nuevo gobierno alemán anunció un plan fiscal por 500 mil millones de euros (12% del PBI), siendo el más grande desde la reunificación. Este prevé una inversión del 1% del PBI anual durante los próximos 10 años para infraestructura y un gasto militar ilimitado en defensa –podría ir del 1% al 3% del PBI–, lo que renueva las esperanzas de que la principal economía de la Eurozona deje atrás el estancamiento que la marcó en los últimos dos años, aunque con la contrapartida de un importante aumento de la deuda, que hoy alcanza el 65% del PBI. Este anuncio, que aún debe ser aprobado por el Congreso, disparó los rendimientos de los bonos del Tesoro alemán: el de 10 años subió 45 pb hasta 2,84%. Así, se achicó el spread respecto a los rendimientos de los bonos del Tesoro americano, lo que provocó la inesperada baja del dólar. De hecho, la moneda americana tuvo la peor semana del año, con el DXY anotando una caída de 3,4% que, si bien fue impulsada por el avance del euro, también perdió terreno contra la libra (2,7%), el yen (1,7%) y el resto de las monedas emergentes, como el real brasileño, que cerró en USDBRL 5,75, 1,7% más abajo que la semana anterior.
El BCE bajó la tasa. Tal como se esperaba, el Banco Central Europeo recortó la tasa de interés de referencia en 25 pb, hasta 2,50%, reconociendo que la política monetaria se está volviendo significativamente menos restrictiva, aliviando los costos de endeudamiento para las empresas y los hogares. Se proyecta que la inflación promediará el 2,3% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 2,0% en 2027, y que la inflación core también se acercará al objetivo del 2%. Aunque la inflación interna sigue siendo elevada debido al retraso en los ajustes de salarios y precios, el crecimiento salarial se está moderando. Las previsiones de crecimiento económico se revisaron a la baja al 0,9% para 2025 y al 1,2% para 2026, lo que refleja la debilidad de las exportaciones y la inversión.
Desacople con el resto del mundo. Si bien las políticas de Trump son un riesgo para EE. UU. y para el resto del mundo –incluso más, dada la mayor dependencia que tienen de la economía americana–, las acciones del resto del mundo siguieron mostrando un buen desempeño. En concreto, si bien el índice global de acciones retrocedió 1,1% en la última semana y 1,5% en los últimos 30 días, al excluir EE. UU. este anotó una suba de 2,8% y 4,6%, respectivamente, acumulando en el año una ganancia de 9,1% –contra 1,7% de alza del índice global–. La suba fue impulsada por el índice de Europa y China, que en la última semana ganaron 6,3% y 5,4% y extendieron las ganancias en lo que va del año a 18% y 21%, respectivamente. También fue una buena semana para las acciones de Latam, que subieron 2,5% y, si bien están 2% abajo respecto a un mes atrás, en el año acumulan un alza del 10%.
Lo que viene. Si bien los inversores seguirán atentos a los anuncios que pueda realizar Trump en cuanto a los aranceles, se centrarán en los datos de inflación de febrero. Se prevé que tanto el IPC general como el Core marquen una suba de 0,3% m/m, desacelerando respecto al 0,5% m/m y 0,4% m/m de enero, respectivamente. También se estima cierta descompresión en los precios al productor al preverse un alza de 0,3% m/m, 0,1 pp menos que en enero. No menos importante será el resultado fiscal de febrero y el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad de Michigan correspondiente a marzo, que viene con un importante retroceso ante el alza de las expectativas de inflación y las preocupaciones sobre la situación actual de la economía.
Los contratos futuros de Rofex operaron al alza y subieron en promedio un 0,8%...
Los contratos futuros de Rofex operaron al alza y subieron en promedio un 0,8%. Las principales subas se vieron en los contratos de enero (2,1%), diciembre (1,9%) y octubre (1,4%).
El próximo contrato en vencer es el de marzo, que cotiza en $1.083 y marca una devaluación directa de 1,6% y mensualizada de 2,0%; 1 punto por encima del ritmo del crawling peg. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el crawling peg correría en niveles en torno al 2,0%: 2,1% en abril ($1.107), 2,0% en mayo ($1.128) y 2,0% en junio ($1.149). A partir de ahí, los precios señalan una devaluación que continúa al ritmo de 2,1% promedio hasta enero del 2026.
De esta manera, la curva de tasas (TNA) se empinó en todos sus tramos: de marzo a septiembre mantiene una TNA de en torno a 25%. A partir de ese mes, comienza una suba hasta alcanzar 30% en enero 2026.
Por último, el volumen operado mostró una leve baja. En las últimas cinco ruedas se comerciaron 3,3 millones de contratos. El viernes 7 de marzo el interés abierto cerró en USD 3.868 M, mostrando una nueva suba de 10% m/m y de 101% a/a.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 07/03/2025
Noticias locales: el país hoy.
El Gobierno Nacional anunció que enviará al Congreso un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para respaldar un nuevo acuerdo con el FMI. La medida contempla una operación de crédito público mediante la cual el Tesoro Nacional cancelará deuda con el BCRA. No se dieron detalles adicionales de plazos y condiciones del nuevo acuerdo que aún no ha sido confirmado por el staff del FMI. Dado que un nuevo convenio con el organismo requiere la aprobación del Congreso mediante una Ley de difícil aprobación, el Gobierno habría optado por la herramienta del DNU, que adquiriría rango de Ley si no fuera posteriormente vetado, alternativa que el Gobierno parecería haber descartado. El DNU aún no fue publicado por lo que se esperan novedades para las próximas horas.
En enero de 2025, el Índice de Producción Industrial (IPI) minero aumentó 3,1% i.a., impulsado por el alza en la extracción de petróleo crudo (+11,6% i.a.), gas natural (+11,9% i.a.) y minerales metalíferos (+14,4% i.a.). Dentro de este último segmento, la producción de oro y plata subió 33,3% i.a., mientras que el carbonato de litio tuvo un fuerte crecimiento de 92,7% i.a. En contraste, los servicios de apoyo para la extracción de petróleo y gas cayeron 20,2% i.a., y la extracción de carbón y turba se retrajo 41,2% i.a. Por su parte, el IPI pesquero cayó 3,3% i.a.
En el mercado de cambios, el BCRA volvió a comprar USD 169 M, acumulando en lo que va de marzo compras netas por USD 68 M. Por su parte, las reservas brutas aumentaron en USD 162 M de la mano de las compras netas realizadas en la jornada anterior y cerraron con un stock bruto de USD 28.180 M.
El dólar oficial subió en 25 centavos hasta los $1.064,63 por lo que en la última semana el ritmo de devaluación corrió al 0,9% mensual. Respecto a los dólares financieros, el MEP (GD30) operó sin variaciones –cerró en $1.228– mientras que el CCL cayó un 0,3% – cerró en $1.231– por lo que la brecha con el oficial quedó en 15% y 16%, respectivamente.
Los futuros de dólar operaron al alza y subieron un 0,5% en promedio. Los contratos que más subieron fueron los de enero (1,73%), diciembre (1,57%) y noviembre (0,9%). De esta manera el ritmo de devaluación mensual implícito promedio subió a 2,1% hasta enero 2026.
Los bonos soberanos en dólares subieron 0,2% impulsados por el tramo medio y largo que cerró un 0,3% arriba, en tanto que el tramo corto retrocedió un 0,1%. Con esta suba, los rendimientos para el tramo corto están en 13% y los del tramo largo en 11%. A estas paridades, el riesgo país alcanzó los 714 pb. Diferente comportamiento tuvieron los BOPREAL que retrocedieron un 0,1%.
La deuda soberana en pesos tuvo una rueda negativa, impulsada mayormente por la curva a tasa fija que cayó un 0,6%, siendo el tramo largo el más afectado (–1,5%), en línea con los duales que retrocedieron un 1,7%. Los bonos CER perdieron 0,2%, empujados por los del tramo largo que bajaron hasta 1,9%. Los títulos dollar-linked cerraron con una baja de 0,1%.
El Merval perdió 0,9% en pesos aunque en dólares CCL cerró prácticamente sin cambios. Las acciones que más subieron fueron Aluar (2,8%), Transener (2,5%) y Ternium (2,0%), en tanto que las que más cayeron fueron Loma Negra (-2,4%), Cresud (-2,3%) y Supervielle (-2,2%).
Noticias globales: el mundo hoy.
La incertidumbre comercial y los cambios en la política arancelaria de la administración Trump volvieron a generar volatilidad y desconcierto. Los inversores esperaban un alivio después de que la Casa Blanca anunciara un retraso de un mes en los aranceles sobre algunos productos mexicanos y canadienses, pero el sentimiento del mercado siguió siendo frágil. El respaldo del secretario del Tesoro, Scott Bessent, a los aranceles generó preocupaciones sobre la postura comercial a largo plazo de la administración, lo que inquietó aún más a Wall Street. Mientras tanto, los datos semanales de solicitudes de desempleo mostraron una disminución, pero persistieron los temores de desaceleración del crecimiento económico y una posible estanflación.
En este contexto, las acciones estadounidenses volvieron a tener una jornada con fuertes caídas. El S&P 500 cayó un 1,8%, el Nasdaq 2,8% –ambos alcanzaron su nivel más bajo desde noviembre– y el Dow Jones 1,1%. Las acciones tecnológicas lideraron la caída, con Marvell Technology hundiéndose un 19,8% después de un decepcionante pronóstico de ventas impulsado por la IA, arrastrando a Nvidia (-5,7%), Broadcom (-6,3%) y AMD (-2,8%).
Por otro lado, los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron con una ligera suba, especialmente en el tramo largo. La UST2Y cerró en 3,96%, mientras que la UST10Y avanzó 2 pp hasta 4,28%, rebotando desde el mínimo en cuatro meses que había tocado el lunes. Con esto, los índices de renta fija promediaron una caída de 0,1%, aunque con los bonos de peor calidad siendo los más golpeados –los corporativos Investment Grade y los High Yield retrocedieron 0,3% y 0,4%, respectivamente, en tanto que los bonos del Tesoro quedaron sin cambios–. También fue una mala rueda para los bonos emergentes, que perdieron 0,6%.
Aunque con menor fuerza que en las jornadas anteriores, el dólar continuó debilitándose a nivel global. El DXY perdió 0,2%, acumulando en la última semana una caída de 3%, principalmente por la depreciación del 3,7% frente al euro y del 1,2% contra el yen en la semana. En tanto, ante el yuan el dólar operó estable, al tiempo que contra el real brasileño se apreció 0,4% y cerró en BRLUSD 5,76.
Asimismo, el precio del petróleo WTI se estabilizó en torno a los USD 66 el barril, acumulando en la última semana un retroceso de casi 2% luego de que la OPEP+ –que incluye a Rusia– acordara el lunes incrementar la producción por primera vez desde 2022. Además, los inventarios de crudo estadounidense subieron más de lo esperado, impulsados por el mantenimiento estacional de las refinerías, mientras que las existencias de gasolina y destilados disminuyeron debido al aumento de las exportaciones, según la Administración de Información Energética.
En cuanto al dato económico del día, se publicó que en enero EE. UU. registró un déficit comercial récord de USD 131.400 M, frente a un déficit revisado a la baja de USD 98.100 M en diciembre de 2024 y superando las previsiones de USD 127.400 M. Las importaciones aumentaron un 10% m/m hasta un máximo histórico de USD 401.200 M, debido a la anticipación de los aranceles venideros. Los aumentos se observaron fundamentalmente en las importaciones de formas metálicas terminadas (USD 20.500 M), preparados farmacéuticos (USD 5.200 M) y ordenadores (USD 3.000 M). Por su parte, las exportaciones subieron 1,2% m/m hasta los USD 269.800 M. El déficit comercial de bienes se amplió con China (USD 29.700 M frente a USD 25.300 M en diciembre), la UE (USD 25.500 M frente a USD 20.400 M) y, principalmente, con Suiza (USD 22.800 M frente a USD 3.000 M).
En Europa, tal como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) recortó la tasa de interés de referencia en 25 pb, hasta 2,50%. Esta decisión refleja una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación y la transmisión de la política monetaria. El BCE reconoció que la política monetaria se está volviendo significativamente menos restrictiva, aliviando los costos de endeudamiento para las empresas y los hogares. Se proyecta que la inflación promediará el 2,3% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 2,0% en 2027, y que la inflación Core también se acercará al objetivo del 2%. Aunque la inflación interna sigue siendo elevada debido al retraso en los ajustes de salarios y precios, el crecimiento salarial se está moderando. Las previsiones de crecimiento económico se revisaron a la baja al 0,9% para 2025 y al 1,2% para 2026, lo que refleja la debilidad de las exportaciones y la inversión.
A pesar del sexto recorte de la tasa de interés por parte del BCE, el rendimiento del bono alemán a 10 años se mantuvo en el nivel del 2,85%, muy cerca del máximo de los últimos 12 años del 3% –alcanzado en octubre de 2023 en medio de expectativas de un fuerte aumento del gasto público–. La CDU/CSU y el Partido Socialdemócrata, que se espera que formen una coalición de gobierno en Alemania, acordaron relajar las estrictas reglas de endeudamiento del país.El plan busca excluir la mayoría de los gastos en defensa del cálculo que se usa para limitar la deuda, lo que permite al gobierno invertir en defensa sin aumentar el nivel de endeudamiento permitido. Además, los partidos han propuesto un fondo extrapresupuestario de 500.000 M de euros para financiar proyectos de infraestructura durante la próxima década. Se espera que el estímulo proporcione un impulso muy necesario a la economía en crisis de Alemania.
Informe mensual del mercado de Financiamiento
A continuación podrás descargar el informe mensual del mercado de Financiamiento, en el que analizamos los distintos productos que ofrece el mercado y su evolución durante el último mes.