Análisis del rendimiento de activos de renta fija frente a escenarios de inflación a la baja.
ESTRATEGIAS EN PESOS
Tras el salto de 3,7% m/m en marzo, el IPC de abril moderó su marcha a 2,8% m/m. Ello obedeció a la desaceleración de los precios regulados (1,8% vs. 3,2%) y estacionales (1,9% vs. 8,4%), mientras que el IPC núcleo registró una suba de 3,2%, reflejo de la resistencia mostrada en los últimos meses –crece al 3% desde febrero–. Como comentamos en Persistente desinflación: el activo electoral, con el tipo de cambio navegando por el centro de la banda y los precios regulados y estacionales estables, esperamos que en mayo la inflación desacelere al 2,1% m/m y promedie un 1,4% m/m hasta octubre.
Frente a este panorama, resulta clave comparar el rendimiento directo de instrumentos como las Lecap o Boncap con los retornos esperados de los bonos CER, en función de nuestro escenario base de inflación proyectada. A partir de nuestras proyecciones inflacionarias para 2025 y 2026, estimamos el rendimiento potencial de los títulos CER a 3, 6 y 12 meses, bajo el supuesto de una exit yield equivalente a la TIR de mercado actual.
Con base en los retornos potenciales estimados, los bonos CER se posicionan como la mejor opción para estrategias en pesos. Aun con un sendero de desinflación sostenida, estos instrumentos muestran un upside superior a la alternativa a tasa fija. Además, ofrecen una cobertura eficaz ante posibles resistencias en la desaceleración inflacionaria.
Si bien el retorno efectivo de los bonos CER estará condicionado por la exit yield al momento del desarme de la posición, podemos definir un punto de indiferencia –la TIR breakeven– que igualaría el rendimiento esperado de un bono CER con el de un instrumento a tasa fija, devengando la inflación proyectada. Bajo este supuesto, ese umbral se sitúa en torno al 12,8% para el tramo 2026 y al 11,1% para el tramo 2027. Superar esos niveles implicaría una descompresión de spreads de entre 100 y 400 pb, según el plazo, lo que refuerza nuestra preferencia por los títulos CER, en particular el TZXM6 (CER +9,1%) y TZX26 (CER +9,6%), para estrategias de entre tres y seis meses.
Para estrategias de largo plazo, optamos por rotar del dual TTM26 al T13F6. La tasa TAMAR breakeven promedio se ubica en 24,9%; es decir, para que el TTM26 pague tasa variable en lugar de fija al vencimiento, la tasa proyectada desde hoy hasta entonces debería superar ese umbral. Aunque con los niveles actuales se remunera la tasa mayorista, nuestras proyecciones anticipan una caída en las tasas nominales que implicaría una TAMAR promedio inferior al breakeven vigente. En este sentido, el TTM26 a tasa fija ofrece un rendimiento directo del 23%, apenas por debajo del del T13F6.
Recomendación: para inversiones en pesos sugerimos la siguiente cartera: 10% S15G5 (TEM 2,49%) + 10% S29G5 (TEM 2,49%) + 30% TZXM6 (CER +9,1%) + 30% TZX26 (CER +9,6%) +20% T13F6 (TEM 2,44%).
ESTRATEGIAS EN DÓLARES
Bonos soberanos
Para estrategias en dólares, mantenemos nuestra preferencia por el tramo largo de la curva de bonos soberanos bajo ley extranjera, en particular el GD35 (11% TIR) y el GD41 (11% TIR) por su capacidad obtener el mayor upside potencial si el riesgo país cae por debajo de los 500 pb. Sin embargo, como comentamos en Entre la desinflación y las reservas, aún persisten desafíos para que el riesgo país continúe con la tendencia descendente observada en 2024. Si bien el triunfo del oficialismo en las legislativas porteñas es un indicador alentador de cara a octubre, la acumulación de reservas durante el 2025 sigue siendo un interrogante.
Deuda BCRA
Para perfiles más conservadores, el BOPREAL Serie 1-B (8,6% TIR) con duration menor a un año resulta atractivo y destaca frente al BOPREAL Serie 1-C (7,9% TIR) con vencimiento en 2027. Como venimos remarcando, estos instrumentos no solo exhiben una volatilidad inferior a la de los bonos del Tesoro, sino que además ofrecen la opción de cancelación contra impuestos a partir del 30 de abril de 2026. Por otro lado, anticipamos que la nueva emisión del BOPREAL Serie IV –cuyo anuncio se espera en los próximos días– podría ofrecer un rendimiento estimado de 10,2% TIR, tal como comentamos en Atrapados con salida: BOPREAL Serie IV, superando el retorno que podría ofrecer un bono corporativo hard dollar.
Bonos corporativos
Para carteras de inversión más conservadoras, sugerimos mantener cierta proporción en bonos corporativos, que ofrecen menor sensibilidad al riesgo político-económico local y rendimientos de 6% a 7% TIR. En el tramo corto, privilegiamos obligaciones negociables bajo ley local, donde identificamos oportunidades más atractivas: YMCVO (6% TIR y cupón 6,25% TNA) y YMCQO (6% TIR y cupón 5% TNA). Para posiciones de mayor duración, preferimos las ON bajo ley extranjera, destacándose TLCMO (TIR del 8,3% y cupón 9,5% TNA) y YMCXO (TIR del 7,7% y cupón 8,75% TNA).
Análisis de la consultora independiente LATAM ConsultUs.
La incertidumbre respecto de la política comercial amenazó la resiliencia del crecimiento global al avivar temores de inflación, tasas de interés elevadas por más tiempo y una erosión del crecimiento que no formaba parte del escenario base. Esto exige adoptar una postura más cautelosa.
A medida que persiste la incertidumbre, mantenemos una posición moderadamente sobreponderada en renta variable, respaldada por el crecimiento aún sólido de las ganancias corporativas y el potencial de políticas fiscales pro-crecimiento.
RENTA VARIABLE
En Estados Unidos adoptamos una visión neutral sobre el mercado accionario ante la creciente volatilidad e incertidumbre derivadas de las tarifas anunciadas por Trump. Si bien persisten fundamentos sólidos, el impacto potencial en márgenes, consumo e inversión genera cautela, especialmente en un contexto de valuaciones exigentes y tasas de interés elevadas.
En Europa, si bien las valuaciones siguen siendo atractivas en términos relativos, la falta de impulso en el ciclo económico –a pesar de los estímulos del Banco Central Europeo– y las señales persistentes de debilidad en sectores industriales clave limitan el potencial de recuperación en el corto plazo. Por ello, nos inclinamos a un posicionamiento neutral sobre la región.
Sostenemos una postura neutral en acciones de mercados emergentes, dado que, si bien la baja de tasas de interés brinda apoyo, la inflación –que parecía contenida– se ha convertido en un factor de incertidumbre por el posible impacto de las tarifas y la erosión del crecimiento global, limitando el potencial en el corto plazo.
En cambio, mantenemos una visión negativa sobre China, a pesar del repunte de la bolsa en lo que va del año, debido a las persistentes dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento y el contexto externo continúa desafiante ante las fricciones con EE. UU. Aunque el gobierno aún cuenta con espacio para estímulos, la efectividad de estas medidas ha sido limitada hasta ahora y el sentimiento del mercado permanece frágil.
Asia Emergente, por su parte, recientemente ha mostrado un buen desempeño, pero la evolución del mercado sigue estrechamente ligada a la dinámica de China. Si bien vemos oportunidades estructurales atractivas en otros países de la región y sostenemos una perspectiva optimista a largo plazo para perfiles más dinámicos, la región enfrenta limitaciones a corto plazo debido a la incertidumbre sobre el crecimiento chino y su impacto en el resto de Asia.
RENTA FIJA
Los bonos del Tesoro siguen siendo una fuente clave de ingresos y diversificación en un entorno de tasas elevadas y volatilidad. El riesgo a la baja es limitado en plazos cortos, dada la postura actual de la Fed. Los rendimientos a largo plazo reflejan valuaciones justas, aunque con cierta variabilidad.
En corporativos de alta calidad de crédito, hoy los rendimientos ofrecen valor desde una perspectiva histórica, apoyados por balances sólidos. Sin embargo, dichos diferenciales siguen ajustados, por lo que priorizamos los menos expuestos a disrupciones comerciales, como financieras y aseguradoras, y evitamos automotriz y retail. Nos enfocamos en el tramo intermedio de la curva (4–7 años) y favorecemos EE. UU. por su liquidez y marco institucional.
Por otro lado, en corporativos de alto rendimiento (baja calidad) nos inclinamos por una exposición medida, centrada en créditos BB con fundamentos sólidos. Es decir, emisores con capacidad operativa diversificada, fuerte generación de flujo de caja operativo, posición de caja robusta, vencimientos manejables y bajo apalancamiento, con preferencia por duraciones intermedias (alrededor de cinco años).
En el caso de la deuda de mercados emergentes, aunque los rendimientos superan sus promedios históricos, los diferenciales lucen contenidos. Mantenemos un enfoque selectivo y una gestión activa, buscando emisores de calidad con alta eficiencia, estructuras de capital sanas y buena diversificación. En particular, encontramos atractivo en soberanos y corporativos de corta y media duración con sólida calidad crediticia.
MATERIAS PRIMAS
El panorama de las materias primas es neutral en términos generales, ya que las valuaciones actuales –como en el caso del oro– y la desaceleración de la demanda global limitan su atractivo. Sin embargo, siguen siendo una cobertura útil ante eventos inesperados como un repunte inflacionario, sorpresas positivas en el crecimiento, factores estacionales o una escalada en las tensiones geopolíticas.
¿Cómo lograr experiencias más fluidas y personalizadas que se adapten en tiempo real?
Tiempo, paciencia y muchas pestañas abiertas en el navegador era lo que típicamente se requería para organizar un viaje. Comparar precios, buscar rutas eficientes, reservar actividades y anticiparse a los imprevistos eran tareas que recaían enteramente en el viajero. Sin embargo, hoy la inteligencia artificial (IA) transforma esta experiencia, haciendo de la planificación un proceso más rápido, eficiente y personalizado.
Tomemos como ejemplo la planificación de un viaje por Europa. Un turista quiere recorrer París, Ámsterdam y Berlín en 10 días. Tradicionalmente, debería buscar combinaciones de vuelos o trenes, comparar alojamientos, verificar distancias y disponibilidad horaria para museos y atracciones. Con IA, esta tarea puede realizarse en minutos. Algoritmos especializados analizan millones de datos sobre transporte, horarios, eventos y preferencias personales para construir un itinerario optimizado, que considere los tiempos de traslado, los gustos del viajero y las condiciones climáticas.
Un caso concreto es el uso de plataformas como Roam Around o Wayblazer, que emplean inteligencia artificial para sugerir rutas adaptadas a los intereses del usuario, detectados en redes sociales y búsquedas anteriores. Si el sistema identifica que esa persona suele visitar galerías de arte y evita grandes multitudes, recomendará actividades culturales en horarios menos concurridos, incluso ajustando los tiempos según el ritmo del viajero.
Por otro lado, el futuro inmediato anticipa experiencias más inmersivas. Con la integración de IA y realidad aumentada, los turistas podrán caminar por Roma y ver en sus teléfonos cómo era el Foro Romano hace dos mil años. Museos como el Louvre o el Prado ya experimentan con guías que adaptan el recorrido según la atención del visitante, eligiendo obras que coincidan con sus reacciones anteriores. Esto abre una nueva era de curaduría personalizada, en la que cada visita es única y optimizada.
Atención personalizada con asistentes virtuales
Durante el viaje, la IA es también un acompañante, e incluso más. Los asistentes virtuales, como los integrados en Google Travel, Siri o aplicaciones como Hopper, anticipan las necesidades del usuario. Por ejemplo, si un vuelo se retrasa, el sistema sugiere alternativas de transporte, contactar al hotel para ajustar el check-in, y hasta proponer una actividad cercana para aprovechar el tiempo perdido.
Imaginemos a una pareja de viajeros que aterriza en Francia y encuentra cerrada la estación de tren por una huelga imprevista. La aplicación de asistencia basada en IA detecta el problema, analiza opciones y propone un traslado en taxi compartido, considerando tanto el costo como el tiempo estimado, e incluso sugiere un restaurante cercano para hacer tiempo si el check-in todavía no está habilitado.
Estos sistemas también superan barreras idiomáticas y culturales. Gracias a la traducción automática en tiempo real y al análisis contextual, los turistas pueden comunicarse con fluidez en mercados locales o estaciones remotas. Así, si una viajera busca comprar productos en una tienda local que no acepta tarjetas internacionales, la inteligencia artificial traduce la conversación, sugiere cajeros cercanos compatibles y ofrece alternativas con pago digital.
En cruceros y aeropuertos, los asistentes móviles ubican puertas de embarque o restaurantes, ofreciendo indicaciones en varios idiomas y adaptando su comunicación a las características del usuario. En este sentido, la IA también facilita el acceso al turismo para personas con discapacidades. Aplicaciones capaces de convertir texto en voz, interpretar lenguaje de señas o guiar por GPS a quienes tienen limitaciones visuales hacen que viajar sea más inclusivo.
Tendencias y patrones de viaje: datos para anticiparse
La IA también aprende y analiza millones de reservas, búsquedas y reseñas, detectando patrones que anticipan tendencias de viaje. Las aerolíneas y agencias utilizan estos datos para ajustar sus ofertas, optimizar precios y lanzar promociones en el momento exacto en que un usuario empieza a planear sus vacaciones.
Supongamos que en los meses previos al verano europeo aumenta la búsqueda de experiencias gastronómicas en regiones rurales. Las plataformas de reserva apalancan esta información para promocionar paquetes en La Toscana o el País Vasco, mejorando el inventario de alojamientos y generando contenido dirigido a ese perfil de viajero. Incluso segmentan las campañas de acuerdo a si el usuario viaja en pareja, con hijos o en solitario.
A esto se suma el uso de inteligencia artificial para prever cuellos de botella turísticos. Aplicaciones como Google Maps o Citymapper analizan en vivo los flujos de personas en destinos masivos, y sugieren horarios alternativos para visitar puntos concurridos como el Coliseo Romano o la Sagrada Familia. Así, la experiencia mejora tanto para el viajero como para las ciudades, que distribuyen la carga turística.
Los aeropuertos también se benefician de estas herramientas. En hubs internacionales como Heathrow o Changi, se aplican algoritmos para predecir los flujos de pasajeros según datos históricos y tiempo real, ajustando la dotación de personal y los tiempos de espera en migraciones. Esto no solo mejora la experiencia del pasajero, sino que permite una operación más eficiente de las instalaciones. A su vez, aerolíneas como Delta o Lufthansa experimentan con IA para predecir retrasos y reacomodar pasajeros antes de que surja el problema, minimizando el impacto de las demoras.
Además, las plataformas de IA permiten experimentar con nuevos modelos de negocio en turismo. Empresas como Utrip o Journera integran datos de múltiples fuentes (vuelos, clima, disponibilidad hotelera, comportamiento online) para ofrecer paquetes dinámicos y ajustados minuto a minuto. Por ejemplo, si un concierto se cancela o una tormenta afecta una región, el sistema puede redirigir la propuesta hacia otro destino con condiciones similares. Esto mejora la resiliencia de la oferta turística ante eventos inesperados.
Un sector en transformación acelerada
La combinación de IA y turismo abrió un abanico de nuevas posibilidades comerciales. Las startups que desarrollan soluciones para planificación de itinerarios, automatización de reservas o análisis de comportamiento del viajero captaron la atención de fondos de inversión y operadores tradicionales del sector.
Por ejemplo, la empresa española Smartvel utiliza esta tecnología para crear guías personalizadas para aerolíneas y agencias de viajes, basadas en la normativa local, eventos y preferencias del usuario. Mientras tanto, compañías como Amadeus y Sabre integran algoritmos predictivos que ajustan tarifas en función de la demanda esperada, la competencia y el comportamiento histórico del cliente. Esto permite precios más dinámicos y ofertas más atractivas.
En paralelo, la robótica inteligente tiene un rol en el turismo presencial. Hoteles en Asia utilizan robots con IA que permite reconocer rostros de huéspedes recurrentes, hacer el check-in, preparar la habitación según preferencias pasadas –desde la temperatura hasta el tipo de almohada– y hasta prever si alguien necesita ayuda con el idioma o el transporte. De esta forma, se reducen costos y tiempos de espera. Estos sistemas no reemplazan totalmente al personal humano, pero liberan recursos para mejorar la atención donde se necesita más empatía y criterio.
Finalmente, la gestión del posible impacto ambiental del turismo también encuentra aliados en la inteligencia artificial. Algoritmos que monitorean la huella de carbono del viajero, que sugieren medios de transporte más sostenibles o que ayudan a evitar la sobrecarga de destinos naturales como Machu Picchu o las islas Galápagos forman parte de esta tendencia. Algunos operadores ya permiten a los usuarios elegir el itinerario menos "contaminante", comparando opciones y mostrando el ahorro estimado en emisiones.
Riesgos y desafíos: privacidad y dependencia
La incorporación de IA en el turismo también trae desafíos. El primero es la privacidad. Al analizar preferencias, hábitos y ubicaciones, las aplicaciones manejan datos sensibles que deben ser protegidos con protocolos estrictos. El segundo es la posible dependencia tecnológica: ante una falla del sistema o la pérdida de conectividad, muchos viajeros quedarían sin alternativas.
También existen riesgos en la homogeneización de las experiencias. Si todos los itinerarios son optimizados por algoritmos que siguen las mismas reglas, ¿cuánto se pierde de la sorpresa y el descubrimiento espontáneo? Este debate abre una nueva dimensión sobre el rol de la inteligencia artificial como mediador entre el deseo humano de explorar y la necesidad de certidumbre.
La combinación entre personalización y automatización proyecta al turismo hacia un nuevo paradigma. Una industria que dependía de la intuición y el papel hoy se apoya en datos, algoritmos y predicciones. Como toda revolución tecnológica, esto plantea desafíos, pero también promete un viaje más conectado, inteligente y adaptado a cada persona.
Noticias locales: el país hoy.
Influenciados por el contexto global, la rueda del miércoles resultó negativa, con caídas en los bonos soberanos y en las acciones. El EMAE registró una contracción de 1,8% m/m en marzo. La deuda en pesos operó a la baja, sobre todo en el tramo largo, con excepción de los bonos CER y los dollar-linked. Por otro lado, los futuros volvieron a subir, mientras los dólares financieros retrocedieron en el margen.
El tono negativo en los mercados globales contagió a la deuda soberana en dólares, que había comenzado con subas pero terminó con pérdidas de 0,7% al cierre de la jornada. Si bien el descenso fue generalizado, los Globales mostraron una caída más acentuada, de -0,9%. En paralelo, el riesgo país se mantuvo en 651 pb y los BOPREAL avanzaron 1%.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró con reservas brutas por USD 38.176 M, cayendo USD 123 M desde el viernes. Aún sin intervenir en el MLC, el dólar oficial subió 0,3 %, hasta $1.142, dejando el tipo de cambio promedio de mayo 1,9 % por encima del de abril. Los dólares financieros, en tanto, registraron descensos: el MEP (GD30) bajó 0,1% a $1.154,86, y el CCL un 0,7% hasta $1.160,10.
La deuda en pesos tuvo una rueda negativa, salvo los CER que avanzaron 0,3% y los dollar-linked que ganaron 0,6%. En contraste, la curva a tasa fija retrocedió 0,2%, con descensos más acentuados en el tramo largo. Los duales de similar duration cayeron en línea y cerraron con pérdidas de 0,7%.
Los futuros de dólar avanzaron nuevamente un 0,3% impulsados por el tramo largo. La TNA para lo que queda de mayo se encuentra en 18%, mientras que para el resto del año se mantiene en entre 23%y 24%.
De la mano de un contexto global poco favorable para los activos, el Merval también cayó 1,7% en dólares CCL y 2,5% en pesos. Así, cerró la jornada en un nivel de USD 1.996. Las principales caídas se dieron en Transener (-5,81%), Mirgor (-4,75%) y Holcim (-4,22%).
La actividad económica mostró una fuerte contracción en marzo, con una caída desestacionalizada del 1,8% m/m, que llevó el nivel general de la economía de regreso a valores similares a los de diciembre de 2024. A pesar del retroceso, en la comparación interanual el EMAE creció 5,6% i.a., y el primer trimestre cerró con una expansión acumulada del 6,1% i.a. A nivel sectorial, cinco rubros mostraron caídas interanuales, destacándose la baja en hoteles y restaurantes (-3,6%). En contraste, se registraron avances significativos en intermediación financiera (+29,3%), comercio (+9,3%) y construcción, que anotó su tercer mes consecutivo de crecimiento con una suba del 9,9% i.a.
Noticias globales: el mundo hoy.
La rueda del miércoles estuvo marcada por el desempeño de la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro, que registró alzas en todos sus tramos tras una pobre licitación de los bonos a 20 años. Esta suba en las tasas provocó una caída considerable de las acciones y preocupa que, a su vez, el dólar retroceda. Asimismo, las posibles implicancias de la cumbre del G-7 en curso añaden más incertidumbre al panorama.
El rendimiento de la UST10Y subió el miércoles 11 pb, hasta 4,59%, avanzando por segunda rueda consecutiva. Una mala licitación de los bonos del Tesoro a 20 años, con tasa al 5,12%, arrastró al resto de la curva. La tasa a 30 años se ubicó en 5,09%, su nivel más alto desde 2023. El mercado teme que el proyecto de ley de gasto e impuestos de Trump provoque un aumento del déficit presupuestario a un ritmo más rápido de lo anticipado. La rebaja en la calificación crediticia de EE. UU. por parte de Moody’s el pasado viernes también alimentó los temores sobre el endeudamiento del país. Además, funcionarios de la Fed reafirmaron el martes sus preocupaciones por el impacto de las políticas comerciales de la administración Trump en la economía. El presidente de la Fed de St. Louis, Alberto Musalem, advirtió sobre un debilitamiento del mercado laboral y un aumento de precios. La presidenta de la Fed de Cleveland, Beth Hammack, también alertó sobre el riesgo de una posible estanflación. Hoy, los mercados descuentan dos recortes de tasas de 25 pb antes de fin de año, probablemente en septiembre y diciembre. Esta mala performance de los bonos del Tesoro golpeó con fuerza a Investment Grade (-1,0%) y a Mercados Emergentes (-0,7%).
Por su parte, las acciones en EE. UU. retrocedieron con fuerza durante la tarde, ya que el aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro y la preocupación por el déficit fiscal creciente afectaron el sentimiento del mercado. El S&P 500 bajó 1,2% y el Nasdaq 0,8%, mientras que el Dow Jones retrocedió 1,6%. El sector minorista también presionó: Target (-4,3%) recortó sus proyecciones y advirtió sobre una menor demanda del consumidor, en tanto que Lowe’s y TJX mantuvieron su guía. UnitedHealth perdió 5% tras informes de pagos a hogares de ancianos para reducir transferencias a hospitales. En contraste, Alphabet avanzó 3,5% gracias a nuevas inversiones en inteligencia artificial.
El DXY cayó nuevamente 0,6%, hasta 99,5, rompiendo otra vez la barrera de los 100. Esta baja se relaciona principalmente con la depreciación de 0,5% frente al euro y de 0,6% frente al yen japonés. Así, en lo que va de 2025, el dólar acumula una caída de 8,3%.
Los commodities siguieron la tendencia de las últimas ruedas. El oro se afianzó y anotó otra suba de 0,8%, cerrando en USD 3.315 la onza, al tiempo que el petróleo retrocedió 1,6% y terminó en USD 61,6 por barril. La EIA reportó un incremento de 1,33 M de barriles en existencias de crudo, contrariando las expectativas de una reducción de 1,85 M de barriles. Se suma el impacto del alza de las tasas de los bonos del Tesoro.
Noticias globales: el mundo hoy.
El martes cayeron las acciones mientras que la tasa a diez años se mantuvo estable. La Fed de Atlanta y Nueva York afirmaron que no prevén recortes de tasas pronto. El oro sigue ganando terreno frente al dólar y el petróleo recortó algo de las ganancias de la rueda del lunes.
El S&P 500 rompió una racha de seis jornadas consecutivas al alza este martes, retrocediendo un 0,3%, mientras que el Nasdaq cayó un 0,4% y el Dow Jones un 0,2%. Los sectores tecnológico e inmobiliario fueron los de peor desempeño, en tanto que consumo discrecional y servicios públicos se destacaron positivamente. Con una agenda económica liviana para la jornada, el foco del mercado se centró en los resultados corporativos. Las acciones de las large caps mostraron un comportamiento mixto. Apple (-1,5%), Microsoft (-0,8%), Nvidia (-1,5%), Amazon (-1,3%) y Meta (-1,0%) cerraron en rojo, mientras que Tesla ganó un 2,2%, luego de que Elon Musk se comprometiera a liderar la compañía durante los próximos cinco años.
Las tasas de los bonos del Tesoro se mantuvieron estables en 4,48% para la UST10Y, mientras que la UST2Y retrocedió 2 pb a 3,96%. El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, y el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, indicaron que es poco probable que la Fed considere recortes de tasas en el corto plazo. Actualmente, los mercados descuentan dos recortes de 25 puntos básicos cada uno hacia fin de año, posiblemente en septiembre y diciembre. Con esto retrocedieron los Investment Grade un 0,2%, mientras que los High Yield y los bonos de mercados emergentes un 0,1%.
El DXY extendió su caída en 0,3% explicado por una depreciación de 0,3% frente al Euro. Por otro lado, en Brasil se fortaleció frente al Real en 0,4% y cerró en USDBRL 5,67.
En commodities el petróleo WTI cayó levemente un 0,3% y cerró en USD 62,5 por barril, mientras el mercado evalúa los posibles riesgos derivados de las negociaciones nucleares entre EE. UU. e Irán. El viceministro de Relaciones Exteriores de Irán, Majid Takhtravanchi, declaró el lunes que las conversaciones con EE. UU. “no llegarán a ninguna parte” si Washington sigue exigiendo un cese total de las actividades de enriquecimiento de uranio por parte de Teherán. Mientras tanto, Trump, afirmó que Rusia y Ucrania iniciarán “de inmediato” negociaciones para un alto el fuego tras una llamada telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, aunque insinuó que EE. UU. podría retirarse de su rol como mediador. El oro siguió avanzando y anotó una suba de 1,7% alcanzando los USD 3284 por onza impulsado por la debilidad del dólar estadounidense y una mayor incertidumbre geopolítica.
Noticias locales: el país hoy.
El martes se vio una rueda tranquila, con subas marginales para los soberanos en dólares y una leve caída en acciones. Las Lecap habían comenzado al alza y terminaron mixtas, en tanto que en los CER se observó la dinámica opuesta. Por otro lado, se dio a conocer la balanza comercial de abril, que se sostuvo solo gracias a la energía, pero estuvo muy por debajo de las expectativas del mercado y del año pasado debido al fuerte repunte de las importaciones, mientras que las exportaciones se mantuvieron estables. Los futuros, el dólar oficial y los financieros cerraron levemente al alza.
En abril de 2025, el saldo comercial fue superavitario en USD 204 M, muy por debajo de las expectativas del mercado (cercanas a USD 950 M) y del registro de abril de 2024 (USD 1.807 M). Las exportaciones totalizaron USD 6.664 M (+2,3% i.a.), al tiempo que las importaciones alcanzaron USD 6.460 M (+37,3% i.a.), impulsadas por un salto en las cantidades (+41,9%), frente a un virtual estancamiento del volumen exportado (+3,2%). En la composición, sobresalió el retroceso de las manufacturas de origen agropecuario (MOA, –0,4% i.a.), en contraste con el fuerte dinamismo de las importaciones de bienes de capital (+73,4%), de bienes de consumo (+77,7%) y de vehículos de pasajeros (+204,5%). El frágil superávit se sostuvo gracias al aporte del sector energético, que contribuyó con un saldo positivo de USD 573 M. En el acumulado anual, la balanza comercial muestra un superávit de apenas USD 1.265 M, menos de un cuarto del registrado en el mismo período de 2024 (USD 6.208 M).
Los bonos soberanos en dólares continuaron al alza desde el lunes, aunque de manera más moderada. Avanzaron 0,4%, con un comportamiento destacado en el segmento bajo ley extranjera, liderado por el GD35 que ganó 0,8%. En paralelo, el riesgo país se mantuvo en 651 pb y los BOPREAL registraron subas marginales.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 38.299 M, cayendo USD 32 M desde el viernes. La entidad continuó sin intervenir el MLC y el dólar oficial subió 0,7%, cerrando en $1.142. Así, en mayo el tipo de cambio promedio se ubica 1,8% por encima de la media de abril. En cuanto a los dólares financieros, el MEP (GD30) avanzó 0,1% y el CCL un 0,3%, alcanzando $1.155,95 y $1.168,64, respectivamente.
En cuanto a la deuda en pesos, la rueda fue estable, con ganancias marginales en todas las curvas. Tanto los títulos a tasa fija como los duales subieron 0,1%, al igual que los CER, que recuperaron terreno tras la caída del lunes. Por su parte, los bonos dollar-linked ganaron 0,2%, en línea con el avance de los tipos de cambio.
Los futuros de dólar avanzaron 0,6% impulsados por los contratos más cortos. Así, la curva de TNAs muestra una leve pendiente negativa en ese tramo. Mayo cotiza a 26% TNA, disminuyendo gradualmente a 23% TNA en octubre, donde se mantiene hasta abril de 2026. La variación mensual implícita promedio permanece en 1,8% para diciembre.
Luego de la suba de casi 4% del lunes, el Merval en dólares CCL retrocedió 0,4% en el margen, en tanto que registró una suba de 0,4% en pesos. Con esto, se ubicó en USD 2.029. Transener (-2,3%), Telecom (-2,07%) y TGN (-1,1%) protagonizaron las bajas. Por su parte, en las alzas destacaron Holcim (5,6%), Edenor (4,8%) y Ternium (3,9%).
El Gobierno mantiene a la desaceleración del IPC como su principal arma.
A pesar de la flexibilización parcial del cepo y tras la aceleración registrada en marzo, la inflación general mostró una pronunciada desaceleración en abril. Para mayo, el panorama resulta aún más alentador. El índice en abril se ubicó en 2,8% m/m, significativamente por debajo del 3,7% del mes previo, y proyectamos para este mes una nueva baja, con un IPC en torno al 2,1% m/m. La dinámica de precios sigue beneficiándose de la moderación en alimentos, de los contenidos regulados –con actualizaciones postergadas– y de un tipo de cambio estable, que no generó disrupciones a pesar del ajuste del 4,9% m/m en abril. En este contexto, el proceso desinflacionario se ha transformado en el principal capital político del Gobierno, que aparentemente le otorga prioridad sobre otras metas, como la acumulación de reservas. La estrategia oficial apunta a evitar sobresaltos cambiarios en el corto plazo, incluso conduciendo al tipo de cambio oficial hacia el piso de la banda de intervención. El reciente triunfo en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires refuerza esta apuesta de cara a octubre.
Entre los precios regulados, la energía en los hogares (electricidad y gas natural) registró en abril una suba marginal –apenas 0,15% m/m–, lo que contribuyó notablemente a contener el índice general. Los combustibles, por su parte, se movieron por debajo del promedio: aumentaron 1,8% m/m y acumulan una caída real interanual de 9,4%, consistente con la apreciación del tipo de cambio en términos reales.
Los precios estacionales también colaboraron con el freno inflacionario de abril, al avanzar solo 1,9% m/m gracias al retroceso en frutas y verduras. Entre las divisiones más dinámicas se destacaron restaurantes y hoteles (+4,1% m/m) y recreación y cultura (+4% m/m), mientras que en transporte (1,7% m/m) y equipamiento del hogar (0,9% m/m) se observaron los menores aumentos.
La inflación núcleo, sin embargo, se mantiene más firme: alcanzó el 3,2% m/m en abril y se mantuvo por encima del índice general. En lo que va del año, acumula un 12,2% y un 47% i.a. (en línea con el nivel general).
En mayo, las tarifas de electricidad registraron alzas muy acotadas –incrementos promedio del 1,5% según nivel de ingresos–. En contraste, las tarifas de gas natural experimentaron una caída promedio del 2,6%, producto de la reconfiguración en la segmentación del mayor consumo, lo que distorsiona la comparación mensual. Además, el congelamiento de los impuestos a los combustibles, sin actualizaciones en mayo, consolidó una baja promedio del 3,8% en surtidores. Esta combinación de factores permite anticipar que el componente de precios regulados mostraría una suba muy moderada, en torno al 0,5% m/m.
En cuanto a los precios estacionales, mayo no suele registrar fuertes correcciones por motivos de calendario. Con frutas y verduras todavía en retroceso y sin alzas destacadas en otros productos estacionales, esperamos que este componente se ubique cerca del 1% m/m.
Es por ello que estimamos una inflación para mayo en torno al 2,1% m/m, con la inflación núcleo perforando finalmente el umbral del 3% m/m (en torno al 2,8% m/m). Esto marcaría un paso importante en la consolidación del sendero desinflacionario, aun con cierta inercia en los precios de servicios.
De cara al resto del trimestre, esperamos que el índice general quiebre el 2% m/m en junio, 1,4% m/m en julio y se ubique cerca de 1,2% m/m en agosto y septiembre, siempre que no haya shocks cambiarios. Hacia fin de año podría registrarse un leve repunte si se actualiza el tipo de cambio oficial –aunque no modificaría la tendencia descendente–. En ese escenario, proyectamos que diciembre cierre con una inflación interanual de 28%, cayendo con fuerza desde el 118% i.a. de diciembre de 2024 y alcanzando el menor registro para un diciembre desde 2017 (24,8%).
El sendero de desinflación, por tanto, no solo ordena precios, sino también la estrategia política. Evitar sobresaltos, anclar expectativas y mostrar resultados concretos en la variable más sensible del bolsillo se volvió el núcleo del mensaje oficial de cara a las legislativas de octubre.
Noticias globales: el mundo hoy.
El lunes comenzó con caídas en las acciones y subas en las tasas, producto de la rebaja en la calificación crediticia de EE. UU. Sin embargo, los principales índices lograron recortar gran parte de las pérdidas y las tasas se mantuvieron neutrales. El perdedor de la jornada terminó siendo el dólar, que se depreció a nivel global, mientras que subieron el oro y el petróleo. Trump se comunicó con Vladimir Putin y anunció que Rusia y Ucrania iniciarían negociaciones para lograr un alto el fuego y el fin de la guerra, lo que pudo haber traído calma a los mercados.
Moody’s rebajó la calificación crediticia soberana de EE. UU., convirtiéndose en la última de las principales agencias en abandonar la calificación triple A. Este evento se suma a las señales de alarma sobre el aumento del déficit, en línea con la visión de la Fed y parte del mercado. Mientras tanto, el paquete de recorte impositivo propuesto por el presidente Trump —que incluye un monto elevado en reducciones fiscales sin financiamiento— fue aprobado durante el fin de semana, lo que extiende la política fiscal expansiva pero agrava las preocupaciones por la deuda.
La renta variable comenzó la rueda con bajas que se fueron recortando a lo largo de la jornada. El S&P 500 terminó neutral, en tanto que el Nasdaq 100 retrocedió 0,1% y el Dow Jones avanzó un 0,3%. Tesla y Palantir cayeron entre un 2,3% y 2,5%, mientras que Apple perdió un 1,5%, liderando una jornada negativa para el sector tecnológico. Por otro lado, UnitedHealth subió un 7%, recortando parte de las fuertes pérdidas acumuladas en el año.
En renta fija, la UST10Y se mantuvo en 4,45% de tasa, al igual que la UST2Y. Así, tanto los bonos del Tesoro como los corporativos Investment Grade y High Yield retrocedieron 0,1%, mientras que los emergentes se mantuvieron neutrales.
La rebaja en la calificación crediticia soberana de EE. UU. también afectó al índice dólar DXY, que retrocedió un 0,7% y cerró en 100,4, explicado mayormente por una caída de 0,6% frente al euro y a la libra.
El petróleo WTI subió marginalmente a USD 62,7 por barril. Había comenzado a la baja debido a datos económicos débiles de China y la rebaja de la calificación crediticia de EE. UU., aunque luego se revirtió. Por su parte, el oro sacó provecho de la situación al incrementarse su demanda como refugio de valor y subió un 1,0%, alcanzando un valor de USD 3.233 la onza.
Noticias locales: el país hoy.
El lunes estuvo marcado por el optimismo en el mercado generado por las elecciones de la Legislatura porteña, en las que LLA resultó victorioso con el 30,13% de los votos. En este marco, los soberanos en dólares y las acciones fueron los principales ganadores. En pesos, avanzaron las Lecap y los duales, mientras que los CER retrocedieron ante una menor expectativa de inflación. A su vez, tanto los dólares financieros, el A3500, los futuros y los bonos dollar-linked cerraron en baja.
Los bonos soberanos en dólares comenzaron la semana en terreno positivo, impulsados por el buen desempeño electoral de LLA en CABA. Si bien avanzaron un 1,2%, todavía no recuperaron las caídas del jueves y viernes de la semana anterior. Por su parte, el riesgo país se mantuvo en 651 pb y los BOPREAL permanecieron estables.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 38.299 M, cayendo en USD 33 M desde el viernes. Mientras tanto, el Central sigue sin intervenir en el MLC y el dólar oficial retrocedió un 1% hasta $1.134,25. Así, en mayo el tipo de cambio promedio se ubica un 1,8% por encima del promedio de abril. En cuanto a los dólares financieros, el MEP (GD30) se mantuvo estable y el CCL retrocedió un 0,3%, cerrando en $1.154,96 y $1.165,53, respectivamente.
La rueda fue estable para la deuda en pesos, al tiempo que los tipos de cambio operaron a la baja. Los duales continuaron la tendencia de la semana anterior y fueron los ganadores, subiendo un 0,5%, en tanto que la curva a tasa fija avanzó un 0,3%, liderada mayormente por el tramo largo. Por otro lado, los bonos CER registraron bajas del 0,1% y los bonos dollar-linked retrocedieron un 0,5%, en línea con la baja del dólar oficial.
Asimismo, los futuros de dólar cayeron un 0,5%, con variaciones parejas a lo largo de todos los tramos. Los volúmenes operados estuvieron dentro de lo habitual y el interés abierto se mantiene en torno a 4,5 M de contratos. La variación mensual implícita promedio continúa en 1,8%.
Las acciones mostraron un gran desempeño al subir 3,9% en dólares CCL y 2,3% en pesos. De esta manera, el Merval superó los 2.000 puntos y cerró en USD 2.040. Las principales alzas se concentraron en el sector bancario, con Supervielle avanzando 5,87%, BBVA un 3,96% y Macro un 2,99%.
En abril, los precios mayoristas subieron 2,8% m/m y aceleraron respecto a marzo (1,5%), aunque se mantienen muy por debajo del IPC general en términos interanuales (27% vs. 47%). El aumento respondió principalmente al incremento en los productos manufacturados nacionales (+3,2%), mientras que los importados treparon 6%, reflejando el impacto de la salida parcial del cepo y la suba promedio del tipo de cambio oficial (+5%). Por otro lado, el costo de la construcción aumentó apenas 0,5% m/m, con una dinámica muy dispar entre componentes: los materiales avanzaron 2,9%, pero el costo de la mano de obra cayó 1,9%. En la comparación interanual, la construcción acumula un alza de 43,1%, con materiales creciendo 21% y mano de obra 72,2%.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 16/05/2025
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
La pausa de Trump en la política arancelaria mejoró el ánimo de los inversores. Esto volvió a impulsar a las acciones, que registraron una muy buena semana, con subas generalizadas que les permitieron recuperar todo el terreno perdido durante marzo y abril. La tregua por 90 días con China fue el hecho más relevante, ya que ambas potencias dieron señales de que la guerra comercial podría evitarse, lo cual aporta mayor previsibilidad. Mientras tanto, los indicadores de la semana mostraron que la inflación tuvo un leve repunte, aunque menor al esperado. El deterioro fiscal tuvo un respiro, en tanto que las ventas minoristas y la actividad industrial reflejaron la debilidad del nivel de actividad en un contexto en el que las expectativas de los consumidores volvieron a deteriorarse. El petróleo se recuperó, el dólar se fortaleció, los bonos corporativos subieron, pero los bonos del Tesoro registraron el peor desempeño de la semana. Estos retrocedieron, en línea con los problemas fiscales que deberá afrontar la administración Trump, cuya calificación de deuda pública fue rebajada de AAA a AA1 por Moody’s. Con una agenda “liviana” de indicadores económicos, esta semana las miradas estarán puestas en el impacto de la baja de calificación de la deuda americana y en las negociaciones en el Congreso respecto al techo de deuda. No menos relevante será la evolución de las conversaciones comerciales de EE. UU. con sus socios para definir los nuevos aranceles.
Trump pasó por Medio Oriente. La visita de Donald Trump a Medio Oriente concluyó con un refuerzo de las alianzas estratégicas de EE. UU. en la región, especialmente con Arabia Saudita, mediante un histórico acuerdo de defensa e inversiones por USD 600.000 M, enfocado en seguridad energética y militar. También propuso levantar sanciones a Siria como parte de un plan más amplio para reordenar la región tras la caída de Bashar al-Ásad, ex presidente de ese país. Con guiños a Israel, buscó reimpulsar los Acuerdos de Abraham –conjunto de tratados de normalización diplomática firmados entre Israel y varios países árabes– para normalizar relaciones con países árabes, pese a las tensiones por la crisis en Gaza. Además, Irán aprovechó el contexto para lanzar una propuesta económica que incluía a socios árabes y capital estadounidense, mientras que la posibilidad de una mayor integración árabe-israelí quedó condicionada a la creación de un Estado palestino, una exigencia reafirmada por Arabia Saudita.
Leve repunte de la inflación. En abril de 2025, la inflación en EE. UU. subió 0,2% m/m, rebotando desde la caída del 0,1% m/m en marzo, aunque por debajo del 0,3% m/m esperado por el mercado. El principal impulso provino del rubro vivienda (+0,3% m/m), que explicó más de la mitad del avance del índice, junto con subas en energía (+0,7% m/m) —por mayores costos de gas natural y electricidad— y en bienes y servicios como seguros de autos, atención médica y educación. En contraposición, los precios de alimentos bajaron 0,1% m/m por una caída en alimentos para el hogar, y también retrocedieron las tarifas aéreas, autos usados y ropa. En términos interanuales, la inflación general se desaceleró al 2,3% i.a., su nivel más bajo desde febrero de 2021, con una caída del 3,7% i.a. en energía y una moderación en alimentos y transporte. Por su parte, la inflación núcleo avanzó 0,2% m/m (vs. 0,1% m/m en marzo), a raíz de servicios, pero aún por debajo del 0,3% m/m esperado, al tiempo que en la comparación interanual se mantuvo estable en 2,8%.
Sorpresa en los precios mayoristas. Los precios mayoristas en EE. UU. cayeron un 0,5% m/m en abril de 2025, tras una lectura revisada sin cambios en marzo y en contra de las expectativas del mercado, que anticipaban un aumento del 0,2% m/m. Esta fue la primera caída del índice de precios al productor (PPI) desde octubre de 2023 y la más pronunciada desde abril de 2020, en los primeros meses de la pandemia de COVID-19. La baja estuvo impulsada principalmente por una caída del 0,7% m/m en los costos de los servicios, la mayor desde que se comenzó a recopilar esta serie en diciembre de 2009, destacándose una disminución del 1,6% en los márgenes de los servicios comerciales, lo que sugiere que las empresas estarían absorbiendo parte del impacto de mayores aranceles. Los precios de los servicios –excluyendo comercio, transporte y almacenamiento– bajaron un 0,3% m/m, mientras que los servicios de transporte y almacenamiento cayeron un 0,4% m/m. A su vez, los precios de los bienes se mantuvieron estables en el mes, ya que las bajas en alimentos (-1,0% m/m) y energía (-0,4% m/m) compensaron otras subas. En términos interanuales, la inflación mayorista se desaceleró al 2,4%, el nivel más bajo desde septiembre de 2024 y por debajo del 2,5% previsto.
Quinta caída consecutiva de la confianza del consumidor. Siguiendo la tendencia de los últimos meses, aunque con la encuesta realizada previa a la tregua comercial, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan cayó a 50,8 en mayo de 2025, desde 52,2 en abril y muy por debajo de las expectativas del mercado. Se trata de la quinta caída mensual consecutiva, el nivel más bajo desde junio de 2022 y el segundo piso histórico registrado, en un contexto de crecientes expectativas de inflación y renovadas preocupaciones por los aranceles. Tanto el índice de condiciones actuales (57,6 vs. 59,8) como el de expectativas (46,5 vs. 47,3) se deterioraron. Las evaluaciones actuales de las finanzas personales se hundieron cerca de un 10% debido al debilitamiento de los ingresos. Casi tres cuartas partes de los consumidores mencionaron los aranceles, frente a casi un 60% en abril, lo que muestra que la incertidumbre sobre la política comercial domina la percepción económica. En cuanto a precios, las expectativas de inflación a un año subieron de 6,5% a 7,3% –máximo desde 1981–, mientras que las expectativas a cinco años aumentaron ligeramente del 4,4% al 4,6%.
Ventas minoristas en baja. Las ventas minoristas en EE. UU. aumentaron un 0,1% m/m nominal en abril de 2025, tras una suba revisada al alza del 1,7% m/m en marzo. Los consumidores moderaron su gasto tras una serie de anuncios de nuevos aranceles a principios de abril, aunque el dato superó las expectativas del mercado, que preveían una variación nula. Los mayores incrementos se observaron en restaurantes y bares (+1,2% m/m), ferreterías y casas de jardinería (+0,8% m/m), tiendas de muebles (+0,3% m/m) y de electrónica y electrodomésticos (+0,3% m/m). En cambio, las principales caídas se registraron en tiendas de artículos deportivos, pasatiempos, libros y música (-2,5% m/m), otros comercios minoristas (-2,1% m/m), estaciones de servicio (-0,5% m/m), indumentaria (-0,4% m/m), cuidado personal y salud (-0,2% m/m) y grandes tiendas (-0,2% m/m). Por otro lado, las ventas minoristas subyacentes –que excluyen alimentos, autos, materiales de construcción y combustibles, y que se utilizan para el cálculo del PBI– retrocedieron un 0,2% m/m, frente a un aumento revisado del 0,5% m/m en marzo y por debajo del +0,3% m/m esperado. Considerando la inflación del mes, medidas en términos reales, las ventas totales habrían disminuído 0,1% m/m y las subyacentes 0,3% m/m.
EE. UU. achica distancia. Luego de una semana en la que el rally alcista se detuvo tras el acuerdo comercial por 90 días entre EE. UU. y China, las acciones americanas retomaron el sendero positivo, logrando un muy buen desempeño, con los tres principales índices de Wall Street registrando fuertes subas. Gracias a las tecnológicas –específicamente los fabricantes de chips– el Nasdaq fue el gran ganador de la semana, con una suba del 7,3%, acumulando en mayo un alza del 10,3% y quedando casi en el mismo nivel que a fines del año pasado. El S&P 500 ganó 5,3%, estirando la ganancia del mes a 7,2%, por lo que en lo que va del año pasó a ganar 1,4%. Por último, el Dow Jones avanzó 3,4% en la semana, 5,0% en el mes y 0,2% en el año. El sector tecnológico –que subió un 7,6%– y el de consumo discrecional –con una suba del 7,3%-- fueron los más beneficiados y los grandes impulsores de las alzas. La tregua y la recuperación le permitieron a EE. UU. achicar distancia respecto de los demás países, dado que el índice global sin EE. UU. subió sólo 1,9% en la semana y 3,6% en lo que va del mes, aunque acumula una ganancia del 13,1% en lo que va del año. Se destacan las bolsas de Latam y Europa, con avances del 24%, y más atrás China, con un alza del 16,1%.
Mejor los bonos corporativos. La rotación de carteras desde activos de menor riesgo hacia activos de mayor riesgo generó una suba en las tasas de interés de los bonos del Tesoro y una compresión de tasas en bonos corporativos y emergentes. En concreto, toda la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro operó al alza, destacándose nuevamente el tramo medio, que registró las mayores subas. La UST2Y cerró en 3,98%, 10 pb por encima de la semana previa y 36 pb más que a fines de abril, mientras que la UST10Y terminó en 4,44%, acumulando en el mismo período un incremento de 6 pb y 26 pb, respectivamente —igual comportamiento al de la UST30Y, que cerró en 4,90%—. Esta dinámica se reflejó en el índice que agrupa a los bonos del Tesoro, que en la semana perdió 0,3%, acumulando en mayo una caída de 1,8% y de 1,4% en lo que va de 2025. Vale destacar que, al cierre de la semana, Moody’s Ratings redujo la calificación crediticia de la deuda estadounidense de AAA a AA1, debido al incremento en la deuda pública. Los bonos corporativos volvieron a reducir el spread y registraron subas generalizadas: los Investment Grade subieron 0,5%, achicando la pérdida del mes a 0,8%, en tanto que los High Yield se afianzaron como los grandes ganadores, con un alza de 1,1% en la semana y 1,0% en lo que va del mes. La distensión en los mercados también se reflejó en los bonos emergentes, que subieron 0,9% en la semana, 0,5% en el mes y 1,6% en lo que va del año.
Se fortaleció el dólar y retrocedió el dólar. El dólar continuó recuperándose del duro golpe recibido en los primeros meses del año, especialmente en abril. En la última semana, el DXY avanzó un 0,8%, acumulando en lo que va de mayo un alza de 1,6% y reduciendo la pérdida en lo que va del año al 6,8%. El fortalecimiento fue generalizado, dado que tanto el yen como el euro siguieron la misma tendencia. Respecto al yuan, retrocedió 0,4% en la semana, acumulando en el mes una caída de 0,8% y de 1,2% en lo que va de 2025, en tanto que contra el real brasileño muestra una tendencia estable desde principios de mayo, aunque en el año pierde 8,3%. Con menor incertidumbre y volatilidad, el precio del oro volvió a alejarse de los máximos históricos, anotando en la semana una caída de 3,7% hasta USD 3.202 la onza, y acumulando en el mes un retroceso de 2,7%.
Commodities en alza. La semana fue positiva para el petróleo WTI, que marcó una suba de 2,6% y cerró en USD 62,6 por barril. Terminó pesando más el acuerdo por 90 días entre EE. UU. y China que los aumentos de inventarios en EE. UU. y los incrementos en producción por parte de OPEP+. Con este resultado, en lo que va del mes la cotización del petróleo escaló 7,4% y redujo la caída del año a 12,7%. En cuanto a los commodities agrícolas, el precio de la soja se mantuvo estable en USD 386 por tonelada, anotando en el mes un alza de 1,5% y de 5,2% en lo que va del año. Por último, el cobre perdió 1,2% en la semana, quedando neutral en lo que va del mes, aunque en el año acumula una ganancia de 14,3%.
Lo que viene. La baja en la calificación de la deuda estadounidense será uno de los puntos de atención de la semana, dado que se avecina el debate por el Presupuesto y el techo de deuda, que deberá ser aprobado por el Congreso, lo cual agregará presión sobre los bonos del Tesoro. También será relevante para los inversores la evolución de las negociaciones comerciales bilaterales de EE. UU., con expectativa de que se anuncien nuevos acuerdos. En materia de indicadores, será una semana “liviana” en cuanto a publicaciones, en la que se destacan las primeras estimaciones del PMI de mayo y la venta de viviendas usadas.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
En un contexto de muy buenos datos económicos, los activos financieros locales respondieron con subas generalizadas, entre las que se destacaron las acciones y los bonos en moneda local, mientras que los bonos soberanos en moneda extranjera registraron un leve retroceso. Los datos económicos de la semana mostraron que la inflación de abril se desaceleró —con mejores perspectivas para mayo— y que la disciplina fiscal sigue siendo el gran activo del gobierno, dado que en abril volvió a registrarse superávit primario, impulsado por la caída del gasto primario y el repunte de los ingresos. En el frente externo, las reservas internacionales repuntaron gracias a los préstamos de organismos internacionales, mientras que el tipo de cambio tuvo un ligero aumento, aunque siguió operando por debajo del centro de la banda de flotación. Comienza una semana positiva para el gobierno en términos políticos, tras el triunfo logrado en las elecciones en CABA. En paralelo, la agenda económica estará cargada de datos, como los índices de precios mayoristas, precios de la construcción, resultado de la balanza comercial de abril y el EMAE de marzo.
La disciplina fiscal no se mancha. El Sector Público Nacional cerró abril con un superávit primario de 0,1% del PBI y uno financiero de 0,07%, acumulando en el año 0,6% y 0,2% del PBI, respectivamente (vs. +0,2% y +0,7% en 2024, y -0,1% y -0,5% en 2023). El gasto primario registró su primera caída interanual real del año (-1,2% i.a.), un dato clave para evaluar la sostenibilidad del ajuste fiscal. Para alcanzar la meta de superávit primario del 1,3% del PBI en 2025, no solo se requiere una recuperación de los ingresos reales —que crecieron 3,4% i.a. en abril—, sino también que el gasto continúe contenido. La contracción se explica por menores subsidios (-66% i.a. real), programas sociales excluyendo AUH (-41%) y obra pública (-15%). En el acumulado del primer cuatrimestre, el gasto primario crece 8% real, principalmente por una baja base de comparación, con subas en jubilaciones con bono (+22%), AUH (+39%) y transferencias a provincias (+137%).
La inflación desaceleró, pero la núcleo resiste. En abril, la inflación general se ubicó en 2,8% m/m. La desaceleración fue significativa respecto del 3,7% de marzo, máxime en un mes marcado por cierta flexibilización del cepo y una suba del tipo de cambio oficial del 4,9% m/m. El dato se explicó principalmente por la moderación en los precios de bienes —en particular, alimentos y bebidas— y por la contención de los precios regulados, que aumentaron apenas 1,8% m/m. Los precios estacionales también ayudaron a moderar el índice, con una suba de 1,9% m/m influida por caídas en frutas y verduras. En contraste, algunos servicios mostraron mayor dinamismo: restaurantes y hoteles subieron 4,1% m/m, y recreación, 4% m/m. La inflación núcleo se ubicó en 3,2% m/m, por encima del nivel general, y desde noviembre la media móvil de tres meses no logra perforar el 3% m/m. Para mayo se proyecta una nueva desaceleración, con un IPC general en torno al 2,1% m/m, gracias a la continuidad del freno en alimentos y regulados. La inflación núcleo finalmente perforaría el 3% m/m, aunque seguiría ubicándose por encima del índice general, lo que evidencia la persistencia de la inercia inflacionaria.
Freno en la recuperación del salario real. Por la aceleración inflacionaria de marzo, el salario privado registrado cayó 1,4% m/m real y quedó 0,7% por debajo del nivel de noviembre de 2023, revirtiendo parte de la suba previa. En el sector público también se registró una baja (-0,4% m/m) y el nivel salarial se mantiene 15% por debajo de noviembre de 2023. En abril, pese a la desaceleración inflacionaria, los salarios privados probablemente no repuntaron: las paritarias con subas mayores al 1% m/m no están siendo homologadas, lo que limitaría la recuperación del consumo privado.
Desembolso del BID ayudaron a las reservas. De la mano de los USD 500 M que aportó el BID, las reservas internacionales subieron USD 209 M en la semana, aunque en lo que va de mayo acumulan una caída de USD 596 M. Con este resultado, el stock bruto de reservas cerró la semana en USD 38.332 M, en tanto que las reservas netas —las que se monitorean en el marco del acuerdo con el FMI— se ubicaron en USD 8.347 M negativas, frente a los USD 8.659 M negativos de la semana anterior.
Más controles cambiarios. En la última semana, el BCRA endureció los controles cambiarios a empresas al modificar las condiciones de acceso al mercado oficial para aquellas que busquen repagar obligaciones negociables emitidas a partir del 16 de mayo. A partir de ahora, deberán esperar un mínimo de 18 meses —en lugar de los 6 previos— para acceder al dólar oficial. La medida apunta a desalentar la emisión de deuda corporativa en moneda dura con vencimientos de corto plazo. Esto podría redirigir parte de esa demanda hacia el BOPREAL que se emitirá en los próximos días y que podría servir para retirar pesos del mercado, forzando así que el tipo de cambio se acerque al piso de la banda.
Depósitos y crédito en dólares recuperan dinamismo. Tras la flexibilización del cepo, el aumento de la demanda minorista de moneda extranjera tuvo como contrapartida el alza en los depósitos en dólares del sector privado, que quebraron la tendencia a la baja que marcaban desde la finalización del blanqueo de capitales de fines de octubre del año pasado. Acumulan un aumento de USD 1.665 M (+5,5%) y se ubican, al 14 de mayo, en USD 30.712 M. En lo que va de mayo registran una suba de USD 367 M, lo que implica un incremento promedio diario de USD 46 M. Este contexto también se reflejó en los préstamos en dólares, que volvieron a acelerar su dinamismo: entre el 11 de abril y el 14 de mayo acumularon una suba de USD 807 M (+5,7%) y superaron los USD 15.000 M por primera vez desde 2019. De hecho, en lo que va de mayo suben a un ritmo de USD 54 M por día, cuando en el mismo período de abril caían a razón de USD 22 M por día.
Repuntaron los tipos de cambio. El BCRA sigue sin intervenir en el mercado de cambios y el dólar oficial cerró la semana en $1.146,17, con un repunte del 2,9%, aunque acumula una caída del 2,2% en lo que va del mes. Los dólares financieros se movieron en la misma línea y operaron con subas del 0,6% para el MEP y 0,8% para el CCL, cerrando en $1.154,8 y $1.168,7, respectivamente. De esta manera, abril culminó con la brecha cambiaria en 1% para el MEP y 3% para el CCL.
Tasas de interés estables. Las tasas de interés de los depósitos en pesos se mantuvieron estables la semana pasada en los mismos niveles que la semana previa: 33,0% TNA la Badlar y 34,4% TNA la TAMAR.
Los bonos en pesos extienden sus ganancias. En una semana marcada por la publicación del IPC de abril, la deuda soberana en pesos culminó con subas moderadas. La curva a tasa fija cerró con ganancias del 0,6%, en tanto que los rendimientos se mantuvieron estables y la curva quedó plana. Los rendimientos se ubicaron en 2,5% TEM en el tramo corto y medio, y en 2,4% TEM en el tramo largo. Mientras tanto, los bonos CER avanzaron un 0,5%. Si bien se observaron subas generalizadas, el tramo 2025 descomprimió y rinde CER +7% (vs. 4,6% la semana previa), y CER +9% para 2026 y 2027. Así, de mayo a octubre, la inflación implícita en el Boncer TZXD5 respecto al T15D5 se ubica en 1,6% promedio mensual, en tanto que la inflación implícita i.a. se ubica en 26,3%. Los duales subieron un 0,7% y rinden 2,2% TEM en su versión tasa fija, con un margen del 4,8% sobre la tasa TAMAR. La tasa TAMAR breakeven promedio se ubica en el rango de 24%-25%, es decir, para que los duales paguen tasa variable —versus tasa fija— al vencimiento, la tasa promedio proyectada desde hoy hasta el vencimiento debería superar esos niveles. A los niveles de tasas actuales, pagan la tasa mayorista. Mientras tanto, los dollar-linked fueron los grandes ganadores de la semana, subiendo un 2,4% en línea con el repunte de los tipos de cambio y rinden devaluación +11%.
Los futuros mantienen la calma. Los futuros en A3 repuntaron levemente tras la fuerte caída observada la semana anterior, aunque todavía sin alcanzar los niveles previos al 7 de mayo, cuando se registró una marcada baja. En promedio, los contratos subieron un 0,5%, con mayores subas en el contrato de diciembre (+1,4%). La tasa de devaluación mensual implícita se ubica en 0,8% para mayo y en 1,7% promedio para el resto de los plazos, reduciéndose significativamente respecto a los niveles registrados la semana previa.
Los soberanos a contramano del resto. Los bonos soberanos en dólares retrocedieron 0,7% en promedio. En el caso de los Bonares, el mayor impacto se observó en el GD30, que perdió un 1,3%, mientras que entre los Globales, los GD38 y GD41 cayeron 1,2% y 1,3%, respectivamente. En esta oportunidad, la caída se produjo a contramano de los países con deuda comparable, que avanzaron un 1,5% en promedio. El retroceso también se dio en una semana en la cual Fitch Ratings mejoró la calificación de la deuda en moneda extranjera de Argentina, elevándola de CCC a CCC+. El mercado sigue “incómodo” con la estrategia de no acumular reservas internacionales, un driver fundamental para la compresión del riesgo país y el eventual regreso a los mercados internacionales de crédito. En ambas curvas la pendiente se mantiene plana, con rendimientos entre 11% y 12% para los Bonares, y entre 10% y 11% para los Globales. Con esto, el riesgo país cerró en 648 pb. Diferente fue el caso de los BOPREAL, que avanzaron un 0,7% impulsados por el Serie 1-D, que ganó un 1,9%. Los Serie 1-B, 1-C y 1-D ofrecen rendimientos entre 9% y 11%. También fue una semana positiva para los provinciales, que ganaron 0,7% —lo más destacado fue PBA 2037 con una suba de 1,5%— y para los corporativos, que subieron 0,2% —se destacó el bono de YPF 2031 bajo ley NY, que subió un 2,2%.
Acciones al alza. En línea con la muy buena semana para la renta variable global —suba del 5,3% en el S&P 500 y del 1,6% en Brasil—, el Merval cerró una gran semana con un alza de 9,6% en moneda local y 7,8% medido en dólares CCL, finalizando en USD 1.974. Utilidades, Energía e Industria fueron los sectores protagonistas de este fuerte avance. En acciones se destacaron Transener (+31,0%), TGN (+19,4%) y Aluar (+15,8%), mientras que las mayores caídas fueron para COME (-5,0%) y Mirgor (-3,1%). Por el lado de las acciones que cotizan en Nueva York, la suba promedio fue de 4,8%.
Gran triunfo de LLA en CABA. En las elecciones a legisladores por la Ciudad de Buenos Aires, el oficialismo logró un importante triunfo en el bastión del PRO, al que relegó al tercer lugar y prácticamente duplicó en votos. También fue un gran resultado si se considera que había altas chances de que el candidato del PJ se quedara con la victoria, ante la previsión de un reparto de votos entre el candidato de LLA y los ex Juntos por el Cambio. Concretamente, en una elección que se destacó por un nivel muy bajo de participación —apenas el 53% del padrón—, la lista de LLA obtuvo el 30,1%, el PJ el 27%, mientras que el PRO y el ex PRO Horacio Rodríguez Larreta obtuvieron el 15% y el 8%, respectivamente. Este resultado refuerza al Gobierno de cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre.
Lo que viene. Se espera que los resultados de las elecciones en CABA sean bien recibidos por los inversores, por lo que prevemos un buen arranque de semana para los activos locales, que reforzarán el trade electoral. En cuanto a la agenda económica, hoy se publican el Índice de Precios Mayoristas y el Índice de la Construcción de abril. El martes será el turno del dato de intercambio comercial del mismo mes, que estimamos en torno a los USD 1.000 M: por encima del promedio del primer trimestre de 2025 (USD 300 M), aunque por debajo del registro de abril de 2024 (USD 1.807 M). El miércoles se conocerá el EMAE de marzo, que habría registrado una caída cercana al 1% m/m sin estacionalidad, interrumpiendo así una racha de cinco meses consecutivos de crecimiento mensual.
Los contratos de dólar en A3 operaron al alza, avanzando 0,5% en la semana...
Los contratos de dólar en A3 operaron al alza, avanzando 0,5% en la semana. Los contratos que más cayeron fueron los del tramo largo: diciembre (1,4%), noviembre (1,1%) y septiembre (1,1%).
El próximo contrato en vencer es el de mayo que cotiza en $1.151 y marca una devaluación directa de 0,4% y mensualizada de 0,8%. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que la suba en el precio del dólar correría en niveles en torno al 1,7%: 1,6% en junio ($1.174), 1,7% en julio ($1.197) y 1,7% en agosto ($1.219). A partir de ahí, señalan una devaluación que continúa al ritmo de 1,8% promedio hasta abril del 2026.
De esta manera, la curva de tasas (TNA) comprimió en todos sus tramos. De mayo a julio se observa una pendiente positiva que va de 10% a 21%, manteniéndose plana oscilando entre 21% y 22% hasta abril del 2026.
El volumen operado mostró un fuerte retroceso. En las últimas tres ruedas se comerciaron USD 4,1 M. El viernes 16 de mayo el interés abierto cerró en 4.482 millones de contratos, mostrando una suba de 28% m/m y de 150% a/a.
Del “liberation day” a la pausa por 90 días; de las amenazas de romper relaciones comerciales a la negociación; del pánico con derrumbe de precios al alivio con fuerte recuperación; y de la recesión inexorable a la expectativa de un soft-landing. Así es el ritmo que le impone Trump a la coyuntura económica y financiera global, en la que la única certeza es la volatilidad. El statu quo que imperaba hasta 2024 ya no será el mismo, con un comercio global más tensionado. De hecho, a pesar de la pausa, el arancel promedio de EE. UU. seguirá siendo el más alto de los últimos 100 años, lo que sin dudas tendrá efectos sobre la dinámica macroeconómica: un piso de inflación más alto, menor dinamismo del consumo y una Fed que mantendría la disciplina monetaria. El renovado optimismo del mercado se reforzó con datos económicos mejores a lo esperado, con buen desempeño del mercado laboral y una inflación que, por el momento, no reflejó el impacto del aumento de aranceles. Esto generó volatilidad en los rendimientos de los bonos del Tesoro que, tras una caída inicial, repuntaron y volvieron a los niveles más altos del año. Mientras tanto, el mercado accionario tuvo un muy buen mes, con rápida recuperación desde el mínimo registrado tras el anuncio de las medidas, en tanto que la renta fija mostró un comportamiento dispar, con caída en los bonos del Tesoro y repunte de los corporativos. Por otro lado, el dólar se debilitó –aunque habría tocado un piso–, mientras que los commodities recuperaron parte del terreno perdido.
De cara a los próximos meses, las expectativas se concentran en los datos que comenzarán a reflejar el impacto de la suba de aranceles sobre los precios, mientras que la caída en la confianza se traduciría en una menor tracción del consumo. Por ello, mantenemos nuestro escenario base de una economía con menor nivel de actividad, inflación por encima del objetivo y una Fed que preserva el sesgo contractivo en su política monetaria. A esto se suma que la situación fiscal de EE. UU. empezará a ocupar un rol central, dado que el gobierno deberá negociar el techo de la deuda pública y presentar la agenda tributaria. Con este panorama, la fuerte recuperación del mercado en el último mes no garantiza una continuidad alcista, ya que la volatilidad y la incertidumbre persisten. En consecuencia, mantenemos un sesgo defensivo en las carteras, priorizando sectores menos sensibles al ciclo, favoreciendo en renta fija el tramo corto y medio de la curva.
Del “Liberation day” a la negociación y la pausa. Luego del shock del 2 de abril, cuando la tasa de aranceles a las importaciones se disparó al 26%, en el último mes Trump fue moderando su discurso. En primer lugar, suspendió por 90 días la aplicación de los aranceles recíprocos –aunque mantuvo el piso del 10% de arancel universal– presionando a los demás países a negociar, al tiempo que escalaba la tensión con China, al que elevó el arancel al 145%. Con esto, dada la participación del gigante asiático en el comercio exterior de Estados Unidos, el arancel promedio del país subió del 24,6% al 25,9%. Frente a esta medida, China respondió con la misma lógica, incrementando los aranceles a las importaciones desde EE. UU. al 130%. Esto llevó a la Administración Trump a flexibilizar posiciones y, el pasado 9 de mayo, se concretó en Suiza una reunión entre el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el viceministro chino He Lifeng, en la que acordaron una tregua por 90 días: EE. UU. redujo el arancel a las importaciones chinas al 30% y China lo bajó al 10%. Con esta pausa, el arancel promedio de Estados Unidos retrocedió al 15%. Si bien esto representa un fuerte aumento respecto del 2,3% vigente a fines de 2024 –el nivel más bajo desde la década del 30–, el escenario actual luce menos drástico que el que se preveía un mes atrás. De todos modos, será un tema a seguir de cerca dada la impronta que Trump le imprime a la política arancelaria como herramienta de negociación bilateral.
Derrumbe de la confianza. La incertidumbre respecto de los efectos de las medidas arancelarias se reflejó en la confianza de los consumidores, deteriorando sus expectativas sobre la situación económica y elevando sus proyecciones de inflación. En este sentido, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan para EE. UU. correspondiente a abril se desplomó un 11% respecto de marzo y se ubicó en 50,8, el nivel más bajo desde junio de 2022 y el segundo más bajo desde 1952, incluso por debajo del que se registraba durante la Gran Recesión. El índice cayó por cuarto mes consecutivo, acumulando una baja del 30% desde diciembre del año pasado, en un contexto de creciente preocupación por la evolución de la guerra comercial. Además, el subíndice de condiciones económicas actuales disminuyó a 56,5 desde 53,8, y el indicador que mide las expectativas retrocedió a 47,2 –el nivel más bajo desde mayo de 1980– desde 52,6. Por su parte, las expectativas de inflación para los próximos doce meses se dispararon a 6,7%, la lectura más alta desde 1981, en tanto que para los próximos cinco años subieron a 4,4%. Si bien la caída de la confianza no implica necesariamente una baja en el consumo de las familias, en los últimos meses se observó que el consumo perdió impulso y que la propensión al ahorro comenzó a repuntar.
Los efectos transitorios de la medida. En línea con el comportamiento que se viene observando desde noviembre del año pasado, cuando la suba de aranceles a las importaciones comenzaba a tomar forma, las empresas estadounidenses se adelantaron y aceleraron sus compras del exterior, lo que generó varios efectos. En primer lugar, un fuerte incremento en el déficit comercial de bienes debido al dispar desempeño entre importaciones y exportaciones. Segundo, un efecto negativo sobre el nivel de actividad por la contribución negativa de las importaciones al PBI no acompañadas por un aumento similar en los inventarios. En tercer lugar –más positivo que los anteriores–, una mejora en la recaudación por aranceles que moderó el deterioro fiscal. Y finalmente, un impacto sobre los precios, que aún no se hizo evidente debido a la acumulación de stock por parte de las empresas que permitió contener el alza de costos. Esperamos que, una vez estabilizada la política arancelaria, los factores negativos sobre el nivel de actividad y el comercio exterior comiencen a ceder, al tiempo que los efectos positivos también se diluyan, siendo lo más relevante el impacto sobre los precios. Es justamente este último aspecto el que genera mayores preocupaciones, ya que obliga a la Fed a mantener el sesgo contractivo de la política monetaria, a la vez que afectaría al consumo y la inversión, configurando un escenario de estanflación.
Aumenta el déficit comercial. En marzo, el déficit comercial (de bienes y servicios) se amplió a USD 140.500 M, levemente por encima de las expectativas y más del doble del déficit de marzo del año pasado. Esto obedeció a que las importaciones subieron 4,4% m/m y 27% i.a., mientras que las exportaciones anotaron un alza de apenas 0,2% m/m y 6,7% i.a. Con este resultado, en los primeros tres meses del año el déficit comercial fue de USD 394.300 M, prácticamente duplicó al del mismo período del año pasado, debido a que las importaciones totales aumentaron 23,3% i.a., pero las exportaciones lo hicieron al 5,2% i.a. El deterioro del resultado comercial fue generalizado con todos los países, aunque se destacó el registrado frente a Europa, con quien se alcanzó un déficit de la balanza de bienes de USD 149.000 M —tres veces superior al del mismo período de 2024— debido a que las importaciones subieron 60% i.a., frente a un 6,1% i.a. de las exportaciones. En tanto, con China, el rojo comercial subió de USD 60.800 M a USD 70.800 M, producto de que las importaciones crecieron 5,2% i.a. y las exportaciones cayeron 13,1% i.a.
Golpe al PBI. Tras 11 trimestres consecutivos con un crecimiento promedio de 2,7% t/t anualizado, la primera estimación del PBI del 1Q25 marcó una caída de 0,3% t/t anualizado, aunque se ubicó 2,1% por encima del mismo período de 2024. La mala noticia también se reflejó en los precios implícitos del PBI, que registraron un alza de 3,7% t/t anualizado, acelerándose respecto del 2,3% del trimestre anterior y marcando la mayor suba de los últimos dos años. Como comentamos más arriba, la caída en la actividad estuvo explicada por el fuerte incremento de las importaciones, que treparon 41% t/t anualizado y restaron 5 pp al PBI. Otro factor negativo fue el Sector Público (consumo e inversión), que, afectado por el recorte del gasto en defensa, registró una baja de 1,4% t/t anualizado, restando 0,3 pp al PBI del trimestre. Este retroceso fue casi compensado por el desempeño del consumo privado que, pese a una desaceleración respecto a los dos años previos (en los que crecía al 3% anual), logró expandirse 1,8% t/t anualizado, aportando 1,2 pp. A su vez, la inversión aceleró con un alza de 7,8% anualizado, sumando 1,3 pp, en tanto que la acumulación de inventarios contribuyó con 2,3 pp al PBI del trimestre. Las proyecciones para el 2Q25 anticipan una recuperación de la actividad –el Nowcast de la Fed de Atlanta estima una suba de 2,3% anualizado–, impulsada por el buen desempeño del consumo y una mejora en las exportaciones netas, ante el freno que mostrarían las importaciones tras el aumento de aranceles.
El mercado laboral resiste. A pesar de la incertidumbre, el mercado laboral mantuvo una dinámica saludable, permitiendo que la tasa de desocupación se mantenga en niveles históricamente bajos, en un contexto en el que los salarios continuaron mejorando su poder de compra. Concretamente, en abril se crearon 177 mil nuevos puestos de trabajo no agrícolas que, si bien estuvieron levemente por debajo de los 185 mil creados en marzo, superaron las expectativas y quedaron por encima del promedio de creación de empleo de los últimos doce meses, de 157 mil. Dado que en el mismo mes el empleo agrícola aportó otros 259 mil nuevos puestos, la cantidad total de empleos generados no alcanzó a compensar la suba de 518 mil en la Población Económicamente Activa (PEA), lo que implicó un aumento de 82 mil personas desocupadas. Sin embargo, esto casi no incidió en la tasa de desocupación, que se mantuvo en 4,2%, un nivel históricamente bajo. En paralelo, los salarios —medidos por el promedio por hora del sector privado— aumentaron 0,2% m/m, levemente por debajo de marzo (0,3% m/m), acumulando en los últimos doce meses un alza de 3,8%, 1,7 pp por encima de la inflación minorista. De esta forma, con el empleo privado creciendo al 1,2% i.a. y salarios reales en alza, la masa salarial aceleró el crecimiento al 2,9% i.a., siendo un buen “colchón” para el consumo privado.
Desinflación en pausa. Tras la caída de 0,1% m/m de la inflación general y la suba de 0,1% en la medición core en marzo, en abril la inflación minorista tuvo un leve repunte en el margen. Si bien en términos interanuales mantiene una tendencia descendente, aún está por encima del objetivo de 2,0% de la Fed. En concreto, en abril el IPC general marcó un alza de 0,2% m/m, levemente por debajo de las expectativas, acumulando en los últimos doce meses una suba de 2,3% –el menor incremento desde febrero de 2021–. El repunte mensual se debió a los precios de la energía y el transporte que, tras la baja registrada en marzo, volvieron a aumentar, al tiempo que se aceleraron los incrementos en vivienda y salud, ambos con un alza del 0,5% m/m. La buena noticia es que, ante la acumulación de inventarios, por el momento fue muy bajo el impacto de la suba de aranceles. Igual tendencia mostró el IPC núcleo, que anotó un aumento de 0,2% m/m y 2,8% i.a.
Lenta reducción del déficit fiscal. En abril, el resultado fiscal mostró una leve mejoría de la mano del mayor dinamismo de los ingresos, en parte explicado por el aumento en la recaudación por aranceles. En el cuarto mes del año los ingresos totales subieron 9,5% i.a., al tiempo que el gasto total lo hizo al 4,4%, debido a que el gasto primario avanzó 4,3% i.a. y los pagos de intereses 5,0% i.a. Con esta performance, el resultado fiscal del mes marcó un superávit de USD 258.000 M –es habitual que en abril haya superávit–, 25% más alto que el de un año atrás. Con este resultado, en los primeros cuatro meses del año el déficit fiscal totalizó USD 338.000 M, 2% inferior al del mismo período del año pasado. A pesar de esta mejora, en lo que va del año fiscal –que comienza en octubre– el déficit aumentó 23% i.a. hasta USD 1.050.000 M (8% del PBI anualizado), ya que los ingresos avanzaron 5% i.a., en tanto que el gasto total lo hizo al 9% i.a., impulsado principalmente por el aumento del 13% i.a. en la carga de intereses. Con esto, la deuda pública se encuentra al límite del techo vigente, por lo que el gobierno de Trump deberá negociar en el Congreso un nuevo paquete fiscal, en el que había prometido una baja de impuestos.
La Fed espera, pero alerta por la estanflación. Por tercera reunión consecutiva, la Fed cumplió con las expectativas del mercado y mantuvo la tasa de interés de referencia en un rango de 4,25%-4,50%. El comunicado destacó que los últimos datos de actividad fueron positivos, con un mercado laboral sólido, alto nivel de empleo y baja desocupación. Al mismo tiempo, el proceso de desinflación continúa, aunque la dinámica de precios sigue por encima del objetivo del 2% i.a. que tiene la autoridad monetaria. Powell y el resto de los directores insisten con una postura de espera, dado que siguen con preocupación la fuerte suba de aranceles que impuso el presidente Trump, ya que prevén que podrían impulsar la inflación y ralentizar el crecimiento económico. Remarcaron que, en este contexto de indicadores favorables en el corto plazo, pero con incertidumbre en el mediano plazo –en el que aumentó la probabilidad de una estanflación–, la Fed no necesita apresurarse para bajar la tasa de referencia. Luego del anuncio, y a pesar de que la inflación resultó levemente inferior a lo esperado, el consenso de mercado moderó su expectativa de recortes y ahora prevé solo dos bajas de 25 pb para lo que resta del año, que se concretarían en las reuniones de septiembre y diciembre, llevando la tasa de referencia al rango de 3,75%-4,0% para fin de año.
Tasas en alza. Con datos de actividad mejores a los esperados y con las preocupaciones sobre la dinámica de la inflación y de las cuentas públicas –pese a las mejoras en el margen que comentamos previamente–, la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro americano operó con subas generalizadas, siendo las tasas del tramo medio las que más aumentaron. La UST2Y escaló 23 pb hasta 4,06% (el nivel más alto desde marzo pasado), al tiempo que los demás tramos avanzaron 17 pb, por lo que la UST10Y llegó a 4,54%, el mismo nivel que registraba a principios de año, y la UST20Y y UST30Y quedaron en 5% (el nivel más alto del año). En el caso de los bonos corporativos, la desescalada de la guerra comercial y los buenos balances presentados les quitaron presión a los rendimientos, que retornaron a los niveles de principios de año, dejando el spread respecto a los bonos del Tesoro en niveles históricamente bajos.
Rebote de las acciones y bonos estables. La desescalada de la guerra comercial fue un gran alivio para los mercados globales, en especial para las acciones que se recuperaron rápidamente del derrumbe de la primera semana de abril. También hubo una importante suba de los commodities, en tanto que el dólar siguió debilitándose –aunque recuperó terreno en la última semana–. La renta fija tuvo un comportamiento dispar entre los bonos del Tesoro y los bonos corporativos, en particular los de mayor riesgo que tuvieron una muy buena performance. En detalle, en el último mes el SPX subió 18% y con ello recuperó todo lo perdido hasta la primera semana de abril, quedando en los mismos niveles de principios de año y muy cerca de los máximos registrados en febrero. El rebote fue generalizado en todos los índices, y en el tecnológico en particular, con el Nasdaq ganando 25% en los últimos 30 días y acumulando en lo que va del año una ganancia de 2%. En el caso de la renta fija, el índice general perdió 0,7%, arrastrado por la caída de 1,4% en los bonos del Tesoro, mientras que los bonos corporativos marcaron subas generalizadas, con los de alto rendimiento avanzando 4,5%. Por su parte, los Investment Grade ganaron 0,8%. Respecto a los commodities, el índice general subió 6,5% con alzas generalizadas: el cobre aumentó un 12% en el mes, seguido por la soja que ganó 7,5% y más atrás el petróleo, que se alejó de los mínimos y subió 5,5%. El oro también siguió esta tendencia, al anotar un alza de 6,6% en su cotización y logrando nuevos máximos históricos. El buen clima financiero de EE. UU. se reflejó además en el resto de los mercados globales, con el índice de acciones globales excluyendo EE. UU. marcando una ganancia de 18% en el mes y de 12% en lo que va del año, entre los que se destacó el índice de Latam que en el mismo período ganó 22% y 25%, respectivamente.
Perspectivas. La pausa por 90 días en la suba de aranceles mejora el escenario para los próximos meses. La actividad económica repuntaría en el 2Q25 y esquivaría la recesión técnica. Sin embargo, creemos que la fuerte suba de las acciones durante el último mes fue un rebote y no una tendencia. El ritmo de Trump asegura un contexto de incertidumbre y volatilidad: más allá de las señales positivas que dio en las últimas semanas, pueden surgir nuevos focos de conflicto. A su vez, la situación fiscal de EE. UU. y la dinámica de la inflación seguirán presionando sobre los rendimientos de los bonos. Así las cosas, seguimos con un enfoque conservador en nuestras carteras, priorizando en renta variable los sectores defensivos y en renta fija el tramo corto de la curva. El higher for longer, con una economía sin recesión pero marcando una importante desaceleración respecto a los años anteriores, refuerza este sesgo defensivo: priorizamos las acciones menos expuestas al ciclo económico y, en renta fija, preferimos la parte corta y media de la curva.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 14 de mayo de 2025.
Fixed-income options in USD and ARS for the current market.
One month after the partial lifting of FX controls, it is timely to assess the recent performance of dollar instruments and their outlook going forward. In From Uncertainty to Relief, we highlighted that an agreement with the IMF would likely be a catalyst for resuming the downward trend in country risk observed throughout 2024. With the agreement now in place and the first disbursement of USD 12.300 M completed, dollar-denominated sovereign bonds have rallied 12.7% to date, bringing country risk down from 896 bps to 678 bps. The improved environment also had a positive impact on the rest of the curve, albeit more moderately as usual: Bopreal rose 5.5%, while corporate bonds advanced 1.2%.
However, challenges remain for country risk to continue declining and break below the 600 bps threshold. First, the current FX regime raises questions about the pace of reserve accumulation, as the government is prioritizing disinflation by steering the exchange rate toward the lower bound of the band, rather than intervening in the FX market through dollar purchases. Second, the upcoming October midterm elections introduce political uncertainty regarding the level of congressional representation the ruling coalition will secure. In this regard, the progress of the disinflation process will be key for the government to consolidate social support and head into the elections in a strong position. All signs suggest that the administration is currently prioritizing this objective over reserve accumulation: the BCRA’s absence from the FX market and the high trading volume in the futures market—potentially signaling indirect intervention by the central bank—are consistent with this strategy.
On another front, during the first days of July, the Treasury faces capital and interest payments on Bonares and ARGENT bonds totaling USD 4.350 M, while it currently holds USD 2.748 M on deposit at the BCRA. This means it still needs to purchase USD 1.600 M to meet those obligations. Given this dynamic and the challenges that persist, hard-dollar sovereign bonds may begin to lose upward momentum in the absence of short-term catalysts for further compression in country risk.
In this context, for more conservative investors, we believe it is reasonable to consider some tactical profit-taking on the long end of Bonares and ARGENT bonds and rotate into the BOPREAL 1-B. This instrument currently yields 10.6% (YTM), and the annual return from buying the bond today and holding the coupons without reinvestment (current yield) is 5.1%. In addition, BOPREALs have proven to be less volatile in periods of heightened uncertainty. That said, we remain constructive on the long-term potential of the Global 2035s (10.9% YTM), given their capacity to capture greater upside in the event of a decline in country risk, and their current yield of 6%, well above the 0.9% offered by the 2030 Bonares and ARGENT bonds.
Corporate Bonds
For more conservative investment portfolios, we suggest maintaining some exposure to corporate bonds. These instruments tend to exhibit lower sensitivity to local political and economic risk, while offering yields in the 6%–7% range (YTM). On the short end, we favor locally governed notes, where we see more attractive opportunities: YMCVO, with a 7% yield to maturity and a 6.25% nominal annual coupon, and YMCQO, with a 6.2% yield to maturity and a 5% nominal annual coupon. For longer-duration positions, we prefer foreign law notes, with standouts including TLCMO (8% YTM, 9.5% nominal annual coupon) and YMCXO (8% YTM, 8.75% nominal annual coupon).
ARS-Denominated Strategies
For ARS-denominated portfolios, we reaffirm our strategy of remaining positioned in the August Lecap on the fixed-rate curve, dollar-linked bonds maturing in December 2025, and CER-linked bonds maturing in March 2026. Following the government's announcement of FX regime flexibility, yields compressed sharply across both Lecaps and duals, while CER and dollar-linked bonds underperformed. With April's national inflation at 2.8% m/m, the ongoing disinflation path should support further yield compression along the Lecap curve. Meanwhile, both CER and post-election dollar-linked bonds continue to offer attractive and positive real returns.
We highlight the S15G5 (maturity 08/15/2025), offering returns of of 31.6% NAR, above the May Lecap (30.2% NAR) and June Lecap (31.1% NAR), with good liquidity. In a scenario of faster-than-expected disinflation, this intermediate segment would benefit from further yield compression. On the other hand, if the exchange rate approaches the lower band limit and the market demands higher rates to cover currency risk, the negative impact would likely be more contained in the short-to-intermediate segment compared to longer-dated Lecap or Boncap bonds.
We maintain our preference within the CER curve for TZXM6 (maturity: 03/31/2026), which yields CER +9.1%. While inflation may continue to decelerate in the short term, exchange rate pressures could resurface toward year-end due to the upcoming legislative elections, potentially passing through to consumer prices. In that scenario, this bond would capture inflation through January 2026, in addition to an attractive real rate.
Following the same logic as with the CER curve, dollar-linked bonds continue to offer elevated rates. Specifically, TZVD5 (maturity: 12/15/2025) yields devaluation +9.7%, comparable to a Bopreal Series 1-C, but with a shorter duration.
After last week’s sharp decline in dollar futures, interest in synthetic dollar-linked structures re-emerged—namely, buying a futures contract and a Lecap with matching maturity to lock in a dollar-denominated rate. However, following the rebound in futures—now pricing in an annualized rate of 25%—the returns offered by synthetic DLKs are currently lower than those of the actual dollar-linked bonds or even hard-dollar sovereigns.
Conversely, fixed-rate synthetics— which involve selling a futures contract and buying a dollar-linked bond to lock in a peso-denominated rate — are offering yields higher than Lecaps. For example, purchasing TZV25 (16.18% NAR) and selling the June futures contract (25% nominal annual rate) results in a monthly effective rate (EMR) of 3.47%, nearly 100 basis points above the Lecap S30J5’s 2.57% EMR. Although this strategy is complex, requiring margin for the futures position and daily settlement, the implied annualized rate (41.6% NAR) significantly outperforms other market alternatives.
Recommendation: For ARS-denominated investments, we suggest the following portfolio allocation: 20% S15G5 (2.54% EMR) + 20% S29G5 (2.52% EMR) + 10% TZXD5 (CER +7.9%) + 20% TZXM6 (CER +9.7%) + 15% TZVD5 (Devaluation +9.7%) + 15% TTM26 (2.1% EMR).
Noticias globales: el mundo hoy.
Los mercados reaccionaron con moderado optimismo el jueves, impulsados por señales de desinflación en EE. UU. y buenos resultados corporativos en sectores puntuales. La caída en las tasas de los bonos del Tesoro dio soporte tanto a acciones como a bonos, mientras que las materias primas y las divisas reflejaron el impacto de las tensiones comerciales y geopolíticas que siguen marcando la agenda global.
Las acciones comenzaron la rueda del jueves con leves caídas que fueron revertidas con el correr del día. En concreto, el S&P 500 avanzó un 0,2% y el Dow Jones un 0,3%. Por su parte, el Nasdaq retrocedió 0,3%. Los sectores industriales, de servicios públicos y farmacéuticas lideraron las ganancias. GE subió más de un 3% luego de que Qatar asignara exclusivamente a la compañía los motores del mayor pedido de aviones de fuselaje ancho de Boeing. Asimismo, Cisco encabezó el sector tecnológico con una ganancia de 4,9% tras la publicación de sus resultados. En contraste, Walmart recortó pérdidas iniciales pero cerró en negativo tras advertir que los aranceles obligaron a aumentar precios en sus tiendas este mes. También, UnitedHealth se desplomó un 11% ante reportes de que será investigada por fraude en Medicare.
Las tasas de los bonos del Tesoro retrocedieron, generando una suba de 0,5% en el índice que engloba estos instrumentos. En concreto, tanto la UST2Y como la UST10Y cayeron 8 pb y cerraron en 3,97% y 4,45%, respectivamente. Esto generó un impacto positivo en los Investment Grade, que avanzaron un 0,6%, y en los Emergentes, que registraron un alza de 0,3%.
Por otro lado, el índice dólar DXY volvió a retroceder un 0,2%, al caer 0,3% frente a la libra y 0,7% ante al yen. Distinto fue el caso con Brasil, con el dólar avanzando un 0,7% hasta USDBRL 5,68.
El petróleo cayó por segunda rueda consecutiva y cerró en USD 61,7 por barril. Informes señalaron que Irán estaría dispuesto a llegar a un acuerdo con EE. UU. a cambio del levantamiento de sanciones, lo que aumentó las expectativas de que un entendimiento podría incrementar el flujo de petróleo iraní al mercado global. Arabia Saudita también expresó su pleno respaldo a las negociaciones nucleares entre EE. UU. e Irán, manifestando esperanza en un resultado positivo. En agrícolas, la soja bajó un 1,6% hasta los USD 386 por tonelada debido a un brusco descenso en los precios del aceite de soja, impulsado por la incertidumbre en torno a los objetivos de biocombustibles de EE. UU. El oro, por su parte, avanzó 1,4%, alcanzando USD 3.224 la onza, fomentado por un revés en el ritmo de las negociaciones entre Ucrania y Rusia.
En el dato económico del día, en abril de 2025 los precios al productor en EE. UU. cayeron un 0,5%, marcando su primera baja desde octubre de 2023 y la más fuerte desde abril de 2020. Esto se debió a una caída récord en los costos de servicios, especialmente en los márgenes comerciales, lo que sugiere que las empresas estarían absorbiendo parte del impacto de los aranceles. Los precios de los bienes se mantuvieron estables, con bajas en alimentos y energía que compensaron otras subas. En términos interanuales, la inflación del PPI se desaceleró al 2,4%, por debajo de las expectativas del mercado.
Por su parte, las ventas minoristas en EE. UU. subieron 0,1% m/m en abril, superando las previsiones pese al freno en el consumo por nuevos aranceles. El crecimiento se concentró en restaurantes, materiales de construcción y electrónicos, en tanto que hubo retrocesos en rubros como deportes, libros y combustibles. Las ventas subyacentes, clave para el PBI, bajaron un 0,2%, reflejando una desaceleración frente al mes anterior.
Noticias locales: el país hoy.
El jueves cayeron los soberanos en dólares, al tiempo que se registró una suba en los tipos de cambio. Para los pesos fue una jornada positiva, en la cual avanzaron Lecap, CER y dollar-linked. Al igual que en Brasil y mercados emergentes, las acciones cayeron en el margen.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 38.346 M, con una caída de USD 218 M respecto del miércoles, explicada principalmente por pagos al BID y al Banco Mundial por USD 280 M. Mientras tanto, el BCRA continuó sin intervenir en el MLC y el dólar oficial subió un 0,5%, cerrando en $1.135,5. En lo que va del mes, el tipo de cambio cayó un 3,1%. En cuanto a los dólares financieros, el MEP (GD30) repuntó un 1,8% y el CCL subió un 1,2%, cerrando en $1.159,6 y $1.167,6, respectivamente.
A pesar del repunte en los dólares financieros, la rueda fue positiva para la deuda soberana en pesos. La curva a tasa fija se mantuvo con subas del 0,2%, con mayores ganancias en el tramo largo (+0,5%). En tanto, la curva CER registró otra jornada con subas del 0,5%, con la mayor demanda concentrada en el tramo medio (+0,7%). En cuanto a los duales, cayeron un 0,1%, a contramano de los Boncap de duration similar, y los dollar-linked avanzaron un 1,3%, en línea con el movimiento de los dólares financieros.
Tras la suba del miércoles, los bonos soberanos en dólares cayeron un 0,9%, con bajas más pronunciadas en el tramo corto bajo ambas legislaciones, a pesar de que el riesgo país cayera 27 pb hasta los 651 pb. Los BOPREAL se mostraron sin variaciones.
Los contratos de futuro de dólar anotaron una suba del 0,2%, con la mayor alza en el contrato de octubre (+0,48%). De esta manera, se mantiene el ritmo de devaluación mensual implícito promedio en 1,7% hasta diciembre de 2025 y la curva de TNAs se presenta plana en torno al 23%.
El Merval cerró la rueda con pérdidas de 0,1% en pesos y 0,8% en dólares CCL, en línea con Brasil (-0,7%) y mercados emergentes (-0,2%), pero a contramano de EE. UU. (+0,2%). Con esto, se ubica en un nivel de USD 1.978. Las principales subas estuvieron en Transener (+7,3%), TGN (+5,7%) y TGS (+4,3%), en tanto que las acciones que más cayeron fueron BBVA (-2,9%), VALO (-2,9%) y Banco Supervielle (-2,2%).
¿Qué variables macro avanzan de manera positiva y cuáles se encuentran bajo tensión?
✅D A T O P O S I T I V O D E L A S E M A N A
En la primera licitación de mayo, el Tesoro colocó deuda por $5,4 billones, alcanzando un rollover del 100% de sus vencimientos, contabilizando los $1,38 billones por amortización y renta de los Boncer con pago el 9/05. Se trata de un resultado más favorable que en marzo y abril, meses en los que el Tesoro había registrado financiamiento neto negativo. Si bien la mayor demanda se concentró en el tramo corto, representando el 62% del total adjudicado, se notó un incentivo de estirar duration a través del Boncap T30E6 (con vencimiento en enero 2026), representando el 17% del total adjudicado.
⚠️A M O N I T O R E A R
Aunque en abril la inflación general se desaceleró de 3,7% a 2,8% m/m –un dato clave en un mes con flexibilización del cepo y una suba del 4,9% m/m del tipo de cambio oficial promedio–, la núcleo se mantuvo en 3,2% m/m. La tendencia muestra resistencia: desde noviembre, la media móvil de tres meses ronda el 3% m/m, nivel que parece difícil de quebrar. En mayo se espera que la núcleo baje del 3% m/m, pero siga por encima de la general, reflejando su inercia.
🚨R I E S G O
Por la aceleración inflacionaria de marzo, el salario privado registrado cayó 1,4% m/m real y quedó 0,7% por debajo del nivel de noviembre de 2023, revirtiendo parte de la suba previa. En el sector público también bajó (-0,4% m/m) y sigue 15% debajo de noviembre de 2023. En abril, pese a la desaceleración inflacionaria, los salarios privados probablemente no repunten, ya que las paritarias con subas mayores al 1% m/m no están siendo homologadas, lo que limitaría la recuperación del consumo privado.
Opciones de renta fija en dólares y en pesos para el mercado actual.
ESTRATEGIAS EN DÓLARES
Transcurrido un mes desde la flexibilización del cepo cambiario, resulta pertinente analizar el desempeño reciente de los instrumentos en dólares y sus perspectivas hacia adelante. En nuestro artículo De la incertidumbre al alivio, mencionamos que el acuerdo con el FMI sería un driver para que el riesgo país retome el sendero decreciente observado durante 2024. Concretado el acuerdo con el Fondo y materializado el primer desembolso por USD 12.300 M, los bonos soberanos hard dollar subieron hasta hoy 12,7%, lo que permitió que el riesgo país bajara de los 896 pb a los 678 pb. El mejor contexto también repercutió en el resto de la curva, aunque, como es habitual, de forma mucho más moderada: los BOPREAL treparon un 5,5%, mientras que los bonos corporativos subieron 1,2%.
Sin embargo, como comentamos en Reservas netas: el verdadero termómetro del acuerdo con el FMI, aún persisten desafíos para que el riesgo país continúe descendiendo y perfore los 600 pb. En primer lugar, el esquema cambiario vigente plantea interrogantes sobre la acumulación de reservas, ya que el Gobierno prioriza la desinflación forzando el tipo de cambio hacia el piso de la banda en lugar de intervenir en el mercado de cambios con compras de divisas. En segundo lugar, la proximidad de las elecciones legislativas de octubre genera incertidumbre política por el grado de representación que consiga el oficialismo en el Congreso. En cuanto a este punto, el avance del proceso de desinflación será determinante para que el Gobierno logre consolidar respaldo social y llegue bien posicionado a las elecciones legislativas de octubre. En esa línea, todo indica que hoy la estrategia oficial prioriza este objetivo por sobre la acumulación de reservas: la nula participación del BCRA en la compra de divisas y el elevado volúmen operado en el mercado de futuros, sugiriendo una posible intervención de la autoridad monetaria, siguen este camino.
Por otro lado, durante los primeros días de julio, el Tesoro deberá hacer frente a pagos de capital e intereses de Bonares y Globales equivalentes a USD 4.350 M, en tanto que cuenta con USD 2.748 M depositados en la cuenta del BCRA. Es decir, todavía le queda por comprar USD 1.600 M para afrontar esos compromisos. A partir de esta dinámica y los desafíos que aún persisten, los bonos soberanos en moneda extranjera podrían comenzar a lateralizar ante la falta de drivers de corto plazo para la caída en el riesgo país.
En este sentido, para los perfiles más conservadores creemos razonable considerar cierta toma de ganancias táctica en el tramo largo de Bonares y Globales y rotar hacia el BOPREAL 1-B. Este instrumento rinde 10,6% TIR y la rentabilidad anual que resulta de adquirir el bono hoy y conservar los cupones sin reinversión (rendimiento corriente) es de 5,1%. Además, los BOPREAL han demostrado ser menos volátiles en contextos de mayor incertidumbre. Sin embargo, continuamos siendo constructivos en el largo plazo en cuanto a los Globales 2035 (10,9% TIR), por su capacidad de captar el mayor upside potencial ante una caída del riesgo país y dado que ofrece un rendimiento corriente del 6%, superior al 0,9% que ofrecen los Bonares y Globales 2030.
Bonos corporativos
Para carteras de inversión más conservadoras, sugerimos mantener cierta proporción en bonos corporativos. Estos instrumentos ofrecen una menor sensibilidad al riesgo político-económico local y rendimientos en el rango del 6% al 7% de TIR. En el tramo corto, privilegiamos obligaciones negociables bajo ley local, donde identificamos oportunidades más atractivas: YMCVO, con una TIR del 7% y cupón del 6,25% TNA, y YMCQO, con una TIR del 6,2% y cupón del 5% TNA. Para posiciones de mayor duración, preferimos ON bajo ley extranjera, destacándose TLCMO (TIR del 8%, cupón 9,5% TNA) y YMCXO (TIR del 8%, cupón 8,75% TNA).
ESTRATEGIAS EN PESOS
Para carteras en pesos, reafirmamos nuestra estrategia manteniéndonos posicionados en Lecap agosto en la curva de tasa fija, bonos dollar-linked a diciembre 2025 y bonos CER a marzo 2026. Luego del anuncio de la flexibilización cambiaria por parte del Gobierno, se observó una fuerte compresión de tasas tanto en Lecap como en duales, en tanto que los CER y DLK quedaron más rezagados. Con el dato de inflación nacional de abril en 2,8% m/m, la tesis es que el sendero de desinflación en curso debería derivar en una compresión adicional de tasas en la curva de Lecap. A su vez, tanto los bonos CER como los dollar-linked post electorales siguen ofreciendo rendimientos reales positivos y atractivos.
Destacamos el S15G5 (vto. 15/08/2025), con una TNA del 31,6%, por encima de las Lecap de mayo (30,2% TNA) y junio (31,1% TNA), y con buena liquidez. En un escenario de desinflación más rápida que la prevista, este tramo intermedio se beneficiaría por una compresión de tasas. Por otro lado, si el tipo de cambio se acerca al piso de la banda y el mercado exige una mayor tasa para cubrir riesgo cambiario, el impacto negativo sería más acotado en el tramo corto-intermedio frente a Lecap/Boncap más largas.
En CER, mantenemos preferencia por el TZXM6 (vto. 31/03/2026), que rinde CER +9,1%. Aunque la inflación podría seguir desacelerando en el corto plazo, hacia fin de año podrían reaparecer presiones cambiarias que se trasladen a precios a raíz de las elecciones. En ese caso, este bono capturaría la inflación hasta enero de 2026, más una tasa real que luce atractiva.
Siguiendo la misma lógica que en la curva CER, los bonos dollar-linked ofrecen tasas elevadas. Concretamente, el TZVD5 (vto. 15/12/2025) paga devaluación +9,7%, similar a lo que ofrece un BOPREAL Serie 1-C, a un menor plazo.
Con la fuerte baja registrada en futuros de dólar la semana pasada, reflotó la idea de hacer sintéticos dollar-linked; es decir, comprar un contrato futuro y una Lecap a mismo plazo, y asegurarse una tasa en dólares. Sin embargo, luego del rebote en futuros, que los dejó con una TNA de 25%, los rendimientos que ofrecen los sintéticos DLK son inferiores a los que ofrece el mismo bono dollar-linked o un bono hard dollar.
Caso contrario, los sintéticos tasa fija –que implican vender contrato futuro y comprar bono dollar-linked para fijarse una tasa en pesos– están ofreciendo rendimientos superiores a las Lecap. Adquiriendo el TZV25 (16,18% TNA) y vendiendo el contrato futuro de junio (25% TNA), da como resultado una TEM de 3,47%, casi 100 pb por encima de lo que ofrece la Lecap S30J5 (2,57% TEM). Si bien es una operatoria compleja que requiere de garantías para la posición del futuro y se liquida diariamente, la tasa que ofrece (41,6% TNA) supera ampliamente al resto de las alternativas del mercado.
Recomendación: para inversiones en pesos sugerimos la siguiente cartera: 20% S15G5 (TEM 2,54%) + 20% S29G5 (TEM 2,52%) + 10% TZXD5 (CER +7,9%) + 20% TZXM6 (CER +9,7%) + 15% TZVD5 (devaluación +9,7%) +15% TTM26 (TEM 2,1%).