I. Contexto económico y de mercados
Por Martín Polo, estratega en jefe de Cohen Aliados Financieros
En el 1Q24, la economía americana sorprendió por la buena performance del nivel de actividad, con un mercado laboral dinámico que mantuvo la tasa de desocupación en niveles históricamente bajos pero con cierto rebrote de la inflación. Si bien la Fed afirma que este año reducirá la tasa de interés de referencia en tres ocasiones, los últimos datos traen dudas y el mercado recalcula sus expectativas previendo ahora sólo dos recortes que comenzarían en la segunda mitad de año. Esto muestra un notable cambio respecto a lo que preveían los inversores a comienzos de año, cuando el escenario general apuntaba a una baja de tasas más agresiva previendo una moderación del crecimiento con la inflación convergiendo al objetivo de política monetaria. A esto se suma que el déficit del Tesoro y la deuda pública siguen siendo muy elevados y la tendencia no es buena si consideramos mayor coste de fondeo y la dificultad del gobierno a la hora de hacer política fiscal contractiva en un año electoral, todo lo cual aumenta el riesgo de solvencia. Con este marco de fondo, los rendimientos de los bonos del Tesoro alcanzan nuevos máximos del año golpeando a toda la renta fija mientras que el dólar se fortalece contra todas las monedas. Diferente fue el caso de las acciones que tuvieron un muy buen trimestre, alcanzando nuevos máximos. Seguimos estimando un escenario de un lento soft landing –con la actividad mostrando buen dinamismo– y de higher for longer –en el que las tasas de interés se mantendrán altas por más tiempo con mayor presión sobre el tramo largo de la curva–.
La fortaleza del mercado laboral. En el 1Q24, la creación de empleo no agrícola promedió 276 mil puestos por mes –incluso acelerando en el margen, dado que en marzo superó los 300 mil– lo que implica una importante aceleración respecto a los 210 mil mensuales creados en el 4Q23. A contramano, el empleo agrícola se redujo en 182 mil empleos por mes que, sumado al aumento en 150 mil por mes de la población económicamente activa, implicando un promedio de 54 mil nuevos desocupados promedio por mes. Así, la tasa de desocupación se mantuvo en 3,8%, aunque levemente por encima del 3,5% del mismo período del año pasado. En este marco de alta demanda de empleo y bajo nivel de desocupación, los salarios siguieron con presión alcista al promediar una suba de 0,3% m/m –3,9% anualizado– prácticamente en línea con la inflación. Con todo esto, la masa salarial real siguió mejorando, lo que le dio un soporte al consumo de las familias.
La resistencia de la inflación. Luego de marcar un alza de apenas el 0,1% m/m y de 3,2% i.a. en octubre del año pasado, la inflación minorista en EE. UU. comenzó a repuntar de manera persistente con subas de 0,4% m/m y 3,5% i.a. en marzo. Esto se pudo evidenciar más en el IPC Core –que excluye los precios de la energía y alimentos estacionales–. En el 1Q24 subió al 0,4% m/m acumulando en los últimos doce meses un aumento de 3,8%. El incremento se explica exclusivamente por los precios de los servicios que subieron al 5,4% i.a., mientras que los de los bienes cayeron 0,7% i.a. Si bien el índice PCE que sigue la Fed tiene la ventaja de que los precios de los servicios de vivienda pesan menos y le permiten marcan un menor dinamismo, lo cierto es que la persistencia en la suba de precios los aleja del objetivo del 2%, lo cual le pone un freno a cualquier expectativa de recorte abrupto en las tasas de interés de referencia.
Un lento soft-landing. Lejos de entrar en una recesión, la economía americana siguió creciendo a buen ritmo. La última estimación del PBI del 4Q23 marcó un alza de 3,4% t/t, promediando en todo 2023 una expansión de 2,5% i.a. de la mano de la buena performance del consumo privado, del gasto público y de la inversión no residencial. Con la dinámica positiva que vienen marcando los indicadores de consumo e inversión en los primeros meses de este año, el nowcast de la Fed de Atlanta apunta a un crecimiento anualizado en el 1Q24 de 2,8% t/t, impulsado por todos los componentes de la demanda agregada –entre los que se destacan el consumo privado con un alza 3,4% t/t y de la inversión que aceleró su marcha al 4,4% t/t–.
El ajuste que no se nota. El desequilibrio fiscal está ganando protagonismo, no solo debido al significativo incremento de la deuda en años recientes, que ha llevado al gobierno a negociar un aumento del límite de endeudamiento en un Congreso dividido entre demócratas y republicanos. También es relevante porque, en un entorno de tasas de interés elevadas, la carga financiera de la deuda crece, presionando al gobierno a aumentar los ingresos y reducir el gasto primario para rectificar el déficit fiscal. Esto se manifestó en el 1Q24, ya que los ingresos experimentaron un aumento del 6% i.a. y el gasto primario se redujo un 8% i.a. Sin embargo, el gasto total se recortó solo un 4% i.a. debido al aumento del 36% i.a. en el pago de intereses. Así, el resultado primario marcó un déficit de 4,8% de PBI –vs. 7,8% PBI en el 1Q23– mientras que el resultado total fue un desequilibrio de 7,8% de PBI –vs. 10,1% en el mismo período de 2023–. A pesar de esta mejora, el déficit continúa siendo elevado, lo que implicará que la deuda pública mantendrá su tendencia ascendente. Esto augura numerosos enfrentamientos en el Congreso respecto a la aprobación del aumento del límite de la deuda.
Tasas altas por más tiempo. En la última reunión del Comité de Política Monetaria (FOMC), la Fed dejó la tasa de interés en 5,50% por quinta vez consecutiva, manteniéndola en el nivel más alto de los últimos 23 años. Según las proyecciones de la Fed, que han sido consistentemente señaladas por Powell en sus presentaciones anteriores, si las condiciones actuales persisten, el organismo prevé realizar tres recortes de tasas este año hasta alcanzar el 4,65%, manteniendo la misma estimación que en diciembre. Esta decisión refleja una postura más firme y uniforme en comparación con la reunión de diciembre, donde sólo un funcionario preveía que la tasa podría situarse por debajo de ese rango, frente a los cinco que lo estimaban entonces. Para 2025, la tasa terminaría en 3,9%, es decir 50 pb más arriba a lo estimado en la reunión anterior. En cuanto a las expectativas, la Fed subió la proyección de crecimiento del PBI de 2024 a 2,1% i.a. –desde 1,4%-, redujo la estimación de tasa de desempleo a 4% –desde 4,1%– y mantuvo en 2,4% i.a. las previsiones de inflación general mientras que subió a 2,6% i.a. la inflación subyacente. La mejora en la previsión de crecimiento también se dio para 2025 y 2026, años en los que se espera una expansión de 2,0% i.a. –vs. 1,8% y 1,9% i.a. previsto en la reunión anterior–. La inflación se ubicaría en 2,2% el año que viene y 2% i.a. en 2026.
Tasas presionadas. Con la actividad y la inflación en alza, el mercado ajustó sus perspectivas de tasas de interés y ahora anticipa solo dos recortes para este año. Esta revisión fue reforzada por las recientes declaraciones de Powell, quien expresó preocupación por la persistencia de los precios en los últimos meses. Esta situación impulsó un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro, que alcanzaron los niveles más altos del año, aunque aún por debajo de los de febrero. La UST2Y avanzó hasta el 4,95% y la UST10Y hasta el 4,60%, ambos marcando un incremento de 70 pb desde finales del año pasado, manteniendo la curva de rendimientos invertida. Se prevé que los retornos continuarán elevándose, y la normalización de la curva se logrará con un ascenso más pronunciado de las tasas largas respecto a las cortas.
Acciones en alza y bonos golpeados. En un contexto de mejora en los indicadores de actividad y buenos balances corporativos, las acciones tuvieron una muy buena performance, mientras que la presión constante sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro siguió golpeando a la renta fija. Concretamente en el 1Q24, el S&P 500 –benchmark de nuestras carteras– marcó un alza del 10%, alcanzando nuevos récords históricos. Salvo en el sector de real estate, la buena performance no fue exclusiva de las Magníficas, que subieron 10% con un comportamiento heterogéneo entre ellas, sino que fue una suba generalizada, incluso con el S&P 500 equiponderado marcando un alza de 7,3% desde fines del año pasado. El podio de los ganadores lo ocupó el sector energético, con aumentos del 12,6% directamente asociados al alza en el precio del petróleo, seguido por el sector de comunicación que ganó 12,4% impulsado por la acción de Meta que avanzó un 37%. También el sector financiero aumentó un 12%. En cuanto a la renta fija, el índice general marcó una caída de 2%, siendo los de mayor duration los más golpeados. Por caso, el índice de bonos del Tesoro cayó 2,1% –los cortos perdieron 0,7% mientras que los largos 2,5%–, los Investment Grade 2,6%, en tanto que los corporativos de alto rendimiento –los High Yield– acumularon una baja de 1,7%.
II. Alternativas de inversión
Por Sergio Gonzalez, head de Asset Managment
Renta Variable – El valor de la gestión activa
Si bien el mercado de renta variable en general tuvo un buen 1Q24, las acciones de tipo growth, y más concretamente las large cap, han escalado a niveles aún más sobrevalorados.
En el gráfico de arriba producido por Morningstar podemos ver su índice que pondera su precio de mercado contra su valuación fundamental estimado. Podemos apreciar la distancia que hay entre los valores de las acciones de gran capitalización contra las de baja.
Por otro lado, las acciones value continúan siendo la categoría más subestimada por estilo y las small cap se mantienen como algunas de las más subvaloradas en el panorama actual.
En el gráfico anterior, producido por la firma previamente mencionada, podemos ver su índice que pondera su precio de mercado contra su valuación fundamental estimado. Podemos apreciar la distancia que hay entre los valores de las según su estilo. Vemos que las acciones de “crecimientos” están más apreciadas que las acciones de valor.
Con las valuaciones elevadas y el mercado operando ligeramente sobrepreciado respecto a las estimaciones fundamentales que seguimos, encontrar oportunidades subvaloradas se ha tornado más desafiante, destacando la importancia del manejo activo de activos en la renta variable, dado que la dispersión de rendimientos y valuaciones es significativa.
Renta Fija – Tiempo de aprovechar la parte de renta y mesura con la parte de fija
En el panorama financiero de EE.UU, la curva de rendimientos ha mostrado un ascenso en sus segmentos de vencimiento más prolongados. Este fenómeno es particularmente interesante. Las expectativas de una inflación con mayor resiliencia a la esperada afectaron a los diferentes tramos de la curva. La elevación mencionada suele interpretarse como una señal de que los inversores demandan una mayor recompensa por asumir el riesgo de invertir en activos a largo plazo, lo que a su vez reduce los rendimientos de dichos activos debido al mecanismo de precios inversos del mercado de bonos.
Paralelamente, hemos sido testigos de un estrechamiento en los diferenciales de crédito, tanto para los bonos corporativos como para aquellos catalogados de alto rendimiento. Esta compresión de los spreads sugiere que los inversores están dispuestos a asumir más riesgos en busca de mayores retornos, a pesar de que nos encontramos en una coyuntura de tasas de interés que se sitúan en niveles históricamente altos. Este escenario de tasas elevadas, generalmente asociado con un entorno de ajuste monetario y una perspectiva cautelosa sobre el crecimiento económico, contrasta con la disposición del mercado a comprometer capital en inversiones que tradicionalmente se consideran más arriesgadas.
El contexto de tasas históricamente altas nos lleva a considerar la oportunidad estratégica de adoptar y mantener posiciones a largo plazo en bonos de alto rendimiento. La razón de esta táctica es que, a pesar de las incertidumbres económicas, estos instrumentos pueden ofrecer rendimientos ajustados por riesgo atractivos para aquellos inversores con la capacidad de soportar las fluctuaciones del mercado a lo largo del tiempo. Tal estrategia requiere un análisis detallado para sopesar los riesgos en relación con los retornos proyectados, alineando así las decisiones de inversión con los objetivos financieros a largo plazo.
Alternativos – La nueva dinámica del oro
El oro ha escalado a nuevos máximos, un movimiento que incita a la reflexión sobre si se está gestando una nueva narrativa para su papel en la estrategia de inversión. Observamos que las formas tradicionales de evaluarlo, como su relación inversa con la tasa de interés en términos reales, deja de tener poder predictivo.
Este ascenso coincide con el interés por parte de los Bancos Centrales, que han estado incrementando sus reservas de oro, posiblemente como una táctica para diversificar sus activos frente a la incertidumbre monetaria y como un indicador del creciente riesgo geopolítico. La presencia del oro en las carteras de inversión se debate intensamente, en gran parte debido a su histórica correlación negativa con otros activos, lo que puede ofrecer una cobertura durante las turbulencias del mercado y una potencial disminución en la volatilidad general del portafolio. Nos encontramos en una discusión activa acerca de la viabilidad y el momento oportuno para incorporar el oro en las carteras de inversión, sopesando cuidadosamente su papel tradicional contra el telón de fondo de un escenario económico global en constante evolución.
Portfolios – Corta duration y sobreponderando renta fija
El enfoque de nuestra estrategia de inversión para el período actual ha sido una inclinación marcada hacia la renta fija, específicamente en bonos de alto rendimiento con corta madurez. Esto refleja nuestra preferencia por inversiones que ofrecen un equilibrio entre rentabilidad y riesgo controlado en un entorno de mercado incierto.
En el ámbito de las acciones, nuestra preferencia se ha inclinado fuertemente hacia mercados en específico, destacando a Estados Unidos y Japón como nuestras principales geografías de interés. Creemos que estos mercados ofrecen oportunidades de crecimiento robusto y estabilidad comparativa, elementos cruciales en el clima económico actual.
Consistente con nuestra estrategia, hemos optado por fondos con manejo activo al seleccionar activos. Esta elección se fundamenta en la capacidad de adaptación y respuesta rápida que ofrecen los gestores activos frente a las fluctuaciones del mercado, lo cual es vital para maximizar los retornos y minimizar los riesgos durante períodos de volatilidad.
A continuación, presentamos los retornos obtenidos hasta la fecha, reflejando la efectividad de nuestra estrategia de inversión adaptativa y orientada a sectores específicos:
La estrategia actual ha demostrado ser efectiva bajo las condiciones de mercado actuales. Sin embargo, continuaremos monitorizando de cerca los desarrollos económicos y ajustaremos nuestras posiciones según sea necesario para asegurar que nuestras inversiones sigan alineadas con los objetivos de rendimiento y riesgo de nuestros clientes.
Este reporte subraya nuestro compromiso con la gestión prudente y estratégica, buscando siempre posicionar de manera óptima los portafolios de nuestros clientes en el espectro de inversión global.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 17 de abril de 2024.
Los futuros de Rofex frenaron su tendencia bajista y en la semana marcaron una suba de 0,4% promedio
Los contratos futuros de Rofex frenaron su tendencia bajista y en la semana marcaron una suba de 0,4% promedio. Las subas se dieron con mayor fuerza en el tramo largo de la curva: octubre (+1,0%), diciembre (+1,4%) y enero de 2025 (+1,2%).
El contrato de abril cotiza en $880 y marca una devaluación directa de 1,0% (mensualizada de 2,8%); casi un punto por encima del crawling peg de 2,0% que mantiene el Tesoro desde diciembre. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el crawling peg se elevaría a niveles en torno al 4,4%: 4,0% en mayo ($915), 3,9% en junio ($951) y 5,4% en julio ($1.002). Finalmente, los precios señalan una devaluación de 4,7% promedio entre agosto del 2024 y enero del 2025.
Así, la curva de tasas (TNA) tuvo una muy leve ampliación y muestra una pendiente positiva que se empinó por el encarecimiento relativo de los contratos medios y largos. Abril rinde TNA 33%, mayo TNA 44%, junio TNA 47% y julio TNA 53%. A partir de ahí, los rendimientos aumentan gradualmente hasta alcanzar un máximo de TNA 65% en enero.
El volumen operado cayó. En los últimos cinco días hábiles se comerciaron 1,4 millones de contratos. El viernes 12 de abril el interés abierto cerró en USD 2.225 M. Un aumento de 5% m/m y una caída de 35% i.a.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
El contexto global se complicó, afectando directamente a los activos locales. Si bien los bonos soberanos aprovecharon la expectativa por el tratamiento de la ley de bases con capítulo fiscal incluido, la brecha cambiaria repuntó, subieron los bonos ajustables por devaluación y las acciones retrocedieron. Mientras tanto, el BCRA siguió comprando buena cantidad de divisas en el mercado de cambios, las reservas internacionales netas –sin pasivos de corto plazo– ya están en terreno positivo, anticipando mantener esta tendencia durante el pico de la temporada de liquidación agrícola. A pesar de esta favorable dinámica, el control de cambios permanece inalterado y no se anticipan cambios durante este año, debido a los importantes vencimientos en moneda extranjera que enfrentarán el Tesoro y el BCRA. Además de la publicación de importantes indicadores como el resultado fiscal de marzo y del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de febrero, las miradas de esta semana estarán en que el BCRA continúe comprando buena cantidad de divisas y en el tratamiento en el Congreso de la Ley de Bases, cuyo consenso y resultado final son cruciales. Por el lado político y de “la calle” será importante la marcha de las Universidades que será un test para la oposición del gobierno.
Primera etapa cumplida. La economía se va estabilizando pero con costos crecientes. En el 1Q24 hubo una notable mejora de las cuentas externas y de las cuentas públicas que permitieron que el BCRA recupere reservas internacionales, alcanzando un saldo neto positivo y evitando la necesidad de financiamiento monetario, lo cual ayudó a contener la inflación. En el ámbito financiero, con un aumento del dólar oficial del 2% mensual, la implementación del dólar blend, la emisión de BOPREAL y un control de cambios riguroso, se logró reducir la brecha cambiaria. Sin embargo, el precio de estas medidas fue una significativa caída en el nivel de actividad económica, aunque el gobierno confía en revertir esta situación con la llegada de la cosecha y la recuperación de los salarios reales a medida que la inflación disminuya y las negociaciones salariales avancen. Podríamos decir que el gobierno se muestra satisfecho con los resultados de la primera fase de estabilización, y el nivel de aprobación se ha mantenido estable desde su inicio. Este buen momento se espera que continúe hasta junio, aprovechando el ingreso esperado de divisas del sector agrícola. Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, tras superar esta primera etapa, el gobierno deberá enfocarse en la sostenibilidad del programa económico. Muchos de los logros actuales tienen un componente transitorio, como la licuación de gastos y el retraso en los pagos de importaciones, por lo que será crucial demostrar las ventajas de un programa que asegure un superávit fiscal y un excedente cambiario continuo. Sin duda, la pérdida de competitividad del peso es un aspecto preocupante que podría influir en el futuro del equipo económico.
Más superávit comercial. Con la implementación del control de cambios y la urgencia de incrementar las reservas internacionales, un saldo positivo en la balanza comercial de bienes se vuelve crucial para mantener la estabilidad económica. Las cuentas externas han mostrado mejoras, aunque estas se deben más a factores "exógenos" que a políticas internas. Por un lado, las exportaciones agrícolas se han recuperado gracias a una mejor cosecha tras la sequía del año pasado. Por otro lado, el sector energético también ha contribuido positivamente, especialmente con el desarrollo y consolidación de Vaca Muerta. Simultáneamente, la recesión ha jugado un papel clave al reducir significativamente las importaciones, contribuyendo así a un mejor resultado comercial. Así lo reflejaron los datos de marzo: la balanza comercial marcó un superávit de USD 2.059 M (vs. USD -1.124 M de marzo de 2023), siendo el cuarto período consecutivo de superávit y acelerando respecto febrero (USD 1.438 M), con exportaciones totalizando USD 6.394 M e importaciones en USD 4.335 M. Las exportaciones subieron 11,5% i.a. (+21,3% cantidades) destacándose una vez más productos relacionados con el agro (PP: +27,4% y MOA: +15,7%) y también combustibles y energía (+19,2%), en tanto que preocupan las manufacturas industriales (MOI) que volvieron a caer (8,1%) y acumulan baja i.a. de casi 10% en el primer trimestre. Por su parte, las importaciones mostraron una sensible baja del 36,7% i.a. (-32,7% cantidades), donde, con excepción de vehículos, todos los componentes siguen cayendo y se destaca la fuerte baja en combustibles y lubricantes (-76,6%). Con estos resultados, el superávit energético en marzo alcanzó un valor histórico récord de USD 693 M. Con este desempeño, en el primer trimestre, el superávit comercial sumó casi USD 4.300 M, en marcado contraste con el déficit de USD 1.344 M registrado en el mismo período del año anterior.
Reservas netas positivas. El elevado superávit comercial —potenciado por los menores pagos de importaciones— y la mejora en la cuenta de servicios constituyen la principal fuente de divisas del BCRA, que en la última semana adquirió USD 601 M, comparado con los USD 959 M de la semana anterior. Esta diferencia se explica en parte porque el agro liquidó USD 337 M frente a USD 640 M de la semana previa. Estas operaciones, parcialmente compensadas por una disminución de encajes en moneda extranjera, resultaron en un aumento semanal de las reservas internacionales de USD 530 M. Así, el stock bruto cerró en USD 29.846 M, mientras que las reservas netas mostraron un saldo positivo de USD 800 M, sin considerar los pasivos de corto plazo del BCRA —incluyendo los vencimientos de BOPREAL, el saldo es de USD 1.200 M negativo—.
Brecha al alza, pero contenida. Los dólares financieros experimentaron un leve repunte en otra semana de baja volatilidad. El CCL con GD30 tuvo un aumento semanal del 3,1%, alcanzando los $1.086, mientras que el MEP ascendió un 2,3% semanal, llegando a $1.027. Las brechas entre estos y el tipo de cambio oficial quedaron en 25% y 18%, respectivamente. Así, el canje entre el CCL y el MEP –que indica el costo de transferir dólares al exterior– aumentó a 5,8% y ofrece un interesante premio por ingresar dólares al país. Nuestra perspectiva para el corto plazo es que las brechas se mantengan estables como consecuencia de las liquidaciones del sector agropecuario a través del esquema 80/20.
Expectativas de fuerte apreciación cambiaria. Las expectativas de devaluación parecen haber encontrado un piso y, en la semana, los contratos futuros de Rofex registraron una ganancia de 0,4%. De esta forma, acumulan una caída de 3,7% en abril y de 27,1% en el año. Así, los futuros marcan una devaluación mensualizada de 3,7% promedio para lo que queda del primer semestre, de 4,8% promedio para el segundo semestre y de 4,3% en enero del 2025. Esto significa que el mercado descuenta una fuerte apreciación en el tipo de cambio real en los próximos. Si lo contrastamos con el REM, la apreciación real implícita en Rofex es de 17% para lo que queda del año; lo que significa un dólar similar al que recibió el gobierno a mediados de diciembre. Si lo contrastamos contra la inflación breakeven entre CER y tasa fija, la apreciación del tipo de cambio real hasta fin de año caería al 5%; lo que significa un dólar similar al de octubre del año pasado.
Apareció demanda por cobertura cambiaria. En la curva de pesos, fue una semana especialmente buena para los instrumentos ajustables por devaluación: los dollar-linked subieron 4,2% y los duales, 5,0%. Las lecaps a tasa fija tuvieron una buena semana y ganaron 2,9% –ofrecen TEMs de entre 4,5% y 4,2%– en tanto que el TO26 perdió 0,3% –cotiza en una TEM de 3,5%–. En último lugar quedaron los instrumentos CER, que perdieron un 3,4% semanal. El retroceso en los ajustables CER se explica por las perspectivas de menor inflación por la marcha atrás en los aumentos a prepagas y por la desaceleración en los indicadores de alta frecuencia. A estos niveles, la inflación promedio implícita es del 5,6% para el 2024 y del 2,3% entre enero y octubre del 2025. En lo que refiera al dólar oficial, los precios de mercado tienen implícito una devaluación nominal promedio del 6,3% m/m hasta septiembre del 2024, seguida por un 3,2% m/m hasta marzo del 2025 y por un 2,2% mensual hasta junio del 2025.
Vuelve el paquete fiscal. El Gobierno envió nuevamente al Congreso el paquete fiscal para su discusión junto con la Ley Ómnibus. Este paquete incluye modificaciones en Ganancias, Bienes Personales y un plan de blanqueo de capitales. Específicamente en Ganancias, que será renombrado como Impuesto a los Ingresos Personales, se propone revertir la cuarta categoría, estableciendo un mínimo no imponible de $1.800.000 brutos para solteros y $2.200.000 para casados con hijos, con una actualización anual a partir de 2025 según el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En cuanto al blanqueo de capitales, se plantea un régimen de regularización para residentes y no residentes hasta el 30 de abril de 2025, extensible hasta el 31 de julio de 2025. Los participantes, que podrían incluir sociedades, "quedan liberados de toda acción civil y por delitos tributarios, cambiarios, aduaneros e infracciones administrativas que pudieran corresponder por el incumplimiento de las obligaciones". Finalmente, se propone la creación del Régimen Especial de Ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales, que apunta a reducir la tasa máxima de 2,25% hasta el 0,45%, donde el pago inicial no podrá ser de menos del 75% del total del impuesto.
Desacoplados de los emergentes. La expectativa por el tratamiento de la ley de bases y la continua suba de reservas internacionales le permitieron a los bonos locales seguir en alza y diferenciarse de los emergentes comparables. Concretamente, los bonos soberanos en moneda extranjera retomaron su sendero alcista y subieron un 4,3% en la semana mientras que los países comparables perdieron un 1,6% semanal promedio. Así, las paridades de los bonos argentinos subieron al 53%, mientras que el riesgo país cayó en 110 pb hasta los 1.216 pbs. La buena semana de los bonos del Tesoro no se trasladó al resto de la renta argentina en dólares: los BOPREALes del BCRA no registraron variaciones, los provinciales ganaron 0,4% y los bonos corporativos perdieron 0,1%.
El Merval retrocede ante caídas globales. Sin ser ajeno al contexto internacional de volatilidad el Índice S&P Merval cayó 4,4% en pesos y 6,9% en dólares en la semana y cerró en USD 1124. En lo que va de abril en pesos cae un 1,5% pero en CCL Galicia gana 1,6%. A nivel sectorial, el de energía y materiales fueron los más golpeados con una caída del 5%. Se destacan las bajas de Transener (-10,4%), TGN (-10%) y Central Puerto (-9,6%). También las cementeras Loma (-4,2%) y Holcim (-7,8%) sufrieron caídas. Los bancos tuvieron caídas del 2% siendo BYMA (-7,4%), Supervielle (-4,8%) y Galicia (-1,6%) las bajas destacadas. Los ADRs que cotizan en Wall Street vieron caídas promedio del 4,3%, lideradas por Central Puerto (-10%), YPF (-8,2%) y Meli (-6,4%). Solo IRSA (2%) logró mantenerse en positivo.
Lo que viene. Aunque el gobierno disfruta de un alto nivel de aprobación, la próxima marcha organizada por las universidades, en protesta contra los recortes presupuestarios, será un indicativo crucial de la oposición al gobierno, pudiendo incrementar el nivel de conflictividad. En el ámbito legislativo, se anticipa la discusión de la Ley de Bases, con expectativas de aprobación, aunque es prudente mantener cautela hasta ver los resultados finales. En términos económicos, se espera que el BCRA siga acumulando divisas. Además, están programados para publicarse varios indicadores clave: el resultado fiscal de marzo, que el gobierno espera sea nuevamente superavitario; el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de febrero, que podría mostrar una desaceleración en la caída de la actividad según indicadores preliminares. También estará disponible el índice de salarios de febrero y al cierre de la semana se publicará el resultado del balance cambiario de marzo en el que podremos confirmar de dónde viene la oferta que le permite al BCRA comprar divisas y recuperar reservas.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Con la actividad en EE. UU. en alza y las expectativas de inflación afectadas por los últimos datos, tanto los inversores como la Fed se muestran cada vez más preocupados, retrasando el esperado pivote en la política monetaria. Se prevé ahora que los recortes de tasas no comenzarán hasta septiembre, consolidando un escenario de higher for longer. Aunque el aumento de tasas ha impactado la renta fija desde 2022, existe ahora el temor de que esto perjudique el nivel de actividad en un futuro cercano. En este marco, y junto a resultados desalentadores de empresas tecnológicas, las acciones acentuaron las pérdidas observadas desde comienzos de abril, y el S&P 500 retrocedió a niveles de mediados de febrero, eliminando la mitad de las ganancias logradas en el primer trimestre. Con EE. UU. como principal impulsor de la mejora en las perspectivas económicas globales, el dólar se fortaleció, especialmente frente a las divisas emergentes. Pese al conflicto en Medio Oriente, que escaló la semana anterior debido a ataques de Israel a Irán, la sólida oferta estadounidense estabilizó los precios del petróleo, mientras que metales como el cobre y el aluminio experimentaron significativos aumentos ante las sanciones a Rusia y China. El sell off de las acciones también golpeó a la renta variable y bonos del resto del mundo. Mientras continúa la temporada de balances con importantes empresas por publicar, las miradas de esta semana estarán en la primera publicación del PBI del 1Q 24 en la que el mercado espera un alza menor al que marca el nowcast –2,1% vs 2,9%–. De confirmarse el pronóstico más alto, esto podría incrementar la presión sobre las tasas. Además, se espera la publicación del PCE, que debería reflejar tanto el incremento en la inflación como la robustez del consumo.
Tasas altas para rato.Con los recientes datos sobre inflación, parece que la Fed podría requerir más tiempo antes de sentirse preparada para reducir las tasas de interés, tal como lo destacó Powell durante su conferencia en el Centro Wilson de Nueva York. Además, enfatizó que "dada la fortaleza del mercado laboral y los avances en materia de inflación hasta el momento, es apropiado dar más tiempo a la política restrictiva para que funcione y dejar que los datos y la evolución de las perspectivas nos guíen". En este contexto, los funcionarios no ven urgencia en disminuir las tasas, lo que sugiere que cualquier ajuste en 2024 probablemente no se materializaría hasta finales de año, si es que ocurre. Los mercados futuros asignan una probabilidad del 65% a que el primer recorte de tasas tenga lugar en la reunión de septiembre. Esto significa que habrá que esperar más tiempo y, además, el ajuste será menor, un cambio significativo para un mercado que, desde octubre del año pasado, anticipaba que 2024 sería el año del gran pivote de la política monetaria, llegando a esperar más de seis recortes para este año.
Siguen los buenos datos de actividad en EE. UU. En línea con las proyecciones del FMI y lo que venimos comentando, en la semana distintos datos mostraron nuevos indicios de que durante el 1Q24 la economía mantiene una buena dinámica expansiva que se refleja en que el nowcast de Atlanta subió a 2,9% t/t la expansión de este período. Concretamente, las ventas minoristas aumentaron nominalmente un 0,7% m/m en marzo, tras una ganancia revisada al alza del 0,9 % en febrero y muy por encima de las previsiones (0,3%), lo que sugiere que el gasto de los consumidores sigue siendo sólido. Excluyendo los servicios de alimentación, los concesionarios de automóviles, las tiendas de materiales de construcción y las gasolineras, las llamadas ventas minoristas básicas, que se utilizan para calcular el PBI, aumentaron aún más, llegando al 1,1% m/m. Así, en términos interanuales, aumentaron un 4%, tras una ganancia del 2,1% en febrero. Además, la producción industrial aumentó un 0,4% m/m en marzo (mismo dato que el mes previo) y se estancó interanualmente (tras una caída del 0,3% en febrero). El índice manufacturero de la Fed de Filadelfia subió hasta 15,5 en abril (muy por encima de las expectativas del mercado +1,5) y se convirtió en la lectura más alta desde abril de 2022. A contramano de estos datos, los permisos de construcción cayeron un 4,3% m/m (vs +2,3% previo). Finalmente, referido al mercado laboral, el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo se mantuvo sin cambios en 212.000, por debajo de las expectativas del mercado (215.000) indicando que el mercado laboral continúa ofreciendo oportunidades de empleo a un ritmo favorable comparado con los estándares históricos.
Mejora la actividad en europea pero con malos datos de inflación. El IPC en la zona del euro marcó un alza de 0,8% m/m en marzo (10% anualizado), acelerando respecto al 0,6% m/m que había marcado en febrero, impulsado por el aumento de los costes de los servicios (0,7% m/m y 4% i.a.) y los bienes industriales no energéticos (1,9%). Así, se confirmó en un 2,4% i.a., superando todavía el objetivo del BCE del 2%. Por su parte, la tasa subyacente, excluyendo los precios volátiles de los alimentos y la energía, bajó al 2,9%, su punto más bajo desde febrero de 2022. En este contexto, aparecen algunos datos positivos en términos de actividad que podrían adelantar una mejora de las condiciones para el año. Concretamente, la producción industrial repuntó un 0,8% m/m en febrero, recuperación parcial desde una caída del 3% en enero, desacelerando la contracción al 6,4% i.a. Además, en Alemania, donde la semana anterior habían aparecido datos positivos, el indicador ZEW de sentimiento económico subió a 42,9 en abril (vs. 31,7 previo), el más alto desde febrero de 2022, superando ampliamente las previsiones (35,9).
China acelera. En el 1Q24, el PBI chino creció un 1,6% t/t, acelerando desde el 1,2% del 4Q23. Fue el séptimo período consecutivo de expansión trimestral y el avance más fuerte desde el 1Q23. Así, creció un 5,3% i.a. (vs. 5,2% previo), superando las previsiones del mercado del 5,0%, impulsado por las continuas medidas de apoyo de Beijing y el gasto relacionado con el Año Nuevo Lunar. La inversión fija creció un 4,5% t/t, el mayor dato en casi un año y por encima del consenso (4,3%). Así, la economía habría tenido un buen comienzo, proporcionando una base firme para alcanzar el objetivo de crecimiento del PBI de cerca del 5% para este año. Sin embargo, en el margen, los datos de marzo indicaron aumentos menores de lo esperado en la producción industrial (+4,5% i.a. vs +7% previo) y las ventas minoristas (+3,1% i.a. vs 5,5% previo), lo que subraya que sigue siendo necesaria una mayor flexibilización de las políticas para la economía. Al mismo tiempo, la tasa de desempleo encuestada llegó al 5,2% en marzo, manteniéndose cerca del máximo de siete meses de febrero del 5,3%.
Mejora la actividad en Brasil. La actividad económica en Brasil en febrero se expandió un 0,4% m/m, siendo la cuarta suba mensual consecutiva y quedando 2,6% por encima que un año atrás. Con este resultado, en el primer bimestre del año creció 3,0% i.a. –las expectativas del mercado apuntan a un alza del PBI de 1,95% i.a.–. Por otro lado, el índice de confianza del empresario industrial (ICEI) bajó a 51,5 en abril (vs 52,8 previo), pero se mantiene expansivo.
Inflación en Japón. El IPC de marzo marcó un alza de 0,2% m/m, el mayor aumento desde octubre pasado, después de permanecer plano en los dos meses anteriores. Así, bajó al 2,7% i.a., desde el máximo de tres meses de febrero (2,8%), igualando el consenso del mercado. Por su parte, la tasa de inflación básica cayó al 2,6%, desde un máximo de cuatro meses del 2,8%, ligeramente por debajo de las previsiones (2,7%).
De la mano de EE. UU, mejoran las perspectivas de la economía global. En su último informe de Perspectivas Económicas Globales, el FMI revisó al alza el crecimiento del PBI mundial para 2024, de 2,9% a 3,2% i.a., y anticipa una repetición de esta cifra para 2025. De materializarse, sería el tercer año consecutivo en que la actividad global crezca a un ritmo del 3,2% i.a., aún por debajo del promedio histórico del 3,8% i.a. Esto refleja las consecuencias de las políticas monetarias restrictivas, el retiro del apoyo fiscal, y un crecimiento modesto de la productividad subyacente. El ajuste en las proyecciones para este año incluye un incremento significativo para EE.UU., de 1,5% a 2,7% i.a., mejorando el 2,5% i.a. logrado en 2023, y ajustes positivos para China, India y Brasil. Por otro lado, la proyección para la Eurozona y Japón se ajustó a la baja. Se espera que la inflación global disminuya de un promedio anual del 6,8% en 2023 a 5,9% en 2024 y a 4,5% en 2025. En el caso de 2024, los precios desaceleraron en las economías desarrolladas (de 4,6% a 2,6%), en tanto que no mostrarían cambios en las emergentes (8,3%).
Tasas al alza y nuevo golpe a los bonos. Los rendimientos de los bonos del Tesoro continuaron su trayectoria alcista con subas de 10 pb para la UST2Y que cerró en 4,98% y de 12 pb para la UST10Y que finalizó en 4,62%. En lo que va de abril la suba de tasas ronda los 40 pb. Esto impactó negativamente a la renta fija con caídas semanales del 0,6% promedio, y de 2,6% en lo que va de abril extendiendo la pérdida del año a 3,9%. El índice que agrupa a los bonos del Tesoro bajó 0,4% en la semana y 1,6% en el mes. Los más golpeados fueron los Investment Grade que perdieron 1% en la semana, 2,7% en lo que va del mes y 5,1% en lo que va de 2024, en tanto que los High Yield cayeron del 0,5%, 2,1% y 1,8%, respectivamente.
Retroceso de las acciones. A pesar de los datos alentadores sobre el nivel de actividad, el incremento en las tasas de interés y las expectativas derivadas de los balances de las empresas tecnológicas han impactado negativamente en el mercado accionario, marcando la tercera semana consecutiva de descensos. Esto ha llevado a una pérdida significativa de casi la mitad de las ganancias obtenidas en el 1Q24, situando al S&P 500 en niveles similares a los de mediados de febrero. En detalle, el S&P 500 retrocedió un 3,2% durante la semana, extendiendo la baja del mes de abril a 5,1%, con lo cual las ganancias acumuladas en el año se reducen ahora a 4,2%. Sectores defensivos como utilities, consumo masivo, bancos y salud han mostrado estabilidad semanal, aunque no han sido ajenos al ajuste general del mes. En contraste, sectores como tecnología, consumo discrecional y comunicaciones registraron caídas importantes de 6,2%, 4,2% y 2,3%, respectivamente, especialmente afectados por las fuertes pérdidas en las principales tecnológicas, conocidas como las 7 magníficas, que en conjunto se depreciaron un 6,7% —con Nvidia y Tesla cayendo un 14%, Apple y Meta un 6%, Microsoft un 5% y Google un 2,2%. Este deterioro en las tecnológicas resultó crítico para el Nasdaq, que vio una reducción del 5,5% en la última semana, ampliando la baja del mes al 6,5% y dejando un escaso avance anual del 1,6%. Por otro lado, el Dow Jones, con una composición más orientada hacia valores tradicionales, cerró la semana sin cambios significativos, aunque en abril acumula una caída del 4,5% y un modesto incremento anual del 0,8%.
Mercados globales impactados. Los mercados globales también sufrieron pérdidas, en sintonía con las tendencias observadas en el mercado estadounidense. El índice global de acciones descendió un 2,6% durante la semana y acumula una baja del 5,1% en abril. Al excluir a EE. UU., estas pérdidas se moderan al 1,6% semanal y 4,2% mensual. Entre los mercados desarrollados, Japón destacó por una notable caída del 3,7% en la semana y del 6,8% en el mes. Por otro lado, Europa mostró una retracción más leve del 0,6% semanal y 4,6% en abril. El índice de mercados emergentes registró una disminución del 2,0% en la semana, extendiendo la baja a 3,3% en abril. En este grupo, Latinoamérica tuvo un desempeño especialmente adverso con una reducción del 2,1% en la semana, 4,8% en abril y 6,8% en el año, siendo la región más afectada. Brasil empujó a la región con pérdidas de 1,7% en la semana, 5,2% en abril y 12% en el año. En contraste, China mostró signos de estabilización tras un año difícil y dos primeros meses complicados en 2024, logrando un incremento del 0,3% en la semana, lo que ayudó a reducir sus pérdidas mensuales a 0,8% y anuales a 3,3%. En el ámbito de la renta fija, el índice de bonos globales, excluyendo a EE. UU., perdió un 0,6% en la semana y 1,2% en abril, mientras que los bonos de mercados emergentes cayeron un 0,5% semanalmente, ampliando su baja en abril al 2,4%.
La guerra preocupa, pero el petróleo no se mueve. El índice Dow Jones de commodities cayó 0,1% durante la semana, aunque sube un 8,4% en el mes. Los energéticos tuvieron un retroceso de 3,6% pero se impulsaron un 4,3% en abril. Para los granos la caída fue del 1,3% y 1,5%, respectivamente. Los más beneficiados fueron los metales con un aumento de 3,6% semanal y 20% mensual. El WTI tuvo una merma de 2,9% luego de que el conflicto en medio oriente no pasara a mayores e Irán restara importancia al ataque de Israel en su territorio, mencionando que no tiene ningún plan de represalia. El cobre se destacó entre los metales, registrando un avance del 5,6% en la semana y acumulando un incremento del 12,5% en abril. Este aumento se debe a una reducción del 10% en la oferta proveniente de China, el principal productor mundial, en un contexto de creciente demanda global impulsada por sectores como los centros de datos y las economías verdes. Paralelamente, el aluminio también mostró una notable performance, con un incremento del 10% durante la semana y un acumulado del 17% en las últimas tres semanas. Este aumento se atribuye a las restricciones de entrega impuestas por el Reino Unido y EE.UU. a Rusia. Con esto, en lo que va del año el petróleo y los metales acumulan un alza de 16%. Diferente es el caso de los commodities agrícolas que no logran frenar la caída: la soja retrocedió otro 2% y cerró la semana en USD 422 la tonelada, por lo que acumula una baja de 3,4% en abril y de 11% en el año –igual performance tuvieron el trigo y maíz-.
Fortaleza del dólar y rally del oro. Con perspectivas de una política monetaria más restrictiva de la Fed en comparación con el resto del mundo, el dólar mantuvo su fortaleza, aunque solo aumentó un 0,1% semanal, rondando los 106 puntos. En lo que va de abril, se ha apreciado un 1,5%. Se mantuvo estable durante la semana frente al euro, que cotiza a EUR 1,06, aunque se ha debilitado un 1,4% en el mes. Contra la libra, se fortaleció un 0,6% en la semana y un 2% en el mes. El yen sigue debilitándose, perdiendo un 0,8% semanal y un 2,2% mensual, alcanzando JPY 154,5. Frente al real brasileño, perdió un 1,4% en la semana y un 3,5% en el mes, cerrando en BRL 5,19. Pese a la fortaleza del dólar, el oro avanzó un 2,2% en la semana, cerrando cerca de USD 2.400 la onza, acumulando un alza del 7,3% en el mes y del 16% en el año. Las intensas compras de los bancos centrales, liderados por China, y las tensiones en Medio Oriente fueron los principales impulsores del aumento en su cotización.
Lo que viene. Esta semana es crucial para corroborar el buen dinamismo señalado por los indicadores de actividad económica. El dato más relevante será la primera estimación del PBI del 1Q24, con un consenso que anticipa un crecimiento del 2,1% t/t, señal que confirmaría un soft landing de la economía. No obstante, como lo venimos comentando, el nowcast de Atlanta proyecta un aumento del 2,9% t/t, lo que podría intensificar las expectativas de tasas de interés más elevadas y prolongadas. Además, con la publicación de los datos de ingresos y gastos personales de marzo, también se divulgará la inflación del Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE), muy considerado por la Fed para sus políticas. Este dato deberá ratificar la tendencia alcista de la inflación evidenciada por el IPC la semana anterior. Cualquier indicio de desaceleración en la actividad beneficiará a los mercados. Por otro lado, la temporada de reportes de resultados continuará con empresas fundamentales como Visa, Tesla, IBM y Chevron, entre otros.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 19/04/2024
Ajustamos nuestra cartera para aquellos que se preguntan cómo manejar sus pesos.
El 13 de diciembre de 2023, bajo la nueva administración de Javier Milei, se anunció una devaluación que elevó el precio del dólar oficial a $800, un aumento del 118% respecto a los $357 previos. Esta medida superó las expectativas del mercado, que anticipaba un dólar cerca de los $700, fortaleciendo las Reservas Netas del BCRA a través de un incentivo a las exportaciones y un encarecimiento de las importaciones.
Desde ese ajuste, el gobierno ha aplicado una devaluación mensual fija del 2,0%, controlando así el impacto de la inflación. Actualmente, el dólar ha perdido un 41% de su valor en términos reales desde el salto cambiario, regresando a niveles previos a las PASO 2023.
Los precios de mercado sugieren una elevada credibilidad en que la devaluación se mantendrá baja. Los contratos futuros de Rofex tienen implícitos una devaluación mensual promedio de 4,1% para lo que queda del primer semestre del 2024 y de 5,1% para el segundo semestre del año. Por otro lado, los precios de los bonos anticipan que esta tasa se desacelerará gradualmente, con un abaratamiento implícito de 5,8% mensual hasta septiembre de 2024, seguido por una reducción al 4,0% hasta marzo de 2025, y finalmente, un ajuste al 1,1% hasta junio de 2025.
Estos datos sugieren una fuerte apreciación del tipo de cambio real. El diferencial de tasas entre el bono CER TZX25 (TIR CER -16%) y el bono dollar-linked TZV25 (TIR A3500 -3%) señala un dólar a precios de hoy de $740 para junio del año que viene –mes en el que vencen ambos bonos–. Corregido por la inflación esperada en EE. UU., la apreciación en términos reales sería del 12%. Es decir, volveríamos a los niveles más bajos registrados en las presidencias tanto de Alberto Fernández –noviembre/diciembre 2023– como de Mauricio Macri –marzo/junio 2017–.
En este contexto, vemos valor en los instrumentos atados a la devaluación con vencimiento en 2025. A estos precios, los bonos dollar-linked ofrecen una oportunidad de inversión atractiva, especialmente considerando que el mercado parece subestimar otros posibles escenarios para el dólar oficial.
Esperamos que los instrumentos vinculados al dólar oficial se mantengan “estacionalmente” baratos hasta el final de la cosecha gruesa. La temporada alta de liquidaciones del sector agropecuario beneficiará la acumulación de reservas y, por lo tanto, debería contener las presiones cambiarias.
Con esto en vista, aprovechamos para recalibrar nuestra cartera de instrumentos recomendados en pesos. Desde nuestra última nota (del 26 de febrero), el portafolio tuvo un retorno de 15,0%. Esto quedó levemente por debajo de la inflación, que fue de 17,8% en el período. Pero alcanzó para superar a los otros cuatro benchmarks: el CCL, el plazo fijo y la mediana de los FCIs T+1 y de Renta Fija Discrecional. La buena performance de la cartera se explicó por las tenencias en globales, BOPREAL serie 1 y de bonos CER largos.
Carteras recomendadas:
Noticias locales: el país hoy.
Las acciones estadounidenses cerraron de forma mixta. El S&P 500 y el Nasdaq extendieron su serie de pérdidas a cinco sesiones consecutivas, con descensos del 0,2% y del 0,6%, respectivamente, mientras que el Dow Jones experimentó un leve incremento del 0,1%. Los inversores siguieron evaluando los recientes resultados corporativos, datos económicos robustos y la expectativa de que las tasas de interés se mantendrán elevadas por más tiempo.
Las acciones de semiconductores experimentaron la mayor caída en el sector, con la excepción de Nvidia, que subió un 0,7%. TSM bajó un 1,2%, a pesar de superar las expectativas de ingresos y ganancias para el primer trimestre, debido a un ajuste en su pronóstico para la industria de semiconductores en 2024. Este ajuste impactó negativamente a otras empresas del sector, como Micron Technology, que registró una caída del 3,7%. La acción de Tesla se contrajo un 3,5% tras una rebaja en la calificación por parte de Deutsche Bank de comprar a mantener. Por otra parte, Meta experimentó un avance del 1,5% tras el anuncio de su nuevo asistente de inteligencia artificial.
Luego del cierre de mercado, las acciones de Netflix cayeron más de un 2% a pesar de informar que las ganancias del 1Q24 superaron las estimaciones, con más de 9 millones de suscriptores agregados en el trimestre. Sin embargo, las decepcionantes previsiones de ingresos para el segundo trimestre parecieron afectar las acciones en el after market.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentaron, con la UST2Y ganando 6 pb para cerrar en 4,99% y la UST10Y ascendiendo a 4,63%. Como resultado, la renta fija experimentó una disminución de 0,1%. Por otro lado, el índice del dólar (DXY) avanzó un 0,2%, cotizando en 106,1.
El WTI disminuyó 0,1% a USD 82 por barril, registrando su cuarta baja consecutiva, impulsada por la reducción de las preocupaciones geopolíticas y un incremento en los inventarios de petróleo de Estados Unidos. Por otro lado, el oro ascendió un 0,8%, alcanzando un precio de USD 2.378 la onza.
En lo referente a los indicadores económicos, el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo en EE. UU. se mantuvo estable en 212.000, por debajo de las expectativas del mercado de 215.000. Asimismo, las solicitudes continuas quedaron prácticamente sin variación en 1.812.000 al inicio del mes, también por debajo de las previsiones de 1.818.000. Esto indica que los desempleados están encontrando empleo a un ritmo saludable, en comparación con los estándares históricos.
Por otro lado, el índice manufacturero de la Fed de Filadelfia aumentó 12 puntos hasta 15,5 en abril, superando considerablemente las expectativas del mercado de 1,5. Esta fue la tercera lectura positiva consecutiva y la más alta desde abril de 2022, destacándose un incremento en los indicadores de nuevos pedidos (12,2 en comparación con 5,4 en marzo) y de envíos (19,1 frente a 11,4).
Además, las ventas de viviendas existentes, que incluyen viviendas unifamiliares, casas adosadas, condominios y cooperativas, descendieron un 4,3% m/m a una tasa anualizada desestacionalizada de 4,19 millones de unidades en marzo, por debajo de las previsiones de 4,2 millones.
Noticias locales: el país hoy.
La balanza comercial de marzo marcó un superávit de USD 2.059 M (vs. USD -1.124 M en el mismo mes del año pasado), siendo el cuarto período consecutivo de superávit, acelerando respecto a febrero (USD 1.438 M) con exportaciones totalizando USD 6.394 M e importaciones en USD 4.335 M. Las exportaciones subieron 11,5% i.a. (+21,3% en cantidades), destacándose una vez más productos relacionados con el agro (PP: +27,4% y MOA: +15,7%) y también combustibles y energía (+19,2%), mientras que las importaciones (USD 4.335 M) mostraron una sensible baja del 36,7% i.a. (y de -32,7% en cantidades), donde, con excepción de vehículos, todos los componentes siguen cayendo y la mayor incidencia negativa continúa siendo la fuerte baja en combustibles y lubricantes (-76,6%). Preocupa del lado de las ventas al exterior la mala dinámica de las manufacturas industriales (MOI) que cayeron 8,1% en marzo y casi 10% en el primer trimestre. Con este resultado, en el primer trimestre el superávit comercial totalizó casi USD 4.300 M, que contrasta contra un déficit de USD 1.344 M en el mismo período del año pasado.
En el mercado cambiario, el BCRA registró compras netas por USD 199 M. En lo que va de abril, la autoridad monetaria adiciona compras por USD 2.592 M. Por otro lado, el stock de reservas internacionales aumentó en USD 247 M hasta los USD 29.713 M.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,1% hasta $869,8. Esto significa un ritmo de devaluación mensualizado de 1,7%, que no registra cambios significativos contra el del miércoles. En los últimos cinco días hábiles, la devaluación corrió a una tasa efectiva mensual de 2%, porcentaje que se mantuvo todo lo que va de abril. Los dólares financieros operaron a la baja. El MEP con AL30 cayó 0,8% hasta alcanzar los $1.015, mientras que el CCL disminuyó 0,2% hasta $1.060. De esta manera, sus brechas se sitúan en 17% y 22%, respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar cayeron un 0,8%. Las mayores caídas se registraron en los contratos de enero (-1,5%), diciembre (-1,2%) y agosto (-1%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 4,4% mensual promedio hasta enero del 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mayormente positiva. Los bonos CER cedieron un 0,9%, mientras que las LECER ganaron un 0,5%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró alcista en 0,6% y las LECAP subieron 1,5%. Por su parte, los duales registraron una ganancia de 2,0% y los DLK marcaron una suba de 0,8%.
Los bonos soberanos en hard-dollar ganaron 3,3%, por una suba de 3,1% en los ley Nueva York y una suba de 3,7% en los ley Argentina. Así, acumulan una ganancia de 5,5% en lo que va del mes y de 44,6% en lo que va del año. De esta manera, las paridades promedian el 53% y el riesgo país disminuyó 38 pb hasta los 1.262 pb. En tanto que los BOPREAL del BCRA subieron 0,4%.
El índice S&P Merval registró una jornada neutra tanto en pesos como en dólares, manteniéndose en USD 1.098. Las principales subas fueron para Holcim (2,8%), Banco Macro (1,4%) y Galicia (1,3%). Por el contrario, TGN (-2,6%) y Central Puerto (-2%) lideraron las pérdidas. En tanto, los ADR registraron una baja promedio del -0,5%, destacándose YPF (-2%), Meli (-2,1%) y Bioceres (-1,8%).
Noticias globales: el mundo hoy.
Las acciones americanas cerraron otra jornada a la baja, mientras los inversores evaluaban los resultados corporativos y el tono más restrictivo de los funcionarios de la Fed. El S&P 500 cayó un 0,5%, y tocó los niveles mínimos de finales de febrero, al igual que el Nasdaq, que cedió 1,2%. Mientras tanto, el Dow Jones cerró con una caída de 0,1%, ya que las ganancias de UnitedHealth (+2%) limitaron las pérdidas del índice.
Las acciones de semiconductores lideraron las pérdidas, ya que ASML se hundió un 7% debido a malos resultados, mientras que ARM y Nvidia cayeron un 11,8% y un 3,2%, respectivamente. Además, Abbott cayó un 2,9%, ya que unas previsiones más bajas para el segundo trimestre compensan las fuertes ventas. Por otro lado, US Bancorp ganó un 1,6%, a pesar de las menores expectativas de ingresos netos por intereses, y United Airlines se disparó un 17,4% gracias a sus sólidos resultados.
En este contexto, el índice VIX de volatilidad cayó 1,8% pero mantiene un alza de 14% en la última semana. Además, los rendimientos de los bonos del Tesoro descomprimieron 4 pb para la UST2Y que cerró en 4,93% y 8 pb para la UST10Y que terminó en 4,58% tras las fuertes subas de las últimas semanas. Así, la renta fija cerró una jornada positiva con alzas de 0,5%, con los bonos emergentes avanzando 0,8%. Igualmente, en el último mes llevan pérdidas de 1,8%.
La tasa de interés para hipotecas de tasa fija a 30 años en EE. UU. aumentó 12 pb a 7,13% la semana pasada, alcanzando el nivel más alto desde principios de diciembre, según la Asociación de Banqueros Hipotecarios. A pesar de este salto, las solicitudes de hipotecas aumentaron un 3,3%, posiblemente porque algunos prestatarios decidieron actuar en caso de que las tasas siguieran subiendo.
Asimismo, el WTI tuvo una caída de 3,1% para alcanzar los USD 82 el barril tras un aumento en los inventarios de petróleo crudo en EE. UU., que aumentaron en 2.7 M de barriles en la última semana, tras un aumento de 5.8 M en el período anterior y por encima de las expectativas del mercado, que esperaban un incremento de 1.6 M, según mostraron los datos del Informe sobre el estado del petróleo de la EIA.
Referido a datos económicos de la jornada, el IPC en la zona del euro creció un 0,8% m/m en marzo, tras un 0,6% en febrero, impulsado por los costos de los servicios (0,7%) y los bienes industriales no energéticos (1,9%). Así, se confirmó en un 2,4% i.a., superando todavía el objetivo del Banco Central Europeo del 2%. Mientras tanto, la inflación de los servicios se mantuvo estable en el 4,0%. La tasa subyacente, excluyendo los precios volátiles de los alimentos y la energía, se enfrió al 2,9%, su punto más bajo desde febrero de 2022.
Relacionado con la región, la actividad económica en Brasil en febrero se expandió 0,4% m/m, siendo la cuarta suba mensual consecutiva y quedando 2,6% por encima que un año atrás. Con este resultado, en el primer bimestre del año creció 3,0% i.a. Recordemos que las expectativas del mercado apuntan a un alza del PBI de 1,95% i.a., mientras que el FMI, en el último World Economic Outlook, revisó al alza su estimación apuntando a 2,2% i.a. desde 1,5% i.a. en enero. Por otro lado, el índice de confianza del empresario industrial (ICEI) en Brasil se deterioró a 51,5 en abril (vs. 52,8 previo).
Noticias locales: el país hoy.
El Gobierno ha enviado al Congreso un paquete fiscal que se debatirá simultáneamente con la Ley Ómnibus. Este paquete incluye modificaciones en los impuestos a las Ganancias, Bienes Personales y el blanqueo de capitales. En cuanto a Ganancias, que se renombrará como Impuesto a los Ingresos Personales, se propone una modificación en la cuarta categoría, estableciendo un mínimo no imponible de $1.800.000 brutos para solteros y de $2.200.000 para casados con hijos, con ajustes anuales por IPC a partir de 2025. Respecto a la moratoria y el blanqueo de capitales, se introduciría un régimen de regularización de activos para residentes y no residentes hasta el 30 de abril de 2025, extendible hasta el 31 de julio de 2025. Los beneficiarios de este régimen, incluidas las sociedades, estarían exonerados de acciones civiles y de delitos tributarios, cambiarios, aduaneros, e infracciones administrativas relacionadas con incumplimientos anteriores. Además, se propone un Régimen Especial de Ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales, que busca reducir la tasa máxima del 2,25% al 0,45%, con un pago inicial mínimo del 75% del total del impuesto.
El índice de precios al por mayor (IPIM) registró un incremento del 5,4% m/m en marzo, mostrando una notable desaceleración comparado con el aumento de más del 50% m/m en diciembre. Los productos nacionales experimentaron una subida del 6,4% m/m, mientras que los importados disminuyeron un 1,7% m/m. De esta forma, el IPIM alcanzó el 330,6% i.a., en comparación con el 288% i.a. del IPC. En cuanto al índice de costos de la construcción (ICC), este se incrementó un 8,1% m/m, con un notable aumento en el costo de la mano de obra que subió un 13,9% m/m, y un acumulado anual del 264,9%.
En el mercado cambiario, el BCRA aceleró el ritmo de compras y registró USD 198 M. De esta forma, en las últimas cinco ruedas hábiles mantuvo un ritmo de compra promedio de USD 146 M y la autoridad monetaria adiciona compras por USD 2.393 M en lo que va de abril. Apuntaladas por estas compras, el stock de reservas internacionales aumentó en USD 108 M hasta los USD 29.466 M y acumula un aumento de USD 2.320 M en abril.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,1% hasta $869,3 y mantiene el ritmo de devaluación de 2,0% mensualizado. Consecuencia de esta devaluación tan baja, el tipo de cambio real multilateral ya se apreció un 41% desde el salto cambiario de diciembre y cayó por debajo del nivel que tenía previo al salto cambiario de las PASO.
Los dólares financieros operaron a la baja luego de tres ruedas seguidas al alza. El MEP con AL30 cayó 1,1% hasta alcanzar los $1.023, en tanto que el CCL disminuyó 1,6% hasta $1.062. De esta manera, sus brechas se sitúan en 18% y 22%, respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar cayeron un 0,3%. La única suba estuvo en el contrato de octubre (+0,2%). Mientras que, las mayores caídas se registraron en los contratos de diciembre (-0,7%), septiembre (-0,5%) y noviembre (-0,4%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 4,5% mensual promedio hasta enero del 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mixta. Los bonos CER cedieron un 1,1%, mientras que las Lecer ganaron un 0,1%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró bajista en 3,4% y las LECAPs subieron 0,7%. Por su parte, los duales registraron una ganancia de 1% y los DLK marcaron una suba de 1%.
Los bonos soberanos en hard-dollar tuvieron un fuerte repunte, con un incremento del 4,4%, poniendo fin a una semana de significativas pérdidas. Este ascenso fue impulsado por la presentación del paquete fiscal en la Cámara de Diputados y por un contexto global favorable, donde los mercados emergentes comparables registraron un incremento promedio del 1,0%. De esta forma, los bonos argentinos acumulan un aumento del 2,1% en abril y del 39,9% en lo que va de 2024. Así, las paridades promedian el 51,1% y el riesgo país se redujo en 93 pb, ubicándose en 1.300 pb.
El S&P Merval experimentó una disminución del 2,6% en pesos y del 1,6% en dólares, situándose en USD 1.100 debido a un contexto global desfavorable. Se observaron descensos generalizados entre los cuales se destacaron Aluar (-6,4%), Ternium (-6,2%) y Edenor (-3,9%). Además, los ADRs de empresas argentinas que cotizan en Wall Street también cerraron con pérdidas significativas, incluyendo caídas de hasta el 3,5% para YPF, 3,7% para Despegar y 2,8% para Edenor.
¿Qué hay detrás de las cifras de inflación mejores a las esperadas?
La desaceleración de la inflación en los últimos tres meses, desde el pico del 25,5% en diciembre, es destacable. Cada uno de los datos mensuales ha sorprendido favorablemente, registrando cifras casi dos puntos porcentuales (p.p.) por debajo de las expectativas del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA previo a cada publicación. El dato de marzo, con un 11%, estuvo no solo por debajo del 12,5% proyectado por el REM sino también 4 p.p. inferior a las previsiones de inicio de diciembre. Además, la inflación núcleo disminuyó al 9,4%, marcando el registro más bajo desde noviembre del año pasado y rompiendo la barrera del 10%. Así, el primer trimestre de este año concluyó con una inflación mensual promedio del 15%, frente al 15,5% del cuarto trimestre de 2023 y significativamente menor al 20% anticipado a comienzos de año.
Los datos de inflación sorprendentemente bajos en 2024 pueden atribuirse a dos factores clave que serán cruciales en los próximos meses y para el resto del año. Primero, nunca se anticipó que una inflación promedio del 15% m/m se acompañaría de una devaluación constante del 2% m/m. Más bien, se esperaba que la devaluación escalara gradualmente hacia niveles más cercanos a los de la inflación para mitigar, a mediano plazo, la incertidumbre en el tipo de cambio que podría derivar en fugas de capitales, como ha ocurrido en recesiones anteriores. Segundo, tanto el ajuste monetario como la profundidad de la recesión superaron las expectativas previas, lo que ha llevado a una desaceleración más rápida.
Sin embargo, la inflación continúa en valores mensuales considerablemente altos –casi un 350% anualizado marzo–, significativamente por encima de la región y el mundo. Además, el ritmo de desaceleración está disminuyendo; tras una reducción de más de 7 p.p. entre enero y febrero, esta se moderó a poco más de 2 puntos entre febrero y marzo. Aunque las comparaciones son complicadas debido al contexto y las políticas económicas específicas, es importante recordar que durante la implementación de la convertibilidad, el último pico inflacionario en febrero de 1991 registró un aumento al 27% m/m, desde un promedio previo del 7%, y en tres meses la inflación se redujo al 3% m/m. Actualmente, hemos pasado del 25,5% al 11% m/m, y aun excluyendo los ajustes tarifarios, la inflación seguiría siendo alta, lo que explica por qué el tipo de cambio real sigue depreciándose rápidamente.
La inflación de abril, influenciada significativamente por el capítulo de precios regulados, principalmente debido a un fuerte ajuste en las tarifas de gas, probablemente rondará el 9%. Sin embargo, se anticipa una notable reducción en la inflación núcleo. En mayo, con menor impacto de los precios regulados, la tasa inflacionaria podría caer por debajo del 8%. Para junio, se espera que el tipo de cambio comience a ajustarse al alza, tratando de mantenerse a la par con la inflación, lo que mantendría cierta rigidez en los niveles bajos de inflación, cerrando el segundo trimestre con una tasa mensual cerca del 8%.
En este escenario de aceleración del crawling peg, se espera que la inflación descienda de manera más gradual durante el segundo semestre, proyectando cerrar el año alrededor del 6% m/m, lo que equivaldría a una inflación del 185% i.a. —inferior al cierre de 2023 que fue del 211% i.a. Es importante destacar que, bajo este ritmo, el tipo de cambio nominal alcanzaría aproximadamente los 1.350 $/USD en diciembre, representando un aumento del 112% i.a. Esto significaría que, en términos reales, el tipo de cambio se ubicaría en torno a los 800 $/USD de hoy.
Noticias globales: el mundo hoy.
En el contexto de los resultados corporativos trimestrales y las declaraciones del presidente de la Fed, las acciones en EE. UU. cerraron con resultados variados el martes. El presidente de la Fed subrayó la persistencia de la inflación al mencionar que los datos recientes no muestran avances significativos en este ámbito. En consecuencia, señaló que la Fed está preparada para mantener las tasas de interés elevadas si la inflación no disminuye, haciendo referencia a que la inflación PCE básica de doce meses se ha mantenido estable en marzo. Esto impactó los mercados, resultando en una caída del 0,2% en el S&P 500 y del 0,1% en el Nasdaq, mientras que el Dow Jones ganó 0,2%.
En noticias sobre ganancias, UnitedHealth subió un 5,2% después de superar las estimaciones tanto de ganancias como de ingresos. Morgan Stanley subió un 2,5% gracias a unos resultados optimistas. Por el contrario, Bank of America cayó un 3,5% decepcionando a los inversores, y Johnson & Johnson cayó un 2% a pesar de publicar resultados mixtos. Además, Tesla cayó un 2,7% tras la noticia de que el fabricante de vehículos eléctricos había retrasado las entregas de Cybertruck.
Por su parte, los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron tras los comentarios de Powell, con el UST2Y avanzando 4 pb y cerrando en 4,98%, su nivel más alto desde noviembre. A su vez, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años ganaron 5 pb para cotizar en 4,66%. De esta forma, la renta fija registró pérdidas promedio de 0,2%.
El índice del dólar (DXY) aumentó por quinta sesión consecutiva, alcanzando 106,4 el martes, su nivel más alto desde noviembre, influenciado por los recientes datos económicos de Estados Unidos y los comentarios de varios funcionarios de la Fed. Por otro lado, el euro se negoció a EUR 1,06, con una depreciación del 0,1% y acumula una pérdida del 1,6% en el mes. El yen también descendió un 0,3%, sumando una baja del 2,2% en el mes, y se cotiza a USD 154.
En el ámbito de los commodities, el WTI retrocedió un 0,1% y se cotiza a USD 85 por barril, mientras que el oro extendió su tendencia alcista, aumentando un 0,3% hasta alcanzar los USD 2.388 por onza. Por último, la soja registró una disminución del 1,1%, cotizando a USD 420 por tonelada.
El Fondo Monetario Internacional publicó su informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO, por sus siglas en inglés), anticipando que el crecimiento mundial se mantendrá en un 3,2% tanto en 2024 como en 2025 (manteniendo la cifra estimada en 2023), situándose por debajo del promedio histórico anual del 3,8%. Este panorama refleja el impacto de políticas monetarias restrictivas y la reducción del apoyo fiscal, además de un crecimiento bajo de la productividad subyacente. La proyección para 2024 muestra una mejora de 0,3 puntos porcentuales respecto a estimaciones anteriores, con notables incrementos en EE. UU. (de 1,5% a 2,7%) y Brasil (de 1,5% a 2,2%). Asimismo, se proyecta que la inflación mundial disminuya, pasando de un promedio anual del 6,8% en 2023 al 5,9% en 2024 y al 4,5% en 2025.
En los datos económicos recientes, los permisos de construcción en EE. UU. experimentaron una reducción del 4,3% hasta alcanzar una tasa anual ajustada por estacionalidad de 1,458 millones en marzo, marcando un descenso desde el aumento del 2,3% del mes anterior y situándose por debajo de las expectativas del mercado, que anticipaban 1,514 millones. Este es el nivel más bajo desde julio del año pasado, reflejando una actividad más moderada en el sector inmobiliario ante costos de financiación elevados. Paralelamente, los inicios de construcción de viviendas disminuyeron un 14,7% m/m hasta una tasa anualizada de 1,321 millones en marzo, lo cual supone una caída significativa desde los 1,549 millones de febrero y está muy por debajo de las previsiones de 1,48 millones. Esta cifra representa la tasa más baja desde agosto y la reducción más notable desde abril de 2020, influenciada por el incremento en las tasas hipotecarias que ha impactado negativamente en los compradores potenciales.
Por su parte, la producción industrial registró un incremento del 0,4% m/m en marzo, manteniendo el mismo nivel del mes anterior y alineándose con las expectativas. Interanualmente, la producción se mantuvo estancada después de revisarse a la baja la caída del 0,3% en febrero, y en el primer trimestre se observó una reducción del 1,8% anual.
Relacionado con la economía de China, el PBI creció un 1,6% desestacionalizado en el primer trimestre de 2024, acelerándose desde el 1,2% en el trimestre anterior. Este aumento representa el séptimo período consecutivo de expansión trimestral y el avance más fuerte desde el primer trimestre de 2023. En términos anuales, el PBI avanzó un 5,3% (vs 5,2% previo), superando las previsiones del mercado del 5,0% y marcando la expansión anual más pronunciada desde el segundo trimestre de 2023. Este crecimiento fue impulsado por las continuas medidas de apoyo de Beijing y el gasto relacionado con el festival del Año Nuevo Lunar. Durante los primeros tres meses de 2024, la inversión fija creció un 4,5%, el mayor incremento en casi un año y por encima del consenso del mercado (4,3%). Así, la economía china habría tenido un buen comienzo de año, brindando una base sólida para alcanzar el objetivo de crecimiento del PBI de alrededor del 5% para este año.
No obstante, los datos de marzo del gigante asiático revelaron incrementos menores a los esperados en la producción industrial y las ventas minoristas, lo que sugiere que aún es necesaria una mayor flexibilización de las políticas para estimular la economía. En particular, la producción industrial de China creció un 4,5% interanual en marzo, considerablemente menos que el crecimiento del 7% registrado en enero-febrero combinado y por debajo de las previsiones del mercado del 5,4%. Este aumento representa la expansión más débil desde septiembre pasado, afectada por incrementos más moderados en todas las actividades industriales. Por su parte, las ventas minoristas registraron un aumento del 3,1% interanual en marzo, también por debajo de las expectativas del mercado del 4,5% y mostrando una desaceleración significativa respecto al crecimiento del 5,5% en el período anterior. Además, la tasa de desempleo encuestada alcanzó el 5,2% en marzo, manteniéndose cerca del máximo de siete meses registrado en febrero del 5,3%.
Noticias locales: el país hoy.
En el mercado cambiario, el BCRA registró compras netas por USD 93 M. En lo que va de abril, la autoridad monetaria adiciona compras por USD 2.195 M. Por otro lado, el stock de reservas internacionales aumentó en USD 125 M hasta los USD 29.358 M.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,1% hasta $868,8. Esto significa un ritmo de devaluación mensualizado de 1,7%, que no registra cambios significativos contra el del lunes. En los últimos cinco días hábiles, la devaluación corrió a una TEM de 2,0%.
Los dólares financieros volvieron a operar al alza y acumulan un aumento de 3,5% en la última semana. El MEP con AL30 subió 1,4% hasta alcanzar los $1.034, mientras que el CCL trepó 0,7% hasta $1.079. De esta manera, sus brechas se sitúan en 19% y 24% respectivamente.
Durante la jornada de ayer, los contratos de futuro de dólar subieron un 1,0%. Las mayores subas se registraron en los contratos de diciembre (+2,4%), enero (+2,3%) y noviembre (+1,7%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 4,6% mensual promedio hasta enero de 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mayormente positiva. Los bonos CER cedieron un 0,8%, mientras que las Lecer ganaron un 0,3%. En la curva de tasa fija, el TO26 cerró bajista en 2,9% en tanto que las LECAPs subieron 0,8%. Por su parte, los duales registraron una ganancia de 1,2% y los DLK marcaron una suba de 1,4%.
Los bonos soberanos en hard-dollar perdieron 1,4%, por una caída de 1,2% en los ley Nueva York y otra de 1,7% en los ley Argentina. Así, acumulan un descenso de 2,1% en lo que va del mes y una ganancia de 34,1% en lo que va del año. De esta manera, las paridades promedian el 49,1% y el riesgo país aumentó 31 pb hasta los 1.393. Por otro lado, los BOPREALes del BCRA perdieron un 0,8%.
El índice S&P Merval subió 0,5% en pesos y 0,7% en dólares hasta los USD 1.120, tras la corrección de 7% el lunes por un contexto global adverso después del ataque del fin de semana de Irán contra Israel. El panel líder operó mixto con caídas lideradas por Sociedad Comercial del Plata (-1,9%) y Holcim (-1,6%). Mientras, los principales avances se dieron en Cablevisión (+3,6%), Telecom (+3%) y Agrometal (+2,8%). En ese marco, los papeles argentinos que cotizan en Wall Street operaron de manera mixta con caídas encabezadas por Cresud (-2,8%) e Irsa (-2%). Mientras, las principales subas fueron para Edenor (+2,8%), Telecom (+2,7%) y Macro (+1,7%).
Los inversores están optando por alternativas más conservadoras y líquidas, como los fondos “T+1”.
La industria de Fondos Comunes de Inversión (FCI) tuvo un comienzo de 2024 con muchos rescates de capitales. Las categorías más afectadas, de acuerdo al análisis interno que llevamos adelante desde Cohen Aliados Financieros, fueron las que buscan batir a la evolución del tipo de cambio oficial y a la inflación. A la par, notamos que los inversores optaron por alternativas más conservadoras y líquidas, como los Money Markets y fondos “T+1”. En particular, hemos observado un gran flujo de fondos hacia la categoría T+1. Esta clase de fondos tiene rescate a 24hrs y un horizonte temporal de permanencia recomendado de 90 a 180 días. Dentro de los portfolios se encuentran instrumentos de diferentes emisores y con distintos grados de liquidez. Estos fondos apuntan a ofrecer retornos mayores que un Money Market o plazo fijo tradicional.
La categoría T+1 cuenta con una oferta muy variada, por lo cual es crítico elegir el fondo adecuado. En el gráfico a continuación, podemos observar los rendimientos anuales de los fondos que se distribuyen en Cohen y la volatilidad que experimentaron. En el eje vertical tenemos el rendimiento anual en pesos, y en el eje horizontal, la volatilidad diaria anualizada. A partir de su análisis, llegamos a las siguientes conclusiones con datos al 5 de abril de 2024:
En un contexto de bajas de tasas, estimamos que la demanda por estos activos aumentará en las próximas jornadas. Entre los fondos que comercializa Cohen Aliados Financieros, destacan el Schroder Renta Plus y el IAM Renta Plus. Estos activos permiten obtener mayores rendimientos en pesos y representan una alternativa atractiva para aquellos inversores que buscan rendimientos superiores a los que ofrece un money market o plazo fijo.
Gráfico de elaboración propia en base a datos de CNV
Noticias locales: el país hoy.
En el mercado cambiario, el BCRA registró compras netas por USD 111 M. En lo que va de abril, la autoridad monetaria suma compras por USD 2.102 M. A pesar de las compras, el stock de reservas internacionales disminuyó en USD 83 M ayer, alcanzando los USD 29.233 M, reducción que posiblemente se deba a pagos a organismos multilaterales.
El dólar oficial aumentó diariamente un 0,2% hasta $868,3. Esto significa un ritmo de devaluación mensualizado de 1,7%, que se desaceleró contra el ritmo de 3,5% del viernes. En los últimos cinco días hábiles la devaluación corrió a una TEM de 2,0%, mismo valor que abril. Los dólares financieros operaron al alza. El MEP con AL30 subió 1,5% hasta alcanzar los $1.020, en tanto que el CCL trepó 2,3% hasta $1.072. De esta manera, sus brechas se sitúan en 17% y 23%, respectivamente; en tanto que el canje CCL/MEP se elevó a 5,5%.
Los contratos de futuro de dólar subieron un 1,3%. Las mayores alzas se registraron en los contratos de diciembre (+2,3%), enero (+2,3%) y septiembre (+2%). De este modo, la devaluación implícita se ubica en el 4,4% mensual promedio hasta enero de 2025.
Las curvas soberanas en pesos tuvieron una rueda mixta. Los bonos CER cedieron un 0,4%, mientras que las Lecer ganaron un 0,2%. En la curva de tasa fija, la lecap a enero S31E5 cayó 1,5% mientras que el TO26 pagó su cupón de $7,5 y cerró alcista en 6,3%. Por su parte, los duales registraron una ganancia de 0,5% y los DLK mantuvieron su valor.
Los bonos soberanos en moneda extranjera perdieron 2,7% y acumulan una caída de 8,8% en la semana. Así, perdieron un 0,8% en lo que va del mes y ganaron 35,9% en lo que va del año. De esta manera, las paridades promedian el 50% y el riesgo país aumentó 36 pb hasta los 1.362 pb. Por su parte, la curva de BOPREALes del BCRA promedió una baja de 0,7%.
El índice S&P Merval perdió un 3,8% en moneda local tras haber ganado un 2,5% durante la semana anterior y haber finalizado marzo con una fuerte alza del 19,6%. En dólares la caída diaria fue del 6,5% hasta los USD 1.112. Se registraron bajas generalizadas entre las que se destacaron las de BYMA (-9,6%), Holcim (-9,2%) y Transener (-8,8%). En ese contexto, los papeles argentinos que cotizan en Wall Street operaron con caídas de hasta el 8,2%, encabezadas por Banco Supervielle, Banco Macro (-7,8%) y TGS (-7,7%).
Noticias globales: el mundo hoy.
Las preocupaciones sobre las posibles represalias de Israel pesaron sobre los mercados, luego de los ataques con aviones no tripulados y misiles de Irán durante el fin de semana. Las expectativas por las tasas de interés más altas por un tiempo prolongado se vieron reforzadas por el buen dato de las ventas minoristas de marzo, que aumentaron nominalmente 0,7% m/m, superando ampliamente las previsiones que apuntaban a una mejora de 0,3% m/m.
En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro continuaron su trayectoria alcista con la UST10Y subiendo 11 pb hasta el 4,61%, mientras que la UST2Y avanzó 3 pb hasta el 4,91%. Así, la renta fija tuvo una jornada negativa con caídas promedio de 1,2%. En consecuencia, los futuros de fondos muestran que una ligera mayoría del mercado espera que la Fed no comience a reducir las tasas hasta septiembre, mientras que casi el 20% se ha posicionado a favor de no realizar ningún recorte de tasas este año.
Tampoco fue una buena jornada para las acciones, que tuvieron caídas generalizadas. El Dow Jones perdió 0,7%, el S&P 500, 1,3% y el Nasdaq cayó un 1,6%. Entre los descensos, se destacan los de Nvidia (-2,4%), Apple (-2,1%), Google (-1,8%), Meta (-2,2%) y Tesla (-5,6%). Esta última informó que despedirá a más del 10% de su fuerza laboral mundial ante la fuerte caída que están teniendo sus ventas.
En cuanto a los balances presentados del 1Q24, ayer fue el turno de Goldman Sachs, que saltó un 2,9% después de informar un aumento del 28% i.a. en sus beneficios del primer trimestre. Por su parte, Charles Schwab ganó un 1,7% después de que las ganancias y los ingresos superaran ligeramente las estimaciones.
El índice del dólar (DXY) subió 0,16% hasta 106,2, su nivel más alto en más de cinco meses tras la evidencia de resiliencia en la economía estadounidense. En línea con los riesgos geopolíticos, el oro aumentó 1,7% hasta los USD 2.382 la onza. En este contexto, el WTI retrocedió 0,3% hasta los USD 85,4 por barril, ya que la disminución temporal de la tensión geopolítica en Medio Oriente redujo la prima de riesgo de las materias primas energéticas.
En la jornada se destacó el precio del aluminio, que aumentó 3,5% hasta superar los USD 2.700 por tonelada, alcanzando el nivel más alto desde junio de 2022. Este aumento se produjo después de que EE. UU. y Reino Unido impusieran nuevas sanciones a los metales provenientes de Rusia con el fin de limitar los ingresos del país asiático que ayudan a financiar sus operaciones militares en Ucrania. Concretamente, prohibieron las entregas de cualquier suministro ruso producido después de la medianoche del viernes, impidiendo a las bolsas de comercio de metales aceptar nuevo aluminio, cobre y níquel proveniente de este destino. También se prohibió la importación de estos metales a Estados Unidos y Reino Unido.
Referido a la zona del euro, la producción industrial repuntó un 0,8% m/m en febrero, lo que marca una recuperación parcial desde una caída revisada del 3% en enero y se alinea con las expectativas del mercado. En términos interanuales, la producción industrial se contrajo un 6,4% en febrero.
Análisis de las mejores oportunidades de inversión en el universo de la deuda en pesos.
El BCRA anunció una reducción en la Tasa de Política Monetaria (TPM) de TNA 80% hasta TNA 70%. El objetivo de la baja es mantener una tasa real negativa que le permita al BCRA seguir licuando el stock de pasivos remunerados, a pesar de las perspectivas de desaceleración en los precios. La inflación de marzo fue del 11%, lo que representa una ligera mejora contra el 13,2% de febrero. Se espera que en abril la inflación finalmente vuelva a ser de un solo dígito.
El mercado se anticipó a esta baja de tasas y buscó cobertura a través de bonos del Tesoro en pesos, lo que llevó a que los índices de mercado sufran una importante compresión. A modo de referencia, en los quince días previos al anuncio del BCRA, las LECAP a tasa fija a enero del 2025 subieron un 10% y su Tasa Efectiva Mensual (TEM) cayó de 5,4% a 4,7% –actualmente es de TEM 4,6%–. En línea con esto, el bono TO26 a tasa fija a 2026 subió 15% y su TEM cayó de 4,1% a 3,5%, en tanto que postbaja de tasas se negocia en TEM 3,2%.
Así, las tasas proyectadas de la deuda en pesos continúan significativamente por debajo de la TPM de TEM 5,9%, por lo que el mercado anticipa que el BCRA continuará relajando su política monetaria.
Esto abre una serie de interrogantes: ¿Qué tan agresiva es la disminución de la política monetaria que descuentan los precios? ¿Esta reducción estará en línea con la realidad o, por el contrario, subestima o sobrestima el sendero de política monetaria? ¿Existen bonos particulares que señalen escenarios menos laxos que el resto y, por lo tanto, presenten mejores oportunidades?
Para analizar estas cuestiones, proyectamos tres escenarios de tasa de política monetaria hasta finales del 2025 apoyándonos en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
En el primer escenario la tasa se reduce en junio de TNA 70% a TNA 65% y luego ingresa en un sendero de reducción hasta alcanzar un nivel de TNA 60% a diciembre del 2024 y de TNA 40% a diciembre 2025.
En el segundo escenario, el organismo monetario retoma los recortes de tasa en mayo y la TPM termina el 2024 en 55% y el 2025 en 35%. Finalmente, el BCRA frena el sendero de corrección de tasas hasta septiembre.
Con estos escenarios de TPM, es posible proyectar un rendimiento esperado para instrumentos Money Market (como Fondos Comunes de Inversión (FCI), Money Market o cauciones colocadoras). Estos instrumentos de inversión presentan horizontes diarios de muy corto plazo, lo que hace que sus rendimientos tienden a ser proporcionales al de los pases pasivos del BCRA. Para esta estimación, suponemos que los rendimientos a corto plazo serán equivalentes a 0,85 veces el rendimiento de un pase pasivo (en línea con lo observado el lunes 15 de abril).
Para cada uno de estos tres escenarios, tomando en cuenta nuestras proyecciones, comparamos el rendimiento esperado para las inversiones a corto plazo contra el rendimiento esperado a vencimiento para cada uno de los bonos del Tesoro. Este ejercicio nos permite detectar si existe valor en alargar posiciones o si, por el contrario, es preferible mantener un horizonte de inversión de corto plazo. Para los bonos con vencimiento posterior a 2025, descontamos su rendimiento a vencimiento a una tasa anual de 20% hasta diciembre del 2025 con el fin de poder compararlos contra nuestras proyecciones de TPM.
El resultado final puede verse en el siguiente cuadro, donde vemos la diferencia entre performance mensualizada esperada para cada instrumento contra el retorno esperado para la caución. Computamos este resultado para cada escenario y, luego, los ponderamos por una probabilidad ad-hoc.
Una primera conclusión de este análisis es que, bajo los supuestos del modelo, la mayoría de los instrumentos descuentan un sendero de reducción de tasas demasiado agresivo para los próximos dos años. 15 de 29 instrumentos perderían contra la caución por entre 0,1 y 1,6 puntos mensuales.
Por otro lado, algunos instrumentos se perfilan a ofrecer una mejor cobertura ante plazos similares.
A 2024, destacan el dual de junio TDJ24 y el bono CER a diciembre T5X4. A 2025, sugerimos al bono dual TDE25, el bono CER T2X5 y el bono dollar-linked TZV25. Por último, de 2026 en adelante, preferimos el bono CER DICP y el bono cero cupón TZX28.
En conclusión, la reciente decisión del BCRA de reducir la TPM consolidó un desafiante entorno de inversión de tasas reales negativas para el 2024. Con la inflación a la baja, el mercado ya anticipa nuevos recortes de tasa en el corto plazo. Aunque coincidimos con esta visión, notamos que las tasas de varios bonos incorporan escenarios de relajación monetaria excesivamente optimistas. Para construir una estrategia de cobertura adecuada, será necesario hacer una selección minuciosa de instrumentos. Nuestros favoritos son: T2X5, TDE25, TZV25, TZX28, DICP y TDJ24.
Los contratos futuros de Rofex continúan su tendencia bajista, marcando una caída de 1,1% promedio
Los contratos futuros de Rofex continúan su tendencia bajista y en la semana marcaron una caída de 1,1% promedio que se dieron con mayor fuerza en el tramo medio de la curva: agosto (-2,3%), septiembre (-1,8%) y octubre (-1,6%).
El contrato de abril cotiza en $883 y marca una devaluación directa de 1,9% (mensualizada de 3,1%); un punto por encima del crawling peg de 2,0% que mantiene el Tesoro desde diciembre. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el crawling peg se elevaría a niveles en torno al 4,2%: 4,2% en mayo ($921), 3,8% en junio ($956) y 4,7% en julio ($1.000). Finalmente, los precios señalan una devaluación de 4,5% promedio entre agosto del 2024 y enero del 2025.
Así, la curva de tasas (TNA) volvió a comprimirse y muestra una pendiente positiva que se aplanó por el abaratamiento relativo de los contratos medios y largos. Abril rinde TNA 38%; mayo, TNA 46%; junio, TNA 47% y julio, TNA 51%. A partir de ahí, los rendimientos aumentan hasta alcanzar un máximo de TNA 62% en enero.
El volumen operado cayó. En los últimos cinco días hábiles se comerciaron 2,4 millones de contratos. El viernes 12 de abril el interés abierto cerró en USD 2.175 M, lo que representa un aumento de 12% m/m y una caída de 32% i.a.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
A pesar de que en el primer trimestre del año la actividad económica experimentó un declive más profundo y la inflación se mantuvo elevada, el gobierno se muestra optimista, asegurando que lo peor ya ha pasado. Con el comienzo de la cosecha gruesa, se anticipa que la actividad económica ha encontrado un piso, y la inflación ha mostrado una notable desaceleración, llevando al mercado a ajustar hacia abajo sus expectativas para este año. Confiado en esta tendencia y beneficiándose del control de cambios estricto, el Banco Central ha reducido nuevamente la tasa de interés para disminuir el coste de los intereses sobre los pasivos monetarios y fomentar la licuación. El Tesoro también aprovecha esta situación para emitir deuda en el mercado, que luego utiliza para comprar divisas y pagar deuda en moneda extranjera, cambiando así la denominación de la deuda pero no su cantidad. Por otro lado, gracias a la temporada alta de liquidaciones agrícolas y a una demanda debilitada por importaciones, el Banco Central continúa adquiriendo divisas, y las reservas internacionales netas se encuentran prácticamente en equilibrio, sin considerar los vencimientos a corto plazo de Bopreal. Aunque se espera que el gobierno mantenga su política cambiaria, la vemos como un riesgo potencial debido a que el retraso cambiario se intensifica y, basándonos en las cotizaciones implícitas en los bonos indexados, el TCRM alcanzaría su nivel más bajo en casi una década en 2025. En cuanto al mercado, el desfavorable contexto global ha interrumpido el rally de los bonos soberanos, mientras que la reducción de tasas por parte del BCRA ha mantenido el impulso de la deuda en pesos, la cual ofrece tasas cada vez menos atractivas. Por su parte, los bonos ajustados por inflación han visto un aumento especialmente significativo.
Desplome en la actividad y salarios hundidos. Durante febrero, tanto la industria como la construcción continuaron acentuando su descenso, mientras que los salarios reales de los trabajadores registrados siguieron disminuyendo, aproximándose a los mínimos históricos de 2003. En el ámbito industrial, se observó una reducción del 0,7% m/m, marcando el quinto mes consecutivo de caída, y un decrecimiento del 9,9% i.a. Así, en los dos primeros meses del año, la producción industrial quedó un 11% por debajo del mismo período del año anterior. Todas las categorías de la industria presentaron retrocesos, siendo particularmente notables las de minerales no metálicos y metálicas básicas (-21,2% i.a.) y productos de metal, maquinaria y equipo (-23%). La construcción mostró un panorama aún más crítico, con un descenso del 2,6% m/m, constituyendo la séptima reducción sucesiva, y un alarmante 24,6% i.a., alcanzando un mínimo histórico desde el comienzo de la nueva serie en 2012, excluyendo el período de pandemia. Por otro lado, los salarios de los trabajadores registrados (RIPTE) en febrero evidenciaron una disminución real del 1,6% m/m, lo que suma la cuarta caída consecutiva, acumulando una reducción del 24% desde octubre del año pasado y un total del 25% i.a., situando los ingresos apenas un 4% por encima del mínimo de mayo de 2003.
Inflación en baja. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) Nacional de marzo registró una desaceleración, aumentando un 11% m/m, ubicándose por debajo de la expectativa del 12,5% del REM y superando el 10% anticipado por el Ministro Caputo. Durante el primer trimestre de 2024, el IPC tuvo un incremento mensual promedio de 14,9%, ligeramente por debajo del 15,3% registrado en el último trimestre de 2023. Desde el inicio del año, la inflación acumula un 52%, alcanzando un 90% desde noviembre y un 288% en comparación con marzo del año anterior. La inflación núcleo mostró una desaceleración más pronunciada, con un aumento del 9,4% m/m (frente al 12,3% de febrero), aunque en términos anuales llegó al 300%. Como en febrero, los servicios fueron los principales contribuyentes al aumento de la inflación mensual con un incremento del 15,5%, mientras que los bienes subieron un 10%. Las categorías con mayores aumentos fueron Educación (52,7% m/m), Comunicación (15,9% m/m) y Vivienda (13,3% m/m), esta última impulsada principalmente por el aumento en el costo de la electricidad. Alimentos y bebidas, que constituyen el componente más significativo del IPC, registraron un aumento del 10,5% m/m y del 308% i.a. Para abril, se anticipa que el IPC podría aumentar alrededor del 9%, con una contribución considerable de los precios de los servicios debido a los ajustes en las tarifas de gas, que se espera aporten alrededor de 3 puntos porcentuales al índice. Se prevé que el IPC core continúe moderando su crecimiento, estimando un aumento del 6% m/m.
Nueva reducción de tasas del BCRA. La tasa de interés de política monetaria del BCRA se redujo del 80% al 70% TNA, correspondiente a una TEM de 5,8%. Paralelamente, la caución a 7 días opera actualmente a una TNA del 63% (5% TEM). Estas tasas contrastan con una inflación que supera el 10%, reflejando una tasa real significativamente negativa. El objetivo detrás de esta reducción es continuar disminuyendo los costos de los intereses sobre los pasivos monetarios, que han seguido una tendencia descendente desde noviembre del año anterior (nov-23: 0,9% PBI; mar-24: 0,4% PBI). A pesar de que esta medida podría incentivar la búsqueda de activos alternativos por parte de los tenedores de pesos, como dólares o bienes, este efecto está mitigado por el régimen de controles cambiarios vigente. Adicionalmente, se han implementado otras medidas, como la exención de las empresas MiPyME del calendario de acceso al MLC, permitiéndoles pagar sus importaciones de bienes en un plazo de 30 días, en lugar de los anteriores plazos de 30, 60, 90 y 120 días; anticipos para importaciones de bienes de capital, permitiendo a las MiPyMEs cancelar anticipadamente hasta el 20% del valor del bien; y un incremento en el encaje bancario para las cuentas a la vista de fondos Money Market, del 0% al 10%.
Entrando en temporada alta de liquidación del agro. La expectativa del mercado se centra en la temporada alta de liquidación del sector agrícola, crucial tanto para el mercado cambiario oficial como para los dólares financieros. Esto se debe al dólar blend, que permite que un 20% de la liquidación se realice en el mercado financiero, un aspecto clave para mantener controlada la brecha cambiaria. En marzo, el sector agrícola liquidó USD 1.700 M en el mercado oficial y cerca de USD 2.000 M en total, representando un aumento interanual del 20% en la oferta. Cabe destacar que el año pasado fue necesario importar soja, por lo que el balance neto del sector agrícola se habría duplicado, pasando de USD 600 M a USD 1.200 M. Esta dinámica se intensifica en abril, donde en las primeras dos semanas, la liquidación diaria promedio alcanzó los USD 134 M, comparado con los USD 80 M diarios de marzo.
El BCRA sigue de compras y las reservas netas casi neutrales. Durante la última semana, el BCRA continuó con un nivel alto de compras netas de divisas, sumando USD 959 M (vs USD 1.032 M semana –corta– previa) que fueron parcialmente compensadas por la reducción de encajes en moneda extranjera y otras operaciones lo que derivó en un alza semanal de las reservas internacionales de USD 551 M. Así, el stock bruto cerró en USD 29.316 M mientras que las netas quedaron con un saldo negativo de apenas USD 200 M –aunque quedan en USD 2.200 M negativos si se incluyen los vencimientos de BOPREAL de los próximos doce meses–.
El atraso. El BCRA continúa con su política de ajustar el tipo de cambio oficial en un 2% mensual. En el contexto de una inflación acelerada y con el dólar fortaleciéndose globalmente, el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) sigue perdiendo competitividad y se aproxima a los niveles que tenía antes de la devaluación de agosto de 2023. Paralelamente, el índice de precios de las materias primas se mantuvo estable durante la semana, con una leve disminución en el segmento agrícola (-0,2%) y un incremento en los segmentos de metales y petróleo (+1,6% y +0,4%, respectivamente).
Brecha cambiaria baja y estable. Los dólares financieros se mantuvieron estables frente a la reducción de tasas y el reciente informe de inflación. Durante la semana, el CCL con GD30 registró un leve aumento del 0,3%, alcanzando los $1,054, mientras que el MEP ascendió un 0,6%, llegando a $1,004. Las brechas entre estos y el tipo de cambio oficial quedaron en 22% y 16%, respectivamente. Aunque ha disminuido respecto a la semana anterior, el diferencial entre el CCL y el MEP –que indica el costo de transferir dólares al exterior– sigue siendo elevado, en un 4,2% históricamente alto. Con una inflación en dos dígitos, el tipo de cambio financiero ha aumentado un 33% en el año hasta ahora. Simultáneamente, los futuros continúan su tendencia descendente, cayendo en promedio un 2,4% esta semana, lo que proyecta una devaluación media del 4,2% hasta enero de 2025.
Buena licitación del Tesoro. La reciente licitación del Tesoro fue un éxito notable, fortalecida por el atractivo renovado de los instrumentos ofrecidos tras el reciente recorte de tasas. En esta ocasión, el Tesoro logró colocar $3.000 MM, superando ampliamente los vencimientos de $467 MM, lo que resultó en un impresionante rollover del 642%. Hasta la fecha, en 2024, el Tesoro ha logrado un financiamiento neto de $9,000 MM, con un rollover del 203% frente a los vencimientos y una extensión promedio de los plazos de 23 meses. Los instrumentos ajustados por CER constituyeron el 56% del total adjudicado en esta licitación, mientras que representan el 81% del acumulado anual. La tasa fija, por su parte, representó el 44% en esta oportunidad y solo el 17% en el transcurso del año. En cuanto a los BOPREALes, la demanda por la Serie 3 sigue ausente en el mercado primario, con solo USD 103 M adjudicados en la última licitación y solo el 34% del objetivo de USD 3.000 M alcanzado hasta ahora.
Una pausa para los bonos soberanos. Los bonos argentinos cayeron un 1,5% en la semana, arrastrados por el mal contexto financiero global que golpeó a los bonos emergentes. El GD30 cayó un 1,0% en la bolsa de Nueva York, mientras que sus comparables emergentes marcaron una pérdida del 0,5% y el índice EMB perdió un 1,3%. Así, las paridades de los bonos argentinos cayeron al 51%, mientras que el riesgo país terminó la semana en 1.326 pb, luego de alcanzar un mínimo de 1.200 pb el lunes. La mala semana no afectó a los BOPREAL, que ganaron un 3,0% y se consolidan como una alternativa menos volátil que sus pares del Tesoro. Por otro lado, los bonos provinciales se diferenciaron al anotar un alza del 1,1%, mientras que los corporativos no registraron variaciones.
Gran semana para los bonos CER. El recorte en la tasa de interés de política monetaria tuvo un efecto positivo sobre las curvas de deuda en pesos. Los rendimientos esperados en pesos se ajustaron al nuevo nivel de política monetaria. Los bonos CER lideraron con una subida del 9,9%, que se explica por las perspectivas de una desaceleración menos rápida en la inflación. También fue una buena semana para la tasa fija, con el TO26 marcando un aumento del 4,6% y la lecap S31E5, del 6,1%, por lo que sus respectivas Tasas Efectivas Mensuales (TEM) quedaron en 3,5% y 4,4%. A estos niveles, la inflación promedio implícita para 2024 es del 6,0%. Por su parte, los duales ganaron un 3,1% semanal y a estos precios operan como instrumentos puramente CER (es decir que su opcionalidad dollar-linked es gratuita). Nuevamente quedaron en último lugar los instrumentos dollar-linked que subieron un 0,8% en la semana. Así, los precios de mercado tienen implícito una devaluación nominal promedio del 4,4% mensual hasta marzo de 2025 y una apreciación en términos reales del 21% hasta junio de 2025 (lo que dejaría al tipo de cambio real en el nivel más bajo en casi una década).
Nuevos máximos del Merval. El S&P Merval registró una subida semanal del 2,5% en pesos y del 2,8% en dólares, cerrando en USD 1.189. El impulso del mercado provino principalmente del sector de materiales y de la construcción, con aumentos del 11,3% y 10%, respectivamente, destacándose como uno de los sectores más rezagados en el año. Así, Holcim y Ternium (11,1%) y Loma Negra (11,8%) se posicionaron como los más sobresalientes. Las acciones financieras observaron un alza del 5,6%, aunque con desempeños mixtos, destacándose BYMA (+12,2%) y Galicia (+7,8%), pero registrando bajas en BBVA (-3,6%) y Supervielle (-2,7%). Por otro lado, las empresas energéticas como TGS y TGN, que habían ascendido notablemente el último mes tras la liberalización de tarifas, sufrieron retrocesos del 8,5% y 6,3%, respectivamente. Los ADRs que cotizan en Wall Street vieron caídas promedio del 1,7%, lideradas por Edenor (-9,3%), TGS (-8,9%) y Telecom (-5,8%), mientras que Loma Negra (+6,5%), Galicia (+8,2%) y Despegar (+3,4%) mostraron desempeños positivos.
Lo que viene. Esta semana se esperan nuevos datos sobre la balanza comercial, los cuales son relevantes para seguir de cerca el desempeño tanto de las exportaciones (que han dependido en gran medida del sector agrícola hasta el momento) como de las importaciones (que hasta febrero no habían mostrado una fuerte caída en relación con los datos de recesión). Estos datos ayudarán a proyectar el flujo de entrada de divisas para lo que queda del año. El BCRA debería continuar comprando divisas dada la favorable estacionalidad en las liquidaciones del sector agrícola. En el ámbito político local, se esperan más novedades en cuanto a las negociaciones en la Ley de Bases, con expectativas sobre la reforma laboral propuesta por la UCR, así como también por el impacto del quiebre del bloque de diputados de LLA. Además, no es menos importante el impacto que podría tener la tensión en Medio Oriente, con un eventual flight to quality que afectaría a los bonos emergentes y, en particular, a Argentina.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
A los buenos datos de empleo y de actividad se sumaron los datos de inflación que siguen marcando un camino ascendente que los aleja del objetivo de la Fed. En este contexto, los inversores siguen corrigiendo las expectativas de recorte de tasas y ahora esperan sólo dos para este año, que arrancarían recién en julio. Un lento soft landing y el higher for longer son las premisas con las que se mueve el mercado. Sumado a los riesgos geopolíticos y ruidos de los primeros balances presentados, los mercados tuvieron otra semana negativa, tanto en bonos como en acciones. Los rendimientos de los bonos del Tesoro Americano escalaron al nivel más alto desde noviembre de 2023 mientras que el S&P tuvo caídas generalizadas, especialmente en bancos. El dólar se mantuvo fuerte y el oro siguió subiendo, cerrando la semana en un nuevo máximo histórico. Las miradas de esta semana estarán en el conflicto de Medio Oriente, que podría generar un flight to quality y preferencia por los bonos del Tesoro y el oro, mientras que en el plano económico los inversores estarán atentos al dato de ventas minoristas de marzo y a la temporada de balances que recién comienza.
Reflación. Siguiendo la tendencia que viene mostrando desde noviembre del año pasado, el IPC volvió a superar las expectativas de los analistas y los obliga a recalcular cómo y cuándo la Fed decidirá recortar la tasa de interés de referencia. Concretamente, el IPC en EE. UU. aumentó un 0,4% m/m en marzo —el mercado esperaba 0,3% m/m— acumulando en los últimos doce meses un alza de 3,5% —vs 3,2% i.a. en febrero y el más alto desde septiembre de 2023—. Los precios de la vivienda (+0,4%) y de la gasolina (+1,7%) contribuyeron con más del 50% del aumento. En la misma línea, el IPC Core subió 0,4% m/m —tercer mes consecutivo con esta performance— quedando 3,8% por encima con respecto a un año atrás. La clave para entender la persistencia de la inflación es la dinámica de los precios de los servicios que, en el marco de un mercado laboral ajustado y consumo en alza, mantienen una suba de 0,5% m/m que más que compensa la baja de los precios de los bienes. Atenuando un poco estos datos, los precios al productor aumentaron un 0,2% m/m en marzo (menor aumento en tres meses), por debajo de las previsiones (0,3%), aunque llegando al 2,1% (vs 1,6% previo), el mayor aumento desde abril de 2023. Estos datos, sumados a los buenos datos económicos de las últimas semanas —especialmente de empleo que comentamos la semana pasada—, generaron que las expectativas de recortes de tasas tuvieran bajas relevantes y ahora el mercado espera que sólo se hagan dos recortes este año y que el primero recién sería en julio.
Sigue la mejora en el empleo, aunque la confianza se resiente. En el mercado laboral, en la primera semana de abril, el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo en EE. UU. cayó 11,000 hasta los 211,000 —nivel más bajo en un mes y por debajo de las expectativas del mercado de 215,000—. La mala nota la aportó el dato de la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan que cayó a 77.9 en abril —aunque desde el pico de 79,4 registrado en marzo—. Tanto las condiciones actuales como las expectativas disminuyeron, reflejando cierta frustración por el hecho de que la desaceleración de la inflación pueda haberse estancado.
Fuerte presión de las tasas, sufren los bonos. La resistencia en la inflación y una actividad económica que no desacelera en EE. UU. son motivos para que se consolide un escenario de higher for longer. Incluso las minutas de la última reunión de la Fed, reforzaron estos sentimientos dado que los funcionarios expresaron su incertidumbre sobre la persistencia de una inflación elevada señalando que los datos recientes no habían reforzado su confianza en que la inflación se encaminaba de manera sostenible hacia el objetivo del 2% i.a. Así, los rendimientos de los bonos del Tesoro tuvieron una semana alcista con subas de 16 pb para la UST2Y que finalizó en 4,89% y la UST10Y ganó 14 pb para ubicarse en 4,52%, los niveles más altos desde noviembre del año pasado. Esta situación impactó negativamente en la renta fija, que experimentó caídas promedio de 0,8%, siendo los bonos Investment Grade los más afectados con un descenso de 0,9%, mientras que los bonos del Tesoro retrocedieron 0,6% y los High Yield, 0,5%.
Expectativa por los balances del 1Q24. Comenzó la temporada de balance del 1Q24 con expectativas de que las ganancias del S&P marquen un alza de 3,2% i.a. Al desglosar los resultados, se observa que el top 10 de las mayores empresas del S&P 500 registraría un incremento del 32% i.a, mientras que las restantes 490 empresas verían una reducción del 4%. Para el sector bancario, que comenzó esta semana, se espera un crecimiento de ganancias de apenas 0,7% i.a, siendo las compañías de seguro las más beneficiadas con un aumento de ganancias de 37% i.a, mientras que los bancos tendrían una reducción de 18%. En este contexto, JPMorgan vio sus acciones caer un 6,3% tras no alcanzar las expectativas de ingresos netos por intereses, a pesar de que sus ganancias e ingresos superaron las proyecciones. Wells Fargo registró una baja del 2% después de que sus beneficios se redujeron un 7% y Citigroup observó una baja del 3% a pesar de reportar una mejora en sus ganancias.
Otra semana negativa para las acciones. El 2Q24 arrancó con el pie izquierdo para la renta variable americana, en la que los tres principales índices cayeron por segunda semana consecutiva y el índice de volatilidad VIX tuvo un fuerte repunte de 12% hasta los 18 puntos. El peor desempeño lo tuvo el Dow Jones, que anotó una pérdida de 2,4% en la semana, extendiendo a 4,5% la caída en lo que va de abril. Le siguió el S&P 500 con una caída de 1,5% en la semana y 2,3% en el mes, mientras que la buena performance del sector tecnológico le dio soporte al Nasdaq, que anotó una baja de sólo 0,3% en la semana y 1,5% en las últimas dos. Dentro de los sectores que componen el S&P, las caídas fueron generalizadas, aunque se destacaron las del sector financiero (-3,7%), salud (-3,0%) y bienes raíces (-3%). Las magníficas tuvieron resultados mixtos, aunque con mayoría de subas como las de Apple (+4,1%), Tesla (+3,7%) y Google (+3,4%), compensadas por la caída que marcaron Microsoft (-0,9%) y Meta (-2,9%).
Dólar fortalecido y oro en nuevos máximos. El dólar continuó fortaleciéndose con un aumento del 1,7% semanal, llegando a los 106 puntos y ganando terreno contra las principales monedas del G7 como el euro, que perdió 1,8% y cotiza en EUR 1,06; la libra, 1,5%; y el yen, 1,1%, alcanzando nuevos máximos de JPY 153,2. Respecto al real brasileño, continuó devaluándose 1,1% en la semana para cerrar en BRL 5,12. Pese a la fortaleza del dólar, el oro tuvo un avance de 0,6% en la semana, habiendo llegado a un máximo de USD 2.400 la onza durante la semana y acumula un alza de 5% en el mes y de 14% en el año. Las fuertes compras de bancos centrales, liderados por China, y las tensiones en Medio Oriente fueron los factores de crecimiento.
Leve suba de commodities. El índice Dow Jones de commodities subió 0,8% durante la semana, con un aumento de 2,3% en metales y de 0,8% en granos, mientras que el sector de la energía perdió 0,7%. En particular, el WTI sufrió una caída semanal del 1,4%, atribuida a las expectativas de menores recortes en las tasas de interés de EE. UU. para este año, así como a un incremento en los inventarios —de hecho, en la última semana los inventarios en EE. UU. aumentaron en 5,8 millones de barriles, excediendo las expectativas del mercado, que proyectaba un incremento de 2,3 millones de barriles— que contrarrestó las tensiones en Medio Oriente. El cobre registró un alza del 0,4% ante la revelación de que las importaciones de cobre en bruto por parte de China —el mayor consumidor mundial— aumentaron un 16% en marzo en un contexto de preocupación por la oferta tras el cierre de minas en Panamá y Chile debido a nuevas legislaciones más restrictivas. La soja retrocedió un 0,9% tras actualizaciones de la USDA que incrementaron la estimación de existencias finales en EE. UU., mientras que el trigo bajó un 2%.
Mejora Alemania y el BCE podría recortar la tasa de interés. La producción industrial alemana aumentó un 2,1% m/m en febrero, acelerándose desde el aumento del 1,3% en enero y superando las estimaciones del mercado del 0,3%. Fue el mejor dato desde enero de 2023, impulsado por la actividad de la construcción (7,9%), la producción automotriz (5,7%) y la química (4,6%). Así, llegó a una caída del 4,9% i.a., desacelerando respecto del mes previo (5,3%). Además, las importaciones aumentaron inesperadamente un 3,2% m/m hasta un máximo de tres meses, lo que superó fácilmente las previsiones del mercado de una caída del 1%. Si bien es prematuro, estos datos podrían ser signos de una recuperación gradual de la economía, donde además la inflación anual se va acercando a los niveles del BCE (junto con datos positivos de Francia) y podrían ser el puntapié inicial para una rebaja de tasas. En esta línea, aunque el Banco Central Europeo mantuvo las tasas de interés en niveles récord por quinta vez consecutiva durante su reunión de abril (4,5%), reveló que podría considerar reducir el nivel de restricción de políticas si tiene más confianza en que la inflación avanza constantemente hacia el objetivo del 2%, reconociendo que ha seguido en caída y que la mayoría de las medidas de inflación subyacente y crecimiento salarial se han atenuado.
Amenaza deflacionaria en China. Los precios en China se mueven peligrosamente al borde de la deflación, lo cual no es bueno para la economía, por lo que se esperaría que el gobierno decida nuevas medidas de estímulo. Específicamente, el IPC de marzo marcó una caída de 1,0% m/m, la primera en cuatro meses y en reversión del aumento del 1% en febrero, siendo esta la caída mensual más pronunciada en tres años. Así, en términos interanuales, marcó un alza del 0,1%, en comparación con las previsiones del mercado del 0,4% y después de un aumento del 0,7% el mes anterior. La notable desaceleración se produjo cuando los efectos del Año Nuevo Lunar disminuyeron, con una disminución de la inflación no alimentaria (0,7% frente a 1,1% en febrero), una fuerte moderación del costo de la educación (1,8% frente a 3,9%) y una nueva caída de los precios del transporte (-1,3% frente a -0,4%).
Buenos datos en Brasil de inflación y actividad económica. El IPC en Brasil tuvo un modesto alza de 0,16% m/m en marzo (vs 0,83% previo), el menor incremento en ocho meses, y así cayó, por sexto mes consecutivo, al 3,93% i.a. (vs 4,5% previo), la más baja en nueve meses y por debajo de las estimaciones del mercado del 4,01%. En consecuencia, el crecimiento de los precios cayó dentro del límite superior de tolerancia del banco central brasileño del 4,5%, en línea con el contexto necesario para que el BCB extendiera su impulso de reducción de tasas. Asimismo, las ventas minoristas aumentaron un 1% m/m en febrero, ampliando el aumento del 2,8% del mes anterior y sorprendiendo las expectativas de los mercados de una caída del 1%, acumulando en los últimos 12 meses una expansión de 8,2%, la más alta desde mayo de 2021.
Caída para los mercados globales. En consonancia con el mercado de EE. UU., los mercados globales comenzaron el trimestre negativamente, tanto en acciones como en bonos. El índice de acciones globales retrocedió un 1,7% en la semana y 2,5% en lo que va de abril, mientras que, si se excluye a EE. UU., la pérdida se extiende al 2,1% y 2,7% respectivamente. La mala performance es generalizada, aunque se destaca la de Europa que vio un descenso semanal de 3,2% y de 4,1% en el mes. En el mismo período, Japón cedió 1,2% y 3,2% respectivamente. Los mercados emergentes también enfrentaron retrocesos, con una disminución general del 1,7% en la semana y 1,3% en el mes. Entre este grupo, China interrumpió la recuperación que venía marcando y perdió 1,7% en la semana, mientras que LATAM retrocedió un 2,2%, liderado por México que perdió 4,1% y Brasil, con un descenso de 1,7%. En cuanto a la renta fija, el índice de bonos globales, sin incluir a EE. UU., marcó una caída de 0,5%, entre los que se destacaron los High Yield con una baja de 2,2%, mientras que los bonos emergentes descendieron 1,4%.
Lo que viene. Esta semana arranca con la tensión en Medio Oriente tras los ataques de Irán a Israel durante el fin de semana. En el plano económico, la atención estará centrada en las ventas minoristas de EE. UU., donde se anticipa un crecimiento del 0,3% m/m en marzo, después del 0,6% registrado el mes anterior. Además, continuará la segunda semana de la temporada de balances con bancos importantes como Goldman Sachs, Bank of America, Morgan Stanley y Charles Schwab reportando resultados. Igualmente, empresas clave del sector de consumo defensivo, como P&G y J&J, y del sector tecnológico, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, presentarán sus balances. En China, se divulgarán los datos del PBI del 1Q24, estimado en un 5% anualizado, junto con cifras de producción industrial y ventas minoristas. En el Reino Unido, los mercados estarán atentos a la tasa de inflación y a la tasa de desempleo.