Noticias locales: el país hoy.
La rueda del jueves fue positiva tanto para la renta fija en pesos como en dólares. En el primer segmento, se destacaron los bonos CER, mientras que los dollar-linked fueron los más desfavorecidos y el tipo de cambio se mantuvo estable. En cuanto a la deuda en dólares, tanto los soberanos como los BOPREAL volvieron a anotar otra rueda con ganancias. En paralelo, el Tesoro anunció las condiciones de la licitación del próximo lunes, incorporando instrumentos dollar-linked al menú de opciones disponibles.
Tomando este punto, la Secretaría de Finanzas anunció los términos de la próxima licitación, que tendrá lugar el lunes 7 de julio con liquidación prevista para el jueves 10 –coincide con el último día en que el BCRA dejará de operar LEFIs–. El menú de instrumentos incluye la reapertura de Lecaps con vencimientos entre uno y cuatro meses (S15G5, S12S5, T17O5 y S28N5), así como de los Boncaps T30E6, T30J6 y T15E7. En esta oportunidad, el Tesoro volvió a incorporar instrumentos ajustables por CER, reabriendo el TZXM6, y suma opciones dollar-linked, con la reapertura de la D16E6 y la emisión de un nuevo título con vencimiento en octubre de este año (D31O5). En esta instancia, deberá afrontar vencimientos por $2,9 billones, correspondientes a la Lecap S10L5.
En cuanto al segmento de renta fija en pesos, la rueda volvió a ser positiva, a pesar de que los dollar-linked registraron caídas marginales del 0,1%. La curva a tasa fija subió un 0,2%, con mayores subas en el tramo medio, en tanto que los CER avanzaron un 0,3%, con incrementos generalizados a lo largo de la curva. Al mismo tiempo, los duales cerraron con ganancias del 0,2%.
Por otro lado, los soberanos en dólares mostraron otra rueda consecutiva con ganancias, esta vez más moderadas (0,1%), liderados por el tramo largo de la curva de Bonares y Globales (+0,5%). En paralelo, el riesgo país se mantuvo en 700 pb y los BOPREAL avanzaron un 0,2%.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 41.733 M, subiendo en USD 79 M. El tipo de cambio oficial cerró levemente a la baja, retrocediendo 0,4% hasta $1.226,9, al tiempo que el agro liquidó USD 298 M. Respecto a los dólares financieros, el MEP (GD30) aumentó un 0,2%, cerrando en un nivel de $1.241,1, en tanto que el CCL cayó un 0,2% y finalizó en $1.238,64.
Los contratos de dólar futuro operaron al alza y avanzaron un 0,4%. El volumen operado cayó un 30% a USD 898 M, mientras que el interés abierto se mantuvo estable. La devaluación mensual implícita promedio se sostiene en 2,5%, y la TNA de julio se ubica en 39%.
El Merval subió un 0,7% en pesos y un 1,5% en dólares CCL, cerrando en un nivel de USD 1.693. Transener (4,8%), TGS (4,0%) y Pampa (2,4%) fueron las acciones de mejor desempeño. En cambio, Aluar (-1,4%), COME (-1,2%) y CEPU (-1,0%) fueron las que más retrocedieron. Para las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, la suba promedio fue de 1,0%, con IRSA (2,9%), Pampa (2,7%) y Corporación América (2,1%) a la cabeza.
¿Qué variables macro avanzan de manera positiva y cuáles se encuentran bajo tensión?
✅D A T O P O S I T I V O D E L A S E M A N A
Tras la fuerte caída de mayo –producto de la menor recaudación del Impuesto a las Ganancias–, en junio los ingresos tributarios volvieron a crecer en términos reales, con una suba del 2,4% i.a. real. Así, la recaudación acumuló un avance del 0,7% i.a. real en el primer semestre. Si se excluye el impacto de la eliminación del impuesto PAIS, el crecimiento real interanual de junio habría sido del 10%.

⚠️A M O N I T O R E A R
Durante el mes de junio y comienzos de julio, el tipo de cambio oficial continuó presionado al alza a pesar de la fuerte liquidación del agro. El promedio diario de liquidación superó los USD 320 M, y se espera que se sostenga en torno a estos niveles durante las primeras tres semanas de julio. Mientras tanto, el tipo de cambio se mantiene un 3,5% por encima del promedio del último mes.

🚨R I E S G O
En mayo, la formación de activos externos volvió a acelerarse y superó incluso los niveles de 2017: las compras netas alcanzaron USD 3.226 M, con USD 2.283 M concentrados en billetes. La presión superó ampliamente los ingresos por préstamos financieros (USD 1.330 M), lo que dejó a la cuenta financiera con un rojo de USD 1.719 M. Ese déficit fue parcialmente compensado por un superávit comercial cambiario de USD 712 M, explicado por la liquidación anticipada de exportaciones.

Noticias globales: el mundo hoy.
El jueves continuó el optimismo tras conocerse el dato de empleo de junio en EE. UU., que resultó mejor a lo esperado, y también se publicó el PMI de Servicios del ISM del mismo mes, que mostró una leve expansión. Las acciones reaccionaron positivamente y marcaron nuevos máximos, mientras que las tasas subieron nuevamente. El dólar logró avanzar tras tres ruedas consecutivas de caídas, al tiempo que el oro retrocedió. En commodities, cayeron el petróleo y el cobre.
En junio de 2025, la tasa de desempleo en EE. UU. bajó al 4,1% desde el 4,2% previo, sorprendiendo al mercado que esperaba un aumento. El empleo no agrícola creció en 147 mil puestos, superando las expectativas y manteniendo la tendencia promedio anual. El sector público y la educación estatal impulsaron gran parte del aumento, mientras que el empleo federal siguió cayendo.
Los tres principales índices de renta variable avanzaron más de un 0,7% y tanto el Nasdaq (+1,0%) como el S&P 500 (+0,8%) anotaron nuevos máximos. Por su parte, el Dow Jones avanzó un 0,8%. Esta nueva suba se dio tras el dato de empleo, que generó optimismo. El sector tecnológico lideró las subas: Nvidia ganó un 1,3% y Synopsys saltó un 4,9%, impulsadas por sólidos resultados vinculados a la inteligencia artificial y la decisión de la Casa Blanca de levantar las restricciones a la exportación de software de diseño de chips hacia China.
En renta fija, ante un dato de empleo sólido que muestra una economía resiliente, la UST2Y subió 10 pb, alcanzando un 3,89%. Al mismo tiempo, la UST10Y avanzó 5 pb hasta 4,35%. De esta manera, el mercado descartó la probabilidad de un recorte de tasas en julio y descuenta dos recortes de tasas para lo que resta de 2025: uno en septiembre y otro en diciembre. A pesar de la mala rueda para los soberanos, los bonos de Mercados Emergentes y los corporativos High Yield avanzaron un 0,2% y un 0,1%, respectivamente, mientras que los Investment Grade retrocedieron un 0,2%.
El dólar mostró una leve suba a nivel global. El DXY avanzó un 0,4% y cerró en 97,16, al mismo tiempo que el oro retrocedió un 0,9% y cerró en USD 3.326,9 la onza. El euro cayó un 0,4% frente al dólar, mientras que el dólar avanzó un 0,9% frente al yen. En Brasil, el dólar sumó otra caída del 0,4% y el USDBRL cerró en 5,40, acercándose a una baja del 13% en lo que va de 2025.
Para commodities, fue una rueda mayormente bajista, con una caída del 0,4% para el petróleo WTI, que cerró en USD 67,2. Este retroceso estuvo ligado a una menor expectativa de demanda por parte de China, que sufrió una desaceleración en el sector de servicios. Por otro lado, el cobre retrocedió un 1,0%.
En junio de 2025, el PMI de Servicios del ISM subió a 50,8, indicando una leve expansión tras un mes de contracción. Mejoraron la producción, los nuevos pedidos y los inventarios, aunque el crecimiento sigue siendo lento y persiste la incertidumbre económica. La presión sobre los precios disminuyó un poco, pero las preocupaciones por tarifas y tensiones en Medio Oriente se mantuvieron, sin afectar la cadena de suministro. Sin embargo, los pedidos acumulados y la entrega de proveedores mostraron una desaceleración.
House View local: julio de 2025.
Con más de un año y medio de gestión y en un año electoral, el esquema económico muestra avances claros. La actividad crece, el frente fiscal se mantiene firme, la inflación baja más rápido de lo esperado y el tipo de cambio se mueve sin grandes sorpresas. El punto débil sigue estando en el frente externo: el superávit comercial se achica, el déficit de la cuenta corriente sube y la falta de reservas internacionales obliga al gobierno a agilizar el financiamiento externo. No hay una crisis a la vista, pero el margen es cada vez más estrecho. Las reservas importan porque marcan ese límite. Definen cuánta estabilidad se puede sostener y cuánta confianza se puede construir. Arrancamos la segunda mitad del año, en la que el contexto político y la caída del saldo comercial le ponen presión al mercado cambiario, complicando la mejora de la posición de reservas internacionales. Mientras tanto, prevemos que, con el superávit fiscal “innegociable”, la desinflación continuará su curso, al tiempo que las tasas de interés seguirán presionadas por la mayor demanda de crédito.
Firmeza del ancla fiscal: la hora de la motosierra. A pesar del deterioro observado en la recaudación de mayo, el Gobierno mantiene la disciplina fiscal como una de sus principales anclas macroeconómicas. En mayo, los ingresos reales del Tesoro cayeron 1,9% i.a., acumulando en los primeros cinco meses del año una merma del 2,4% i.a. El impacto de la eliminación del impuesto PAIS y la caída de las retenciones se sintió: se perdió medio punto del PBI en ingresos en comparación con igual período de 2024. Sin embargo, el gasto primario continúa bajo control, ya que en los primeros cinco meses aumentó 4,6% i.a. real –en parte debido a la base de comparación– mostrando una caída de 2% i.a. real en los últimos dos meses. Esta combinación permitió lograr un superávit primario del 0,9% del PBI en los primeros cinco meses del año, que si bien es inferior al 1,3% registrado en 2024, confirma el compromiso oficial con el equilibrio fiscal. El gasto asociado a la “licuadora” –que incluye jubilaciones, salarios públicos y otras prestaciones sociales, excluyendo la AUH– representa en lo que va de 2025 un 4,5% del PBI, 0,2 pp superior al registrado en 2024, aunque aún se mantiene por debajo del 5,3% observado en 2023. El ajuste real en estos componentes se moderó, reflejando cierta contención social o efecto de base de comparación. En cambio, el gasto vinculado a la “motosierra” –subsidios, obra pública y transferencias corrientes a provincias– bajó a solo el 0,5% del PBI, por debajo del 0,8% de 2024 y muy lejos del 1,8% de 2023. Si bien el equipo económico prevé cerrar el año con un superávit primario de 1,6% del PBI –vs. 1,8% del PBI en 2024– nuestras estimaciones apuntan a 1,3% del PBI, en línea con la meta sugerida por el FMI.

La desinflación avanza. El proceso de desinflación se afianzó en mayo, con un IPC nacional que sorprendió a la baja al marcar un alza de apenas 1,5% m/m, frente al 2,8% m/m promedio de los cuatro meses previos. Con este resultado, en los últimos doce meses el IPC acumuló un suba de 43,5%, el registro más bajo desde 2017 en condiciones normales (sin pandemia). Además, todos los rubros mostraron variaciones moderadas y convergentes, lo que sugiere una baja dispersión de precios, condición necesaria para sostener un proceso desinflacionario. La inflación núcleo (core) descendió de 2,9% a 2,2% m/m; los precios regulados pasaron de 2,5% a 1,3%, y los estacionales cayeron 2,7%. La desaceleración se observa tanto en bienes (de 2,5% a 0,9%) como en servicios (de 3,5% a 2,7%). La clave fue la administración más cautelosa de los precios regulados tras fuertes aumentos en 2024, que habían dejado a este componente 50 puntos por encima del núcleo. El Gobierno parece haber encontrado un equilibrio más pragmático, que le permite ganar tiempo mientras la inflación inercial se acomoda. De cara a los próximos meses, se espera que la inflación mensual se mantenga en torno al 1,5%, con chances de perforar el 1% hacia octubre, si los precios estacionales acompañan y no hay sobresaltos en el tipo de cambio.

La actividad crece, aunque pierde impulso. Luego del fuerte repunte observado en la segunda mitad de 2024, la actividad económica comenzó a mostrar señales de moderación. El crecimiento del 1Q25 fue del 5,8% i.a., pero si se lo compara contra el 4Q24, la expansión se reduce a 0,8% t/t, muy por debajo del 2,0% t/t que había mostrado en los últimos tres meses del año pasado. Es decir, se mantiene la salida de la recesión, pero con un impulso que se va agotando trimestre a trimestre. En términos sectoriales, el patrón es claro: los motores del crecimiento siguen siendo el agro, la energía y los servicios financieros, en tanto que sectores como la construcción, la industria y el comercio continúan rezagados. Este comportamiento responde a un rebote técnico posterior al ajuste profundo del primer semestre de 2024, pero con signos de fatiga estadística hacia adelante. Del lado de la demanda, el panorama se vuelve más complejo: en el 1Q25, las importaciones reales crecieron 43% i.a., impulsadas en parte por la inversión, al tiempo que el consumo privado y el gasto público muestran un ritmo más contenido. El consumo de las familias ya exhibe señales de desaceleración, y el gasto público, si bien se mantiene en niveles estables, no tracciona la actividad. La buena noticia es que el empleo pleno siguió creciendo en el primer trimestre, amortiguando parcialmente el impacto de una desocupación que subió a 7,9%, aunque ese dato se explica más por factores estadísticos que por una destrucción efectiva de puestos de trabajo. En perspectiva, la economía empieza a transitar una fase de menor velocidad. La recuperación post-ajuste ya está en gran parte incorporada en los datos, y la dinámica de los próximos trimestres dependerá de la capacidad del Gobierno para sostener la inversión y normalizar el acceso externo. Por ahora, los motores internos no alcanzan para sostener un ciclo expansivo robusto y prolongado.

Marcado deterioro del frente externo. El frente externo continúa mostrando señales preocupantes. El dato clave: en el 1Q25, la cuenta corriente registró un déficit de USD 5.000 M, casi el doble del estimado anual por el FMI (USD 2.700 M). Esta desviación no se explica solo por un mayor déficit comercial, sino también por una fuerte caída en la balanza de servicios. Si bien el agro y la energía aportan –el primero por la recuperación luego de la sequía y el segundo con un superávit comercial sostenido–, la industria muestra un rojo estructural que se profundiza. En 2024, el saldo comercial industrial negativo alcanzó los USD 20.000 M, una cifra que no logra compensarse ni con el repunte del agro ni con las todavía incipientes exportaciones mineras. A pesar del buen desempeño puntual de la liquidación del agro en mayo y junio, el perfil de la cuenta corriente para el resto del año sigue siendo deficitario. Y como el Gobierno no puede usar reservas –de hecho, necesita aumentarlas–, el financiamiento externo se vuelve condición necesaria para sostener el equilibrio macro. Esa dependencia se observa claramente en el segundo trimestre, cuando la suba de USD 16.000 M en reservas brutas se explicó casi en su totalidad por ingresos de capitales (sector público y organismos), no por generación genuina de divisas.

Las reservas internacionales, lejos de la meta. Las reservas netas siguen en terreno negativo y alejadas de las metas acordadas con el FMI. A comienzos de junio, el saldo era de -USD 8.000 M, en tanto que el objetivo para el mes es de -USD 2.700 M. Para alcanzar la meta de diciembre, que exige reservas netas positivas por USD 1.800 M, el Gobierno debería acumular cerca de USD 9.800 M en apenas seis meses. Y para lograrlo, debería conseguir USD 15.500 M adicionales. Entre las vías posibles están las compras en el MULC, privatizaciones o colocaciones de deuda. En otras palabras, el 80% del esfuerzo necesario sigue sin fuente concreta. El problema es más estructural que coyuntural. La demanda de dólares para importaciones crece más rápido que la capacidad de generación por exportaciones. Y el Gobierno, en su decisión de priorizar la desinflación, ha optado por no intervenir comprando divisas mientras el tipo de cambio se mantenga dentro de las bandas. Esto implica que, aun cuando el agro liquida bien, no se acumulan reservas; el Banco Central se autoimpone un freno para no emitir pesos que puedan alimentar presiones inflacionarias. La consecuencia es una macro frágil, donde la estabilidad depende de la entrada continua de capitales externos. En paralelo, los vencimientos siguen corriendo. Para julio, el Gobierno ya tiene los fondos necesarios para hacer frente a los pagos de los Globales, pero cada nuevo vencimiento reaviva las dudas del mercado. No sorprende, entonces, que el riesgo país siga lateralizando, aun cuando hay voluntad de pago, pues lo que falta son los dólares.

Tasas presionadas. En paralelo al proceso de desinflación, la política monetaria atraviesa una dinámica compleja. La tasa de referencia (TAMAR) continúa corriendo por delante del tipo de cambio y de la inflación. Con devaluaciones en torno al 2,5% m/m y una inflación viajando debajo del 2% m/m, la tasa real se mantiene positiva, estimada en torno al 10% anual, lo que genera presiones en el sistema financiero. En junio, los depósitos totales crecieron 2,3%, pero con una fuerte recomposición hacia plazos fijos y una caída en los depósitos transaccionales. El crédito al sector privado, por su parte, viene creciendo a buen ritmo: si bien se moderó respecto al pico de 4% m/m, aún se expande al 3%, lo que implica una duplicación en términos reales frente al año anterior. Este desbalance entre depósitos y crédito deja al sistema bancario con niveles de liquidez muy ajustados. Los bancos están al límite en términos de encajes, lo que contribuye a mantener las tasas elevadas, a pesar de la baja de la inflación. La contracara es un costo financiero alto para las empresas, en un contexto en el que el crédito debería convertirse en motor del crecimiento. La política del Banco Central –que evita emitir para comprar dólares y prioriza el anclaje nominal vía tasas– sostiene la credibilidad del programa, pero también endurece las condiciones de financiamiento. En resumen, el sistema monetario está estabilizado, pero con tensiones subyacentes: exceso de tasa, baja liquidez, presión del crédito. Mientras se mantenga la prioridad en la desinflación, no se espera un cambio abrupto, pero sí crece el interrogante sobre la sostenibilidad de este esquema cuando se acerque el calendario electoral.

El mercado en junio. La deuda soberana en dólares subió 0,7% en junio, acumulando en lo que va del año un alza de apenas el 2,9%. Las aumentos del mes se concentraron en el tramo corto para ambas legislaciones, con el AL29, AL30, GD29 y GD30 ganando entre 1,2% y 1,9%, mientras que en el año se destacan el GD30 (+4,3%) y el GD38 (+3,6%). Así, el riesgo país cerró en 685 pb. La curva bajo ley local muestra una pendiente levemente negativa, con tasas entre 11,9% para el tramo corto y 11,5% para el tramo largo. En cambio, la ley extranjera luce levemente positiva, con TIR de 10,5% y 11,2%, respectivamente. Por su parte, los BOPREAL avanzaron 0,2% en el último mes y acumulan 8,2% en 2025, siendo los instrumentos de mejor desempeño dentro de la deuda en moneda extranjera. Se destacó el BOPREAL Serie 1-B con subas de 1,1% en el mes y 10,2% en el año, con lo cual rinden entre 5,5%-8,5% TIR. Los subsoberanos ganaron 1,0%, impulsados por Salta 2027 (+2,4%) y Mendoza 2029 (+2,1%), y acumulan 8,1% desde fines del año pasado. Similar fue el desempeño de los corporativos, que en junio aumentaron 0,7% y 3,5% en el año. A pesar de la mejora de los bonos, el Merval cayó 10,5% en dólares CCL en el mes y acumula una baja de 20,7% en 2025, siendo el sector bancario el más golpeado (-12,4%). En los segmentos de deuda en pesos, se destacaron los dollar-linked (+2,1% MTD y +18,0% YTD), liderados por el D16E6 (+3,0%), y rinden devaluación +5,4%. En cuanto a los instrumentos a tasa fija, subieron un 0,1%, impulsados por el tramo corto con 1,4%. Sin embargo, se observó una tendencia al alza en las tasas, que hoy rinden una TEM promedio del 2,7% m/m, frente al 2,4% m/m registrado a fines de mayo. Por su parte, los bonos CER se mantuvieron neutrales, a pesar de que el tramo corto mostró una suba mensual del 0,8%. No obstante, la presión alcista sobre las tasas nominales derivó en una descompresión de las tasas reales, lo que se reflejó en un incremento de los rendimientos de los bonos ajustados por inflación, que pasaron de rendir CER +9% a CER +11%. Por último, los duales retrocedieron 0,8%, arrastrados mayormente por el TTD26 (-1,2%), y ofrecen una TEM de 2,4% más un margen TAMAR de 7,7%.

PERSPECTIVAS
Bonos soberanos en moneda extranjera. Para estrategias en dólares, mantenemos la preferencia por el tramo medio-largo de la curva de bonos soberanos. Si bien la acumulación de reservas continúa siendo el pilar más débil del programa, creemos que un ancla fiscal sostenida y un triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas de octubre podrían habilitar una compresión del riesgo país que permita reabrir el acceso a los mercados internacionales. En este contexto, destacamos al GD35 (TIR 11,2%) y al GD41 (TIR 11,1%) por su capacidad de captar el mayor potencial al alza ante distintos escenarios de caída en el riesgo país en un horizonte de un año. Además, el rendimiento corriente de estos instrumentos se ubica en 5,9% para el GD35 y 6,8% para el GD38, muy por encima del rendimiento corriente que ofrece el tramo corto de la curva.
Deuda BCRA. Para perfiles más conservadores, el BOPREAL Serie 1-C (TIR 8,3%) continúa siendo una alternativa atractiva. Como venimos señalando, estos instrumentos no solo exhiben una volatilidad considerablemente menor a la de los bonos del Tesoro, sino que también han sido los de mejor desempeño en lo que va del año. Su rendimiento supera al de bonos corporativos con duration similar, y el hecho de que venzan durante la actual gestión contribuye a acotar el riesgo. Además, incorporan la posibilidad de cancelación contra impuestos a partir del 30 de abril de 2027.
Créditos corporativos. El levantamiento parcial del cepo cambiario llevó a que las tasas de interés reales se ubiquen en dos dígitos, dificultando el refinanciamiento de muchos emisores de deuda que venían sosteniendo un elevado apalancamiento. Dada la eliminación de la brecha, la emisión de instrumentos dollar-linked prácticamente se descontinuó por baja demanda. A su vez, la apreciación del tipo de cambio afectó los márgenes de empresas del sector transable y la sequía de 2023 perjudicó puntualmente al sector agroquímico y/o agropecuario. Esto motivó una serie de incumplimientos, tales como Surcos, Los Grobo Agropecuaria & Agrofina, Celulosa Argentina y Grupo Albanesi / GEMSA, que terminó generando un rebalanceo de carteras. Más allá de esta circunstancia y dados los achicamientos de spreads vs. bonos soberanos, consideramos que es un buen momento para aumentar exposición en cartera de ON, considerando muchas emisiones que han salido recientemente.
Créditos subsoberanos. Como parte de una estrategia conservadora, también tiene sentido sumar créditos subsoberanos a la cartera, especialmente ante las expectativas de una compresión del riesgo. A estos precios, los bonos provinciales están ofreciendo tasas similares a los soberanos y BOPREAL. Las provincias han presentado buenos resultados fiscales en 2024, mejorando su superávit primario a través de reducciones más fuertes en el gasto que en ingresos –que cayeron por la merma en transferencias discrecionales desde Nación, a excepción de Neuquén, que registró un aumento en los ingresos gracias a una mejora en las regalías–. Destacamos los bonos de: Salta 2027 (SA24D; TIR 9,2%), Córdoba 2029 (CO27D; TIR 9,55%), Neuquén 2030 no garantizado (NDT25; TIR 8,5%), Mendoza 2029 (PMM29; TIR 8,55%) y Santa Fe 2027 (SF27D; TIR 8,76%).
Deuda en pesos. La tendencia al alza de las tasas observada en el último mes, producto de las tensiones de liquidez en un contexto de reordenamiento monetario, nos lleva a privilegiar los instrumentos a tasa fija, particularmente en el tramo corto, con tasas que van del 2,6% TEM al 2,7% TEM. Con este reordenamiento en marcha, la renta fija en pesos no estará exenta de volatilidad, aunque no puede descartarse una moderación en las tasas de interés en el corto plazo. En concreto, recomendamos la Lecap S29G5 con una TEM del 2,6% y la Lecap S30S5 con una TEM del 2,5%. Por otro lado, si la inflación continúa consolidándose, eso podría llevar a una caída moderada en las tasas nominales, aunque estas aún seguirían elevadas en términos reales producto de las tensiones de liquidez actuales. En este sentido, destacamos los bonos duales para estrategias de más largo plazo, por su beneficio de doble cobertura. En particular, el TTM26 (2,3% TEM o margen del 4,2% TNA) y el TTJ26 (2,4% TEM o margen del 4,7% TNA) lucen atractivos. Si bien nuestras proyecciones anticipan una caída en las tasas nominales, la TAMAR promedio proyectada se ubica por encima de la TAMAR breakeven actual del 23,5% TNA del dual TTM26, lo que implicaría que este instrumento pague la tasa variable al vencimiento, superando el rendimiento a finish de un Boncap con duration similar. Por otro lado, destacamos el Boncer TZXM6 (CER +12,9%), que incluso contemplando un sendero optimista de inflación podría captar un mayor retorno directo (26,1%) que la alternativa a tasa fija (22%). En cuanto a los instrumentos dollar-linked, la dinámica del frente externo podría presionar al alza el tipo de cambio, que estimamos se depreciaría a un ritmo promedio del 2% m/m hacia el tercer trimestre y se aceleraría al 4,3% m/m en la previa electoral. Dicho esto, el bono dollar-linked TZVD5 (devaluación +4,1%) con vencimiento en diciembre de este año es una alternativa a seguir de cerca, ya que su devaluación implícita directa se ubica en 13,5%, por debajo de nuestras proyecciones.
Rofex. Con los actuales precios de mercado de futuros, el sintético a tasa fija, que implica vender un contrato futuro y comprar un bono dollar-linked de mismo plazo, todavía ofrece rendimientos por encima de una Lecap. En concreto, el sintético TZVD5 con el futuro de diciembre ofrece una TEM de 2,97%, comparada contra el 2,7% que ofrece la Lecap a diciembre T15D5. De la misma manera, el sintético D16E6 con el futuro de enero 2026 presenta una TEM de 3,02%, superior al 2,81% de la Lecap a enero T30E6. No obstante, es importante señalar la complejidad de esta estrategia, en particular por las exigencias de garantías y la compensación diaria derivada del mark-to-market.
Acciones. El índice Merval viene registrando una caída desde los USD 2.035 a comienzos de mayo hasta los USD 1.655 de comienzos de julio, en un escenario donde el riesgo país se mantiene oscilando entre los 720/650 puntos básicos y el TCRM del dólar CCL se mantiene en niveles mínimos de los últimos años. Hemos mencionado que el mercado accionario se anticipaba a una caída del riesgo país si mirábamos el spread vs. la curva que venía cotizando en términos históricos, y últimamente el accionar del mercado da muestras de cierta contracción en este spread. Seguimos siendo selectivos en el plano local, sugiriendo PAMP y BYMA como activos a tener en cartera.
En lo que se refiere a CEDEARs, VIST, TEN y TXR nos siguen gustando dadas las perspectivas de dichos papeles en cada uno de los sectores y los ratios a los que cotizan. El 11 de julio conoceremos los datos al 2Q25 de Vista Energy, donde explicarán las sinergias existentes con las facilidades y otros activos adquiridos a Petronas en el bloque La Amarga Chica, contiguo a Bajada del Palo Oeste. A su vez, actualizarán escenarios para los próximos años. Esperamos una producción promedio de 160.000 BOED para 2026, lo que implicaría un aumento del 25% en la producción vs. 2025 y un EBITDA estimado de USD 2,2 b. Hoy VIST cotiza a un ratio EV/EBITDA 2026 de 3,2x.
*Los datos utilizados en el presente informe tienen fecha de cierre 2 de julio de 2025.
El avance de las estrategias pasivas redefine el mercado e impone nuevos desafíos.
El mercado financiero estadounidense atraviesa una transformación estructural de gran magnitud. Se está desplazando progresivamente de las estrategias activas, como la selección individual de acciones, hacia estrategias pasivas que buscan replicar el rendimiento de índices de referencia.
En este contexto, los fondos pasivos se encaminan a alcanzar los USD 17,4 billones bajo gestión en 2025, consolidando su liderazgo sobre los fondos activos, que desde 2024 han pasado a un segundo plano.

Un motor clave detrás de esta tendencia es el auge de los fondos cotizados o ETFs, que han democratizado el acceso a estrategias pasivas de bajo costo para inversores de todo tipo.
El fondo SPDR S&P 500, disponible en Argentina como CEDEAR bajo el código SPY, se ha convertido en un emblema de las inversiones pasivas. Con aproximadamente USD 640 mil millones bajo gestión, es el ETF más grande del mundo. Replica el índice S&P 500 con un costo anual de apenas 0,1%. Su rendimiento en los últimos 20 años fue de 655%, lo que equivale a un retorno promedio anual del 10,6%.
Otro ETF relevante es el SPDR Gold Trust (GLD), que sigue el precio del oro. Además de su retorno de largo plazo comparable al del S&P 500, este instrumento ofrece ventajas en términos de diversificación.
De hecho, una cartera compuesta en un 60% por el S&P 500 y un 40% por oro, con rebalanceo trimestral, habría superado ligeramente el rendimiento de ambos activos por separado, con una menor volatilidad y una caída máxima más acotada.

El auge de las estrategias pasivas también se apoya en la creciente evidencia empírica que cuestiona la efectividad de la gestión activa. Según datos de S&P Global, más del 75% de los fondos de acciones estadounidenses no logran superar el rendimiento del S&P 500 en horizontes de mediano (3 a 5 años) y largo plazo (10 a 20 años).
No obstante, esta revolución pasiva no está exenta de riesgos. Uno de los más discutidos es su impacto potencial sobre la eficiencia del mercado. Al replicar mecánicamente los índices sin evaluar el valor relativo de los activos, los fondos pasivos podrían contribuir a distorsiones en la formación de precios y alimentar burbujas financieras. La asignación de capital se realiza de forma automática en función de la capitalización de cada compañía, sin distinción entre empresas subvaluadas o sobrevaluadas.
Otro punto de preocupación es la concentración del poder de voto en un puñado de grandes gestoras. Los tres mayores gestores de fondos pasivos (BlackRock, Vanguard y State Street) administran conjuntamente más de USD 15 billones en acciones y ejercen influencia sobre decisiones clave en miles de empresas. Por ejemplo, poseen bajo su tutela, en conjunto, cerca del 20% del capital accionario de gigantes como NVIDIA y Apple.
En suma, el crecimiento de las estrategias pasivas representa una evolución profunda y en muchos aspectos positiva para los mercados, al ofrecer eficiencia, accesibilidad y costos bajos. Sin embargo, también plantea desafíos relevantes en términos de gobernanza corporativa y estabilidad financiera. Como en toda transformación estructural, el equilibrio entre eficiencia y resiliencia será clave para determinar su sostenibilidad a largo plazo.
Opciones de carteras de renta fija con vistas a octubre.
ESTRATEGIAS EN PESOS
Curva a tasa fija
En las últimas semanas, las curvas en pesos mostraron una elevada volatilidad en un contexto de reordenamiento monetario, impulsado principalmente por la eliminación de las LEFI. Este proceso coincidió con una significativa absorción de liquidez por parte del Tesoro, que captó $2bn en la licitación del 18 de junio y cerca de $1bn adicionales mediante la colocación del BOPREAL Serie 4. Este drenaje de pesos contribuyó a una suba de las tasas de la curva a tasa fija que, desde principios de junio, aumentaron del 2,5% TEM hasta 2,8% TEM en el tramo corto.
No obstante, en la licitación del 25 de junio, el Tesoro logró un rollover del 60% de sus vencimientos, tras recibir ofertas por apenas el 65% del total, convalidando incluso tasas por encima de la curva de mercado (hasta 2,88% TEM en el tramo corto), exponiendo las actuales tensiones de liquidez que continúa enfrentando el sistema monetario. En ese marco, y tras la liquidación de la licitación el lunes 30, el Tesoro debió inyectar $4,3bn, lo que permitió cierta distensión en las tasas en el tramo corto de la curva a tasa fija, que comprimieron del 2,8% TEM observado la semana pasada al 2,5% TEM a precios de hoy.
En tanto, el tramo largo, que a principios de junio promediaba un rendimiento de 2,2% TEM (30,6% TEA), ajustó al alza mostrando rendimientos del 2,6% TEM (35,8% TEA). Así, a los precios actuales, la curva a tasa fija presenta una pendiente aplanada, producto de la compresión de rendimientos en el tramo corto y la suba de rendimientos en el tramo largo.

De todas formas, la moderación en las tasas de corto plazo también estuvo acompañada de un repunte en los tipos de cambio, con el oficial y los financieros avanzando un promedio del 4% en los últimos cinco días. En este contexto, no puede descartarse que, en las próximas licitaciones, el Tesoro mantenga cierta cautela para convalidar bajas adicionales en las tasas, especialmente en un escenario de tensiones cambiarias persistentes. Por lo tanto, las licitaciones del Tesoro podrían seguir siendo una buena oportunidad para captar tasas elevadas en el tramo corto.
Dicho esto, si bien para perfiles conservadores seguimos privilegiando el tramo corto de la curva –en particular la S29G5 y la S30S5, ambas con rendimientos del 2,5% TEM– por su menor volatilidad y mayor liquidez, el aplanamiento de la curva a tasa fija favorece la extensión de duration hacia Boncaps de mayor plazo. En particular, el Boncap T30J6 muestra un rendimiento del 2,60% TEM (equivalente a 36,14% TEA) en el tramo largo y, además, su tipo de cambio breakeven se ubica en $1.678, es decir, un 4,1% por encima del techo de las bandas. En tanto, el T15E7 rinde 2,45% TEM (33,8% TEA) y su tipo de cambio breakeven es de $1.922, ubicándose un 11% por encima del techo de las bandas.
Bonos dollar-linked
No obstante, si bien esperamos una moderación en las presiones cambiarias durante julio –en parte por una mayor liquidación del agro reflejada en las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) por USD 6.500 M–, las presiones cambiarias se intensificarían en los próximos meses. La dinámica del frente externo, con un déficit de cuenta corriente de USD 5.191 M en el primer trimestre y el fin de la quita temporal de retenciones desde julio, presionará al alza al tipo de cambio, que estimamos se depreciaría un 22% directo hacia diciembre. Frente a este escenario, cobra sentido incorporar instrumentos dollar-linked como el TZVD5 (devaluación +6,7%) con vencimiento en diciembre de este año, ya que su devaluación implícita directa se ubica en 12,7% (o 2% m/m), por debajo de nuestras proyecciones.
Bonos CER vs. duales
En cuanto a los bonos CER, la desaceleración de las expectativas de inflación en el corto plazo, junto con la suba de rendimientos en la curva a tasa fija, impulsó un ajuste al alza en las tasas reales. Esto se tradujo en una marcada descompresión a lo largo de la curva CER, cuyos rendimientos pasaron de CER +10% a comienzos de junio a niveles cercanos a CER +11,5% en la actualidad.

Sin embargo, a pesar del aumento en las tasas reales, los títulos a tasa fija y los duales siguen liderando en rendimiento. Con base en nuestras proyecciones, que contemplan un sendero de inflación a la baja hacia los próximos meses, la TIR de los CER debería comprimir 674 pb en un plazo de seis meses, 632 pb en un plazo de nueve meses y 390 pb en doce meses para igualar el rendimiento de un instrumento a tasa fija a plazos comparables. Las exigencias en cuanto a la compresión de spreads favorecen tanto los títulos a tasa fija como a los duales. Entre estos últimos, destacamos el TTM26, que, según nuestras estimaciones, pagaría tasa variable al vencimiento. Aun en un escenario en el que terminara pagando tasa fija, ofrecería un rendimiento directo del 21,3%, superando tanto el retorno promedio de los bonos CER a plazos comparables (20,3%) como el rendimiento directo de un Boncap con duration similar (21,2%). Esto lo posiciona como una alternativa atractiva incluso bajo supuestos más agresivos de caída de tasas.


ESTRATEGIAS EN DÓLARES
Bonos soberanos hard dollar
Para estrategias en dólares, mantenemos la preferencia por el tramo medio-largo de la curva de bonos soberanos. Si bien la acumulación de reservas continúa siendo el pilar más débil del programa, creemos que un ancla fiscal sostenida y un triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas de octubre podrían habilitar una compresión del riesgo país que permita reabrir el acceso a los mercados internacionales. En este contexto, destacamos el GD35 (TIR 11,4%) y el GD41 (TIR 11,3%) por su capacidad de captar el mayor upside potencial ante distintos escenarios de caída en el riesgo país en un horizonte de un año. Además, el rendimiento corriente de estos instrumentos se ubica en 5,9% y 5,5%, respectivamente, muy por encima del rendimiento corriente que ofrece el tramo corto de la curva.

Deuda BCRA
Para perfiles más conservadores, el BOPREAL Serie 1-C (TIR 7,2%) continúa siendo una alternativa atractiva, con un rendimiento corriente del 5,2%, muy similar al rendimiento corriente que ofrece el GD41. Como venimos señalando, estos instrumentos no solo exhiben una volatilidad considerablemente menor a la de los bonos del Tesoro, sino que también han sido los de mejor desempeño en lo que va del año. Su rendimiento supera al de bonos corporativos con duration similar, y el hecho de que venzan durante la actual gestión contribuye a acotar el riesgo. Adicionalmente, incorporan la posibilidad de cancelación contra impuestos a partir del 30 de abril de 2027.
Créditos corporativos
Para estrategias más defensivas, seguimos recomendando mantener una proporción de la cartera en bonos corporativos hard dollar. Como venimos mencionando, existen compañías sólidas que ofrecen rendimientos de entre 6% y 8% de TIR, según el plazo. Privilegiamos los bonos bajo ley NY por las exigencias que requiere la legislación extranjera a la hora de colocar deuda y la seguridad jurídica que brinda al acreedor.
Recomendación: en el tramo largo destacamos YPF 2031 YMCUO garantizada por exportaciones (7,5% TIR), Telecom 2031 TLCMO (8,5% TIR), TGS 2031 TSC3O (7,5% TIR). En el tramo corto privilegiamos las ONs bajo legislación local, dado que actualmente ofrecen un rendimiento superior frente a sus pares bajo ley extranjera. Sugerimos Tecpetrol 2026 TTC7O con una (5,2% TIR) e YPF 2027 YM35O (6,9% TIR).
Créditos subsoberanos
Como parte de una estrategia conservadora, también tiene sentido sumar créditos subsoberanos a la cartera, especialmente ante las expectativas de una compresión del riesgo país. A estos precios, los bonos provinciales están ofreciendo tasas similares a los soberanos y BOPREAL. Las provincias han presentado buenos resultados fiscales en 2024, mejorando su superávit primario a través de reducciones más fuertes en el gasto que en ingresos –que cayeron por la merma en transferencias discrecionales desde Nación, a excepción de Neuquén, que registró un aumento en los ingresos gracias a una mejora en las regalías–. Destacamos los bonos de: Salta 2027 (SA24D; TIR 7,4%), Córdoba 2029 (CO27D; TIR 9,6%), Neuquén 2030 no garantizado (NDT25; TIR 8,8%), Mendoza 2029 (PMM29; TIR 9,3%) y Santa Fe 2027 (SF27D; TIR 8,76%).
Con una mayor estabilidad, el mercado internacional es el principal desafío para las provincias
Después de un período extendido de estrés fiscal y financiero, las provincias argentinas están viviendo un cambio relevante en el radar de riesgo. Así lo explicó Mauro Chiarini, Senior Director de Fix (afiliada local de Fitch Ratings), en nuestro podcast Mirada de CFO. Según Chiarini, el sector de emisores subsoberanos (provincias y municipios) pasó de una perspectiva negativa a una estable, gracias a una combinación de factores macroeconómicos y financieros.
Apreciación del peso y mayor previsibilidad
Uno de los motores de esta mejora es la apreciación real del peso en los últimos meses. Para muchas jurisdicciones con deuda nominada en dólares, esto alivió significativamente su carga financiera. “Hoy, el pago de las deudas en dólares se volvió más manejable para las provincias, lo que contribuye a estabilizar su perfil crediticio”, explicó Chiarini.
Además, las cuentas públicas provinciales se ven beneficiadas por un flujo de transferencias automáticas más previsible, ya sin transferencias discrecionales –lo cual había generado gran incertidumbre el año pasado–.
Aunque no todos los casos son iguales, aún persisten diferencias marcadas entre provincias, reflejadas en las calificaciones individuales, especialmente para aquellas con alta dependencia de refinanciaciones de deuda de corto plazo.
El gran desafío: el mercado internacional
Pese a las señales de estabilidad, el acceso de los emisores subnacionales al mercado voluntario de deuda internacional sigue siendo el principal reto.
El pasado 26 de junio, Córdoba realizó la primera emisión de este tipo en mucho tiempo. Logró colocar USD 725 millones a siete años, con una tasa de 9,75%.
Desde Cohen creemos que este precedente puede ser un incentivo para otras provincias con buena calificación de salir al mercado internacional.
Oportunidades y riesgos para inversores
Para empresas que buscan diversificar su estrategia de inversión o posicionarse en instrumentos de deuda provincial, el contexto ofrece señales mixtas. Por un lado, la mejora de la perspectiva crediticia y la apreciación del peso contribuyen a generar mayor previsibilidad. Por otro lado, la ausencia de acceso sostenido al mercado internacional limita la profundidad y liquidez de estos instrumentos, además de mantener cierto riesgo de refinanciamiento.
Para los inversores, los bonos provinciales pueden ofrecer rendimientos atractivos, especialmente en escenarios donde el riesgo soberano se modera. Sin embargo, requieren un análisis más fino, provincia por provincia, para entender tanto las cuentas fiscales como la exposición a vencimientos de corto plazo y la dependencia de transferencias nacionales.
En definitiva, el mapa de riesgo provincial ha cambiado para mejor, pero no está exento de desafíos. La apreciación del peso y la mayor previsibilidad en las cuentas públicas brindan alivio y sustentan una perspectiva estable para los emisores subnacionales. Sin embargo, el acceso aún limitado al mercado internacional de deuda impone un techo a las posibilidades de financiamiento. El éxito de Córdoba podría abrir un camino, pero será clave observar cómo evoluciona la ventana de acceso para otras provincias en los próximos meses.
Los invitamos a escuchar la entrevista completa en el episodio Mirada de CFO: calificaciones, fideicomisos y perspectivas.
Noticias locales: el país hoy.
La rueda del miércoles le dio un alivio a los activos locales, que mostraron subas tras dos ruedas seguidas operando a la baja. Los soberanos en dólares avanzaron en un contexto adverso para la renta fija. Todas las curvas en pesos operaron al alza, a la vez que el tipo de cambio anotó una nueva suba. El Merval no se quedó atrás y anotó un incremento por encima del 1%, superando a otros índices de renta variable. El BCRA realizó la segunda colocación del BOPREAL Serie 4, en donde logró adjudicar únicamente USD 26 M.
Para la deuda en pesos fue una rueda positiva, en la cual se destacaron los duales, con una suba del 1,1%, liderados por el TTD26 (+1,3%). Las Lecap, por su parte, avanzaron un 0,5%, con mayores subas en el tramo largo. El TY30P avanzó un 0,6%. Los bonos CER subieron un 0,5%, y los tramos más favorecidos fueron los de 2027 y 2028. Por último, los dollar-linked ganaron un 0,5%.
Ayer, el BCRA realizó la segunda colocación del BOPREAL Serie 4, en la cual solamente se adjudicaron USD 26 M. Sumando las dos colocaciones realizadas, el nuevo BOPREAL lleva adjudicados USD 836 M. La próxima licitación se llevará a cabo el miércoles 16 de julio.
Los soberanos en dólares subieron un 0,3% tras dos ruedas consecutivas a la baja. El alza se dio en un contexto adverso para la renta fija debido a subas en las tasas de los bonos del Tesoro americano. La curva de Bonares fue la más beneficiada, con una suba promedio del 0,4%, impulsada por el AL30 que avanzó un 0,6%. Por su parte, los BOPREAL ganaron un 0,3%, con el Serie 1-C exhibiendo un alza del 1,3%.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 41.654 M, cayendo en USD 19 M. En tanto, el tipo de cambio oficial volvió a operar al alza, registrando una suba del 2,4%, cerrando en $1.231, a pesar de la fuerte liquidación de USD 517 M del agro. Los dólares financieros registraron aumentos más moderados, con el MEP (GD30) avanzando un 0,6% y cerrando en un nivel de $1.238,7, en tanto que el CCL subió un 0,4% y cerró en $1.241,5.
Los futuros volvieron a tener una rueda alcista, en la cual subieron en promedio un 1,03%, impulsados por los contratos largos. El volumen operado mostró una alza del 40%, con USD 1.208 M. Sin embargo, el interés abierto se mantiene estable en 3,7 M, lo cual implica una baja del 18% respecto de la rueda del lunes, en donde alcanzó un nivel de 4,7 M. De esta manera, la devaluación mensual implícita promedio para diciembre de 2025 se ubica en 2,3% y la TNA de julio en 27%.
El Merval se destacó por sobre el resto de los índices de renta variable a nivel global, al subir un 1,7% en pesos y un 1,2% en dólares. Con esto, cerró en un nivel de USD 1.668. Este alza supera el desempeño diario que tuvieron el S&P500 y el EWZ, que avanzaron un 0,4% y un 0,3%, respectivamente. Por sectores, los más beneficiados fueron materiales, utilidades y energía, mientras que, en las acciones, se destacaron Ternium (+5,0%), VALO (+4,4%) y Transener (+4,2%). Los activos que cotizan en la Bolsa de Nueva York operaron en la misma línea y subieron en promedio un 1,2%, destacándose Bioceres (+8,7%), Ternium (+5,1%) y VISTA (+2,2%), en tanto que Globant y MELI retrocedieron un 1,4% y un 1,2%, respectivamente.
Noticias globales: el mundo hoy.
El miércoles se dio a conocer el informe ADP –que mide la variación en el empleo privado en EE. UU.–, que sorprendió negativamente a la baja. En cuanto a la guerra comercial, Trump anunció un nuevo acuerdo con Vietnam, lo que le dio impulso a las compañías textiles que producen en ese país. En este contexto, las tasas operaron al alza, con un mercado que sigue atentamente el proyecto de ley de gasto. Las acciones también tuvieron un buen desempeño, impulsadas por un sentimiento optimista respecto de la evolución de los acuerdos comerciales. El dólar continúa débil, a la vez que el oro se fortalece. Por su parte, se vieron subas generalizadas en commodities, con el petróleo aumentando tras la suspensión de la cooperación de Irán con el organismo nuclear de la ONU, y la soja avanzando debido a un recorte de la proyección de área sembrada en EE. UU.
A una semana de concluir la tregua arancelaria, Trump anunció un nuevo acuerdo comercial con Vietnam. Este contempla un arancel del 20% para productos provenientes del país asiático y un 40% para los productos provenientes de otros países que se envíen a través de Vietnam. Del otro lado, EE. UU. podrá vender sus productos en Vietnam sin aranceles.
La renta variable reaccionó al alza tras el acuerdo, que a su vez generó optimismo de que se concreten más acuerdos antes del 9 de julio, fecha límite de la pausa en las tarifas. El S&P 500 anotó una suba de 0,4% y marcó un nuevo récord. Por su parte, el Nasdaq avanzó un 0,8% y el Dow Jones se mantuvo sin cambios. Las acciones de Apple ganaron en torno al 2,0% tras una mejora de recomendación por parte de los analistas de Jefferies, mientras que los títulos de Tesla avanzaron un 5% luego de que el fabricante de vehículos eléctricos produjera más unidades a nivel global de lo esperado en el segundo trimestre, a pesar de la fuerte caída en las ventas. Microsoft se mantuvo estable tras anunciar el recorte de 9.000 puestos de trabajo. Por su parte, Nike se disparó un 4,2% luego de que se evitaran los mayores aranceles a Vietnam.
Asimismo, las tasas de los bonos soberanos subieron por segunda rueda consecutiva, con un mercado que observa atentamente el desarrollo del proyecto de ley de gasto impulsado por Trump. Concretamente, la UST10Y avanzó 4 pb, al tiempo que la UST2Y se mantuvo estable. Con esto, el índice de bonos del Tesoro cayó un 0,2%, al igual que el de mercados emergentes. En tanto, los Investment Grade retrocedieron un 0,1%. En contraste, los únicos beneficiados en la rueda fueron los High Yield, con un alza de 0,1%.
En monedas, el dólar se mantuvo estable a nivel global. El euro y la libra retrocedieron un 0,1% y 0,8%, respectivamente, mientras que el dólar avanzó un 0,1% frente al yen. En Brasil continúa la apreciación del real, y el dólar cayó un 0,7%, acumulando una baja del 12,2% en 2025. De esta manera, cerró en USDBRL 5,42. Por su parte, el oro avanzó un 0,5% y cerró en USD 3.356 la onza.
Para los commodities fue una rueda positiva, en la cual el petróleo WTI ganó un 2,9%, alcanzando los USD 67,4 por barril en medio de crecientes tensiones geopolíticas –luego de que Irán suspendiera su cooperación con el organismo de control nuclear de la ONU– y a pesar de un inesperado aumento en los inventarios de crudo en EE. UU. En los agrícolas, la soja avanzó un 2,5% y cerró en USD 386 la tonelada. La suba se dio tras una reducción en las proyecciones de superficie sembrada en EE. UU. y por crecientes preocupaciones sobre la sequía en las regiones del Delta y el Medio Oeste.
En junio de 2025, las empresas privadas de EE. UU. perdieron 33.000 empleos, marcando la primera caída desde marzo de 2023 y sorprendiendo negativamente frente a la expectativa de un aumento de 95.000. La mayor pérdida se dio en el sector de servicios, especialmente en servicios profesionales, salud y finanzas. En cambio, hubo aumentos en hotelería, comercio y manufactura. A pesar de la desaceleración en la contratación, los despidos siguen siendo bajos y el crecimiento salarial se mantiene relativamente firme, con leves caídas tanto para quienes mantienen como para quienes cambian de empleo.
Noticias locales: el país hoy.
El martes fue una rueda negativa para los activos locales: cayeron los soberanos en dólares y retrocedieron las curvas en pesos, a excepción de los dollar-linked, que siguieron ganando terreno. Se vio un nuevo avance en los dólares financieros, el oficial y los futuros. En cuanto a acciones, el Merval se mantuvo neutral en dólares en una rueda desfavorable para las acciones globales.
La rueda de ayer volvió a mostrar retrocesos en el segmento de deuda en pesos, a excepción de los dollar-linked, que lograron nuevamente un desempeño positivo del 0,2%. A estos precios rinden devaluación +2,8% y descuentan una devaluación implícita del 2,3% m/m hacia fin de año. En tanto, la curva a tasa fija volvió a retroceder (-0,3%). La fuerte descompresión de rendimientos en los Boncap más largos derivó en un aplanamiento de la curva, con rendimientos promedio del 2,7% TEM. Los duales cayeron un 0,6%, en menor proporción que los Boncap de duration similar. Por su parte, los bonos CER recortaron un 0,1%, registrando mayores caídas en el tramo largo (-0,3%).
La deuda soberana en dólares extendió las caídas del lunes y cerró con pérdidas marginales del 0,1%, siendo el GD38 el más afectado, con una caída del 0,6%. Mientras tanto, el riesgo país comprimió hasta los 685 pb (-29 pb) y los BOPREAL recortaron un 0,7%.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 41.683 M, subiendo en USD 1.732 M desde el viernes. En tanto, el tipo de cambio oficial volvió a operar al alza, registrando una suba del 1,5%, cerrando en $1.222, con el agro liquidando USD 270 M diarios. Los dólares financieros tuvieron aumentos más pronunciados, con el MEP (GD30) avanzando un 1,8% y cerrando en un nivel de $1.230,9, en tanto que el CCL subió un 2,1% y cerró en $1.236,2.
Al igual que en los dólares financieros, el mercado de futuros mostró una nueva suba del 0,7% en promedio. Los contratos que más avanzaron fueron marzo 2026 (1,3%), octubre 2025 (1,12%) y julio 2025 (0,93%). Sin embargo, el volumen operado fue de USD 843 M, un 50% menor que los USD 1.596 M de la rueda del lunes. La devaluación mensual implícita promedio que espera el mercado para diciembre de 2025 avanzó a 2,6%, en tanto que la TNA de julio cerró en 47%, muy por encima de la Lecap S31L5.
El Merval subió un 1,8% en pesos, aunque en dólares se mantuvo estable y cerró en USD 1.649. Los sectores de construcción y energía fueron los que mostraron mejor desempeño. Por el lado de las acciones, las que más subieron fueron VALO (+5,2%), LOMA (+4,9%) y Ternium (+3,3%), en tanto que las que más retrocedieron fueron Transener (-3,1%), BYMA (-0,5%) y Aluar (-0,4%). Las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York se desempeñaron levemente al alza, con una suba promedio del 0,2%, impulsadas por IRSA (+3,2%), Bioceres (+2,7%) y LOMA (+2,4%). Del otro lado, MELI (-4,3%), BBVA (-1,5%) y Edenor (-1,2%) registraron las mayores caídas.
La recaudación tributaria nacional de junio tuvo una suba real del 2,4% i.a., aunque con fuerte heterogeneidad entre tributos. El impuesto a las Ganancias volvió a caer con fuerza (-18,0% i.a. real). Entre los tributos que más crecieron en términos reales se destacan los derechos de exportación (+102,9% i.a.), combustibles líquidos (+29,2% i.a.) y derechos de importación (+40,3% i.a.). El IVA DGI, principal fuente de recursos, experimentó una mejora de 10,3% i.a. real, mientras que el impuesto al cheque retrocedió 13,3% i.a. en términos reales.
Noticias globales: el mundo hoy.
El martes, la noticia más relevante fue la aprobación por parte del Senado del proyecto de ley de gasto propuesta por Trump. También se dio a conocer el informe del ISM Manufacturero, que sigue mostrando señales de enfriamiento en la economía, aunque el JOLTS reflejó un mercado laboral que se mantiene sólido. En este contexto, las acciones operaron mixtas y los bonos, a la baja. El dólar continúa sin dar señales de recuperación, mientras que el oro sigue avanzando. Por último, el petróleo registró subas, a pesar de la expectativa de mayor oferta a nivel global.
El Senado de EE. UU. aprobó por estrecho margen el proyecto de ley fiscal y de gasto de Trump, conocido como la “Big Beautiful Bill”, con un empate 50-50 que fue definido a favor por el vicepresidente JD Vance. La votación estuvo marcada por tensiones internas dentro del Partido Republicano, principalmente por los fuertes recortes en Medicaid, que supondrán un ahorro de USD 900.000 M, pero dejarán a casi 12 millones de personas sin cobertura hacia 2034. Además, la ley contempla una suba del techo de deuda de USD 5 billones y la eliminación acelerada de créditos fiscales para energías limpias, en tanto que incorpora nuevos beneficios para los combustibles fósiles. En el plano impositivo, extiende de forma permanente las rebajas de impuestos a personas y empresas, incluye deducciones por propinas, horas extra e intereses de préstamos, y mantiene la deducción del 20% para ingresos de sociedades. El proyecto ahora pasa a la Cámara de Representantes, con el objetivo de ser aprobado antes del 4 de julio, aunque enfrenta resistencias internas.
Las acciones en EE. UU. operaron mixtas, con fuertes divergencias entre sectores. El S&P 500 se mantuvo prácticamente estable cerca de su máximo histórico, al tiempo que el Nasdaq 100 cayó 0,8% y el Dow Jones avanzó un 1,0%. Las tecnológicas sufrieron fuertes bajas luego de que el Congreso rechazara una propuesta para impedir la regulación de la inteligencia artificial en el marco de la nueva ley, lo que llevó a caídas de entre 2% y 4% en Nvidia, Meta y Broadcom. Además, Tesla retrocedió un 5% en medio de mayores tensiones entre su CEO, Elon Musk, y Trump. En contraste, los sectores de salud, industriales y utilities impulsaron las ganancias del Dow.
En cuanto a la curva de deuda soberana, se registró un retroceso promedio del 0,4% en el índice. En concreto, la UST10Y subió 2 pb y cerró en 4,25%, mientras que la UST2Y avanzó 6 pb y finalizó en 3,78%. La caída arrastró a los demás segmentos de renta fija, con bajas del 0,5% en High Yield y del 0,2% tanto en Investment Grade como en los bonos de mercados emergentes.
El dólar se mantuvo neutral a nivel global, y el índice DXY cerró en 96,85. Por otro lado, en Brasil, el dólar avanzó un 0,6% y cerró en USDBRL 5,46. A su vez, el oro amplió su racha positiva con una suba del 1,1%, acumulando un incremento del 27,2% en 2025 y cerrando en USD 3.339 la onza.
El petróleo WTI avanzó 1,1% y cerró en USD 65,5 por barril, a pesar de que se espera un incremento en la producción de agosto por parte de la OPEP+. Este aumento se interpreta tanto como una sanción a los miembros que sobreprodujeron previamente, como una estrategia de Arabia Saudita para recuperar cuota de mercado frente al shale estadounidense y otros productores.
El ISM Manufacturero subió a 49 en junio desde 48,5 en mayo, señalando la cuarta contracción mensual consecutiva, aunque a un ritmo más moderado gracias a la mejora en producción (50,3 vs. 45,4) e inventarios (49,2 vs. 46,7). Sin embargo, nuevos pedidos (46,4 vs. 47,6), empleo (45 vs. 46,8) y acumulación de pedidos (44,3 vs. 47,1) se deterioraron. Las presiones inflacionarias se mantuvieron elevadas, con el subíndice de precios en 69,7 (vs. 69,4), debido en parte al efecto de los aranceles.
El número de ofertas de empleo en EE. UU. aumentó en 374.000 en mayo de 2025, alcanzando los 7.769.000, el nivel más alto desde noviembre de 2024 y muy por encima de las expectativas del mercado de 7,3 millones. Los mayores incrementos se registraron en alojamiento y servicios de comida, con 314.000 nuevas vacantes, seguido de finanzas y seguros, que sumaron 91.000. Por el contrario, las ofertas de empleo en el gobierno federal disminuyeron en 39.000. A nivel regional, las ofertas aumentaron con fuerza en el sur (+310.000), el medio oeste (+97.000) y el noreste (+45.000), en tanto que en el oeste se registró una caída de 77.000.
Noticias globales: el mundo hoy.
Los mercados extendieron las subas ante el avance del acuerdo comercial entre EE. UU. y China, la continuidad del alto el fuego en Medio Oriente y mayores expectativas de recortes de tasas por parte de la Fed. En paralelo, avanzó en el Senado el proyecto de ley de gasto impulsado por Trump, que incorpora nuevos incentivos para la industria tradicional y mayores impuestos para algunos sectores vinculados a energías renovables. En este contexto, las acciones en Wall Street alcanzaron nuevos máximos, mientras que los bonos soberanos se fortalecieron, con la UST10Y retrocediendo a 4,23%. En monedas, el dólar profundizó su racha bajista frente al euro, el yen y las monedas emergentes. El oro subió apoyado en la debilidad del dólar, mientras que el petróleo volvió a ceder presionado por expectativas de mayor oferta y menor riesgo geopolítico.
El proyecto de ley de gasto de Trump, que fue tratado en el Senado, introdujo nuevas disposiciones energéticas, en las cuales se eliminarán los créditos fiscales para energías limpias más rápido de lo previsto e incluirán nuevos impuestos sobre proyectos de energía eólica y solar. Al mismo tiempo, se incorporaron incentivos de último momento para los combustibles fósiles, incluyendo una medida que clasifica al carbón como un mineral crítico a efectos de acceder a un crédito gubernamental para manufactura. Al respecto, Elon Musk publicó una serie de mensajes durante el fin de semana calificando al proyecto de ley como “totalmente insano y destructivo, con subsidios para las industrias del pasado mientras perjudica gravemente a las industrias del futuro”.
Las acciones prolongaron la recuperación de la semana pasada y cerraron el mes al alza. El S&P 500 avanzó un 0,6%, en tanto que el Nasdaq y el Dow Jones ganaron un 0,7%. La acción de Tesla retrocedió 1,9% tras el nuevo enfrentamiento entre Elon Musk y Trump respecto del proyecto de ley de gasto. Juniper Networks se disparó 8,4% después de que el Departamento de Justicia (DoJ) resolviera la demanda contra la compañía vinculada a su adquisición por parte de HP.
En el mercado de renta fija continúa creciendo la expectativa de más recortes de tasas por parte de la Fed y ahora se estiman tres recortes para este año. Con esa expectativa, y a pesar de los avances clave de la “Big Beautiful Bill” (proyecto de ley de gasto) de Trump en el Senado, la UST10Y cayó 5 pb y cerró en 4,23%, en tanto que la UST2Y cayó 2 pb, cerrando en 3,72%. De esta manera, el índice de bonos del Tesoro avanzó un 0,3%, al igual que los High Yield. Los más beneficiados en la rueda fueron los Investment Grade, con una suba de 0,6%, seguidos por los Mercados Emergentes, que lograron una ganancia del 0,5%.
El dólar amplió su racha negativa a nivel global y el DXY cayó nuevamente un 0,5%, cerrando en 96,9, nuevo nivel mínimo desde febrero de 2022. El euro se apreció un 0,5% frente al dólar, acumulando una suba de 13,8% en el año. A su vez, el dólar perdió un 0,3% frente al yen. Con esto, el DXY retrocede un 10,7% en 2025. En Brasil, el dólar cayó otro 1,0% y cerró en USDBRL 5,43, acumulando una caída de 12,1% durante 2025. Esta debilidad del dólar le dio impulso al oro, que avanzó un 1,0% y cerró en USD 3.306 la onza, a pesar de las desescaladas en los conflictos geopolíticos y comerciales.
El petróleo WTI cayó un 0,9% hasta los USD 64,9 por barril tras su peor semana desde marzo de 2023, en la cual perdió un 12,7%, en medio de la continuidad de la tregua entre Israel e Irán y expectativas de mayor oferta por parte de la OPEP+, que planea aumentar la producción en 411.000 barriles diarios en agosto. Trump sugirió que podría aliviar sanciones a Irán si se mantiene la paz, mientras que Irán advierte sobre posibles represalias si se reanudan los ataques.
Noticias locales: el país hoy.
El lunes había comenzado con subas para los bonos, las acciones y las curvas en pesos. Sin embargo, el mercado se dio vuelta, en parte tras conocerse el fallo de la jueza Preska en el juicio por YPF, en el que ordena que Argentina otorgue el 51% de las acciones a los beneficiarios del juicio. Así, en una rueda favorable para bonos y acciones a nivel global, cayeron tanto el Merval como los soberanos. Por su parte, los dólares financieros cerraron por encima de los $1.200 y las curvas en pesos terminaron a la baja. La buena noticia del día la aportó el Indec, que dio a conocer el dato de la actividad económica de abril, que se recuperó a 1,9% m/m.
En el segmento de renta fija en pesos, la rueda exhibió otra vez un desempeño mayormente negativo. Si bien los instrumentos dollar-linked se destacaron con un alza del 2,6%, la curva a tasa fija volvió a corregir, registrando una caída promedio del 0,1%. El tramo corto se mostró más resiliente, mientras que el tramo largo retrocedió un 0,5%. Los duales acompañaron la dinámica de sus comparables en duration, con bajas en torno al 0,7%. En cuanto a los bonos CER, el comportamiento fue mixto: subas promedio del 0,5% en la parte corta de la curva y descensos de la misma magnitud en el tramo largo. Por último, el Bonte 2030 volvió a marcar pérdidas, con un retroceso del 1,2%.
Tras una semana positiva para la deuda en dólares, los bonos soberanos comenzaron la semana con caídas del 1%, a contramano de los pares emergentes que avanzaron un 0,6%. El tramo largo fue el más perjudicado, con bajas promedio del 1,2%, en tanto que el tramo corto cedió un 0,8%. Así, el riesgo país se mantuvo en 714 pb, al tiempo que los BOPREAL subieron un 0,3%.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 39.951 M, cayendo USD 1.502 M desde el viernes, explicado por el desarme estacional de encajes a fin de mes. En tanto, el tipo de cambio oficial volvió a operar al alza, registrando una suba del 0,4% y cerrando el mes en $1.194,08. De esta forma, el tipo de cambio promedio de junio finalizó un 2,9% sobre el promedio de mayo. Los dólares financieros registraron aumentos más pronunciados, con el MEP (GD30) avanzando un 1,1% y cerrando en $1.209,03, en tanto que el CCL subió un 0,7% y finalizó en $1.211,3.
En paralelo, los futuros de dólar en A3 tuvieron una rueda al alza, en un 1,2%, con los contratos entre septiembre y abril de 2026 subiendo más de 1,4%. De esta manera, la devaluación mensual implícita promedio para diciembre de este año llegó al 2,5%. En el volumen diario se registró un incremento del 40%, alcanzando los USD 1.596 M, en tanto que el interés abierto se mantuvo estable en 4,67 M de contratos. La curva de TNA descomprimió y se ubicó en 43% para julio, desde donde va descendiendo hasta 29% en mayo de 2026.
Por otro lado, la jueza Preska falló a favor de los demandantes en el juicio de YPF en EE. UU. y ordenó a la Argentina entregar el 51% de las acciones a los beneficiarios del juicio, las cuales se deberán ceder en un plazo de 15 días. El presidente Javier Milei aseguró en la red social X que Argentina apelará este fallo en todas las instancias que correspondan para defender los intereses nacionales.
Las acciones habían comenzado la rueda al alza, pero tras conocerse el fallo respecto del juicio por YPF devolvieron toda la suba y terminaron en rojo. El Merval retrocedió un 2,3% en pesos y un 2,9% en dólares CCL, cerrando así en USD 1.648. En línea con el fallo, los sectores energético, construcción y financiero fueron, en primera medida, los más perjudicados. Así, las acciones que más cayeron corresponden a YPF (-5,0%), que llegó a perder un 7,0%; COME (-4,8%) y Edenor (-3,3%). En la Bolsa de Nueva York, YPF (-5,6%), TGS (-5,1%) y Edenor (-3,7%) fueron las más perjudicadas. Del lado de los ganadores, se destacó MELI con una suba del 2,1%.
En abril, la actividad mostró un repunte del 1,9% m/m desestacionalizado, recuperando casi la totalidad del retroceso de marzo y ubicándose levemente por debajo del nivel de febrero. El EMAE avanzó 7,7% i.a., mientras que el acumulado del primer cuatrimestre evidenció un crecimiento del 6,3% i.a. Por sectores, se destacaron la intermediación financiera (+28,4% i.a.), la construcción (+17,1% i.a.) y el comercio (+15,6% i.a.).
En cambio, el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) cayó 4,6% m/m en junio y se ubicó en 46,7 puntos de imagen positiva. Con esta baja, el indicador volvió a niveles similares a los de abril, tras la mejora parcial registrada en mayo. A nivel regional, la confianza descendió 5,0% m/m en el interior del país (49,8% de imagen positiva) y 4,5% en el Gran Buenos Aires (42,2% de imagen positiva).
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Los mercados globales cerraron una muy buena semana, impulsados por el optimismo generado por la desescalada del conflicto en Medio Oriente y por el acuerdo comercial marco entre EE. UU. y China, mientras se ilusionan con más recortes de tasa por parte de la Fed. Concretamente, el bombardeo de EE. UU. a Irán fue certero y sirvió para desactivar la amenaza nuclear, obligando a las partes a firmar un alto el fuego. Esto trajo alivio a los mercados y derrumbó el precio del petróleo, que volvió a los niveles previos a los ataques del 13 de junio. Por otro lado, tras casi dos meses de negociaciones, autoridades estadounidenses y chinas anunciaron que llegaron a un acuerdo marco comercial. Con la actividad mostrando señales de debilitamiento y con la inflación sin sobresaltos, la presión sobre Powell se hace cada vez más fuerte y Trump ya piensa en su reemplazo, por lo que el mercado empieza a ilusionarse con una Fed más flexible, que acelere la baja de tasas. En este contexto, los mercados tuvieron una muy buena semana, con subas generalizadas de acciones —el S&P 500 cerró en un nuevo récord histórico—, tasas cediendo, mientras que los commodities operaron a la baja y el dólar a nivel global volvió a caer. Las miradas de esta semana estarán puestas en las negociaciones en el Congreso por el tratado fiscal y en los indicadores de empleo de junio.
Entre guerras y treguas. En la última semana, el mercado festejó la mejora de la situación en Medio Oriente y el principio de acuerdo comercial entre EE. UU. y China. Claro está que, en ambos casos, la paz no está asegurada, pero al menos da la señal de que el “pánico” disciplina a las partes. En cuanto al conflicto en Medio Oriente, la escalada de agresión entre Israel e Irán había puesto en alerta al mundo en las dos semanas previas. Sin embargo, tras la operación “Martillo de Medianoche” que lanzó Trump sobre Irán el pasado fin de semana, se eliminó la amenaza nuclear de los persas, al menos por ahora. Tras el ataque, Israel e Irán aceptaron una tregua. La principal consecuencia fue el derrumbe del precio del petróleo, que retrocedió a los niveles previos a la escalada —ver más abajo—. Por otro lado, en cuanto a la guerra comercial entre EE. UU. y China, el viernes Trump anunció que había alcanzado un acuerdo con las autoridades chinas. Posteriormente, Pekín emitió un comunicado en el que afirma que seguirá aprobando permisos de exportación para determinados bienes y que EE. UU. cancelará, en consecuencia, una serie de medidas restrictivas adoptadas contra China. El tiempo dirá qué tan fuertes son estos acuerdos y cuán duraderos. Mientras tanto, los inversores respiraron aliviados.
Traspié del consumo y leve repunte de precios. Los datos económicos publicados en la última semana fueron más negativos de lo esperado. Por un lado, la tercera revisión del PBI del 1Q25 marcó una caída de 0,5% t/t anualizada, levemente peor que la estimación anterior —había marcado una contracción de 0,3% t/t— debido a un menor dinamismo del consumo privado. Sumado a esto, el viernes se publicó el consumo de las familias de mayo, que mostró una caída real de 0,3% m/m, determinada por la baja de 0,8% m/m en bienes y de 0,03% m/m en servicios. Dado que en abril había crecido un 0,1% m/m, el 2Q25 apunta a un alza del consumo de 1,5% t/t anualizada, mejorando respecto al 0,5% t/t del 1Q25, aunque aún muy lejos del 4,0% t/t registrado en el último trimestre de 2024. Medido a precios corrientes, el gasto de las familias bajó un 0,1% m/m, pero dado que los ingresos retrocedieron un 0,4% m/m —por menores transferencias—, en mayo la caída del consumo se produjo junto con una baja en la tasa de ahorro de las familias, que llegó al 4,5% desde el 4,9% de abril y desde un año atrás. En cuanto a los precios implícitos, el PCE general repitió el resultado de abril al marcar una suba de 0,1% m/m y de 2,3% i.a., mientras que el PCE Core tuvo una leve aceleración al registrar un alza de 0,2% m/m y de 2,7% i.a. —con este resultado, prácticamente convergieron a la dinámica del IPC general y del IPC Core, que en el mismo período subieron 2,4% i.a. y 2,8% i.a., respectivamente.
Más presión sobre Powell y menos sobre las tasas. Luego de la última reunión de la Fed, en la que dejó inalterada la tasa de interés e incluso proyectó menos recortes ante las perspectivas de un enfriamiento más agudo del nivel de actividad y una mayor inflación, el presidente de la entidad, Jerome Powell, adoptó un tono notablemente moderado en la exposición que hizo ante el Congreso, sugiriendo que, de no haber existido presiones inflacionarias derivadas de los aranceles, la Fed habría continuado su ciclo de recortes de tipos. Por su parte, Trump sigue presionando al jefe de la Fed para que acelere el recorte de tasas, por lo que aparecen versiones que indican que buscaría removerlo del cargo en septiembre u octubre, lo que podría crear una estructura de liderazgo “en la sombra” que oriente la política monetaria hacia una postura más moderada. Con este marco de fondo, los inversores empiezan a mover sus expectativas de recortes y ahora esperan que este año la tasa se recorte en tres oportunidades —contra dos que esperaban la semana anterior— y en dos oportunidades en 2026 —contra sólo una que estimaban antes—. Esto volvió a descomprimir la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro, especialmente en el tramo corto. Concretamente, la UST2Y bajó 17 pb hasta 3,47% —en el año acumula una baja de 51 pb—, en tanto que la UST10Y y la UST30Y cedieron 9 pb y 4 pb, hasta cerrar en 4,28% y 4,85%, respectivamente.
Mejora la perspectiva de la renta fija. Con la curva de rendimientos de bonos del Tesoro operando a la baja, los mercados de deuda también tuvieron una semana positiva, con subas generalizadas. El índice general anotó un alza de 0,6% —en lo que va de junio, el índice de bonos agregado acumula un alza de 0,7% y de 2,0% desde fines de 2024—, con un desempeño muy similar entre los bonos del gobierno, que avanzaron 0,6%, y los corporativos Investment Grade y High Yield, que ganaron 0,8% y 0,7%, respectivamente. El mejor desempeño lo tuvieron los bonos emergentes, que ganaron 1,1% en la semana, ampliando la ganancia del mes a 1,7% y a 3,4% en lo que va del año.
Las acciones vuelven a máximos. Los activos de renta variable tuvieron una gran semana, con subas generalizadas que les permitieron cerrar en niveles máximos del año. El mejor desempeño lo tuvo el Nasdaq, con un avance de 4,3%, seguido por el Dow Jones, que ganó 3,9%, mientras que el S&P 500 terminó la semana 3,5% por encima de la semana anterior, acumulando en junio un alza de 4,3% y de 4,9% en lo que va del año. A nivel sectorial, si bien la caída del precio del petróleo arrastró al sector energético, que registró una pérdida semanal de 4,1%, el S&P 500 se favoreció del fuerte repunte de los sectores de tecnología, comunicación, consumo discrecional, bancos e industrias, que anotaron subas de entre 5,0% y 3,0%. La suba en acciones fue generalizada a nivel global: el índice general de acciones subió 3,5% en la semana y casi igual resultado tuvo el índice sin EE. UU. Dentro de este grupo, se destacaron las subas de 3,8% en Europa y en los Mercados Emergentes.
Dólar súper débil. Entre la debilidad fiscal y los ruidos por el futuro de la Fed, el dólar volvió a tener una semana bajista a nivel global. Concretamente, el índice DXY retrocedió un 1,4% y cerró en 97,33, niveles mínimos desde marzo de 2022. De esta manera, en junio perdió un 2,0%, mientras que en 2025 cae un 10,3%. Las monedas que más se apreciaron frente al dólar en la semana fueron el euro y la libra, al subir un 1,6% y 1,8%, respectivamente. Durante 2025, el euro se fortalece un 11,7%. Contra el real brasileño, también continuó la racha bajista, al perder un 0,5%, cerrando junio en -4,1% y -11,2% en el año. A diferencia de otras semanas, el oro no aprovechó esta caída y retrocedió un 2,7%, cerrando la semana en USD 3.273 la onza. Con esto, cerró junio con una caída de 0,4%, aunque en el año acumula una ganancia de 24,9%.
Mala semana para los commodities. Como comentamos más arriba, la desescalada del conflicto en Medio Oriente derrumbó el precio del petróleo, que en la semana registró una caída de 12,7% y cerró en USD 65,4, nivel inferior al que tenía el 12 de junio, fecha del ataque de Israel a Irán. De esta manera, en junio avanza un 7,6%, mientras que en el año pierde un 8,8%. Por otro lado, en commodities agrícolas, ante las buenas perspectivas de la cosecha en Brasil y de la próxima campaña en EE. UU., la soja retrocedió 3,8%, llevándola a USD 379,2 por tonelada y recortando la suba en 2025 a 3,0%. La baja en el precio se debió a que las lluvias favorecieron al territorio oeste en EE. UU., mejorando las condiciones del suelo. La excepción fue el cobre, que en la semana saltó 5,0%, acumulando en junio una suba de 8,9% y de 27,2% en el año.
Lo que viene. La agenda de la semana se concentrará en los datos del mercado laboral de junio. Se estima la creación de 129 mil empleos no agrícolas, levemente por debajo de los 139 mil de mayo, mientras que la tasa de desempleo probablemente se mantendrá estable en 4,2%, y se prevé que el crecimiento salarial se desacelere de 0,4% a 0,3%. Los datos del mercado laboral también incluirán las vacantes de empleo JOLTS, que se proyecta que aumenten a 7,45 millones, y el informe ADP, que se espera que muestre un aumento de 80 mil en el empleo privado, frente a los 37 mil de mayo. También se espera que el PMI manufacturero de ISM muestre otra contracción, mientras que el PMI de servicios de ISM podría indicar un repunte moderado. Es probable que la balanza comercial muestre un déficit más amplio.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
La semana volvió a mostrar señales mixtas en los mercados. El dólar continuó bajo presión, lo que impulsó tanto a los tipos de cambio financieros como a los contratos de futuros. Los bonos dollar-linked se destacaron en ese contexto, mientras que los instrumentos CER y duales volvieron a ceder. Por otro lado, si bien los bonos en dólares mejoraron, el Merval cayó nuevamente. En paralelo, en junio las reservas internacionales netas subieron por primera vez desde la flexibilización del cepo, gracias al Bonte 2030 y a compras del Tesoro. Sin embargo, el trasfondo externo sigue frágil: el balance cambiario de mayo y el de pagos del 1Q25 confirmaron el deterioro de la cuenta corriente, con récords negativos en servicios y en la compra neta de billetes. Con la inflación contenida, el foco oficial pasó a la acumulación de reservas. El otro riesgo que asoma es la desaceleración de la actividad y del salario real, aunque por ahora no impacta en el frente electoral. Esta semana, la atención estará en el dólar –por el cobro del aguinaldo y la posible menor liquidación del agro ante la suba de retenciones–, el EMAE de abril, que habría mostrado una recuperación parcial tras la caída de marzo, la recaudación de junio y la segunda licitación del BOPREAL Serie 4.
La economía reduce su velocidad. La economía creció 0,8% s.e. en el 1Q25, confirmando una tendencia de menor dinamismo: en el 3Q24 había crecido 3,9% t/t y en el 4Q24 2,0% t/t. En términos interanuales, la expansión fue del 5,8%. Por el lado de la demanda, se destacó el consumo privado (+2,9% s.e.) y, especialmente, la inversión (+9,8% s.e.), en tanto que el consumo público se mantuvo virtualmente estable. Las importaciones crecieron con fuerza (+17,7% t/t), frente a una leve contracción de las exportaciones (-1,5%). En la comparación interanual, sobresalen las subas del consumo privado (+11,6%), la inversión (+31,8%) y las importaciones (+42,8%). Por el lado de la oferta, el impulso vino del sector financiero (+9% s.e.) y del comercio (+4% s.e.), al tiempo que la industria y el sector de hoteles y restaurantes mostraron caídas en la comparación trimestral. Medido contra el primer trimestre de 2024, el desempeño de los bancos (+28% i.a.) y el comercio (+11% i.a.) fueron los más destacados, pero con retrocesos en sectores vinculados al gasto público y en turismo. Los indicadores de corto plazo sugieren que la actividad siguió moderándose: tras una recuperación en abril, el IGA-OJF mostró una baja de 0,2% m/m en mayo. Si se confirma esta dinámica, el segundo trimestre volvería a reflejar una desaceleración en el ritmo de crecimiento.
Caída de los salarios reales. Al igual que en marzo, el salario registrado volvió a perder frente a los precios en abril, en un contexto de aceleración inflacionaria. El índice general subió 2,4% m/m (2,5% en el sector privado y 2,3% en el público), por debajo de la inflación del mes (2,8% m/m). En consecuencia, el salario real acumuló su segunda caída mensual consecutiva (-0,4% m/m). Para mayo, en cambio, se espera una recomposición real, impulsada por la desaceleración de la inflación al 1,5% m/m.
Más deuda y suba de reservas internacionales. En la última semana, las reservas internacionales brutas subieron USD 1.271 M y cerraron en USD 41.453 M, mientras que las reservas netas que monitorea el FMI mejoraron en USD 990 M, alcanzando un saldo negativo de USD 6.179 M. La variación semanal respondió principalmente al ingreso de USD 500 M vía Bonte 2030 y a compras del Tesoro por al menos USD 200 M, sumado a la recomposición de encajes en moneda extranjera. A solo una rueda para cerrar junio, las reservas brutas aumentaron USD 4.500 M en el mes y las netas, USD 2.000 M, suba apalancada en el financiamiento obtenido a través del Bonte (USD 1.500 M) y el repo con bancos (USD 500 M que cuentan para la meta con el FMI). El repunte de junio estuvo sostenido en financiamiento, en tanto que los datos estructurales de los primeros meses del año exponen un creciente desequilibrio externo dependiente de la financiación. De hecho, el balance cambiario de mayo mostró un superávit de cuenta corriente de USD 712 M, aunque explicado principalmente por el incremento de la prefinanciación de exportaciones. El superávit de bienes base caja alcanzó los USD 1.811 M, muy por encima del saldo comercial devengado del mes (USD 604 M), pero el déficit de servicios siguió profundizándose: fue de USD 882 M, impulsado por un nuevo récord negativo en la cuenta viajes, que registró un rojo de USD 889 M, el más alto del año y superior al promedio de marzo y abril. La cuenta financiera, por su parte, mantuvo un saldo deficitario de USD 1.719 M, levemente por debajo del rojo de abril (USD 2.304 M), cuando se habían flexibilizado las restricciones cambiarias. La principal fuente de presión fue la formación de activos externos, que sumó USD 3.226 M en el mes. De ese total, las compras de billetes ascendieron a USD 2.283 M, con un saldo neto de USD 1.747 M, por encima del promedio mensual registrado en 2017 (USD 1.484 M). Más allá de estos movimientos mensuales, el balance de pagos del primer trimestre de 2025 confirmó el deterioro estructural del frente externo. La cuenta corriente volvió al déficit (USD -5.191 M) por primera vez en la actual gestión. El resultado estuvo marcado por un récord negativo en la balanza de servicios (USD -4.502 M), principalmente a raíz de la cuenta viajes (USD -3.646 M), también en su peor nivel histórico. La balanza de bienes fue superavitaria en USD 2.060 M, aunque en su menor nivel desde el 4Q23, y el déficit de ingresos primarios alcanzó los USD 3.333 M, con rentas de la inversión explicando casi la totalidad del desequilibrio. La cuenta financiera también cerró en negativo (USD -7.229 M), financiada por una caída de reservas por USD 5.628 M y desarme de activos por parte de bancos y empresas, al tiempo que la inversión directa fue marginal y la de cartera tuvo un leve ingreso.
Subió el dólar. El dólar oficial registró alzas del 2,9% en la semana, cerrando en $1.189,8. Así, el tipo de cambio promedio de junio se ubica un 2,9% por encima del promedio de mayo. Los dólares financieros se movieron en la misma línea: el MEP repuntó un 1,7% y el CCL avanzó un 2%, cerrando en $1.195,5 y $1.203,9 respectivamente. Los futuros de dólar cerraron con marcadas subas del 2,1% en la semana, consistentes con el repunte en los tipos de cambio. El mayor aumento se observó en el contrato de enero de 2026, que registró un incremento del 3%, mientras que los contratos más cortos percibieron alzas del 1,5% en promedio. Así, la devaluación mensual implícita para julio se ubica en torno al 2,6% m/m, 2,4% m/m hasta diciembre y 2,1% m/m para el resto de los plazos.
Tasas de interés presionadas al alza. La semana cerró con pérdidas en el segmento de deuda en pesos, con tasas que continuaron presionadas al alza. Los bonos dollar-linked fueron los únicos activos en mostrar un buen desempeño, en línea con el repunte de los tipos de cambio, y así cerraron con alzas del 2,6% y rinden devaluación +4%. A estos precios descuentan una devaluación implícita directa del 13,2% o 2,2% m/m hacia diciembre de 2025. La curva a tasa fija comenzó la semana con retrocesos, pero revirtió parcialmente la tendencia hacia el cierre, finalizando con una caída marginal del 0,2%, impulsada por el repunte del 0,6% registrado el viernes, sobre todo en el tramo corto de la curva. El rendimiento promedio se ubicó en 2,6% TEM. En el tramo corto se observó una moderación, al pasar de 2,7% a 2,6%, mientras que en los tramos medio y largo las tasas descomprimieron levemente hasta converger también en torno a ese nivel. En cuanto a los bonos CER, la combinación de menores expectativas de inflación y las tensiones de liquidez existentes presionan al alza las tasas reales y eso se reflejó en una caída del 1% en estos instrumentos. A estos precios, rinden CER +13,4% en el tramo 2025 (vs. CER +11,4% la semana previa), CER +12,3% en el tramo 2026 (vs. CER +10,9% la semana previa) y CER +11,5% para el resto de los plazos (vs. 10,4% la semana previa). Así, la inflación breakeven promedio se ubica en 1,5% m/m entre junio y octubre, 1,6% m/m entre noviembre y diciembre y 26,3% i.a. a diciembre de 2025. Los duales fueron los perdedores de la semana con bajas del 1,9%, continuando con la tendencia de la semana pasada. A estos precios rinden 2,3% en su versión a tasa fija y un margen del 4,3% sobre la tasa mayorista, al tiempo que la TAMAR breakeven promedio se ubica en 23,7% TNA.
Viento de cola para la renta fija en dólares. En una semana favorable para la renta fija por la compresión de tasas en la curva soberana de EE. UU., la deuda argentina en dólares terminó la semana con una suba de 3,0%, superando a los comparables que ganaron un 0,3%. Mismo resultado se dio en el mes de junio, al avanzar un 0,9% vs. -0,1% los comparables. Al evaluar los soberanos contra los corporativos CCC también se observa una buena performance de la deuda argentina, ya que comprimió spread en 62 pb. Concretamente, la curva bajo ley local subió un 2,8%, impulsada por ganancias del 3,0% en el tramo largo y de 1,9% en el tramo corto, en tanto que bajo ley extranjera registró un alzas de 3,0% de la mano del GD41 (3,8%). Los instrumentos del tramo 2029 y 2030 fueron los que mejor desempeño mostraron en el mes, con ganancias de entre 1,1% y 2,7% en ambas legislaciones. A estos precios, los Bonares finalizan el mes con una curva de rendimientos plana en torno a 11,7%, mientras que los Globales muestran una pendiente levemente positiva que va de 9,8% TIR en el tramo corto a 11,2% TIR en el tramo largo. Así, el riesgo país cerró en torno a 685 pb. Los BOPREAL, por su parte, avanzaron un 0,8% en la semana y 0,4% en el mes. Durante junio, el BOPREAL Serie 1-B fue el de mejor desempeño, con una suba del 1,7%. Con esto, los BOPREAL Serie 1 ofrecen rendimientos de entre 5,4% TIR para el A y 8,2% TIR para el B. Los bonos subsoberanos aumentaron un 0,6% semanal y 1,0% en junio. En la semana, lo más destacado fue Buenos Aires 2037 exhibiendo un alza de 1,6%, en tanto que en junio sobresalió Salta 2027 con un avance de 2,4%. En cuanto a bonos corporativos, ganaron 0,1% en la semana y 0,7% en el mes, de la mano de YPF 2029 bajo Ley NY (2,0%).
Merval a contramano. En una semana y un mes muy favorables para los mercados de renta variable a nivel global, el Merval cerró con una baja de 1,4% en pesos y 3,2% en dólares CCL semanal. En junio, la caída se profundizó a 10,6% en dólares. Esto compara contra un S&P 500 que avanzó 3,6% WTD y 4,4% en el mes, y un EWZ que ganó un 1,9% y 3,6%, respectivamente. En el último mes, los sectores financiero y energético fueron los más perjudicados, con pérdidas de 18,5% para TGN, y 15% para BBVA y Supervielle. Por el lado de las ganadoras, únicamente se encuentra Ternium con una ganancia de 11,2%. De los activos que cotizan en la Bolsa de Nueva York, en la semana lograron tener un rendimiento positivo promedio de 0,9% de la mano de MELI (6,6%), Globant (4,0%) e IRSA (2,9%). Sin embargo, concluyen junio con caídas del 6,9%, impulsadas por Edenor (-19,2%), Supervielle (-15,0%) y BBVA (-14,1%).
Lo que viene. Hoy se publica el EMAE de abril, que habría mostrado una recuperación parcial tras la caída del 1,8% m/m de marzo, y el martes se conocerá la recaudación tributaria de junio. El miércoles 2 de julio, el BCRA llevará a cabo la segunda licitación del BOPREAL Serie 4: en la primera (18 de junio) se adjudicaron VN USD 810 M, por lo que aún resta licitar VN USD 2.190 M. Por último, el viernes se difundirá el REM con las expectativas del mercado.
Los contratos de dólar en A3 operaron al alza en la semana, con importantes subas en el tramo largo.
Los contratos de dólar en A3 operaron al alza en la semana. Se vieron subas en todos los tramos, mayormente en el largo. En concreto, los que más subieron corresponden a los contratos de enero (2,96%), diciembre (2,78%) y febrero (2,75%).
El próximo contrato en vencer es el de junio, que cotiza en $1.190 y marca una devaluación directa de 0,0% y mensualizada de 0,1%. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que la suba en el precio del dólar correría en niveles en torno al 2,5%: 2,6% en julio ($1.226), 2,5% en agosto ($1.256) y 2,5% en agosto ($1.285). A partir de ahí, señalan una devaluación que continúa al ritmo de 1,9% promedio hasta mayo del 2026.
La curva de tasas (TNA) comprimió en el tramo corto, en tanto que en el tramo largo se mantuvo estable. Con esto, muestra una pendiente levemente negativa que comienza con 32% en julio y cae gradualmente a 27% en mayo de 2026.
El volumen operado subió fuertemente. En las últimas cinco ruedas se comerciaron USD 5,97 M. El viernes 27 de junio el interés abierto cerró en 4.461 millones de contratos, mostrando una caída de 8% m/m y una suba de 90% a/a.



Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Descargar informe al 27/06/2025
Automatización de contratos, análisis predictivo de sentencias y otras aplicaciones de la IA.
En un estudio jurídico de tamaño medio, un abogado junior revisa un contrato de 47 páginas. Mientras tanto, su asistente virtual –una inteligencia artificial entrenada en derecho comercial– señala cláusulas contradictorias, propone reformulaciones y alerta sobre una jurisprudencia reciente que podría afectar la validez de una cláusula de exclusividad. Todo esto sucede en segundos. No se trata de una escena futurista, ya ocurre.
La inteligencia artificial (IA) transforma la práctica jurídica desde sus cimientos. Lo que comenzó como una herramienta de apoyo documental, hoy redefine cómo se analizan los casos, cómo se redactan escritos y cómo se anticipan decisiones judiciales. Desde asistentes legales automatizando tareas administrativas hasta algoritmos capaces de predecir el fallo de una causa compleja, el impacto de la IA en el derecho ya no es una promesa, es una realidad que altera la estructura de los estudios jurídicos y los tribunales.
Asistentes legales virtuales: automatización al servicio del abogado
Durante décadas, las tareas repetitivas de la práctica legal, como la redacción de contratos estándar, la revisión de documentos o el control de plazos, recaían sobre pasantes y jóvenes profesionales. Con la irrupción de la IA, estas tareas se automatizan con precisión y velocidad.
Plataformas como DoNotPay, LawGeex o Luminance revisan contratos, identifican riesgos y sugieren cambios en minutos. Por ejemplo, un estudio jurídico que analiza decenas de contratos de leasing comercial puede utilizar esta tecnología para detectar cláusulas abusivas, comparar condiciones entre distintos documentos y generar reportes automáticos. El ahorro de tiempo se traduce en mayor eficiencia y permite que los profesionales se enfoquen en tareas más estratégicas.
En este sentido, una aseguradora en Estados Unidos incorporó un asistente legal basado en IA para responder a demandas menores por incumplimiento de pólizas. El sistema analiza los antecedentes del caso, redacta una respuesta inicial y propone acuerdos. En más del 80% de los casos, el conflicto se resolvió sin necesidad de intervención humana directa.
El uso de asistentes virtuales también mejora el acceso a la justicia. Aplicaciones móviles permiten a ciudadanos sin conocimientos jurídicos realizar gestiones legales básicas, como apelar una multa de tránsito o presentar un reclamo por consumo. Estos sistemas procesan lenguaje natural, explican los pasos legales en forma clara y guían al usuario en tiempo real. Así, se reduce la dependencia de intermediarios y se amplía el alcance del derecho.
Lo mismo ocurre en el ámbito corporativo. Las áreas legales de las empresas utilizan IA para monitorear riesgos normativos, auditar contratos y anticipar conflictos regulatorios. Un banco brasileño redujo en un 70% el tiempo dedicado a informes de cumplimiento gracias a un sistema que actualiza automáticamente las regulaciones y evalúa su impacto sobre los productos financieros de la entidad.
Análisis de jurisprudencia: el derecho convertido en datos
Uno de los campos donde la inteligencia artificial tiene mayor impacto es el análisis predictivo de fallos judiciales. A través del uso de algoritmos de aprendizaje automático, los sistemas procesan millones de sentencias, identifican patrones y anticipan la probabilidad de que un juez falle a favor o en contra de una determinada posición.
Un ejemplo paradigmático es el de la Corte Europea de Derechos Humanos. Investigadores desarrollaron un algoritmo capaz de predecir sus fallos con un 79% de precisión, basándose únicamente en los hechos presentados y la jurisprudencia previa. Este tipo de herramientas permite a los abogados evaluar la viabilidad de un litigio antes de iniciarlo y diseñar estrategias más sólidas.
En Latinoamérica, algunos estudios emplean sistemas similares. Un despacho en Ciudad de México implementó un motor de análisis que revisa sentencias del fuero laboral para calcular la probabilidad de éxito en demandas por despido injustificado. El algoritmo considera factores como el juez interviniente, los antecedentes del empleador, el monto reclamado y el encuadre legal. Con esta información, el estudio ofrece a sus clientes escenarios detallados que incluyen costos probables, plazos estimados y recomendaciones estratégicas.
Los beneficios son múltiples. Por un lado, se optimiza la toma de decisiones. Por el otro, se igualan las condiciones entre grandes firmas y estudios pequeños que antes no podían acceder a amplias bases de datos. Incluso los organismos públicos pueden beneficiarse: tribunales de familia en España ya utilizan IA para agrupar causas por tipología y derivarlas a juzgados especializados, reduciendo la carga procesal y mejorando la asignación de recursos.
Regulación de la IA: un debate jurídico aún en construcción
A medida que crece el uso de la IA en el derecho, también se intensifica el debate sobre cómo regular estas tecnologías. Las preguntas son múltiples: ¿quién responde si una IA comete un error legal? ¿Puede un software asumir funciones reservadas a los abogados? ¿Cómo garantizar la transparencia y evitar sesgos en los algoritmos?
La Unión Europea dio un primer paso al proponer una regulación que clasifica los sistemas de inteligencia artificial según su nivel de riesgo. Aquellos utilizados en justicia y administración pública se consideran de “alto riesgo” y deben cumplir requisitos estrictos de trazabilidad, explicabilidad y supervisión humana. Esto implica que un sistema que analiza expedientes judiciales debe documentar sus procesos internos y permitir auditorías externas.
En Estados Unidos, el enfoque es más laxo, pero avanza la discusión sobre la responsabilidad civil y penal frente a errores cometidos por algoritmos. Un caso emblemático ocurrió en Michigan, donde un sistema automatizado bloqueó beneficios sociales a cientos de personas por un error de cálculo. La demanda colectiva derivada del caso puso sobre la mesa la necesidad de mecanismos de apelación y supervisión.
En América Latina, la regulación aún es incipiente. Sin embargo, organismos como el BID y la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) impulsan guías para el uso ético y transparente de la IA en el sector público. Algunos colegios de abogados ya discuten la posibilidad de establecer normas deontológicas específicas para el uso de esta tecnología en el ejercicio profesional.
Cambios en la práctica legal y nuevas oportunidades
La transformación que impone la inteligencia artificial no es solo técnica, también es cultural y estructural. Los estudios jurídicos se ven obligados a repensar sus modelos de negocio, incorporar nuevos perfiles profesionales y adaptarse a una lógica donde el conocimiento ya no está centralizado, sino distribuido y automatizado.
Esto abre oportunidades para jóvenes abogados con formación tecnológica, desarrolladores con conocimientos jurídicos y equipos multidisciplinarios capaces de traducir necesidades legales en algoritmos funcionales. La demanda de juristas que comprendan el lenguaje de los datos y la lógica del machine learning no deja de crecer.
Incluso las universidades rediseñan sus planes de estudio. Facultades de derecho de Europa y Asia ya incluyen materias sobre programación, ética algorítmica y análisis predictivo. El abogado del futuro será tan hábil con el código de programación como con el Código Civil.
Un nuevo paradigma para un viejo oficio
La IA no reemplaza al derecho, pero lo redefine. Las tareas que antes requerían cientos de horas ahora se resuelven en minutos. Las decisiones que dependían exclusivamente de la experiencia humana hoy se apoyan en datos y simulaciones. El abogado es imprescindible, pero su rol cambia: de ejecutor a estratega, de operario documental a analista de sistemas complejos.
Quienes comprendan este cambio liderarán una nueva era del derecho, más eficiente, más accesible y más inteligente. En este nuevo escenario, los juristas que integren la lógica legal con las capacidades de la IA serán los arquitectos de una justicia renovada.
Noticias locales: el país hoy.
El jueves fue una rueda positiva para los activos en dólares, en tanto que las curvas en pesos sufrieron caídas. Tanto los bonos soberanos como las acciones registraron subas, en línea con nuevas bajas en las tasas internacionales y subas en los índices de renta variable. En contraposición, todas las curvas en pesos cayeron, con mayor fuerza en los tramos largos, siendo los duales los más castigados. Los dólares financieros y los futuros cerraron estables. Se publicó el dato de salarios de abril, que vino por debajo de la inflación del mismo mes.
En el segmento de renta fija en pesos, la rueda mostró un desempeño negativo generalizado. La curva a tasa fija volvió a ceder, con una corrección promedio del 0,4%, lo que implicó una nueva descompresión de rendimientos, que actualmente se ubican en torno al 2,7% TEM. Algo similar ocurrió con los CER, que cayeron un 0,3%, con rendimientos que alcanzan el 13,9% de spread en el tramo corto. Los duales fueron los mayores perdedores, con caídas de 1,1%, mientras que los dollar-linked cayeron un 0,2%.
La deuda soberana en dólares ganó terreno y cerró al alza, con subas del 0,5%, impulsada por el tramo medio-largo de la curva bajo ambas legislaciones, mientras que el riesgo país se mantuvo en los 714 pb. En tanto, los BOPREAL se mantuvieron firmes, con ganancias del 0,3%, destacándose el BOPREAL Serie 1-C, con subas del 0,5%.
En el mercado de cambios, el BCRA cerró la jornada con un stock de reservas brutas de USD 41.528 M, subiendo USD 105 M desde el miércoles. En tanto, el tipo de cambio oficial repuntó un 1,6%, cerrando en $1.194,67. Así, el tipo de cambio promedio de junio se ubica un 2,8% por encima del promedio de mayo. Los dólares financieros registraron aumentos moderados, con el MEP (GD30) avanzando un 0,1% y cerrando en un nivel de $1.200,3, en tanto que el CCL se mantuvo neutral y cerró en $1.203,6.
Los futuros de dólar en A3 se mantuvieron estables, con una curva de TNA que va cayendo del 32% a partir de julio, hasta alcanzar un 27% en mayo de 2026. Con esto, la devaluación mensual implícita promedio se redujo a 2,2% para diciembre de 2025.
El Merval avanzó un 0,7% en pesos y un 0,8% en dólares CCL, alcanzando un nivel de USD 1.697. Este movimiento se dio en línea con el S&P 500 (+0,7%) y con el EWZ (+1,8%). Los sectores de materiales, energía y utilidades fueron los impulsores del Merval, con Aluar (+5,2%), Ternium (+3,8%) y CEPU (+1,8%) liderando las subas. Del otro lado, Transener (-3,6%), TGN (-2,3%) y VALO (-0,9%) exhibieron las principales bajas. De las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, se destacaron Ternium (+3,7%), Bioceres (+3,3%) y Globant (+2,9%).
En abril, el salario registrado subió un 2,4% m/m (2,5% m/m en el sector privado y 2,3% m/m en el público), por debajo de la inflación del mes (+2,8% m/m). Como resultado, el salario real registrado se redujo por segundo mes consecutivo (-0,4% m/m).
Noticias globales: el mundo hoy.
El jueves se dieron a conocer datos económicos de EE. UU., entre ellos la estimación final del PBI del 1Q25, que mostró una caída más pronunciada que la estimación previa. También se publicó el dato de pedidos de bienes manufacturados, que resultó mejor a lo esperado. Por último, las solicitudes iniciales de pensión por desempleo se ubicaron por debajo de las proyecciones, aunque aún sugieren un enfriamiento en el mercado laboral. En los mercados financieros, la atención estuvo puesta en el S&P 500, que con una nueva suba quedó muy cerca de su máximo histórico. La posibilidad de la designación de un nuevo presidente de la Fed con una postura más “dovish” contribuyó a una caída en las tasas de interés y a otra baja en el dólar, que se encuentra en mínimos de 2022. En commodities, el petróleo registró nuevas alzas, ya que sigue latente la incertidumbre respecto del enriquecimiento de uranio por parte de Irán, compensada por un posible aumento en la producción de petróleo por parte de la OPEP+ en su reunión de julio.
Las acciones subieron con fuerza en la jornada. El S&P 500 quedó muy cercano a alcanzar su máximo histórico, al avanzar un 0,7%, mientras que el Nasdaq superó el cierre récord de la rueda del martes al sumar 0,9%, y el Dow Jones un 0,8%. La mayoría de las grandes tecnológicas, como Nvidia y Meta, lideraron las alzas con ganancias de entre 1% y 2%, y extendieron su fuerte tendencia alcista. En cambio, Apple quedó rezagada y cayó un 0,3% tras un recorte en su precio objetivo por parte de JPMorgan Chase.
En cuanto a los mercados de deuda, las tasas de interés que pagan los bonos del Tesoro prolongaron sus caídas tras aumentar las expectativas de que Trump designe a un nuevo presidente de la Fed, lo cual traería aparejada una política monetaria más flexible. A esto se sumó que los datos del PBI de EE. UU. fueron revisados a la baja, reflejando un enfriamiento en la economía, y que las solicitudes de subsidio por desempleo se mantienen por encima del promedio anual. En concreto, la UST2Y retrocedió 6 pb hasta 3,72% y la UST10Y, 4 pb hasta 4,25%. De esta manera, el índice de bonos del Tesoro avanzó un 0,2%, contagiando positivamente a los bonos Investment Grade, que también avanzaron un 0,2%, y a los High Yield y mercados emergentes, que registraron subas de 0,3%.
En monedas, el dólar amplió su racha negativa al ceder un 0,6% y continúa en mínimos de comienzos de 2022, con un nivel de 97,12. Por su parte, el oro se mantuvo en terreno neutral, a pesar de esta debilidad en el dólar, y cerró en USD 3.334 la onza. En Brasil, donde el BCB viene adoptando una política monetaria hawkish, el dólar también volvió a perder terreno con una caída del 1,2%, cerrando en USDBRL 5,49, y ampliando la baja YTD a 11,1%.
Respecto a los commodities, fue una rueda positiva para el petróleo WTI, que exhibió una suba de 0,8% y cerró en USD 65,5 por barril. A pesar de los ataques aéreos de EE. UU., informes sugieren que el stock de uranio enriquecido de Irán se mantiene mayormente intacto, mientras que Teherán aprobó una ley que suspende la cooperación con el organismo nuclear de la ONU, lo cual presionó al precio del crudo. Trump negó las versiones que afirmaban que Irán había trasladado material nuclear antes de los ataques y aseguró que el conflicto está “terminado”, aunque advirtió que continuará apuntando a los ingresos petroleros iraníes. Ahora la atención se centra en la reunión de la OPEP+ del 6 de julio, donde Rusia podría apoyar el incremento en la producción si fuera necesario. Trump también reconoció que las sanciones no han logrado impedir que China siga comprando petróleo iraní.
En el dato económico del día, la economía de EE. UU. se contrajo un 0,5% anualizado en el 1Q25, marcando la primera caída en tres años. La debilidad se explicó por menores datos de consumo (0,5% vs. 1,2% previo) y exportaciones (0,4% vs. 2,4%), al tiempo que las importaciones crecieron 37,9% ante la anticipación de subas de precios por nuevos aranceles. El gasto del gobierno federal cayó 4,6% y la inversión fija se expandió 7,6%, el mayor avance desde 2023.
Los pedidos de bienes manufacturados en EE. UU. crecieron 16,4% en mayo, el mayor aumento desde 2014, impulsados por el fuerte salto en aeronaves no destinadas a defensa (+230,8%) y bienes de capital (+48%). Excluyendo transporte, los pedidos subieron 0,5%. Los pedidos de bienes de capital no relacionados con la defensa, excluyendo aeronaves –referencia clave de inversión empresarial–, avanzaron 1,7%, superando ampliamente las expectativas.
Por otro lado, las solicitudes iniciales de desempleo en EE. UU. bajaron a 236.000, por debajo de lo esperado, aunque se mantienen por encima del promedio anual, reflejando cierta debilidad en el mercado laboral. Las solicitudes continuas subieron a 1.974.000, el nivel más alto desde noviembre de 2021, lo que sugiere mayores dificultades para reinsertarse en el empleo.