House View local: junio de 2023
El primer semestre culminó con una economía que intensificó sus desequilibrios: una aceleración de la inflación, una notable pérdida de reservas internacionales y una actividad que entró en recesión. En contraste, los activos financieros exhibieron una excelente performance, registrando ganancias generalizadas. La perspectiva de un cambio de gobierno con un sesgo más market friendly impulsó al mercado. Sin embargo, es solo una expectativa, un sesgo hacia el optimismo, ya que aún queda mucho camino por recorrer y esto apenas comienza. En este sentido, todo está preparado para las elecciones primarias del 13 de agosto, que servirán únicamente para definir al candidato de Juntos por el Cambio –la fuerza con mayores probabilidades de ganar– y para obtener una muestra más precisa de lo que podría ocurrir en las elecciones generales de octubre. Serán semanas en las que los activos locales deberán demostrar la fortaleza del último rally. Desde nuestra perspectiva, se presenta un escenario más desafiante dado que el oficialismo ha ganado impulso y podría generar mayor tensión, arriesgando una política fiscal más expansiva y un mayor atraso cambiario, situación que resultaría incompatible con las metas del FMI. Mantenemos nuestro escenario base de que no habrá un salto devaluatorio antes de las PASO, ni tampoco antes de que se definan las elecciones –probablemente en un ballotage–, lo que seguramente generará mayor tensión en la inflación y los dólares financieros. Con este contexto, continuamos posicionados en instrumentos ajustables por inflación a corto plazo, pero mirando hacia 2024 recomendamos una combinación de bonos ajustables por inflación y por tipo de cambio oficial. Seguimos viendo buena oportunidad en algunos subsoberanos y corporativos, mientras que para las acciones y los bonos soberanos creemos que es momento de mantener posiciones y esperar, dado que se avecinan meses muy volátiles.
Arranca la campaña y esperamos un cambio de gobierno. En el último mes, la política estuvo movida y el mercado no permaneció ajeno a este contexto. Tras intensas negociaciones y amenazas de rupturas internas en cada una de las fuerzas políticas, quedaron definidos los competidores para la presidencia en las PASO del 13 de agosto. El oficialismo –ahora bajo el nombre de Unión por la Patria– presentará a Massa, aunque este tendrá que competir con Grabois. Juntos por el Cambio será la única fuerza que utilizará este mecanismo y su candidato surgirá entre Larreta y Bullrich, mientras que La Libertad Avanza irá con Javier Milei. El escenario definido aporta cierta tranquilidad, al menos en el corto plazo. Por un lado, el hecho de que el candidato del oficialismo sea el actual Ministro de Economía ofrece mayor certidumbre al garantizar la continuidad del equipo económico actual y un mayor peso en las negociaciones con el FMI –aunque no asegura el éxito–, y con el propio mercado interno, mientras aleja del escenario opciones más extremas del "kirchnerismo duro". Sin embargo, esta es una primera lectura, ya que no está claro el rol de estos últimos en un eventual nuevo gobierno, dado que continúan con alta participación en el resto de las listas y en la Provincia de Buenos Aires. Más allá de las encuestas –que hasta hace unas semanas mostraban paridad entre las tres fuerzas–, las 14 elecciones provinciales que se han llevado a cabo hasta ahora (que abarcan al 35% del padrón) indican que Juntos por el Cambio viene ganando votos, el oficialismo está perdiendo y La Libertad Avanza no logra establecerse. Concretamente, JxC recuperó más de un millón de votos (+8,7%) respecto a 2019 y el Frente de Todos (FdT) perdió 708.000 (-5,9%), mientras que los candidatos de LLA apenas alcanzan el 6%. El próximo test electoral antes de las PASO serán las elecciones a gobernador en la provincia de Santa Fe –el cuarto distrito más importante– y San Juan, que podrían reforzar la tendencia a favor de JxC. Creemos que el escenario de reparto en tercios irá perdiendo impulso en favor de una elección más polarizada.
Sin dólar soja no alcanza y sin acuerdo con el FMI es imposible. El frente externo continuó deteriorándose y será un protagonista clave en la transición. Ya sin un dólar a $300 para la liquidación de soja, la oferta de divisas del agro es cada vez menor –no sólo por la mala cosecha y menores precios, sino también por el adelanto de cosecha realizado y la incertidumbre cambiaria que aumenta el incentivo a retener– no es suficiente para compensar la demanda, a pesar de que esta también está disminuyendo debido a los menores pagos por importaciones y otros servicios. Esta situación obligó al BCRA a vender divisas para contener el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial y evitar un salto brusco. Concretamente, en junio la liquidación del agro fue de USD 1.500 M, un 60% menos que en junio del año pasado y un 50% menos en el primer semestre. Por su parte, el BCRA vendió USD 685 M, acumulando en lo que va del año ventas netas por USD 2.900 M, cuando en el mismo período del año pasado había comprado USD1.800 M. A esto se suman los pagos netos de deuda al FMI y a otros organismos internacionales por USD 3.000 M y –dato no menor– el uso de reservas para intervenir en la curva de bonos soberanos. Todo esto implicó una caída de reservas en junio de USD 5.100 M y de USD 17.300 M en el acumulado del primer semestre. Así, el stock de reservas brutas cerró el mes en USD 27.900 M, el nivel más bajo desde marzo de 2016, mientras que las reservas netas son negativas en USD 5.400 M. El único soporte que tiene el BCRA es el swap con China, lo cual no es una buena noticia. Es importante destacar que el gobierno negocia con el FMI un nuevo programa que le permita acceder a nuevos desembolsos, aunque en caso de lograrlos, serán utilizados para cancelar los próximos vencimientos con el organismo –en julio hay vencimientos por USD 2.600 M y en los primeros días de agosto, otros USD 800 M. Así las cosas, y considerando que en el segundo semestre el mercado cambiario tiende a profundizar el déficit por la caída de oferta, el contexto electoral se desarrollará con el BCRA intentando moderar la baja de reservas con mayor control de cambios y mayor uso del swap con China. Será un delicado equilibrio en una economía cada vez más frágil.

Inflación récord. Además de la presión cambiaria, la otra gran protagonista de la transición será la inflación, que ya superó con creces los tres dígitos, situándola en un terreno resbaladizo. La buena noticia es que en mayo desaceleró y probablemente también lo hará en junio, favorecida por la estacionalidad en algunos alimentos. Concretamente, el IPC de mayo registró un aumento del 7,8% m/m (146% anualizado), destacándose el rendimiento en los precios de los alimentos –con especial importancia en la carne– que tuvieron un alza de solo el 5% m/m, lo que reflejaría que el aumento de la brecha cambiaria a mediados de abril tuvo un impacto mayor en el IPC oficial del mes anterior. Sin embargo, no hay motivo para celebrar: fue el peor mayo de los últimos 33 años y, en los primeros cinco meses del año, la inflación promedió un aumento del 7,3% m/m (132,9% anualizado). Para los próximos meses, se espera que se mantenga en estos niveles –quizás junio pueda acercarse más al 7% y en julio podría acelerarse nuevamente debido a los ajustes de precios estacionales y a la recuperación en el precio de la carne y otros alimentos. Más allá de las desviaciones que pueda haber a corto plazo, seguimos estimando que los precios se moverán a un ritmo del 8% por mes hasta noviembre.
El mandato del BCRA. A pesar de la pérdida de reservas internacionales y de la elevada brecha con los dólares financieros –del orden del 100%–, el BCRA sostiene el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, aunque con una leve moderación en la última quincena de junio. De hecho, en junio, el tipo de cambio "A 3500" subió 7,3% (130% anualizado) y 7,6% tomando el promedio del mes, lo cual lo alinea con la inflación que anticipamos para ese mes. El BCRA tiene como misión contener la presión devaluatoria y transitar el contexto electoral sin un salto discreto del tipo de cambio oficial, tarea que se torna cada vez más desafiante. Con la inflación habiendo alcanzado su punto máximo en mayo y moderándose en el margen, las tasas de interés se mantuvieron sin cambios, situándose en el 8% mensual. Para los próximos dos meses, la competencia nominal entre inflación, devaluación y tasas de interés será muy pareja; no obstante, si observamos un horizonte hasta el cambio de mandato, la inflación parece ser la clara vencedora.

Trade electoral. A pesar del fuerte deterioro de los indicadores macroeconómicos y de un contexto político que añade mayor fragilidad, los activos financieros locales tuvieron una excelente actuación en junio, tanto en bonos como en acciones, y cerraron un muy buen primer semestre. La expectativa de un cambio de gobierno con una política económica más "amigable con el mercado" y con precios en niveles muy bajos, fueron interpretados como una oportunidad de compra. Concretamente, los bonos soberanos en moneda extranjera subieron un 28% en el mes, acumulando una ganancia anual del 19%, por lo que el riesgo país retrocedió hasta los 2.028 puntos básicos, el nivel más bajo desde febrero pasado y muy alejado del pico de 2.650 puntos básicos que había marcado a mediados de abril. El Merval, medido en dólares CCL, alcanzó los USD 822 –el nivel más alto desde agosto de 2019– lo que implica una subida del 18% en el mes y del 34% en lo que va del año. En cuanto a los bonos en moneda local, la particularidad de junio fue el fuerte repunte que tuvieron los Botes –bonos a tasa fija– que subieron un 18%, seguidos por los Boncer que lo hicieron al 14%, mientras que los duales y los ajustables por tipo de cambio ganaron un 10%. Con este resultado, excepto en los bonos a tasa fija, en el primer semestre toda la curva en pesos tuvo un rendimiento en torno al 60%, siendo una buena cobertura contra la inflación y el tipo de cambio. Mientras tanto, los dólares financieros tuvieron un comportamiento heterogéneo debido a las intervenciones del gobierno, aunque el dólar menos intervenido subió un 5,6% en junio, menos que el tipo de cambio, lo que permitió reducir la brecha cambiaria aunque cerró levemente por encima del 100%.

Perspectivas
Dada la delicada situación de las cuentas externas, la toma de decisiones financieras se vuelve cada vez más compleja ante la creciente tensión política e incertidumbre. Aunque el panorama político rumbo a las PASO ha reducido las probabilidades de opciones más radicalizadas, creemos que si el gobierno gana terreno en las encuestas, será un factor que "inquiete" a los inversores, no solo debido a la menor expectativa de un cambio de modelo económico, sino también por la tentación del oficialismo de impulsar una política fiscal más expansiva de cara a las elecciones. El plan de transición sigue siendo combinar devaluaciones selectivas y temporales con un mayor control de cambios, mientras se intenta que la inflación no se desboque por encima del ritmo de devaluación oficial y de las tasas de interés. La carrera nominal se ha equilibrado y la brecha cambiaria permanece en vilo. Mantener posiciones en pesos sigue siendo un desafío considerable, por lo que sugerimos tener una cartera diversificada y adaptable a los cambios de contexto. La inflación ha adoptado una nueva dinámica y el riesgo cambiario ha aumentado, por lo que los bonos ajustables por CER y por tipo de cambio (DLK) cobran relevancia.
• Bonos Soberanos en dólares. Durante junio, los bonos soberanos subieron 7% y lideraron el rally de activos argentinos. Con esto, sus paridades se encuentran en USD 35 y regresaron a un nivel similar a su nivel de marzo, previo a que se anuncie el programa de venta de bonares. Esto fue como resultado de una combinación de buenos factores globales –mejora de los bonos emergentes, suba del precio de la soja y debilidad del dólar frente a las monedas de la región– con una recuperación rezagada con respecto a las acciones ayudada de una expectativa electoral. Mantenemos nuestra postura de compra estratégica: las paridades actuales reflejan reestructuraciones muy fuertes que no se corresponden con el peso de la deuda externa en manos del sector privado. Por supuesto, con un contexto macroeconómico tan complejo es imposible afirmar que no vayan a existir mejores puntos de entrada más adelante. Continuamos destacando al AL30 y al GD35 como nuestras opciones preferidas. El bono bajo Ley Local con vencimiento en 2030 ofrece un spread del 20% contra su par bajo ley de Nueva York, dos veces por encima del spread de legislación promedio del 9%. Por su parte, el GD35 es el bono global con la paridad más baja y, con sus cupones ascendiendo al 3,6% en enero del 2024, su interés corriente subirá a 4,5% y se convertirá en el más alto de la curva soberana. Preferimos su versión bajo la ley de Nueva York debido a que tiene el diferencial legislativo más bajo de tan solo el 5%.
• Bonos en pesos - corto plazo. A pesar de que la inflación de mayo sorprendió a la baja, la falta de instrumentos a tasa fija nos obliga a inclinarnos por las letras CER. Favorecemos mantenerse lo más corto posible con el bono CER T2X3 que vence a mediados de agosto para ganar flexibilidad y poder rotar cartera fácilmente, proyectamos para el mismo una TEA de 151%. Para que este boncer pierda contra el bono tasa fija TO23 con vencimiento en octubre, julio debería registrar una inflación demasiado improbable de 6,0%. Dado que no prevemos una devaluación antes de las PASO, también preferimos este bono por encima de los instrumentos Dollar-Linked (DLK) y de los bonos duales que vencen antes de agosto. Para una cobertura cambiaria, recomendamos el bono dual de septiembre –TDS23– o la letra Dollar Linked D31O3, ya que son los únicos instrumentos soberanos que ofrecen cobertura cambiaria para el periodo entre las PASO y las elecciones generales.
• Bonos en pesos - largo plazo. Los bonos CER lideraron los rendimientos de junio con subas del 14%. El alza se concentró en los bonos más largos como el DICP (que subió un 20%). El mercado demandó estos instrumentos como alternativa indirecta para cubrirse contra una devaluación. De todas formas, también fue un buen mes para el bono Dual que vence en febrero del próximo año –TDF24– que aumentó un 13% en junio. Aunque seguimos recomendando su tenencia, ya se ha encarecido bastante y ofrece el máximo rendimiento entre devaluación -19% o inflación -13%. Por eso recomendamos combinar cobertura con el Dollar-Linked TV24 que vence en abril y paga devaluación -7% y bonos CER con vencimiento en la segunda mitad del 2024 como el T4X4 que paga inflación +10%. Para inversores más agresivos, seguimos viendo recorrido en capitalizar la normalización de la curva de rendimientos a través de un bono con una duración muy elevada, como el DICP.
• Bonos Subsoberanos. La fuerte recuperación de los precios de los bonos soberanos desde fines de abril no se reflejó en los bonos de las provincias, los cuales sólo subieron un 4%. Esto fue explicado en parte por la Comunicación "A" 7782 emitida por el BCRA, en donde se exigía a las provincias refinanciar el 60% del vencimiento de capital de su deuda, alineándose con lo impuesto al sector privado desde septiembre de 2020. Sin embargo, la medida no surtió efecto alguno, ya que la principal provincia afectada, que es Córdoba, consiguió una medida cautelar que le permitió acceder al MULC por los USD 120 M de capital que amortizó el bono CO25. Creemos que el resto de las provincias utilizarán el mismo recurso para cancelar los vencimientos de capital o, en el peor de los casos, usarán sus depósitos en dólares. Esta situación ha generado una oportunidad para tomar ganancias de bonos soberanos en moneda extranjera de tramo largo (GD35, GD38, GD41 con rendimientos TNA del 22,6%, 22,6% y 20%, respectivamente) y rotarlos por bonos subsoberanos que hemos estado mencionando:
• Bonos corporativos. Aunque al igual que los subsoberanos no captaron el fuerte repunte que tuvieron los bonos soberanos, los bonos corporativos siguen siendo una alternativa atractiva y no vemos razones para que registren ganancias de capital en el corto plazo, dado el bajo spread al que cotizan en comparación a muchas emisiones LATAM de similar riesgo. Sugerimos mantener cash en cartera esperando mejores precios de entrada y limitar las tenencias a TGS 2025, Pampa Energía 2029, Mastellone 2026, YPF 2026 y 2033 y Aeropuertos Argentina 2000 dada su ecuación riesgo beneficio y un devengamiento de tasa de dos dígitos (salvo el caso de YPF 2026 garantizada por exportaciones).
• Acciones. Habiendo superado los USD 800 y con un fuerte y generalizado rally desde principios de año, vemos que un Merval descuenta un escenario económico futuro muy optimista. Si bien nos mantenemos constructivos sobre emisiones particulares, nos cuesta ver atractivo al índice a estos niveles por lo que sugerimos actuar con cautela. Creemos que Vaca Muerta será el factor que canalizará la inversión en el próximo mandato y dado los actuales precios nos mantenemos positivos en YPF, PAMP y los cedears de VISTA y Tenaris (TEN). A su vez creemos que tanto MIRG como CEPU pueden ser opciones interesantes en el ámbito local, y el cedear de Ternium (TXR) en el ámbito internacional.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 30 de junio de 2023.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local e internacional.
Fue una buena semana para los mercados financieros globales. A pesar de que los banqueros centrales de los países más relevantes aseguraron que las tasas de interés de referencia continuarán en ascenso, los inversores celebraron los prometedores datos de actividad e inflación. En EE. UU., la economía mantiene su crecimiento y los datos de inflación resultaron mejores de lo esperado. En este contexto, las acciones se recuperaron de la caída de la semana previa y cerraron junio con aumentos generalizados, lo que marca una diferencia respecto a los meses anteriores, cuando las ganancias se concentraban en las grandes empresas tecnológicas. También fue una semana y mes provechosos para la renta fija, aunque la mejora fue mucho más moderada. Las expectativas para esta semana estarán centradas en los datos de empleo de junio en EE. UU. y en la evolución de la situación social en Europa.
El combo ideal. Durante la última semana, todos los indicadores publicados en EE. UU. fueron positivos, tanto en relación al nivel de actividad como a la inflación. La actividad económica parece no sentir el impacto del aumento de las tasas de interés ni la volatilidad e incertidumbre generadas por la crisis de los bancos regionales a mediados de marzo. Concretamente, la tercera y última estimación del PBI para el 1Q23 mostró un incremento del 2,0% t/t anualizado, superando las dos estimaciones previas de 1,0% t/t y 1,4% t/t, respectivamente. A ello se añadieron los datos de consumo y gasto personal del mes de mayo que, a pesar de haber estado por debajo de lo esperado –no se registró crecimiento dado que el consumo de bienes cayó, mientras que los servicios crecieron un 0,4%–, no se observa un desplome del consumo. Mientras tanto, las familias continúan mejorando su balance con ingresos que aumentan por encima de los gastos. Otro aspecto positivo de la semana fueron las peticiones iniciales de desempleo, que resultaron ser menores a lo esperado y rompieron la tendencia de las tres semanas anteriores. Con este desempeño, las proyecciones del nowcast de Atlanta para el 2Q23 apuntan a un aumento del 2,0% t/t, lo que indica que la primera mitad del año concluyó con la actividad a buen ritmo y alejada de una recesión. Además, las pruebas de estrés de los bancos resultaron exitosas, lo que refleja la solidez que mantiene el sistema financiero americano. Este conjunto de factores positivos se completó con el PCE, índice de precios favorito de la Fed, que se alineó con las expectativas y mostró un leve desvío respecto a lo que había indicado el IPC. Concretamente, el IPC general subió apenas un 0,1% y el núcleo lo hizo en un 0,3% m/m y 4,6% i.a. (vs 0,44% m/m y 5,3% i.a. que había marcado el IPC Core). Aunque sigue estando por encima de la meta de la Fed, el mercado celebró la tendencia, pero se mantiene a la expectativa de la decisión que tomará Powell el próximo 16 de julio, en la que todo parece indicar que las tasas aumentarán 25 pb.
Pero el ajuste monetario continúa. Los líderes de los principales bancos centrales del mundo se congregaron en el foro del BCE y reafirmaron la necesidad de un endurecimiento adicional de la política monetaria para controlar la alta inflación. Powell manifestó que no anticipa que la inflación alcance el objetivo del 2% anual y reafirmó que es probable que las tasas de interés aumenten en julio y septiembre hasta el 5,75% con el fin de frenar las persistentes presiones inflacionarias y moderar el mercado laboral estadounidense. En la misma línea se expresaron los responsables del Banco Central de Inglaterra y Christine Lagarde del BCE. Powell insiste en que habrá dos aumentos más. En este contexto, los rendimientos de las tasas de los bonos del Tesoro registraron una tendencia alcista: la UST 2Y cerró en 4,88%, frente al 4,39% de mayo, y la UST 10Y en 3,82%, comparado con el 3,64% al finalizar el mes anterior.
Dólar estable y commodities en alza. El dólar no experimentó cambios significativos durante la semana, pero cerró el mes con una caída del 1,4%, si bien tuvo un comportamiento desigual frente a las monedas asiáticas, donde se apreció –ganó un 3,6% frente al yen y un 2,0% frente al yuan– mientras que se debilitó frente a las demás, especialmente las de Latinoamérica –perdió un 2,0% frente al euro y un 5,4% frente al real brasileño–. En cuanto a los commodities, registraron un aumento del 2,0% en la semana y del 5,6% en junio, lo que permitió reducir la caída semestral al 13%. El petróleo subió un 2,1% en la semana y un 3,7% en junio debido a la disminución de inventarios en EE. UU. Se destacó el aumento de la soja que, debido a la caída del área sembrada en EE. UU., escaló un 4,2% en la semana, acumulando una ganancia del 19,8% en junio. La situación fue diferente para los metales, con el cobre ajustando un 1,7% a la baja en la semana –aunque ganó un 3,0% en el mes– mientras que el oro no experimentó cambios en la semana, aunque en junio descendió un 2,2%.
Mercado en alza. Fue una semana muy positiva para las acciones, con incrementos generalizados que cerraron un excelente junio y semestre. Concretamente, tras el revés de la semana previa, el S&P 500 subió un 2,3% en la última semana, acumulando en junio un alza del 6,1% y del 15,9% en la primera mitad del año. Todos los sectores mostraron una muy buena performance semanal –destacándose el energético y de bienes raíces con ganancias del 5,0%– y el mes se caracterizó por las ganancias en todos los sectores, lo que contrasta con los meses previos, en los que los incrementos se concentraban en los sectores tecnológicos, de comunicaciones y de consumo discrecional. De hecho, en la primera mitad del año, el Nasdaq subió un 32%, el doble de lo que lo hicieron el S&P 500 y el Dow Jones. En el mercado de renta fija, aunque los bonos del Tesoro cerraron el mes a la baja –cayeron un 0,4% en la semana y un 1,0% en junio–, los bonos corporativos comprimieron spread y registraron una semana de ganancias: los Investment Grade subieron un 0,4%, los High Yield un 1,2% y los bonos emergentes un 0,6%. Con este rendimiento, en junio los índices de renta fija corporativa y emergentes ganaron un 0,5%, un 1,3% y un 2,1% respectivamente, acumulando en lo que va del año una ganancia del 2,0%.
El mundo acompaña. Al igual que el mercado estadounidense, la renta variable global tampoco reaccionó negativamente al ajuste monetario y continuó en alza. En la última semana de junio, el índice de acciones globales, excluyendo EE. UU., ascendió un 1,9%, impulsado principalmente por Europa que creció un 3,4% y cerró el mes con una ganancia del 2,9%. Destacó particularmente la performance de América Latina, que registró un aumento del 10,3% en el mes, liderando la tabla del primer semestre con una ganancia del 20%. Por otro lado, China, que subió un 4,2%, logró limitar la pérdida del año al 5,1%.
Lo que viene. Las miradas de esta semana estarán puestas en los datos de empleo de junio de EE. UU., las encuestas ISM PMI de junio y las actas de la reunión del FOMC. A estos se les sumarán los pedidos de fábrica y los datos de comercio exterior. Con respecto a otros países, se publicará el PMI manufacturero global de S&P para varios países europeos, así como para India y Rusia. También se dará a conocer el PMI de servicios para España, Italia y Brasil. En China, el PMI de Caixin ofrecerá nuevas perspectivas sobre la hasta ahora lenta recuperación económica del país y el potencial de una respuesta de estímulo por parte del gobierno. Además, será importante seguir la evolución de las protestas en Francia y en el resto de Europa, donde la tensión social ha escalado significativamente.
"Flujo mata fundamento". Esa parece ser la mejor forma de explicar la excelente performance que muestran los activos financieros en un contexto económico cada vez más frágil, caracterizado por la fuerte caída de las reservas internacionales. El rally de bonos y acciones continuó en junio y los activos locales tuvieron un excelente trimestre. El optimismo del mercado se sustenta en buenos precios y en la expectativa de un cambio de rumbo económico a partir de diciembre. Nos parece apresurado, ya que, aunque la candidatura de Massa quita volatilidad en el corto plazo, incrementa los incentivos para una política fiscal más expansiva y un control de cambios que profundizan los desequilibrios macroeconómicos. Mientras tanto, las reservas internacionales continúan en caída libre, el acuerdo con el FMI no se concreta y la actividad económica intensifica su descenso. Las miradas de esta semana estarán enfocadas en las negociaciones con el FMI y en las reservas internacionales, dadas las ventas en el mercado de cambios y los pagos de deuda que se avecinan. También llegarán las primeras estimaciones privadas de inflación, que marcarían una disminución respecto a mayo.
La sequía se siente. En abril, la actividad económica interrumpió tres meses consecutivos de incrementos, registrando una caída de 1,9% m/m y quedando 4,2% por debajo del nivel de abril del año pasado. Esta es la disminución más pronunciada desde octubre de 2020. La caída anual estuvo motivada por el sector agropecuario, que disminuyó un 36,8% i.a. Dicha baja también impactó al sector del transporte, que se contrajo en un 3,4%. Juntos, estos sectores propiciaron una contracción de 3,8 pp en la actividad total. En contraste, la actividad minera, impulsada por la producción de petróleo y gas, creció un 9% i.a., y la industria manufacturera experimentó un crecimiento del 1,6% i.a. Para mayo, se espera otra disminución en la actividad, con un efecto persistente del sector agropecuario que podría comenzar a expandirse hacia otros sectores relevantes como la industria.
Reservas prestadas. En la última semana de junio, el BCRA vendió USD 127 M y cerró el mes con ventas netas por USD 684 M. Esto indica que, sin un tipo de cambio diferencial, el mercado cambiario se tensiona. De hecho, solo en abril y mayo, cuando regía el dólar a $300 para la liquidación del complejo sojero, el BCRA logró comprar USD 815 M. En cambio, en los cuatro meses restantes, vendió USD 3.685 M. Por tanto, el primer semestre cerró con ventas netas por USD 2.870 M, cuando en el mismo período del año pasado había comprado casi USD 1.900 M. Además de vender divisas, el BCRA utiliza activos de reservas para intervenir en el mercado de bonos y para efectuar pagos a organismos internacionales. Destaca el pago al FMI por USD 2.700 M realizado el viernes, lo que resultó en que las reservas cerraran la semana con una disminución de USD 3.346 M. En junio, se acumuló una pérdida de USD 5.068 M y de USD 17.331 M en lo que va del año. Así las cosas, el stock de reservas brutas descendió hasta USD 27.933 M, mientras que las netas extendieron el saldo negativo a USD 5.300 M. Mientras el gobierno sigue negociando un nuevo acuerdo con el FMI –recordemos que en julio deberá pagar otros USD 2.700 M– la tensión continuará debido a los pagos de bonos en moneda extranjera y al déficit previsto en el mercado de cambios.
Modera la devaluación, contiene la brecha pero la expectativa de salto cambiario continúa. Como venimos destacando en informes anteriores, a pesar de la fragilidad en el mercado de cambios y las reservas netas cada vez más negativas, el BCRA ha estado moderando el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial. Al igual que en la semana previa, en la última semana lo elevó al 6,5% mensual (+1,5%), cerrando el mes con una devaluación entre puntas del 7,2% m/m –frente al 7,5% en mayo– y del 7,4% si tomamos el promedio mensual –frente al 7,1% en mayo–. Los dólares financieros tuvieron un comportamiento relativamente estable: el MEP subió 0,3% en la semana, mientras que el CCL con GD30 cayó 1,0% y, medido con ADRs, cayó 0,4%, cerrando en $518, dejando la brecha con el oficial en 100%. Con este desempeño, el CCL subió 5,6% y 56% en lo que va del año, mientras que el MEP lo hizo 3,2% y 47%, respectivamente. A pesar de esta dinámica, los contratos de agosto en adelante subieron un 2,0% en promedio. Así, la devaluación implícita hasta agosto es del 28%, del 57% hasta octubre y del 100% hasta diciembre.
Siguió el rally de bonos y acciones. Con las listas ya definidas, el Merval subió 2,0% el lunes y los bonos soberanos lo hicieron un 3,4% en dólares. Esta tendencia se mantuvo durante el resto de la semana, con los bonos subiendo un 5,7%, mientras que las acciones crecieron un 2,7%. En cuanto a la renta fija, tanto el AL35 como el AL30 marcaron ganancias de 9% y 8%, respectivamente. La brecha entre el AL35 y GD35 se encuentra en 4,4%, por debajo de su promedio histórico de 5,9%. La del AL30 con el GD30, por otro lado, se encuentra en 20%, por debajo del 30% de principios de mayo, aunque aún por encima de su promedio de 16%. Las acciones con mejor rendimiento fueron Mirgor (+13%), Loma Negra (+10%) y Transener (+9%). Con estos resultados, en la primera mitad del año el Merval acumuló una ganancia de 110% medido en moneda local y de 35% en moneda extranjera, mientras que los bonos soberanos en moneda extranjera ganaron 19%.
Otra buena semana para los bonos en pesos. Por tercera semana consecutiva, la curva de BOTES proporcionó el mejor retorno con un incremento del 8,0%, acumulando en junio una ganancia del 18,8%. Esta destacada performance fue explicada en gran medida por el TO26, que ascendió un 12,1% en la semana y acumuló un 24,0% en el mes. Dentro de las curvas de bonos indexados, el mercado continúa buscando cobertura cambiaria indirecta. Por tanto, los CER subieron un 3,3% en la semana y un 14% en el mes, superando nuevamente a los bonos duales y los dollar-linked. Estos últimos aumentaron 1,1% y 1,7% en la semana respectivamente, y cerraron junio con una suba del 9,0% y del 9,8% respectivamente. Por su parte, en el segmento corto, las LECER ascendieron un 1,3%, mientras que la LEDE de julio –la última de su especie– experimentó una subida del 2,0%.
Lo que viene. Con las reservas netas cada vez más negativas y flujos cada vez más reducidos, debido a la inadecuada performance del mercado de cambios y los próximos pagos de deuda en moneda extranjera, las miradas seguirán centradas en las negociaciones con el FMI con la esperanza de lograr más desembolsos. En el mejor de los escenarios, creemos que estos fondos se utilizarán para financiar los próximos vencimientos con el propio organismo. Además, se prestará especial atención a las primeras estimaciones de inflación de consultoras privadas correspondientes a junio, las cuales esperamos que se ubiquen entre un 7,0% y un 7,5% mensual.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 30/06/2023
Argentina en encrucijada económica: cambios políticos, volatilidad del mercado y deuda con FMI.
El giro de timón que implicó el cambio en la fórmula presidencial del oficialismo dejó al mercado recalculando sobre si tenía que festejar o deprimirse. Es Argentina, de manera que podría darse el caso de “los dos a la final”. Más allá de esta potencial bipolaridad, lo cierto es que hay argumentos para uno u otro lado.
Del lado eufórico están los que dicen que todos los candidatos con chance en estas elecciones son “pro mercado” y si bien De Pedro no tenía las fichas ganadoras, se elimina el riesgo de un gobierno camporista que apunte a la “matriz diversificada con inclusión social”, algo que nadie sabe definir, pero en la que nadie quiere arriesgar.
Del lado negativo, Massa es visto como un candidato más competitivo que, aún perdiendo tiene capacidad de daño. Son varios los factores a considerar. Por un lado, el peronismo tiene más chances de retener la provincia de Buenos Aires. En segundo lugar, es esperable que el peronismo tenga ahora una mejor representación legislativa y entonces eso haga más difícil el consensuar las reformas que necesita Juntos por el Cambio, si gana, para normalizar y modernizar la institucionalidad de la economía argentina. En tercer lugar, se podría pensar que luego de una primarias más parejas no habrá chance de consensuar una transición ordenada en donde el gobierno saliente ayude a pagar algunos de los costos. Mientras el gobierno piense que tiene chances de ganar, seguirá acumulando desequilibrios. Y ahora que los incentivos están alineados, Massa no tendrá (¿alguna vez los tuvo?) los incentivos para no generar esos desequilibrios.
En el medio de todo estas elucubraciones aparece el FMI. Hay una negociación en curso y hoy por hoy Massa parece necesitarla más que el FMI. Las reservas están en menos USD 2.000 M y todavía faltan un montón de pagos por hacer, incluyendo los intereses de los bonos soberanos. El mercado va a girar en función de los rumores sobre el acuerdo. No tenerlo puede hacer que el gobierno no pueda llegar a las PASO y menos a las generales sin devaluar.
De todas maneras, hay un costo político que el gobierno sí está pagando. Aun con inflación que desacelera, es difícil llegar a ganar elecciones con un piso de 6.5/7% mensual. En julio llegarán las facturas de electricidad a la clase media urbana, esa que votó por Macri en 2015, por Alberto en 2019 y que tiene que definir su voto en los próximos meses. El nivel de actividad no da nada para festejar. Es cierto que el primer trimestre del año fue mejor de lo esperado, pero las esquirlas de la sequía se sintieron más en el segundo trimestre. El comercio está bastante paralizado y la generación de empleo formal es más bien escasa.
Finalmente, el crédito no para de caer. Las familias y firmas vienen siendo pagadoras netas del sector financiero. Es difícil que el consumo mejore en estas circunstancias. La única buena noticia viene por el lado de la recaudación que parece estar creciendo más que la economía de la mano de la digitalización de los pagos y eliminación de exenciones en retenciones de iva en importaciones.
En síntesis, un panorama económico complejo que hoy pasa un poco bajo el radar por la espuma de las internas políticas y porque los flashes están con los cierres de listas, las declaraciones de los perdedores y ganadores del proceso. Pero ninguno de los problemas se ha solucionado y difícilmente lo haga en los próximos meses.
Para eso tendremos que esperar al plan de estabilización del próximo gobierno. Una operación de máximo riesgo, pero imprescindible. Habrá que reducir el gasto público, con el costo político que eso implica para eliminar o casi eliminar el déficit. Habrá que acomodar el tipo de cambio. Hay muchos caminos para eso: puede ser un shock, un desdoblamiento o diversas combinaciones, pero que como condición necesaria deberá tener un dólar de exportación e importación que permita recuperar reservas, es decir mucho más alto que en la actualidad. Y eso también tiene costos. El tercer pilar será un set de reformas. No es claro cuál es la secuencia de esas reformas ni cuáles se pueden hacer de entrada y cuáles pueden soportar negociaciones. Pero no hacerlas hará que el Plan de estabilización sea con sacarina.
La Argentina tiene muchas oportunidades en muchos sectores. Pero sin liderazgo político renovado, sin economía estable y sin un marco normativo más acorde con el siglo XXI será difícil pensar en temas como inversiones, productividad, desarrollo y otros sustantivos que lleven a ilusionarse.
Aunque la inflación ha disminuido y se ha alejado de los máximos de las últimas cuatro décadas registrados hace un año, sigue estando en niveles muy altos y lejos de las metas de la Fed. Mientras tanto, la actividad continúa creciendo, con un dinamismo del mercado laboral notablemente fuerte y una tasa de desocupación que se mantiene en niveles históricamente bajos. En este contexto, la Fed interrumpió el ajuste de tasas y decidió mantenerlas en el 5,25%. Si bien es una buena noticia después de diez incrementos consecutivos, la propia institución aclaró que es solo una pausa y que el ajuste monetario sigue en marcha: se esperan dos nuevas subidas de 25 puntos básicos hasta fin de año, y solo comenzaría a reducirse gradualmente después del primer trimestre del año siguiente. Por otro lado, con buenas noticias sobre el acuerdo del límite de la deuda y una situación más estable para los bancos de EE. UU., los activos financieros continuaron mostrando un buen rendimiento, especialmente para las acciones que concluyen un semestre con fuertes ganancias. La renta fija, en cambio, tuvo un desempeño distinto, ya que, frente a la creciente presión sobre las tasas de interés, continuaron mostrando un desempeño deficiente y no logran recuperarse de la caída sufrida el año pasado. Con tasas de interés más altas y durante un período más largo de lo que se esperaba hace un mes, estimamos un segundo semestre con un mercado laboral y una actividad económica más débiles y la inflación bajando gradualmente pero sin converger al nivel objetivo de la Fed. Sugerimos mantener una cartera conservadora, con mayor ponderación en renta fija a corto plazo para aprovechar las tasas actuales. En cuanto a las acciones, seguimos posicionados en sectores defensivos y en tecnologías que continúan beneficiándose del auge de la inteligencia artificial.

El empleo sigue subiendo. El mercado laboral sigue mostrando un gran dinamismo, con la desocupación en niveles históricamente bajos, aunque gradualmente los salarios comienzan a generar presión. En concreto, en mayo se crearon 339.000 puestos de trabajo no agrícolas, en comparación con los 294.000 registrados en abril –30.000 más que en la primera estimación y nuevamente superando las expectativas del mercado–. En lo que va del segundo trimestre, se promedia un ritmo de 317.000 empleos por mes, 5.000 más que en el 1Q23 y 20.000 más que en el último trimestre del año pasado. La mala noticia del mes fue la pérdida de 645.000 empleos agrícolas, que, sumado al aumento de 130.000 personas en el mercado laboral, provocó que el número de desocupados aumentara en 440.000 personas, llevando la tasa de desocupación al 3,7% –frente al 3,4% de abril–. Mientras tanto, los salarios mostraron cierta moderación en comparación con los meses anteriores: el salario por hora aumentó un 0,3% m/m, ligeramente por debajo del 0,4% que había marcado en abril, acumulando en los últimos doce meses un alza del 4,3%
La inflación resistente. El IPC de mayo registró un alza de 0,1% m/m, muy por debajo del 0,4% m/m que había registrado en abril, acumulando en los últimos doce meses un alza de 4% i.a. –casi un punto porcentual menos que el mes previo y siendo el menor incremento interanual desde marzo de 2021–. A pesar de la moderación en la evolución interanual, la desaceleración respecto a abril se concentró exclusivamente en los precios de la energía. Debido a la caída que experimentó el precio del petróleo en el último mes, estos descendieron 4,2% m/m, después de haber aumentado 0,6% m/m el mes anterior. De hecho, el IPC core –que excluye alimentos y energía– mantuvo la dinámica del último año y medio, marcando un alza de 0,4% m/m y 5,3% i.a. Dentro de este, se destacaron las subidas en los precios de los autos usados, que aumentaron 4,4% m/m, y de las viviendas, que subieron 0,6% m/m. La resistencia que muestra la inflación core, incluso con la presión que genera un sólido mercado laboral y la presión sobre los precios de los servicios, limita las posibilidades de que la Fed suavice el tono restrictivo de la política monetaria si su objetivo es hacer que la inflación converja al 2% anual.
Sin recesión. El empleo mantiene un buen dinamismo, con los salarios reales en alza y la confianza del consumidor mejorando, por lo que el consumo privado sigue en crecimiento. A esto se suma un mejor desempeño en la inversión –que cae menos que en los trimestres anteriores debido a la recuperación de la construcción– y el gasto público. Con todo esto en cuenta, tras un crecimiento de 2,0% t/t en el 1Q23 (revisado al alza desde el 1,1% t/t inicial), las estimaciones para el 2Q23 apuntan a una expansión de 2% t/t. Por lo tanto, se cerraría un primer semestre mucho mejor de lo que el mercado esperaba a principios de año. Así, la economía esquivó la recesión, pero se espera que en los próximos trimestres, ante condiciones financieras más exigentes –especialmente para el consumidor– se observe un menor dinamismo, aunque de manera gradual, debido a una política monetaria más agresiva de lo esperado. El escenario de soft-landing continúa siendo el más probable.
Sólo una pausa. En la cuarta reunión del año, la Fed decidió mantener el rango de tasas de referencia en su nivel actual (5-5,25%). Esta es la primera pausa luego de 10 reuniones consecutivas en las que decidió elevar la tasa de referencia. Sin embargo, no todas fueron buenas noticias: en el comunicado que acompañó la decisión y en todas las declaraciones posteriores de Powell, la Fed mantuvo un tono restrictivo y enfatizó que muy probablemente en las próximas reuniones vuelvan a ajustar la tasa ante la persistencia de la inflación y el marcado dinamismo del mercado laboral. De hecho, en su pronóstico para este año, elevó la proyección de inflación Core a 3,9% i.a., frente al 3,6% i.a. en la estimación de marzo, y espera que la tasa de referencia termine el año en 5,6%. Al mismo tiempo, prevé un alza de 1% en el PBI; considerando que en el 1Q23 la economía se habría expandido al 2%, implícitamente la Fed está anticipando una importante desaceleración en el crecimiento. Así las cosas, el consenso de mercado espera que en la reunión del 16 de julio la Fed suba otros 25 pb la tasa, mientras que va ganando terreno la probabilidad (hoy en 25%) de que en la reunión del 20 de septiembre la eleve a 5,75%.
Sin default. Durante abril y mayo, un aspecto que aportó volatilidad e incertidumbre al mercado fue el debate en torno al "techo de la deuda pública del Tesoro estadounidense", actualmente en USD 31.400 MMM (120% del PBI). El problema no es el techo, sino el déficit que en los últimos años ha aumentado debido a la expansión del gasto asociada a la pandemia y, más recientemente, debido a la carga de intereses. Sin superávit, la deuda crece y, para evitar un default, requiere emitir más deuda, pero con la previa autorización de ambas cámaras legislativas. Dado el actual panorama político, las negociaciones no eran sencillas, pero finalmente se llegó a un acuerdo entre republicanos y demócratas: con 314 votos a favor y 117 en contra, suspendieron el techo de la deuda hasta 2025 a cambio de congelar el gasto discrecional, salvo en Defensa. Esto le permitirá al Tesoro estadounidense seguir aumentando la deuda y será el próximo Congreso quien defina el nuevo techo. Esto eliminó un elemento de incertidumbre para el mercado, ya que si no se hubiera llegado a un acuerdo, el Tesoro podría haber incumplido los pagos que tenía que realizar hasta el 5 de junio.
Mejoran los bancos. Tras la volatilidad y caída de algunos bancos regionales de gran envergadura en EE. UU., la situación del sistema financiero se tranquilizó y se alejó, al menos por el momento, del escenario de una crisis financiera al estilo de la de 2008/09. Esto no solo se puede apreciar en la evolución de las acciones del sistema financiero, sino también porque los bancos devolvieron prácticamente todas las líneas de liquidez que les proporcionó la Fed entre marzo y abril para responder a la salida de depósitos. Al mismo tiempo, los bancos más grandes de Wall Street superaron la prueba de estrés anual de la Reserva Federal: recordemos que por ley, todos los bancos con más de USD 100.000 M en activos están sujetos a pruebas de estrés. Los 23 prestamistas más grandes de EE. UU. demostraron que pueden resistir una severa recesión global y turbulencias en los mercados inmobiliarios. Los resultados muestran que la industria bancaria está fuerte y bien capitalizada.

Acciones, las grandes ganadoras. Las buenas noticias en cuanto al nivel de actividad económica, la menor incertidumbre sobre el límite de la deuda, una situación bancaria más normalizada, y las buenas perspectivas que genera la Inteligencia Artificial, resultaron en un rendimiento excepcional para las acciones en junio y cerraron un semestre con ganancias importantes. Sin embargo, la renta fija sigue presionada por una política monetaria más restrictiva. Concretamente, durante junio, el índice S&P 500 registró un aumento del 4,8%. A diferencia de los meses anteriores, la buena performance no se concentró en los sectores tecnológicos, sino que fue generalizada, destacándose consumo discrecional, industrial y materiales con una ganancia mensual del 10%. Con este resultado, en la primera mitad del año, el S&P 500 registró un aumento del 15%, impulsado por los sectores de comunicación, tecnología y consumo discrecional, que registraron aumentos promedio del 34%, mientras que el resto de los sectores tuvieron un aumento promedio del 3%. En lo que respecta a la renta fija, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. aumentaron (el rendimiento a 2 años subió del 4,39% al 4,87% y el rendimiento a 10 años del 3,64% al 3,84%), lo que resultó en una caída del 1,1% en el índice de bonos del Tesoro en el mes, y los bonos con calificación de inversión cayeron un 0,3%. Por otro lado, los bonos High Yield y emergentes tuvieron un aumento del 0,8% y 1,3%, respectivamente. Así, en lo que va del año, los índices de renta fija han registrado un modesto aumento promedio del 1,5%.
Una cartera global. La sólida performance de las acciones ha estado impulsando el rendimiento de nuestra cartera global, más que compensando la débil performance de la renta fija. Compuesta por un 35% de acciones diversificadas entre todos los sectores que componen el S&P 500 y acciones emergentes, el segmento de renta variable subió un 4,5% en el mes, ligeramente por debajo del 4,8% que logró el S&P 500. Mientras tanto, el segmento de renta fija cayó un 0,9%, en línea con la evolución del índice de referencia, lo que resultó en una ganancia mensual del 1% (comparado con el 1,4% del índice de referencia). En lo que va del año, el rendimiento de la cartera global alcanzó el 4,4%, explicado por un aumento del 10% en las acciones y del 1,1% en los bonos.
Acciones defensivas y bonos cortos. A diferencia del mes anterior, en el que estimábamos que la tasa de referencia se mantendría en 5,25% para lo que resta de 2023, de acuerdo con el último comunicado de la Fed y a la luz de las estimaciones de inflación, que siguen estando muy alejadas del objetivo, ahora corregimos al alza la proyección de tasas hasta el 5,75% para fin de año. A esto se agrega que la curva de rendimientos debe tender a normalizarse, por lo que esperamos una mayor presión en los bonos de mayor duración. Es por ello que prevemos que los indicadores de actividad se deterioren gradualmente en los próximos meses, debido a la restricción del crédito y un menor dinamismo del consumo. Sólo una desaceleración más marcada de la actividad podría hacer descender las tasas, lo que limitaría la recuperación de las acciones. En este escenario de aterrizaje suave, mantenemos nuestro sesgo hacia una cartera con mayor preponderancia de renta fija, priorizando los créditos de mayor calidad y menor duración, y los del Tesoro de EE. UU. A nivel de acciones, mantenemos la diversificación sectorial, con una mayor ponderación en los sectores defensivos y tecnológicos, y una participación en mercados emergentes que no supera el 10% de la cartera.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 29 de junio de 2023.
Noticias locales: el país hoy.
En la jornada de hoy, el Gobierno efectivizará el pago al FMI por casi USD 2.700 M, correspondientes a los vencimientos acumulados de los días 21/06 y 22/06. Según fuentes oficiales del Gobierno, se utilizarán el total de los Derechos Especiales de Giro (DEGs) en el BCRA (equivalente a USD 1.600 M) y el resto se cubrirá con yuanes del swap chino.
Ayer, en un comunicado oficial, el BCRA informó que habilitó la posibilidad de que se opere con cuentas bancarias nominadas en yuanes (renminbi) – caja de ahorro y cuenta corriente–. Los últimos pasos de la autoridad monetaria muestran que el uso de los yuanes del swap con China no se limitará al pago del comercio exterior. En concreto, es muy probable que se terminen convirtiendo los yuanes en dólares para cancelar las obligaciones de deuda con acreedores privados y para intervenir en el mercado de los dólares financieros.
En el mercado cambiario, el sector agropecuario tuvo una liquidación total de USD 46 M y USD 12 M al dólar agro, ya sin contar con la liquidación de soja, mientras que el BCRA totalizó ventas por USD 57 M. Desde el inicio del dólar agro, se han liquidado USD 5.385 M y el BCRA realizó compras netas por USD 687 M, equivalentes al 12,8% del total. Por otro lado, el stock de reservas internacionales bajó en USD 73 M, alcanzando los USD 30.784 M. En lo que va de 2023, las reservas acumulan una caída récord de USD 13.814 M.
En cuanto a la política cambiaria, el dólar oficial subió un 4,8% mensualizado, desacelerando fuertemente el ritmo de devaluación del día previo, cuya Tasa Efectiva Mensual (TEM) fue del 8,2%. En los últimos cinco días, el ritmo de depreciación cambiaria se moderó y pasó a una suba promedio diaria del 6,6%. De mantener este ritmo de devaluación, el mes de junio cerraría con una suba del 7,6%, lo cual es 0,3 pp por encima de lo esperado en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
Los dólares financieros cerraron al alza en las cotizaciones implícitas. El MEP avanzó 0,2% y cerró en $482,6 por dólar, mientras que el CCL ganó un 0,4% y se ubicó en $505,6 por dólar, acumulando un 46,9% de suba en lo que va de 2023. De esta manera, la brecha entre el MEP y el dólar oficial quedó en el 88,4%, y la del CCL alcanzó el 97,4%.
Los bonos soberanos cerraron alcistas en la jornada del jueves. Los bonares registraron variaciones entre el -0,7% y el +2,3%, siendo las principales alzas las del AL35 (2,3%) y AL41 (0,9%). Los bonos globales cerraron con variaciones entre -3% y +0,9%, y el riesgo país cerró en 2.061 pb, lo que representa un descenso del -1,7%.
En las curvas soberanas en pesos, los bonos CER cerraron con subas de 0,4%, las Lecer subieron 0,5%. En la curva de tasa fija, los Botes cerraron al alza (TO23 +1,2% y TO26 +0,3%), y las Ledes cedieron 0,3%. Por su parte, los duales cerraron con variaciones entre el -0,2% y el +0,6%, y los DLK cerraron negativos: T2V3 (-2,1%) y TV24 (-0,6%).
El índice Merval cerró al alza, un 1,7% en moneda local y un 1,2% en USD CCL, cerrando en USD 823. TRAN +6%, TGSU2 +3,9% y BYMA +3,4% fueron las acciones con mayores alzas, mientras que BBAR -2%, EDN -1,6% y MIRG -0,2% fueron las acciones con mayores bajas. En lo que va del año, el Merval acumula un aumento del 40,3% en USD CCL.

Noticias globales: el mundo hoy.
El jueves se difundió la tercera y última estimación del PBI de EE. UU. correspondiente al 1Q23. De acuerdo con el Departamento de Comercio, el crecimiento de la actividad económica fue del 2% t/t anualizado, cifra que supera al 1,4% t/t de la segunda revisión. Este resultado representa una desaceleración en comparación con el 2,6% t/t anualizado registrado en el 4Q22. La revisión al alza del gasto del consumidor y de las exportaciones determinó el incremento de la corrección. Sin embargo, tanto las importaciones como el gasto del gobierno federal fueron revisados a la baja. El informe indica que la ralentización en comparación con el 4Q22 se debió a una desaceleración de la inversión en inventarios privados y en la inversión fija no residencial.
Asimismo, se presentaron las nuevas solicitudes de subsidios por desempleo. Durante la última semana, se registraron 239.000 peticiones, una cifra inferior tanto a las 266.000 proyectadas, como a las 265.000 de la semana anterior. Tras tres semanas consecutivas en las que el indicador mantuvo valores similares a los de octubre de 2021, el mercado laboral vuelve a demostrar su resistencia a la política monetaria contractiva impulsada por la Fed.
En este escenario, los índices de renta variable cerraron la jornada del jueves con ganancias. Con los sectores de Servicios Financieros (+1,7%), Materiales (+1,3%) y Energía (+1,2%) destacándose, el S&P 500 avanzó un 0,45%. Paralelamente, reflejando el buen desempeño de las acciones cíclicas, el Dow Jones subió un 0,8%. En contrapartida, el Nasdaq concluyó la jornada sin variaciones.
Se registró un notable aumento en los rendimientos de los títulos de renta fija emitidos por el Tesoro de EE. UU. La tasa a 10 años ascendió 13 puntos básicos hasta el 3,84% y la tasa a 2 años se incrementó 15 puntos básicos, ubicándose en el 4,87%. En sintonía con esto, los precios de los bonos Investment Grade cayeron un 0,7% en promedio y los de los títulos High Yield descendieron un 0,3%. El US Dollar Index se apreció un 0,4%, cotizando a 103,3.
En cuanto a los commodities, la soja se negocia a un precio de USD 544 por tonelada en el mercado de Chicago, lo que significa un aumento del 2,1% respecto al cierre anterior. Por otro lado, el petróleo avanzó un 0,4% hasta los USD 69,8 por barril, mientras que el oro se mantuvo estable con una cotización de USD 1.910 por onza.
En otras regiones del mundo, se publicaron las primeras estimaciones del IPC de junio en países de la eurozona. En Alemania, se proyecta una variación m/m del 0,2%, lo que supondría una aceleración de los precios desde el -0,1% m/m del mes anterior. En España, el dato provisional muestra un aumento m/m del 0,6%, cifra considerablemente superior al 0,2% previsto.
Noticias locales: el país hoy.
En la tercera licitación del mes, el Tesoro Nacional logró colocar $873.173 M, consiguiendo financiamiento neto por $133.090 M y un roll-over del 118%. El 56,6% de las colocaciones se adjudicó a instrumentos que vencen en 2024 y 2025, mientras que el 43,4% restante tiene vencimiento en 2023 –entre julio y octubre–. El 51% de las colocaciones se destinaron a instrumentos que ajustan por inflación, con vencimiento en 2023, 2024 y 2025 respectivamente, el 40% a los bonos dollar linked, con vencimiento en abril y septiembre de 2024 respectivamente, y el 9% restante en Lelites. Con el resultado de esta licitación, en lo que va del año se acumuló un financiamiento neto de $1,8 billones.
En el mercado cambiario, el sector agropecuario registró una liquidación total de USD 113 M y USD 20 M al dólar agro, sin contar ya la liquidación de soja. Por su parte, el BCRA totalizó compras por USD 14 M. Desde el inicio del dólar agro, se han liquidado USD 5.372 M y el BCRA realizó compras netas por USD 730 M, equivalentes al 13,9% del total. Por otro lado, el stock de reservas internacionales disminuyó en USD 164 M, alcanzando los USD 30.857 M, el menor registro desde septiembre de 2016. En lo que va de 2023, las reservas acumulan una caída récord de USD 13.741 M.
En términos de política cambiaria, el dólar oficial subió un 8,2% en términos mensualizados, acelerando el ritmo de devaluación del día anterior, que fue del 7,6%. En los últimos cinco días, el ritmo de depreciación cambiaria se moderó, pasando a un incremento promedio diario del 6,8%. De mantener este ritmo de devaluación, junio cerraría con un aumento del 7,6%, lo cual es 0,3 pp por encima de lo esperado en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
Los dólares financieros cerraron mixtos en las cotizaciones implícitas. El MEP avanzó 0,4% y cerró en $481,8 por dólar, mientras que el CCL cayó un 1,2% y se ubicó en $503,5 por dólar, acumulando un incremento del 46,3% en lo que va de 2023. De esta manera, la brecha entre el MEP y el dólar oficial quedó en el 88,3%, y la del CCL alcanzó el 96,8%.
Los bonos soberanos cerraron al alza en la jornada del miércoles. Los bonares registraron variaciones entre el 0% y el +4,9%, siendo las principales alzas las del AL29 (4,9%) y AL30 (2,6%). Los bonos globales cerraron con variaciones entre -0,3% y 5,1%, y el riesgo país cerró en 2.098 pb (-1%).
En las curvas soberanas en pesos, los bonos CER cerraron con subas de 0,5%, las Lecer subieron 0,3%. En la curva de tasa fija, los Botes cerraron al alza, TO23 +0,2% y TO26 +1%, respectivamente, y las Ledes cedieron 0,3%. Por su parte, los duales cerraron con variaciones entre el -0,6% y el +0,9%, y los DLK cerraron en números rojos, T2V3 (-0,5%) y TV24 (-0,3%), respectivamente.
El índice Merval cerró en baja, un -1,6% en moneda local y un -0,4% en USD CCL, llegando a USD 813. TECO (+0,04%) fue la única acción que cerró al alza, mientras que CRES (-4,5%), TGSU (-3,3%) e YPF (-2,9%) fueron las acciones con las mayores caídas. En lo que va del año, el Merval acumula un incremento del 38,5% en USD CCL.
Noticias globales: el mundo hoy.
El presidente de la Reserva Federal de EE. UU., Jerome Powell, afirmó el miércoles que la Fed podría realizar dos nuevos aumentos en la tasa de interés de referencia en lo que resta del año. Durante una conferencia del Banco Central Europeo, señaló que la decisión de hacer una pausa a principios de este mes se debió a la necesidad de evaluar el impacto de la política monetaria contractiva en la actividad económica. Además, declaró que, aunque la política ya es restrictiva, este endurecimiento quizás no sea suficiente, y que el comité considera que aún hay más trabajo por hacer en la lucha contra la inflación. Sostuvo que las futuras decisiones se basarán en el desempeño de la economía.
En relación con lo anterior, la herramienta de CME Group asigna un 80% de probabilidades a que los funcionarios aumenten la tasa de interés 25 puntos básicos en la reunión de julio, mientras que el 20% restante se atribuye a la posibilidad de mantener la tasa de referencia en su rango actual (5–5,25%).
En este panorama, los índices de renta variable finalizaron la jornada de forma mixta. Con los sectores de Servicios Públicos (-1,6%), Materiales (-0,8%) y Consumo Básico (-0,8%) como los más afectados, el S&P 500 cedió un 0,05%. Por su parte, el Nasdaq, impulsado por el desempeño de Mercado Libre (+3,9%), Netflix (+3,1%) y Tesla (+2,4%), avanzó un 0,3% y el Dow Jones cayó un 0,2%.
Asimismo, los rendimientos de los títulos de renta fija emitidos por el Tesoro de EE. UU. cerraron la jornada a la baja. La tasa a 10 años cayó 6 puntos básicos hasta el 3,71%, y la tasa a 2 años perdió 5 puntos básicos, situándose en el 3,71%. En consonancia con lo anterior, los precios de los bonos Investment Grade avanzaron un 0,3% en promedio, y los de los bonos High Yield un 0,4%. Por su lado, el US Dollar Index se incrementó un 0,4% y cotiza a 102,9.
Respecto a los commodities, la soja se negocia a un precio de USD 534 por tonelada en el mercado de Chicago, registrando una baja del 2,8% respecto del cierre anterior. Mientras tanto, el petróleo, tras una fuerte caída el martes, recuperó un 2,1% y cotiza a USD 69 por barril. Por último, el oro cayó un 0,3% hasta los USD 1.910 por onza.

Noticias locales: el país hoy.
En la jornada de hoy, el Tesoro Nacional afrontará vencimientos por $738.000 M, estimándose que cerca del 70% está en manos privadas. Cabe señalar que en la primera licitación del mes, el Tesoro logró un roll-over superior al 200% y consiguió financiamiento neto por $432.000 M, siendo el 86% renovado por el sector privado. En el acumulado del año, el Tesoro Nacional colocó deuda neta en pesos por $1,7 billones.
En el mercado cambiario, el sector agropecuario registró una liquidación total de USD 77 M y USD 15 M al dólar agro –ya sin contar con la liquidación de soja–, mientras que el BCRA totalizó ventas netas por USD 123 M. Desde el inicio del dólar agro, se han liquidado USD 5.352 M y el BCRA ha realizado compras netas por USD 732 M, equivalentes al 13,7% del total. Por otro lado, el stock de reservas internacionales bajó en USD 133 M, alcanzando los USD 31.021 M. En lo que va de 2023, las reservas acumulan una caída récord de USD 13.577 M.
En cuanto a la política cambiaria, el dólar oficial subió un 7,6% mensualizado, acelerando el ritmo de devaluación del día previo –cuyo TEM era 6,3%–. En los últimos cinco días, el ritmo de depreciación cambiaria se moderó y pasó a una suba promedio diaria del 6,6%. De mantener este ritmo de devaluación, el mes de junio cerraría con una suba de 7,6%, lo cual es 0,3 pp por encima de lo esperado en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
Los dólares financieros cerraron mixtos en las cotizaciones implícitas. El MEP avanzó 0,2% y cerró en $479,7 por dólar, mientras que el CCL cedió un 0,1% y se ubicó en $509,8 por dólar, acumulando un 48,1% de suba en lo que va de 2023. De esta manera, la brecha entre el MEP y el dólar oficial quedó en el 88%, y la del CCL alcanzó el 99,7%.
Los bonos soberanos cerraron bajistas en la jornada del martes. Los bonares registraron variaciones entre -1,4% y -0,7%, siendo las principales caídas las del AL29 (-1,4%) y AL41 (-1,2%). Los bonos globales cerraron con variaciones entre -2,7% y 0,8%, y el riesgo país cerró en 2.120 pb, aumentando un 1,2%.
En cuanto a las curvas soberanas en pesos, los bonos CER cerraron con subas de 0,4%, las Lecer subieron 0,2%. En la curva de tasa fija, los Botes cerraron al alza –TO23 +0,6% y TO26 -0,7%–, y las Ledes avanzaron 0,6%. Por su parte, los duales cerraron con variaciones entre -0,8% y +0,5%, y los DLK cerraron mixtos: T2V3 (+0,6%) y TV24 (-0,4%).
El índice Merval cerró en baja, un 3,7% en moneda local y un 3,6% en USD CCL, alcanzando los USD 816. LOMA +3,8% fue la única acción que cerró al alza, mientras que EDN -10,3%, TRAN -6,9% y ALUA -6%, fueron las acciones con mayores bajas. En lo que va del año, el Merval acumula un aumento del 39,1% en USD CCL.

Noticias globales: el mundo hoy.
El Índice de Confianza del Consumidor estadounidense de junio, elaborado por The Conference Board, marcó 110, cifra considerablemente superior al resultado de 104 que esperaban los analistas, y al de 102,5 registrado en mayo. Con este resultado, alcanzó el nivel más alto desde enero de 2022. Sin embargo, la mayoría de los encuestados señaló que espera una recesión en el próximo semestre, a más tardar en el próximo año. Por otro lado, los consumidores redujeron al 6% –desde el 6,1% anterior– sus expectativas de inflación para los siguientes 12 meses.
Los índices de renta variable reaccionaron de forma positiva, cerrando la jornada del martes con ganancias. Con los sectores de Consumo Discrecional (+2,1%), Tecnología (+2%) y Comunicaciones (+1,7%) como los más destacados, el S&P 500 avanzó un 1,2%. Mientras tanto, el Nasdaq, favorecido por la actuación de Tesla (+3,8%), Block (+3,5%) y AMD (+2,7%), subió un 1,7%. Por su parte, el Dow Jones ganó un 0,6%.
Asimismo, la curva de rendimientos de los títulos de renta fija emitidos por el Tesoro de EE. UU. finalizó la jornada al alza. La tasa a 10 años se incrementó 5 puntos básicos, situándose en el 3,77%, y la tasa a 2 años avanzó 2 puntos básicos, ubicándose en el 4,76%. Por otro lado, el US Dollar Index cedió un 0,2% y cotiza a 102,7.
En cuanto a los commodities, la soja se negocia a un precio de USD 547 por tonelada en el mercado de Chicago, marcando una caída del 2% respecto del último cierre. En la misma línea, el petróleo retrocedió un 2,4% hasta los USD 67 por barril y el oro perdió un 0,5%, situándose en USD 1.920 por onza.
En otras partes del mundo, se difundieron los datos del IPC amplio de Brasil. Este indicador, que mide la inflación general en intervalos menores a un mes, registró una variación del 0,04% durante la segunda quincena de mayo y la primera semana de junio, brindando señales de que continúa la desaceleración en los precios. Este dato refuerza las presiones que está recibiendo el Banco Central por parte del Poder Ejecutivo para comenzar a reducir la tasa de interés de referencia. Los analistas proyectan una tasa SELIC del 12,25% para finales de año, lo que representaría un recorte de 1,5 puntos porcentuales desde su nivel actual, el cual es del 13,75%.
Noticias locales: el país hoy.
Ayer, el Ministerio de Economía publicó los instrumentos disponibles para la licitación del Tesoro Nacional del próximo miércoles: LELITE a julio (por $40.000 M), LECER a octubre (por $30.000 M); LECER a noviembre ($30.000 M), BONCER a abril de 2024 (por $30.000 M), instrumentos ajustados por Dollar Linked abril 2024 (por USD 100 M) y Dollar Linked septiembre (por USD 100 M), y BONCER a febrero de 2025 (por $30.000 M).
En el mercado cambiario, el sector agropecuario liquidó un total de USD 200 M y USD 10 M al dólar agro –ya sin contar con la liquidación de soja–, mientras que el BCRA totalizó compras por USD 11 M. Desde el inicio del dólar agro, se han liquidado USD 5.336 M, y el BCRA ha realizado compras netas por USD 858 M (equivalentes al 16,1% del total). Por otro lado, el stock de reservas internacionales descendió en 120 M USD, situándose en USD 31.154 M. En lo que va de 2023, las reservas acumulan una caída récord de USD 13.444 M.
En cuanto a la política cambiaria, el dólar oficial experimentó un alza del 6,1% mensualizado, acelerando el ritmo de devaluación del pasado viernes (TEM 5,9%). En los últimos cinco días, el ritmo de depreciación cambiaria se moderó y pasó a un aumento promedio diario del 6,5%. Si se mantiene este ritmo de devaluación, el mes de junio cerraría con un aumento del 7,6%, que es 0,3 puntos porcentuales por encima de lo esperado en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
Los dólares financieros cerraron al alza en las cotizaciones implícitas. El MEP avanzó un 0,4% y cerró en $480,5 por dólar, mientras que el CCL ganó un 0,8% y se situó en $511,2 por dólar, acumulando un alza del 48,6% en lo que va de 2023. De esta manera, la brecha entre el MEP y el dólar oficial quedó en el 90,3%, y la del CCL alcanzó el 102,4%.
Los bonos soberanos iniciaron la semana en alza, después del cierre de las candidaturas presidenciales con opciones más atractivas para el mercado. Los Bonares registraron variaciones entre el 3,6% y el 5,8%, siendo las principales alzas las del AL30 (5,8%) y AL29 (4,9%). Los bonos globales cerraron con variaciones entre el -0,6% y el 5,7%, y el riesgo país se situó en 2.095 pb (-6,1%).
En las curvas soberanas en pesos, los bonos CER cerraron con alzas del 0,2%, y las LECER subieron un 0,5%. En la curva de tasa fija, los BOTES cerraron al alza (TO23 +0,2% y TO26 5,1%), y las LEDES avanzaron un 0,7%. Por su parte, los bonos duales cerraron con variaciones entre el -1,9% y el +1,3%, y los DLK cerraron con movimientos mixtos: T2V3 (–1,2%) y TV24 (+0,2%).
El índice Merval cerró en alza, un 2,8% en moneda local y un 4,7% en dólares CCL, situándose en USD 847. Las acciones con mayores alzas fueron EDN (+16,8%), BMA (+7,2%) y BBAR (+6,5%), mientras que las de mayores bajas fueron TECO (-2%), BYMA (-0,5%) y PAMP (-0,4%). En lo que va del año, el Merval acumula un aumento del 44% en dólares CCL.

Noticias globales: el mundo hoy.
El inicio de la semana se vio marcado por la incertidumbre en torno a los acontecimientos ocurridos en Rusia durante el fin de semana. La amenaza de un golpe de estado en Rusia, por parte del jefe del Grupo Wagner, provocó un incremento en la cotización del petróleo debido a potenciales problemas de abastecimiento en el mercado global de energía. Sin embargo, una vez neutralizada la amenaza, los precios del petróleo se corrigieron y cerraron con leves bajas.
A poco menos de un mes para la reunión de la Fed, la herramienta del CME Group aumentó las probabilidades de que los funcionarios de la Reserva Federal opten por un alza de 25 puntos básicos en la tasa de interés en su reunión de julio, a un 76% –desde el 74% de la semana anterior–. El 24% restante se atribuye a la posibilidad de que la tasa de referencia se mantenga en el rango actual (5 - 5,25%).
En este panorama, los índices de renta variable concluyeron la jornada en forma negativa, liderados por la caída en las acciones tecnológicas –Tesla (-6,1%), Nvidia (-3,7%) y Meta Platforms (-3,6%)–. El S&P 500 cedió un 0,4%, el Nasdaq perdió un 1,4%, mientras que el Dow Jones finalizó estable.
A su vez, se registró un aumento en los rendimientos de los títulos de renta fija emitidos por el Tesoro de EE. UU. La tasa a 10 años se mantuvo estable en 3,72% y la tasa a 2 años ganó un punto básico, situándose en el 4,74%. Por otro lado, el US Dollar Index cedió 0,2% y cotiza a 102,7.
En cuanto a los commodities, la soja se negocia a un precio de USD 558 por tonelada en el mercado de Chicago, lo que representa una subida del 1,8% respecto al último cierre. Mientras tanto, el petróleo avanzó 0,3%, alcanzando los USD 69,4 por barril, y el oro ganó 0,1%, cotizando a USD 1.923 por onza.
En Brasil, se publicó el Índice de Confianza del Consumidor, que reflejó un aumento de 4,1 puntos, alcanzando los 92,3 puntos en junio (desde 88,2 puntos en mayo). Este es el registro más alto desde febrero de 2019, con mejoras tanto en la percepción de la situación actual (+4,4 puntos) como en las expectativas futuras (+3,6 puntos).
En una semana corta, los futuros marcaron una moderada suba de 0,3%...
En una semana corta, los futuros marcaron una moderada suba de 0,3%. Cayeron los contratos cortos hasta septiembre y subieron de octubre en adelante. Nuestra lectura es que el mercado otorga más chances a la probabilidad de que el gobierno se mantenga competitivo electoralmente y siga pisando el tipo de cambio. Veremos esta semana cuál es el impacto de que UxP haya presentado una lista de unidad encabezada por Massa.
A estos precios, la curva marca una devaluación mensual promedio de 8,4% para lo que queda de junio, de 11,6% en julio y de 11,2% para para el 2023. Como referencia, en los últimos cinco días hábiles el crawling del A3500 mantuvo un ritmo de 7,2% mensual.
Así las cosas, la curva de contratos se amplió en 117 pbs y continúa empinándose. Los contratos tienen un rango de rendimientos de 99%-132% entre junio y julio, 158%-167% entre agosto y noviembre, 192% y 194% desde diciembre en adelante.
En la semana vimos un volumen de 2 millones de contratos, algo más elevado que lo que veníamos viendo en línea con la cercanía a fin de mes. El interés abierto promedio de la semana fue de 4,2 millones de contratos, y esta semana posiblemente se superen los 4,5 millones de contratos que se alcanzaron a finales de mayo.



Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local e internacional.
Fue una mala semana para los mercados financieros globales, con caídas generalizadas. La inflación aún se mantiene en niveles elevados y el ajuste monetario continúa con varios bancos centrales subiendo la tasa de referencia. Al mismo tiempo, Powell confirmó su compromiso de seguir ajustando la tasa de interés en las próximas reuniones. Esto aumentó las expectativas de un menor dinamismo de la actividad económica global –en algunos casos recesión– para los próximos trimestres. En este contexto, tras cinco semanas consecutivas al alza, las acciones y los commodities experimentaron caídas en la última semana, mientras que los bonos mostraron un comportamiento más estable y el dólar se apreció frente a la mayoría de las monedas. Esta semana, la atención estará puesta en EE. UU., en los resultados de ingresos y gastos del consumidor de mayo y en la evolución semanal de las solicitudes de desempleo, que en junio vienen subiendo, reflejo de que el mercado laboral y la actividad podrían estar moderando su dinamismo.
El ajuste monetario continúa. Reforzando el tono del comunicado que acompañó a la última reunión de la Fed, en su presentación semestral ante el Congreso de EE. UU., Powell remarcó que queda camino por recorrer para que la inflación vuelva al objetivo del 2% y que la mayoría de los miembros considera apropiado seguir subiendo las tasas de interés, al menos otros 50 pb. Con esto, el mercado volvió a aumentar la probabilidad –ahora llega al 73%– de que en la reunión del próximo 16 de julio, la tasa suba otros 25 pb, aunque por ahora no se le asignan mayores posibilidades a otra subida en las reuniones posteriores que quedan hasta fin de año. Del otro lado del Atlántico, se observa el mismo comportamiento: la inflación en la Eurozona y el Reino Unido no baja a la velocidad esperada –incluso se aceleró en el último mes en Reino Unido–. De hecho, tras el aumento que había realizado el BCE que llevó la tasa al 4%, la semana pasada el Banco de Inglaterra sorprendió al mercado con un alza de 50 pb en la tasa de referencia, que llegó al 5%.
Señales de moderación. Aunque en lo que va del año la actividad de EE. UU. mostró un buen dinamismo, superando las expectativas, en la última semana los indicadores publicados despiertan cierta preocupación. Por un lado, el PMI Compuesto de junio marcó 53 puntos, por debajo del 54,3 del mes anterior, debido principalmente a la mala performance del sector manufacturero –cayó de 48,4 en mayo a 46,3– y, en menor medida, al sector de servicios –sigue en modo expansivo pero bajó de 54,9 a 54,1–. Por otro lado, las solicitudes de subsidios por desempleo de la última semana volvieron a marcar 264 mil, por lo que el promedio de junio se ubica 30 mil por encima del de mayo y en el nivel más alto desde octubre de 2021, lo que podría estar reflejando un deterioro del mercado laboral. Por su parte, el índice líder del Conference Board en mayo marcó una caída del 0,7%, acumulando un descenso del 4,3% en los últimos seis meses, producto del deterioro de las expectativas de los consumidores sobre las condiciones empresariales y el empeoramiento de las condiciones crediticias. Según este indicador, el PBI de EE. UU. podría caer en el segundo semestre de este año.
El dólar se apreció y los commodities cayeron. Contrario al comportamiento del último mes, en la última semana los temores de recesión global golpearon a los commodities –excepto en los agrícolas, que siguieron en alza debido a la sequía que afecta al hemisferio norte–, mientras que el dólar se apreció contra la mayoría de las monedas. Concretamente, el US Dollar Index subió un 0,6% y el índice de commodities cayó un 3% en la semana. Esto último se explicó por el petróleo, que cayó un 3,7% –nuevamente cerró la semana por debajo de los USD 70 el barril–, y el cobre, que bajó un 2,0%, mientras que la soja subió un 2% –en el mes acumula un alza del 15%–. El oro continuó con la tendencia de las últimas semanas y cerró en USD 1.919 la onza, un 1,9% más abajo que la semana previa.
Bonos estables. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. tuvieron una semana estable y con un comportamiento heterogéneo, con las tasas cortas al alza y las largas a la baja. La UST2Y subió 3 pb hasta el 4,75% mientras que la USDT10Y cedió 3 pb hasta el 3,74%. En este contexto, el índice de bonos del Tesoro y los Investment Grade no experimentaron cambios significativos respecto a la semana anterior, mientras que los High Yield cayeron un 1,0%. Los bonos emergentes tuvieron un buen rendimiento al marcar una ganancia del 0,3% en la semana, acumulando en el mes un alza del 1,5%.
Fin del rally. Después de cinco semanas consecutivas al alza –en las que habían acumulado un alza superior al 6%–, en la última semana las acciones tuvieron un rendimiento negativo con caídas generalizadas. El S&P 500 cayó un 1,4% y todos los sectores que lo componen operaron a la baja, entre los que se destacaron los sectores energético e inmobiliario, con caídas del 4,3% y 4,9%, respectivamente. También fue mala la semana para el resto del mundo, que bajó un 3,5% en la semana y, en particular, para la bolsa de China, que cayó un 7,3% –varios bancos están ajustando las estimaciones de crecimiento para este año y 2024–, mientras que Europa y Japón mostraron bajas del 3,3% y 3,5%, respectivamente. Las acciones de América Latina tuvieron el mejor desempeño relativo, presentando una caída de apenas un 0,9%, gracias a que Brasil siguió aportando buenos resultados, marcando un alza del 1,1%, acumulando en lo que va de junio una ganancia del 13,4%. En la última semana, el Banco Central de Brasil (BCB) mantuvo por séptima reunión consecutiva la tasa de interés de referencia en el 13,75%, mientras que las proyecciones de crecimiento del mercado continúan mejorando, previendo un crecimiento del 2,1% para este año, 1 pp por encima de la proyección de un mes atrás.
Lo que viene. Las miradas de esta semana se concentran en los datos de ingreso y gasto personal de EE. UU. correspondientes a mayo –el consenso espera una caída del 0,2% en el gasto y un aumento en la tasa de ahorro–. En relación con esto último, también se publicará el índice de Precios PCE, que es el favorito de la Fed, y se espera un alza similar a la que tuvo el IPC publicado la semana pasada. También se publicarán otros indicadores importantes como el índice de precio de viviendas Case-Shiller y la tercera –y última– estimación del PBI del 1Q23. No menos importante será la publicación de las pruebas de estrés de los bancos estadounidenses, que se realizará el miércoles. En el resto del mundo, también se destaca la primera estimación del IPC de junio de la Eurozona y el PMI manufacturero de China.
Otra semana positiva para los activos locales, en alza desde mediados de abril. Se destacaron los bonos soberanos que experimentaron un fuerte repunte, mientras que el riesgo país retrocedió al nivel más bajo desde marzo. El rally de bonos y acciones obedeció a las expectativas electorales, en un contexto de precios atractivos y un entorno global favorable. Sin embargo, continúan las malas noticias para la solvencia macroeconómica: el déficit fiscal aumentó, el saldo comercial se tornó más deficitario y las reservas internacionales volvieron a caer con fuerza. El BCRA moderó el ritmo de devaluación y la brecha cambiaria se mantuvo, aunque sigue superando el 100% y no logra retroceder a los niveles previos al salto de abril. La semana arranca con las expectativas en la reacción del mercado al cierre de las listas que competirán en las PASO y a las negociaciones con el FMI.
Más déficit fiscal y comercial. Los fundamentals de la economía continúan deteriorándose. A pesar de que las miradas del mercado se centran en la evolución de las reservas, el tipo de cambio y la inflación, no debe perderse de vista el incremento en el déficit fiscal y comercial. En cuanto al primero, en mayo, el Sector Público Nacional registró un déficit primario de $247.651 M (0,15% del PIB) y un déficit financiero de $631.100 M (0,38% del PBI). Con este resultado, en cinco meses acumuló un déficit de $1,26 billones (0,76% del PIB) y ya se consumió toda la meta fiscal del 2Q23 acordada con el FMI. Para cumplirla, debería registrar un superávit de $88.000 M. El deterioro fiscal se debió a que los ingresos cayeron 10% i.a. real –principalmente por menores retenciones–, mientras que el gasto bajó 7% i.a. real debido al ajuste real en jubilaciones, transferencias a provincias y subsidios. Por el lado de las cuentas externas, la balanza comercial de bienes en mayo registró un déficit de USD 1.154 M (contra un superávit de USD 360 M en mayo de 2022), por lo que entre enero y mayo acumuló un déficit de USD 2.600 M, cuando en el mismo período del año pasado había marcado un excedente de USD 3.200 M. El fuerte deterioro en la balanza comercial se explicó por el derrumbe de las exportaciones, que en los primeros cinco meses del año cayeron 22% i.a., mientras que las importaciones aumentaron 6% i.a.
Más venta de dólares y menos reservas. A pesar de haber sido una semana con solo tres ruedas, el BCRA continuó perdiendo reservas internacionales y no fue peor solo porque no se le pagó al FMI las dos cuotas que vencían por más de USD 2.700 M. Concretamente, con el agro liquidando USD 300 M –USD 100 M por día, bastante mejor que las dos semanas previas, cuando había liquidado USD65 M por día– el BCRA vendió USD 204 M en el mercado de cambios y acumula en lo que va de junio ventas netas por USD 552 M. Esto, sumado a otras operaciones del BCRA –entre las que se destaca las intervenciones en el mercado de bonos– por USD 374 M, determinó una caída de USD 578 M del stock de reservas internacionales que cerró en USD 31.274 M –el nivel más bajo desde septiembre de 2016– en tanto que las reservas netas cayeron hasta USD 2.500 M negativas. En cuanto a los vencimientos de deuda con FMI, el gobierno sigue negociando el desembolso trimestral para cubrir estos vencimientos –creemos que lo tendrá– pero deberá esperar a la aprobación del directorio recién para mediados de julio. Se abre así un período de mayor tensión para las reservas internacionales debido a los vencimientos de deuda extranjera en un contexto en el que el BCRA vende cada vez más divisas para contener el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial.
Conteniendo la brecha. A pesar de la fragilidad en el mercado de cambios y las reservas netas cada vez más negativas, el BCRA viene moderando el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial. En la última semana lo incrementó al 6,5% mensual (+1,5%) mientras que en lo que va de junio lo hace al 7,7% mensual. Los dólares financieros, como viene ocurriendo en el último mes, tuvieron un comportamiento relativamente estable aunque en la última jornada de la semana tuvieron cierto repunte. Concretamente, el MEP subió 0,9% en la semana, el CCL con GD30 cayó 1,5% mientras que el CCL medido con ADRs repuntó 2,5% y cerró en $520, dejando la brecha con el oficial en 105%, nivel que viene respetando desde el salto de abril –aunque tuvo un pico de 120% a principios de mayo–.
Continuó el rally de bonos y acciones. Los activos locales siguieron con la racha alcista que vienen marcando desde el 20 de abril. En la última semana los bonos soberanos en moneda extranjera fueron los grandes ganadores con una suba de 8,5%, acumulando en lo que va de junio un alza de casi el 20% y del 27% desde la tercera semana de abril. Esto hizo retroceder al riesgo país hasta 2.232 pb, el nivel más bajo desde fines de marzo. Vale destacar que en lo que va del año tuvieron un alza promedio de 12%, impulsado por los bonos de legislación internacional que repuntaron 16%, mientras que los de legislación local lo hicieron solo 7%. El AL30 fue el de mejor desempeño semanal con una ganancia de 13%, por lo que la brecha con el GD30 se achicó al 22% - había llegado al 30% a principios de mayo y en los primeros 4 meses del año promedió 16%-. Por el lado de las acciones, el Merval perdió algo de impulso –especialmente en las últimas dos ruedas– y subió 0,3% medido en CCL (2,8% en moneda local), aunque sigue marcando un muy buen desempeño al acumular en junio una ganancia de 16% y de 33% en lo que va del año. En cuanto a los bonos en moneda local, los de tasa fija volvieron a ser los de mejor desempeño al marcar un alza de 3,6% en la semana y 10,1% en lo que va de junio, seguido por los bonos ajustables por inflación con un alza de 2,8% semanal, contra el 1,8% de los duales y 1,6% de los ajustables por tipo de cambio.
Todos anotados para las PASO. Llegó el día de la primera posta de la transición hasta el nuevo gobierno que asuma el 10 de diciembre. Tras dos meses de negociaciones internas, se definieron las listas para competir en las PASO del 13 de agosto. El oficialismo logró una lista de unidad –deberá competir contra Grabois, lo cual es una mera formalidad– con Massa como candidato a Presidente, en tanto que en la oposición todo se dio como se preveía, con fórmulas combinadas entre el Pro y la UCR. Arranca la campaña hasta la segunda posta de la transición. Hasta el momento las encuestas dan a JxC como mayores chances –con una leve ventaja de Patricia Bullrich–, al oficialismo segundo con cerca del 30% y a un Milei debilitado en las últimas semanas, orillando el 20%. Parte de esto se notó en las elecciones provinciales que se desarrollaron hasta ahora, en las que se observa una notable mejora de JxC que recuperó 8% de los votos mientras que el oficialismo perdió 3% y los libertarios no llegaron al 5% de los votos. En el caso de la provincia de Córdoba, el Schiarettista Martín Llaryora ganó por un muy escaso margen a Luis Juez de JxC (42,6% a 40,0%) y se notó una importante pérdida de votos para el oficialismo cordobés y una mejora sustancial en los votos a la oposición.
Lo que viene. Las miradas de esta semana estarán en el día después de las listas. En un contexto en el que los precios de los activos argentinos vienen teniendo un fuerte rally alcista y aún lucen atractivos, el mercado debatirá qué escenario electoral se dará post Paso. Seguimos esperando un mercado volátil y expectante de las propuestas de los candidatos, aunque con una economía cada vez más frágil. Será importante la evolución de las negociaciones con el FMI para evitar seguir acumulando atrasos y no debilitar aún más las reservas internacionales.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 23/06/2023
Dónde y cómo invierten los más jóvenes
La Generación Z, también conocida como "Gen Z" o "Zoomers", comprende a los nacidos entre 1996 y 2016. De acuerdo a un informe realizado por Bank of America, se considera a esta generación como la más disruptiva en la historia, habiendo crecido en un entorno digital. Son nativos digitales y han tenido acceso a internet y dispositivos móviles desde temprana edad. Eventos clave como la crisis financiera de 2008, el auge de las redes sociales y el rápido avance tecnológico han moldeado su perspectiva y comportamiento.
A su vez, los cambios demográficos y los eventos globales de los últimos diez años, como la pandemia de COVID-19, han impactado en su forma de entender y afrontar el estudio, ocio, proyecciones de trabajo e inversiones. Porque aun viviendo con sus padres, los denominados Zoomers ya empiezan a diseñar su portafolio y tener una posición en los mercados. ¿Qué motiva y cómo invierte esta joven generación de inversores?
Educación financiera temprana como base para la inversión
En comparación con generaciones anteriores, se ha observado que la educación financiera en la escuela secundaria es más común entre los Zoomers. Este enfoque temprano proporciona una mejor comprensión de los conceptos financieros, permite aprender sobre diferentes tipos de inversiones y desarrollar habilidades a fin de administrar su dinero de manera responsable.
Este interés genuino supone un desafío para instituciones educativas y responsables de la generación de políticas: resultará cada vez más clave desarrollar programas educativos efectivos que brinden a los jóvenes las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos financieros actuales y futuros. Los “Gen Z” no buscan solo entretenimiento sino también información.
Factores que influyen en las decisiones de inversión
La Generación Z se enfrenta a dificultades para ahorrar debido a la denominada "permacrisis" global y a la inflación. Sin embargo, en este contexto, se ha observado que casi la mitad de los inversores de esta generación en Estados Unidos ha sido motivada a invertir mediante incentivos promocionales, como dinero en efectivo, criptomonedas o acciones.
La posibilidad de comenzar a invertir en pequeñas cantidades es un aspecto a destacar, ya que permite a los jóvenes invertir gradualmente y desarrollar habilidades financieras sin comprometer grandes sumas de dinero. La curiosidad también juega un rol importante, ya que muchos miembros de la Generación Z están interesados en aprender sobre los mercados financieros y descubrir cómo hacer crecer su dinero.
No podemos pasar por alto el temor a perder una oportunidad de obtener ganancias, conocido como FOMO (Fear of Missing Out), que juega un papel significativo en las decisiones de inversión de esta generación. La rápida evolución del mundo financiero y las historias de inversiones exitosas generan un sentido de urgencia en la Generación Z, incitándolos a aprovechar las oportunidades y obtener rendimientos favorables.
El 50% de los inversores de esta generación admite haber realizado una inversión motivados por el FOMO. De este porcentaje, la mitad admite haber invertido en criptomonedas. Este tipo de comportamiento es más popular en China, donde la influencia de las redes sociales y las tendencias de inversión viral tienen un impacto significativo en las decisiones de inversión de la Generación Z.
Plataformas de inversión e influencers
La apertura de cuentas de inversión se ha vuelto más accesible y conveniente para los Zoomers que para las generaciones anteriores a su misma edad. Gracias a las plataformas digitales y las aplicaciones móviles, el proceso de inversión se ha simplificado enormemente, lo que permite a los jóvenes inversores abrir cuentas de manera rápida y económica.
En esa línea, la Generación Z es conocida por utilizar aplicaciones móviles y plataformas digitales para investigar y realizar transacciones de inversión. Estas aplicaciones ofrecen barreras de entrada más bajas y permiten comenzar a invertir con cantidades más pequeñas.
Por otro lado, los Zoomers se sienten atraídos por referentes financieros que comparten consejos de inversión en redes sociales. Plataformas como TikTok, donde más del 45% de los usuarios pertenece a esta generación según statista.com, se han vuelto especialmente populares. Es importante destacar que estos jóvenes inversores no solo buscan oportunidades de inversión, sino que también desean participar activamente en las decisiones de las empresas en las que invierten. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en el interés de influir en las empresas para que adopten prácticas más sostenibles y responsables. Lo que nos lleva al siguiente punto.
En comparación con otras generaciones, la Generación Z es la que más uso hace de aplicaciones de inversión. Su dominio de la tecnología y su confianza en las transacciones digitales les permiten aprovechar al máximo las plataformas y aplicaciones de inversión, lo que facilita su participación en el mercado financiero.
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Conciencia social y sostenibilidad
Antes de invertir, la Generación Z se caracteriza por realizar investigaciones minuciosas sobre las empresas, tanto en términos de calidad de productos como de su postura frente a causas sociales. Poseen una fuerte preocupación por problemas sociales y medioambientales, lo que hace que a la hora de elegir prioricen la inversión de impacto y evalúen los invertibles de las compañías según los factores ESG (gobierno ambiental, social y corporativo). Prefieren empresas que promueven prácticas éticas y sostenibles, y eso se refleja en sus elecciones de inversión.
Objetivos financieros y ahorro a largo plazo
Los Zoomers tienen objetivos financieros claros como ahorrar para la educación superior, adquirir una vivienda y lograr la independencia financiera. Estas metas influyen claramente en sus decisiones de inversión, ya que se apalancan en los mercados para alcanzarlas. Es una generación que activamente busca soluciones para mejorar su bienestar financiero: 9 de cada 10 personas de la generación Z aseguran que planear su futuro financiero les hace sentir empoderados, según un estudio realizado por MSCI en marzo 2020.
Distribución geográfica y género
Canadá se destaca como el país con el mayor porcentaje de inversores de la Generación Z, seguido por Estados Unidos, Reino Unido y China, según un estudio realizado por FINRA y CFA Institute. Casi el 74% de los canadienses de la Generación Z, entre los 18 y 25 años, dice poseer al menos una inversión, en comparación con el 56% en Estados Unidos, el 49% en Reino Unido y el 57% en China. Esta diferencia puede atribuirse a factores como la disponibilidad de educación financiera, el acceso a plataformas de inversión y la cultura de inversión en cada país.
En cuanto al género, de acuerdo al estudio mencionado anteriormente, se observa que el 48% de las mujeres de la Generación Z tiene inversiones en comparación con el 60% de los hombres. Si bien es algo intergeneracional el hecho de que las mujeres tienen menos confianza que los hombres en su capacidad de administrar las finanzas, las más jóvenes son las que están reduciendo la brecha, dado que toman un papel más activo en sus finanzas. Tienen más iniciativa en las decisiones financieras y son las que más invierten por fuera de los planes de pensiones en comparación con generaciones anteriores.
Las mujeres se destacan por su éxito en la inversión ya que toman decisiones financieras racionales y a largo plazo, lo que les permite obtener mejores resultados en sus inversiones. Además, muestran disciplina y evitan comportamientos impulsivos. Según un análisis realizado por Fidelity en 2020, que estudió las cuentas de clientes de 2011 a 2020, se encontró que las mujeres obtuvieron un rendimiento mayor que los hombres, en promedio alrededor del 0,4%. Esto se debe a que las mujeres realizaron la mitad de operaciones de compra y venta en comparación con los hombres.
Las tecnologías financieras emergentes son particularmente populares entre la Generación Z. Los hombres son más propensos a tener criptomonedas y NFT, casi duplicando en tamaño a las mujeres. Esto puede deberse a la mayor familiaridad y afinidad de los hombres con las tecnologías digitales y las nuevas formas de inversión.

Conclusión
La Generación Z está transformando el panorama de los mercados financieros con su sólida educación financiera, dominio tecnológico y enfoque en la inversión de impacto. Estos jóvenes demuestran un creciente interés y participación en inversiones, aprovechando las aplicaciones móviles y plataformas digitales para investigar y realizar transacciones de manera accesible. Proporcionarles la orientación y las herramientas adecuadas les permitirá construir un futuro financiero estable y exitoso. La Generación Z tiene el potencial de marcar una nueva era en el mundo de las inversiones, impulsando un enfoque más consciente y sostenible.
Noticias locales: el país hoy.
En mayo, el Sector Público Nacional registró un déficit primario de $247.651 M (0,15% del PIB), cifra superior a la de mayo del año pasado, cuando había sido de $162.412 M. A esto se sumó el incremento del pago de intereses, que totalizó $383.421 M (+123,7% i.a. en términos reales), llevando el déficit financiero a $631.072 M (0,38% del PIB). En el acumulado de los primeros cinco meses del año, el déficit primario ascendió a $1,26 billones (0,76% del PIB), superando la meta del mes de junio acordada con el FMI, que era de $1,18 billones.
Los ingresos cayeron 4,4% i.a. en términos reales, producto de la menor recaudación en derechos de exportación (-45,4% i.a.), debido al impacto de la sequía. Asimismo, los derechos de importación cayeron 2,1% i.a. y el impuesto a las ganancias disminuyó 12,1% i.a., ambos en términos reales. Los gastos registraron una caída del 7,5% i.a. en términos reales, explicado por una disminución de 19,5% en prestaciones sociales, de 10,2% en jubilaciones y pensiones, y de 29,4% en transferencias a provincias, entre otros.
Finalmente, el Gobierno no pagó los vencimientos con el FMI por USD 2.700 M –USD 920 M vencían el miércoles y USD 1.700 M, ayer respectivamente–. Se espera que continúen las negociaciones entre el equipo económico y el staff del organismo internacional para liberar el próximo desembolso. Según fuentes oficiales, los pagos pendientes se cancelarían el próximo viernes.
En el mercado cambiario, se liquidaron USD 20 M por el dólar agro (sin contar la liquidación de soja) y el BCRA totalizó ventas netas por USD 85 M. Desde el inicio del dólar agro, se han liquidado USD 5.305 M y el BCRA ha realizado compras netas por USD 972 M, equivalentes al 18,3% del total. Por otro lado, el stock de reservas internacionales disminuyó en USD 159 M, alcanzando los USD 31.453 M. En lo que va de 2023, las reservas acumulan una caída récord de USD 13.145 M.
En cuanto a la política cambiaria, el dólar oficial subió un 6,1% mensualizado, desacelerando el ritmo de devaluación del día previo (TEM 7,1%). En los últimos cinco días, el ritmo de depreciación cambiaria pasó a un incremento promedio diario del 7,3%. De mantener este ritmo de devaluación, el mes de junio cerraría con una suba del 7,8%, cifra que es 0,5 pp por encima de lo esperado en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
Los dólares financieros cerraron al alza en las cotizaciones implícitas. El MEP avanzó 0,4% y cerró a $480,5 por dólar, mientras que el CCL ganó un 0,8% y se ubicó a $511,2 por dólar, acumulando un 48,6% de suba en lo que va de 2023. De esta manera, la brecha entre el MEP y el dólar oficial quedó en el 90,3%, y la del CCL alcanzó el 102,4%.
Los bonos soberanos cerraron alcistas en la jornada del jueves. Los bonares registraron variaciones entre el 2,8% y el 4,3%, siendo las principales alzas las del AL29 (4,3%) y AL35 (3,8%). Los bonos globales cerraron con variaciones entre 2,2% y 6,3%, y el riesgo país cerró en 2.216 pb (-3,9%).
En las curvas soberanas en pesos, los bonos CER cerraron con subas de 0,8%, y las Lecer subieron 0,4%. En la curva de tasa fija, los Botes cerraron al alza (TO23 +0,5% y TO26 1,6%), y las Ledes avanzaron 0,3%. Por su parte, los duales cerraron con variaciones entre el -0,2% y el +0,7%, y los DLK cerraron con tendencia mixta: T2V3 (-2,9%) y TV24 (+1,2%).
El índice Merval, luego de un rally alcista, se tomó un respiro y perdió un 3,4% medido en moneda local y 4,2% en USD CCL, cerrando en USD 812. ALUA (+2,7%), EDN (+0,7%) y COME (+0,3%) fueron las acciones con mayores alzas, mientras que SUPV (-8,4%), GGAL (-6,9%) y TGSU (-5,3%), fueron las acciones con mayores bajas. En lo que va del año, el Merval acumula un aumento del 38,3% en USD CCL.

Noticias globales: el mundo hoy.
El jueves se publicaron las nuevas solicitudes de subsidios por desempleo en EE. UU. En la última semana se presentaron 264.000 peticiones, cifra superior a las 260.000 que se estimaban en el consenso. Además, se anunció la revisión al alza de la cifra de la semana anterior, que aumentó a 264.000 desde las 262.000 que se informaron inicialmente. Por tercera semana consecutiva, este indicador arroja un resultado mayor al esperado, lo que representa una consolidación de las señales de desaceleración en el mercado laboral.
A pesar de este dato, la herramienta de CME Group elevó al 77% –desde el 67% anterior– las probabilidades de que los funcionarios de la Fed opten por un incremento de 25 puntos básicos en la tasa de interés en su reunión de julio. El 23% restante se asigna a la posibilidad de que se mantenga la tasa de referencia en el rango actual (5 - 5,25%).
También se difundió el resultado de la cuenta corriente del 1Q23. El déficit ascendió a USD 219,3 MM, superando tanto los USD 218,2 MM que se esperaban, como los USD 216,2 MM registrados en el 4Q22. Este déficit representa el 3,3% del PBI en dólares corrientes.
En este panorama, los índices de renta variable cerraron la jornada en forma positiva. Con los sectores de Consumo Discrecional (+1%) y Tecnología (+0,6%) liderando las ganancias, el S&P 500 avanzó un 0,4%. Por su parte, el Nasdaq, impulsado por la performance de Amazon (+4,3%) y Google (+2,2%), se incrementó un 1% y el Dow Jones finalizó estable.
Se registró, a su vez, un aumento en los rendimientos de los títulos de renta fija emitidos por el Tesoro de EE. UU. La tasa a 10 años avanzó 7 puntos básicos hasta el 3,79% y la tasa a 2 años ganó 8 puntos básicos, situándose en el 4,80%. El US Dollar Index, por su lado, subió 0,3% y cotiza a 102,4.
Respecto a los commodities, la soja se negocia a un precio de 550 USD por tonelada en el mercado de Chicago, lo que supone una caída del 1,1% respecto del último cierre. Mientras tanto, el petróleo, afectado por las preocupaciones sobre el impacto de las subas de tasas en la actividad económica, cayó 4,2% hasta los 69,5 USD por barril. Por último, el oro cedió 1% y cotiza a 1.915 USD por onza, su valor mínimo de los últimos tres meses.
En otras latitudes, se comunicó la decisión de política monetaria del Banco de Inglaterra. En medio de la lucha contra la inflación, los miembros del comité optaron por subir la tasa de interés 50 puntos básicos, incremento superior a los 25 puntos básicos que se preveían. Con esta actualización, la tasa de interés de referencia se ubica en el 5%.
Noticias locales: el país hoy.
La balanza comercial de bienes en mayo registró un déficit de USD 1.154 M, comparado con un superávit de USD 368 M en mayo de 2022. Las exportaciones cayeron 24,8% interanual, hasta los USD 6.203 M –en contraste con los USD 8.254 M de mayo de 2022–, producto de una caída de 37,2% interanual en productos primarios debido a la fuerte contracción en las ventas de maíz y soja. Las importaciones disminuyeron un 6,7% interanual y se situaron en los USD 7.357 M –USD 529 M menos que en mayo 2022–, con caídas en Combustibles (–38,6% interanual), Bienes Intermedios (–3,1% interanual) y Bienes de Consumo (–2,2% interanual). Con este resultado, en los primeros cinco meses del año se cerró con un saldo negativo de USD 2.690 M, en contraste con el superávit de USD 3.208 M registrado en el mismo período de 2022. Este es el peor registro para el período enero/mayo desde el año 2018.
En el mercado cambiario, se liquidaron USD 20 M por el dólar agro (sin contar la liquidación de soja) y el BCRA totalizó compras netas por USD 6 M. Desde el inicio del dólar agro, se han liquidado USD 5.285 M y el BCRA realizó compras netas por USD 1.061 M (equivalentes al 20,1% del total). Por otro lado, el stock de reservas internacionales bajó en USD 236 M, alcanzando los USD 31.612 M. En lo que va de 2023, las reservas acumulan una caída récord de USD 12.986 M.
En cuanto a la política cambiaria, el dólar oficial subió un 7,1% mensualizado, desacelerando el ritmo de devaluación del viernes pasado (TEM 7,2%). En los últimos cinco días, el ritmo de depreciación cambiaria pasó a una suba promedio diaria del 7,4%. De mantener este ritmo de devaluación, el mes de junio cerraría con una suba de 7,8%, lo cual es 0,6 pp por encima de lo esperado en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
Los dólares financieros cerraron al alza en las cotizaciones implícitas. El MEP avanzó 0,4% y cerró en $478,5 por dólar, mientras que el CCL ganó un 0,1% y se ubicó en $507 por dólar, acumulando un 47,3% de suba en lo que va de 2023. De esta manera, la brecha entre el MEP y el dólar oficial quedó en el 90%, y la del CCL alcanzó el 101,3%.
Los bonos soberanos tuvieron una jornada excepcional y cerraron al alza en el inicio de la semana. Los bonares registraron variaciones entre el 2,9% y el 9,6%: AL30 (9,6%) y AL29 (5%) fueron las principales alzas. Los bonos globales cerraron con variaciones entre 2,8% y 4,9%, y el riesgo país cerró en 2.307 pb (-2%).
En las curvas soberanas en pesos, los bonos CER cerraron con subas de 1,8%, las Lecer subieron 0,3%. En la curva de tasa fija, los Botes cerraron al alza (TO23 +0,3% y TO26 2,3%), y las Ledes cedieron 0,1%. Por su parte, los duales cerraron con variaciones entre el -0,1% y el +1,9%, y los DLK cerraron mixtos: T2V3 (-0,1%) y TV24 (+1,3%).
El índice Merval avanzó 5% medido en moneda local y 4,9% en USD CCL, cerrando en USD 847. EDN +17,3%, CRES +13% y TECO2 +11,1%, fueron las acciones con mayores subidas, mientras que BYMA -1,4%, TXAR y CEPU -0,2%, fueron las acciones con mayores bajas. En lo que va del año, el Merval acumula un aumento del 44,4% en USD CCL.
