Noticias locales: el país hoy.
El BCRA anunció que mantendrá la tasa de política monetaria sin cambios en 32% TNA (2,7% TEM), pese a las expectativas del mercado de un nuevo recorte, luego de confirmarse que el crawling peg se reducirá al 1,0% m/m. Es probable que un ajuste en las tasas ocurra a principios de febrero, una vez que la reducción del crawling peg haya sido implementada.
El BCRA anunció medidas destinadas a ampliar la competencia de monedas y facilitar el uso de dólares en transacciones cotidianas. Entre las disposiciones destacadas, los procesadores de pago deberán habilitar herramientas para pagos en dólares con tarjetas de débito antes del 28 de febrero. Asimismo, los pagos con tarjeta de débito, tanto en pesos como en dólares, se integrarán al sistema de QR interoperable antes del 1 de abril. Por último, se implementará una nueva variante del DEBIN programado, que permitirá realizar pagos en cuotas fijas en pesos o dólares con una única autorización, con fecha de implementación prevista para fines de febrero.
El BCRA registró compras por USD 132 M en el mercado cambiario, consolidando una racha positiva de 12 ruedas consecutivas. En lo que va de enero 2025, acumula compras por USD 1.461 M. Paralelamente, las reservas brutas aumentaron en USD 92 M, hasta los USD 30.706 M, impulsadas por la liquidación de las compras realizadas el miércoles por USD 79 M.
El dólar oficial subió 50 centavos diarios y cerró en $1042,25. En las últimas cinco ruedas, el ritmo de devaluación se mantiene en 1,9% TEM.
Los dólares financieros registraron leves alzas tras una nueva intervención del Banco Central. El MEP (GD30) subió 0,1% y cerró en $1.164, mientras que el CCL también avanzó 0,1% y finalizó en $1.185. De este modo, las brechas con el dólar oficial permanecen en 12% y 14%, respectivamente.
Los bonos en dólares sufrieron una baja promedio de 1,2%. Como resultado, las paridades descendieron al 72%, y los rendimientos alcanzaron el 11%, con el riesgo país cerrando en torno a los 630 pb. Por su parte, los BOPREAL registraron una caída del 0,3%.
En el segmento de deuda en pesos, la jornada fue negativa con caídas en todas las curvas. Los bonos CER retrocedieron un 0,2%, con rendimientos de CER +4% en el tramo corto y CER +8% en el tramo largo. Las Lecaps mostraron pérdidas del 0,6%, al tiempo que el TO26 cayó un 1,0%, con tasas promedio de 2,5% TEM para el tramo corto y 2,3% TEM para el tramo largo. Por último, los bonos dollar-linked registraron una pérdida promedio de 1,5%, y están rindiendo devaluación +8%.
Los contratos de dólar futuro tuvieron un rebote del 0,18%, destacándose las subas en los contratos de octubre (+0,46%), diciembre (+0,28%) y mayo (+0,27%). Con este movimiento, el ritmo de devaluación mensual promedio proyectado para fin de año se ubica en 1,5%.
El Merval retrocedió un 2,7% en pesos y del 3,0% en dólares CCL, ubicándose en un nivel de USD 2.207. Los sectores más afectados fueron utilidades, construcción e industria. Entre las empresas con mayores pérdidas se encuentran Telecom (-6,1%), Central Puerto (-5,5%) y Edenor (-5,0%). En cuanto a las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, los retrocesos más significativos se dieron en Central Puerto (-5,4%), Telecom (-5,3%) y Edenor (-5,1%).
Tecpetrol colocó USD 400 M (de un objetivo de USD 700 M), con un plazo de 8 años y una tasa anual de 7,625%. Los fondos se utilizarán para financiar inversiones en el país, principalmente en los activos de Vaca Muerta. En particular, se enfocarán en el desarrollo de petróleo no convencional en el área de Los Toldos II Este.
Noticias globales: el mundo hoy.
Tras la euforia generada por el dato de inflación de diciembre, que impulsó el miércoles la mejor rueda del año, el jueves los mercados operaron mucho más estables. Los bonos registraron una nueva mejora, mientras que los principales índices de acciones cerraron con leves caídas. La atención se concentró en la publicación de las ventas minoristas, que superaron las expectativas, y en las solicitudes iniciales de desempleo, que se ubicaron por encima de las estimaciones del mercado.
El S&P 500 interrumpió su racha ganadora de tres jornadas consecutivas y retrocedió un 0,2%, mismo resultado que el Dow Jones, en tanto que el Nasdaq mostró el peor desempeño con una caída del 0,7%. Las grandes tecnológicas arrastraron a la baja a los índices: Apple cayó un 4% tras conocerse la disminución de sus ventas en China, y Tesla retrocedió un 3,3% luego de anunciar una baja en los precios del Cybertruck y de que Goldman Sachs cambiara su recomendación sobre las acciones a "mantener".
El IPC Core de diciembre, que resultó menor al esperado, y los comentarios moderados del gobernador de la Fed, Christopher Waller, quien sugirió posibles recortes de tasas si la inflación continúa mostrando señales positivas, resultaron en una nueva baja en los rendimientos de los bonos del Tesoro. La UST2Y retrocedió 3 pb hasta 4,24%, mientras que la UST10Y disminuyó 5 pb y cerró en 4,61%, alejándose del nivel de 4,80% alcanzado a principios de la semana. En este contexto, los principales índices de renta fija registraron una jornada positiva con una ganancia promedio del 0,2%.
En este contexto, el dólar volvió a debilitarse y el DXY retrocedió levemente, ubicándose por debajo de los 109 puntos, con una caída del 0,12% respecto a la jornada anterior, impulsado principalmente por el fortalecimiento del yen japonés tras el anuncio del Banco de Japón (BoJ) sobre un aumento en la tasa de interés de referencia. En cuanto a los commodities, el petróleo WTI bajó un 1,7% y cerró en USD 78 por barril, al tiempo que el oro continuó al alza, anotando un incremento del 1,0% hasta los USD 2.746 por onza.
En cuanto al dato del día, las ventas minoristas en EE.UU. crecieron un 0,4% m/m en diciembre, en línea con la inflación, marcando el menor incremento en cuatro meses. Este resultado contrasta con el aumento revisado al alza de noviembre (+0,8% m/m) y quedó por debajo de las previsiones del 0,6% m/m. A pesar de la desaceleración, las cifras reflejan un gasto de consumo sólido, dado que las ventas, excluyendo servicios de alimentación, concesionarios de automóviles, tiendas de materiales de construcción y gasolineras –componentes clave para el cálculo del PBI–, subieron un 0,7% m/m, el mayor incremento en tres meses. En el ámbito laboral, las peticiones iniciales de desempleo de la semana pasada aumentaron en 14 mil respecto a la anterior, alcanzando 217 mil, ligeramente por encima de las expectativas del mercado. Sin embargo, este nivel se mantuvo por debajo del promedio del segundo semestre de 2024, destacando la fortaleza que mantiene el mercado laboral americano.
¿Qué variables macro avanzan de manera positiva y cuáles se encuentran bajo tensión?
✅D A T O P O S I T I V O D E L A S E M A N A
Pese a la aceleración de diciembre al 2,7% m/m por el alza en la carne, la inflación del último trimestre de 2024 promedió 2,6% m/m, el nivel más bajo desde el tercer trimestre de 2020, en plena pandemia. Los bienes promediaron 1,9% m/m y los servicios 4,4% m/m. La baja del crawling peg al 1% m/m desde febrero podría reducir principalmente la inflación de bienes, llevando el promedio del primer semestre de 2025 al 2% m/m.
⚠️A M O N I T O R E A R
Con la reducción del crawling peg al 1% m/m desde febrero y una inflación que no desaceleraría tan rápidamente en el 1Q25 (en torno al 2,4% m/m), la incertidumbre recae sobre la tasa de política monetaria, actualmente en 2,7% TEM (32% TNA). Por ahora, el gobierno mantiene la tasa en este nivel debido a que la baja en el crawling aún no se ha implementado. A partir de febrero, es probable que la tasa se reduzca, disminuyendo el carry trade y permitiendo el nuevo ritmo devaluatorio, pero evitando que se torne negativa en términos reales.
🚨R I E S G O
Si bien aún es prematuro determinar la cosecha de soja y maíz, las lluvias insuficientes y las altas temperaturas han provocado que, al 15 de enero, el 40% de la soja y el 36% del maíz presenten condiciones regulares o de sequía, marcando un fuerte deterioro desde finales de diciembre. Aunque se espera que las precipitaciones previstas para los próximos días puedan aliviar parcialmente esta situación, las estimaciones de cosecha se ajustarían a la baja.
Con la baja del riesgo país, ¿cómo nos posicionarnos en deuda en moneda local?
El martes 14 de enero se publicó el dato de inflación de diciembre, que se ubicó en 2,7% m/m, en línea con nuestra proyección. Junto con este dato, se anunció una reducción en el ritmo del crawling peg, pasando del 2,0% al 1,0% mensual a partir de febrero. Esta modificación en la política cambiaria podría llevar a una baja en la tasa de interés de política monetaria del Banco Central, situando temporalmente la tasa real en terreno negativo.
En este contexto, consideramos oportuno buscar mayores retornos en el tramo largo de la curva CER, dado que estos instrumentos ofrecen cobertura frente a la menor desaceleración inflacionaria que anticipa el mercado y la perspectiva de tasas de interés más bajas.
Nuestra proyección de inflación para 2025 es del 23% i.a., mientras que la inflación implícita en los precios del mercado (break-even) se encuentra en torno al 19% i.a. Ante este escenario, la curva CER muestra rendimientos superiores a los de la curva de tasa fija en todos sus tramos. En concreto, para el primer semestre de 2025, los bonos CER ofrecen rendimientos promedio en torno al 34% TNA, comparados con el 31% TNA de las Lecap, y rinden un 31% TNA para el segundo semestre de 2025 (vs. 27% TNA).
De los bonos ajustables por inflación, preferimos el tramo largo debido a que ofrecen mayores rendimientos. En particular, el TZXM6, con un rendimiento de CER +7% y vencimiento en marzo de 2026; y el TZX27, con un rendimiento de CER +7% y vencimiento en junio de 2027.
Para el tramo corto, seguimos prefiriendo la curva CER por sobre la de tasa fija. Vemos atractivo en el T2X5, que al haber capturado la inflación de diciembre ya tiene "fijado" su rendimiento, que será del 34% TNA.
Por último, creemos que comienza a ser prudente incorporar cobertura cambiaria a través de bonos dollar-linked. Una posible sequía podría afectar negativamente la cosecha, reduciendo la compra de divisas por parte del BCRA y elevando las expectativas de un salto cambiario. Además, un eventual acuerdo con el FMI, que imponga ajustes, podría incluir una corrección del tipo de cambio como requisito clave. En este segmento, nos gusta el TZVD5, que ofrece un rendimiento de devaluación +4,6%.
Recomendación: para inversiones en pesos sugerimos la siguiente cartera: 10% T2X5 (TEA 39%) + 20% TZXM6 (CER +7%) + 20% TZX27 (CER +7%) + 15% TZX28 (CER+8%) + 10% S15G5 (TEA 31%) + 15% T13F6 (TEA 28%) + 10% TZVD5 (devaluación +5%).
CURVAS EN DÓLARES
Deuda del Tesoro
Los bonos soberanos comenzaron el 2025 con una sólida dinámica y ya ganaron un 2,4% en lo que va del año. Así, el riesgo país cayó a un nuevo mínimo de 562pb y la curva de rendimientos luce aplanada con rendimientos en torno al 10,0%. Estos rendimientos ya son similares a los de países emergentes comparables como Angola, Ghana o Pakistán; que hasta hace no tanto representaban un “target” de riesgo país.
Los bonos soberanos iniciaron el 2025 con una sólida dinámica y ya han ganado un 2,4% en lo que va del año. Así, el riesgo país ha caído a un nuevo mínimo de 562 pb y la curva de rendimientos se presenta aplanada, con niveles en torno al 10,0%. Estas tasas ya son similares a las de países emergentes comparables como Angola, Ghana o Pakistán, que hasta hace no tanto representaban un "target" de riesgo país.
De este modo, el próximo desafío para la deuda argentina es dirigirse hacia los 400 pb, lo que significaría converger con El Salvador, las Bahamas y los corporativos B norteamericanos. Dado el buen contexto económico local y el fuerte interés global por Argentina, este escenario parece posible en el mediano a largo plazo. Especialmente en vista de que el oficialismo se estaría perfilando para tener una muy buena performance electoral en las legislativas de 2025.
Sin embargo, los riesgos del frente cambiario siguen latentes. Con las reservas netas en terreno negativo, rondando los USD 3,200 M, el gobierno necesita acumular reservas para pagar su deuda. En este escenario, se proyecta que el superávit comercial de este año alcance los USD 12.000 M, una cifra significativamente menor a los USD 18.500 M de 2024. Esto se debería a un aumento en las importaciones (por la apreciación del tipo de cambio real y la recuperación de la actividad) y a menores liquidaciones del sector agrícola (debido a las escasas lluvias). Cuando incluimos en este análisis el déficit turístico y el giro de intereses, la cuenta corriente del balance cambiario sería deficitaria. En términos de reservas, esto sería compensado en 2025 gracias a un fuerte superávit de cuenta financiera, que incluye préstamos privados en dólares, emisiones de ONs corporativas, un posible nuevo acuerdo con el FMI y el eventual regreso de Argentina a los mercados internacionales.
A esto se suma un contexto global adverso. Desde la victoria de Trump, la tasa de los bonos del Tesoro de EE. UU. ha subido 40 pb hasta 4,68%, producto de las expectativas de mayor inflación a raíz de las políticas fiscales y tarifarias del nuevo presidente. Esto encarece el costo de financiarse en el extranjero, algo que el Tesoro argentino necesita para pagar los vencimientos de junio. Además, las mayores tasas aprecian al dólar y reducen nuestra competitividad frente a nuestros socios comerciales, en particular con Brasil, que devaluó el real un 1,1% en lo que va del año después de una fuerte depreciación en 2024. Por último, el aumento de tasas suele estar asociado a una caída en el precio de los commodities debido a la menor demanda de inventarios: el precio de la soja cayó un 13,5% a/a, aunque con una fuerte recuperación del 5,1% en el último mes.
Así, los precios actuales ofrecen una buena ventana de oportunidad para tomar algo de ganancias y reducir posiciones en la deuda soberana. Con los rendimientos argentinos alrededor del 10,0%, el costo de oportunidad de rotar hacia bonos corporativos (7,5%) o provinciales (9,0%) es considerablemente más bajo que en otros momentos.
Para la selección de instrumentos, analizamos el retorno de los bonos argentinos bajo distintos escenarios de riesgo país de aquí a un año, para niveles de entre 250 pb (en línea con Brasil) y 850 pb (en línea con Ucrania). Como supuestos relevantes, asumimos un recorte de tasas de 0,25% por parte de la Reserva Federal y un empinamiento en la curva de rendimientos argentinos en línea con la de los países comparables. Como resultado, determinamos que los bonos del tramo largo presentan el mayor potencial. En particular, destacamos el GD35. En un escenario donde el riesgo país cae a 400 pb, este bono ofrecería ganancias del 20% en los próximos 12 meses, en tanto que si el riesgo país se mantiene estable, ofrecería ganancias del 13%. Optamos por bonos Ley Nueva York, ya que los spreads legislativos están en niveles bajos.
Recomendación: a nivel general, consideramos que a estos precios es prudente reducir algo de exposición al riesgo argentino. En la selección de instrumentos, priorizamos el tramo largo por ser la inversión que mejor capitaliza los escenarios de caída en el riesgo país. Dentro de este tramo, destacamos el GD35 (TIR 10,5%) como nuestra alternativa preferida. En el tramo corto, recomendamos el GD30 (TIR 10,2%).
Deuda BCRA (BOPREAL)
Los bonos del Banco Central ganaron un 2,9% desde el inicio de 2025, ubicándose ligeramente por encima de sus pares del Tesoro. A estos precios, la mayor parte de la curva BOPREAL se cotiza a un nivel razonable en comparación con sus equivalentes del Tesoro.
Destacamos el BOPREAL 1-B (BPOB7) como una sólida oportunidad de inversión. Este bono se distingue por incluir una doble opción de venta, ejercible a partir de abril de 2026: a dólar oficial contra pesos en caso de brecha 0% o a dólar MEP contra impuestos si persiste la brecha cambiaria. Considerando que el gobierno planea una unificación cambiaria en 2025, es probable que este bono se ejecute con su cláusula "dollar-linked", lo que podría ofrecer un retorno anualizado del 11,0%; muy por encima del 7,6% del BOPREAL Serie 3 a mayo de 2026.
Para quienes enfrentan vencimientos impositivos en el segundo trimestre de este año, el BOPREAL 1-A (BPOA7) se presenta como una opción sumamente atractiva. Este instrumento ofrece un rendimiento directo en dólares del 4,0% en menos de cuatro meses, lo que equivale a un 15% anualizado.
Recomendación: en términos generales, nuestro instrumento preferido es el BPOB7, en vista de que el gobierno planea una unificación cambiaria en 2025. Mientras tanto, destacamos el BPOA7 como una opción excelente para todos los inversores que tengan impuestos a pagar entre mayo y diciembre del próximo año.
Deuda Provincial
En el 3Q24, la provincia de Córdoba registró un superávit primario de $344 M y uno financiero de $325 M, representando el 15% y el 14% de los ingresos, respectivamente. En los primeros nueve meses de 2024, acumuló un superávit primario del 18% y uno financiero del 16%, cifras significativamente superiores a los respectivos 5% y 3% del mismo período de 2023. La mejora fiscal se debió a una caída real del gasto total del 44% interanual, que superó la reducción real de los ingresos del 35% i.a. En cuanto a los gastos, se destacaron ajustes del 40% en jubilaciones y salarios, al tiempo que los gastos de capital se redujeron un 62%. Por el lado de los ingresos, la recaudación cayó un 33% i.a. real tanto en impuestos provinciales como nacionales, mientras que las transferencias discrecionales de la Nación se redujeron un 80%.
Esto refuerza nuestra visión positiva sobre la deuda de Córdoba. Actualmente, los bonos de la provincia se negocian a tasas en línea con las del gobierno nacional: 8,9% al 2025, 10,8% al de 2027, y 9,5% al de 2029.
Recomendación: dada la solidez fiscal provincial en un contexto de recorte de transferencias nacionales, mantenemos nuestra perspectiva positiva sobre los créditos provinciales. Seguimos recomendando los créditos de Mendoza 2029 (TIR 10%), Córdoba 2029 (TIR 10%), Santa Fe (TIR 10%) y Neuquén no garantizado 2030 (TIR 8%). Además, incluimos al bono de Jujuy 2027 (TIR 13%) dentro de nuestras sugerencias, dada la muy buena performance fiscal de la provincia.
Deuda Corporativa
Sugerimos aumentar la exposición en instrumentos corporativos, que son menos sensibles al riesgo político-económico argentino. Hoy, los bonos corporativos ofrecen rendimientos de entre 7,0% y 7,5% en el tramo largo. Aunque estos rendimientos son menores a los de los bonos soberanos, la diferencia es considerablemente menor que en otros momentos. Por ejemplo, un bono de YPF a 2029 ofrece hoy un rendimiento del 7,0%, lo que representa 2,6 puntos por debajo de lo que ofrece el GD30. Hace poco más de un año, este diferencial estaba mucho más cerca de los 30,0 puntos.
Recomendación: dentro del universo corporativo, destacamos los créditos de Pampa 2031 (MGCMO; TIR 7,2%), YPF 2031 (YMCXO; TIR 7,6%), Transportadora Gas del Sur 2031 (TSC3O; TIR 7,3%), Vista Energy 2035 (VSCTO; TIR 7,6%), Mastellone 2026 (MTCGO; TIR 7,0%) y Minera Exar 2027 (XMC1O; TIR 7,9%).
¿Cuáles son los factores externos que podrían afectar el programa económico argentino?
El programa económico argentino atraviesa un buen momento, con la confianza firme tanto de la calle como de los mercados, la inflación contenida y signos de una recuperación económica cada vez más sostenida. La desaceleración de la inflación interanual, que cerró 2024 en 118% i.a. tras haber alcanzado un máximo de 289% i.a. en abril, se ha convertido en el principal activo político del gobierno, a pesar de que la inflación mensual mostró una leve repunte en diciembre, ubicándose en 2,7% m/m (con un 2,6% m/m promedio del 3Q24, equivalente a un 36% anualizado). Esta estabilidad se sustenta en una política fiscal sólida y en el ancla cambiaria, que se endurecerá aún más con la reducción del crawling peg al 1% m/m a partir de febrero. Aunque persisten desafíos de sostenibilidad, como las reservas netas negativas y la creciente apreciación cambiaria, se espera que la inflación continúe desacelerándose, promediando un 2% m/m en el primer semestre de 2025 e incluso por debajo de ese nivel en la segunda mitad del año. Todo parece alinearse con las "fases" planteadas por el Gobierno, con algunos desvíos temporales y en las reglas cuantitativas autoimpuestas, pero en general con un desempeño mejor al esperado al inicio de la gestión. Sin embargo, ningún modelo económico opera aislado del mundo y comienzan a aparecer riesgos exógenos que podrían condicionar la –todavía frágil– estabilidad macroeconómica local.
En términos macroeconómicos, el factor más relevante para Argentina es el crecimiento de Brasil, por encima del de otros socios comerciales y de otras variables externas. En orden de importancia, lo que sigue es el precio de las commodities agrícolas, en especial el de la soja y sus derivados. Luego, es crucial el tipo de cambio real multilateral de nuestra economía, siendo fundamental lo que ocurre con el precio del dólar relativo a otros socios comerciales, en particular con el real brasileño. Finalmente, si bien en los últimos años la influencia fue relativa debido a la imposibilidad de endeudarnos en el mercado global, las tasas de interés internacionales son relevantes, ya que los mercados han vuelto a prestar atención a lo que sucede en el país.
A nivel financiero global, el fortalecimiento del dólar estadounidense y la suba de los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años (en torno al 4,65%) reflejan una expectativa de tasas de interés elevadas durante más tiempo por parte de la Reserva Federal. Esto genera un doble impacto negativo para Argentina: encarece el costo de financiamiento externo, reduciendo las oportunidades de acceso a los mercados internacionales, y podría promover salidas de capitales desde economías emergentes hacia activos más seguros. En las últimas semanas, la tasa de los bonos corporativos CCC de Estados Unidos mostró una tendencia alcista, situándose en 9,9%. Este movimiento pone de manifiesto un mayor pesimismo del mercado respecto al panorama internacional, lo que supone un indicador desfavorable para la deuda argentina. Dado que los bonos soberanos locales tienen una fuerte correlación con el índice CCC, podrían verse impactados por la reducción del interés global en activos de mayor riesgo.
Además, el fortalecimiento del dólar ha profundizado la depreciación del real brasileño, que alcanzó un total del 27% en 2024 y del 1,1% en lo que va de 2025. Esto encarece las exportaciones argentinas a su principal socio comercial y afecta directamente sectores como el automotriz y algunos bienes industriales. Debido a que Brasil representa el 17% de las exportaciones argentinas (y el 23% de las importaciones), cualquier pérdida de competitividad frente a productos locales o de otros mercados podría reflejarse en una menor demanda externa, afectando el ingreso de divisas y la actividad manufacturera.
Por otro lado, al analizar períodos prolongados, se observa una relación inversa entre el valor del dólar y el precio de los commodities (agrícolas, oro, petróleo, etc.), aunque esta correlación tiende a diluirse en horizontes temporales más cortos. En el caso de la soja –el producto más relevante para nuestro país–, esta baja relación en el corto plazo es notable, lo cual es razonable considerando que los granos no suelen actuar como activos de reserva de valor. En definitiva, el impacto de un dólar fortalecido sería relativamente menos significativo en los productos agrícolas, cuyos precios dependen más de la demanda de países asiáticos (como China e India) y de la evolución de la oferta global. No obstante, a pesar de que en los últimos días la previsión de una peor cosecha en Sudamérica impulsó una leve suba, el precio de la soja –en torno a los USD 380 por tonelada– representa una caída del 15% interanual, lo que se traduciría en menores ingresos por exportaciones.
A esto se suma otro factor exógeno (no internacional) crítico: la cosecha agrícola. Las expectativas de producción de soja y maíz siguen en revisión ante un escenario climático incierto, con lluvias aún insuficientes. El 23% de los suelos de soja y de maíz presenta condición hídrica regular o sequía, así como el 43% de los suelos de girasol. La performance de la cosecha definirá no solo el ingreso de divisas en el segundo trimestre, sino también el potencial nivel de actividad de la economía “no urbana”, que fue la más dinámica en 2024.
Con respecto al PBI de los principales socios comerciales de Argentina, ponderado por las exportaciones a cada país, se espera que desaceleren en 2025. Mientras que en 2024 crecieron al 2,7% i.a., se estima un crecimiento de 2,2% i.a. para este año. Solo la Unión Europea mostraría una leve aceleración en su magro crecimiento, pasando del 0,8% i.a. a 1,2% i.a. Asimismo, se anticipa una desaceleración del crecimiento del resto de los principales socios comerciales, en especial de Brasil que pasaría del 3% al 2% interanual –con pronóstico de corregir la proyección a la baja ante el impacto que generaría el alza de la tasa de interés del Banco Central de Brasil para combatir la inflación–.
Por último, los riesgos políticos globales también juegan un rol creciente, aunque más incierto. Las políticas proteccionistas de EE.UU. bajo la administración de Donald Trump, como la amenaza de aranceles a las importaciones, podrían distorsionar los flujos de comercio global y afectar a los mercados emergentes. Adicionalmente, la desaceleración de la economía china y las tensiones geopolíticas añaden volatilidad al entorno global.
En conclusión, el contexto internacional ya no es tan favorable y requiere atención, máxime considerando que la debilidad principal del modelo económico es la cambiaria. Tanto por la cuenta corriente como por la financiera, esto podría implicar un menor ingreso de divisas, tensionando aún más el modelo económico.
Noticias locales: el país hoy.
En la primera licitación del 2025, el Tesoro colocó $3,4 billones, logrando un rollover del 206% frente a vencimientos por $1,7 billones. El excedente de $1,8 billones será depositado en las cuentas del gobierno, contribuyendo a reducir la Base Monetaria. La entidad monetaria logró capitalizar la demanda de instrumentos al alargar la duration en un contexto de expectativas de reducción de tasas por la baja del crawling peg. El 95% de la colocación se destinó a instrumentos de tasa fija: un 27% a la Lecap de julio 2025 (TEM 2,3%), 24% a la Lecap de octubre 2025 (TEM 2,2%) y un 43% al Boncap de junio 2026 (TEM 2,1%). El 5% restante se dirigió al bono CER con vencimiento en marzo 2027, que cortó en CER +8,0%. La extensión promedio de los plazos fue de 13 meses, y todas las tasas resultaron en línea con los valores del mercado secundario.
El BCRA compró USD 79 M en el mercado cambiario, sosteniendo una racha positiva de diez ruedas consecutivas y totalizando USD 1.329 M en lo que va de enero. Sin embargo, las reservas brutas cayeron en USD 89 M hasta los USD 30.614 M, a pesar de que en la jornada se liquidaron las compras por USD 164 M del martes. Esto sería un reflejo de las intervenciones del BCRA en el mercado de dólares financieros y la caída en los encajes en moneda extranjera.
El dólar oficial subió 50 centavos diarios, cerrando en $1.041,75. De esta manera, en las últimas cinco ruedas, el ritmo de devaluación se mantiene en 2,1% TEM.
Los dólares financieros registraron leves caídas tras una aparente intervención moderada del Central. El MEP (GD30) retrocedió un 0,6%, ubicándose en $1.163, mientras que el CCL también bajó un 0,6%, cerrando en $1.184. De este modo, las brechas con el dólar oficial permanecen en 12% y 14%, respectivamente.
Los bonos en dólares sufrieron una baja del 0,3%. Con paridades cercanas al 73% y rendimientos en torno al 10%, el riesgo país finalizó la jornada en torno a los 600 pb. En cuanto a los BOPREAL, cayeron un 0,6%.
En el segmento de deuda en pesos, la jornada fue positiva para los dollar-linked tras el dato de inflación, subiendo un 0,3% y presentando rendimientos de devaluación +6%. Por el contrario, los bonos CER tuvieron un desempeño negativo, con una baja del 0,1%, con rendimientos de CER +4% para 2025, CER +7% para 2026 y CER +8% para 2027 en adelante. Las Lecaps cayeron un 0,2%, con las mayores pérdidas en el tramo largo de la curva, donde los rendimientos se ubican en 2,5% TEM promedio para el tramo corto y 2,1% TEM promedio para el tramo largo.
Los contratos de dólar futuro retrocedieron un 0,1% tras el anuncio de la reducción del crawling peg a partir de febrero. Las principales caídas se concentraron en los contratos largos: diciembre (-0,81%), noviembre (-0,57%) y octubre (-0,42%). Así, la devaluación implícita mensual proyectada para fin de 2025 disminuyó a 1,4%.
El Merval retrocedió un 1,1% en pesos y un 0,8% en dólares CCL, cerrando en USD 2.269. Entre las acciones con mayores correcciones destacaron Cresud (-3,8%), Aluar (-3,4%) y Central Puerto (-2,5%). Por el contrario, las subas estuvieron lideradas por Mirgor (1,7%), Ternium (1,5%) y Banco de Valores (1,3%). En cuanto a las acciones que cotizan en la Bolsa de Nueva York, el retroceso promedio fue del 0,3%, con Cresud (-3,4%), Supervielle (-2,7%) y Telecom (-2,0%) mostrando las peores performances, mientras que Globant (3,7%), Ternium (1,8%) y AdecoAgro (1,3%) registraron las principales alzas.
Noticias globales: el mundo hoy.
En una jornada marcada por el dato de inflación minorista de diciembre, los mercados globales experimentaron la mejor rueda del año, con alzas generalizadas en bonos y acciones. Por su parte, el petróleo continuó escalando y el dólar se debilitó frente a todas las monedas.
Concretamente, el IPC general de EE. UU. de diciembre mostró un incremento del 0,4% m/m, el más alto desde marzo y por encima del 0,3% m/m registrado en noviembre y de las expectativas de los analistas. Este aumento fue impulsado por los precios de la energía y el transporte, mientras que el resto de los componentes presentó una desaceleración respecto al mes previo. La noticia positiva fue que el IPC Core, que excluye alimentos y energía, subió un 0,2% m/m, levemente por debajo de lo esperado y del dato de noviembre. En términos anuales, los precios minoristas aumentaron un 2,9% en 2024, en tanto que el IPC Core subió un 3,2%, superando por cuarto año consecutivo el objetivo de política monetaria de la Fed.
La leve desaceleración registrada en el IPC Core animó a los inversores, quienes ahora anticipan que la Fed reduzca la tasa en 25 pb en la reunión de mayo y un segundo recorte en la última del año, aunque con una probabilidad apenas superior al 50%. Esto alivió la presión sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro, que mostraron bajas generalizadas: la UST2Y retrocedió 10 pb, cerrando en 4,27%, al tiempo que la UST10Y cayó 13 pb, finalizando en 4,65%. En este contexto, los principales índices de renta fija ganaron un 1,0% promedio, destacándose los corporativos Investment Grade con una suba del 1,2%.
En cuanto a las acciones, los principales índices bursátiles de EE.UU. registraron el miércoles sus mayores ganancias diarias en más de dos meses, impulsados por sólidos resultados bancarios. El S&P 500 subió un 1,8%, el Dow Jones avanzó un 1,7%, y el Nasdaq lideró con un alza del 2,4%. Las fuertes ganancias bancarias marcaron el tono del repunte del mercado: las acciones de JPMorgan subieron un 2%, Wells Fargo, Goldman Sachs y Citigroup avanzaron más de un 6,5%, y Bank of New York Mellon se disparó al 8,1%. Este buen desempeño en las acciones también se reflejó en los mercados internacionales, con Brasil mostrando un incremento del 3,5% en dólares.
Los commodities presentaron subas generalizadas. El petróleo sobresalió con un alza del 3,5% que llevó el precio del WTI a superar los USD 80 por barril, el nivel más alto desde agosto pasado, debido a que los datos de la IEA señalan niveles muy bajos en las reservas mundiales de crudo. Cabe destacar que los precios no se vieron afectados por el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, que alivió las preocupaciones por el suministro y perturbaciones en el Medio Oriente, que anteriormente habían provocado aumentos en los precios durante todo el conflicto. Por otro lado, el oro subió un 1,41%, alcanzando los USD 2.720 por onza, tras la incautación por parte de Mali de tres toneladas de oro extraídas por la minera canadiense Barrick.
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En diciembre de 2024, el IPC Nacional registró un alza de 2,7% m/m, en línea con nuestras estimaciones, lo que representó una leve aceleración respecto al 2,4% m/m de noviembre. De este modo, la inflación cerró el año en 117,8% i.a., reflejando una marcada desaceleración frente al 211% i.a. del 2023. La inflación núcleo, que excluye los componentes más volátiles como regulados y estacionales, mostró mayor resistencia a la baja al acelerarse a 3,2% m/m (+105,5% i.a.) desde el 2,7% de noviembre. Los precios regulados continuaron siendo el componente más dinámico, con un incremento del 3,4% m/m (+205,9% i.a.), en tanto que los precios estacionales jugaron a favor con una caída del 1,4% m/m (+87% i.a.). Por componentes, los bienes aumentaron un 1,9% m/m, mostrando una menor presión en comparación con los servicios, que subieron un 4,2% m/m. En términos interanuales, los bienes acumularon un alza del 101% i.a. y los servicios un 167,1% i.a., reflejando el impacto de las correcciones tarifarias en la dinámica inflacionaria. La aceleración inflacionaria de diciembre se explicó principalmente por el aumento en el precio de la carne, que aportó 0,7 pp al índice general. Con los precios de la carne estabilizados y una menor presión reflejada en los indicadores de alta frecuencia, la inflación de enero podría volver a desacelerarse, ubicándose en torno al 2,5% m/m.
En línea con el IPC, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT) registraron un aumento del 2,3% m/m en el Gran Buenos Aires durante diciembre. Mientras que la CBA acumuló un incremento del 86,7% i.a., la CBT subió un 106,6% i.a., evidenciando una menor dinámica en comparación con la inflación general. Estos valores resultan claves para medir la línea de indigencia y la línea de pobreza, respectivamente.
Tras conocerse el dato de inflación, el BCRA anunció que, a partir del 1° de febrero de 2025, implementará un nuevo esquema de ajuste del tipo de cambio, reduciendo el ritmo de depreciación a un 1% m/m. La decisión se basó en la consolidación de una trayectoria inflacionaria descendente observada en los últimos meses, a pesar de la leve aceleración registrada en diciembre, y en las expectativas de una menor presión inflacionaria a futuro.
El BCRA continúa mostrando una sólida dinámica en el mercado cambiario, con compras netas por USD 168 M en la rueda de ayer. De esta forma, en lo que va de enero 2025 acumula compras por USD 1.250 M, superando los USD 972 M alcanzados a la misma altura del mes pasado, aunque todavía por debajo de los USD 1.517 M acumulados en el mismo tiempo de enero 2024. Por su parte, las reservas brutas cayeron en USD 131 M, hasta los USD 30.703 M.
El dólar oficial subió $1,0 y cerró en $1.041,3. Así, en las últimas cinco ruedas el ritmo de devaluación se mantiene en 1,7% TEM.
Los dólares financieros se mantuvieron estables debido a la intervención activa del Banco Central a partir de las 16 horas. El MEP (GD30) permaneció en $1.163, mientras que el CCL se sostiene en $1.184. En consecuencia, las brechas con el dólar oficial se ubicaron en 12% y 14%, respectivamente.
Los bonos soberanos operaron sin cambios, lo que permitió que el riesgo país disminuyera en 17 pb, ubicándose en 577 pb. Por su parte, los BOPREAL del Banco Central registraron una caída del 0,2%.
En el segmento de deuda en pesos, el dato de inflación incrementó la demanda por bonos CER. En detalle, los ajustables por inflación subieron un 0,7%, comprimiendo sus rendimientos a CER +4% para 2025, CER +7% para 2026 y CER +8% para 2027 en adelante. Los bonos a tasa fija también registraron ganancias, con un avance del 0,4%, dejando sus rendimientos en 2,5% TEM promedio para el tramo corto y 2,1% TEM para el tramo largo. Por último, los dollar-linked subieron un 1,1%, aunque aún no reflejan el impacto del anuncio sobre la reducción del crawling peg al 1,0% m/m, comunicado tras el cierre de la rueda.
Los contratos de dólar futuro retrocedieron un 0,36%. Las mayores caídas se observaron en los contratos de octubre (-0,74%), diciembre (-0,68%) y noviembre (-0,57%). De esta manera, la devaluación implícita mensual para fines de 2025 se mantiene en 1,7%.
El Merval subió un 3,1% en pesos y un 3,9% en dólares CCL, cerrando en un nivel de USD 2.294. El sector bancario recuperó parte de lo perdido el lunes, impulsado por Banco Macro (+7,9%), BBVA (+6,8%) y Edenor (+6,7%). En el lado opuesto, las caídas estuvieron lideradas por Aluar (-3,3%), Mirgor (-1,5%) y Ternium (-0,9%). En la Bolsa de Nueva York, los activos argentinos también registraron un rebote, destacándose Banco Macro (+7,5%), Supervielle (+7,4%) y BBVA (+7,4%).
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Los principales índices de acciones de Wall Street cerraron el martes con resultados mixtos en una jornada marcada por la publicación del índice de precios al productor de diciembre, que fue menor al esperado, aunque no alteró significativamente las perspectivas de tasas de interés elevadas por parte de la Fed para este año. Mejoró el ánimo de los inversores un informe de Bloomberg que señaló que la administración Trump estaría considerando un enfoque gradual, mes a mes, para implementar aranceles. En este contexto, el S&P 500 retrocedió un 0,3%, el Nasdaq un 0,6%, mientras que el Dow Jones se diferenció con un avance del 0,2%. Entre las acciones, Nvidia y Meta Platforms cayeron un 1,1% y un 2,3%, respectivamente –esta última anunció el despido del 5% de su plantilla a nivel global–, en tanto que Alphabet y Microsoft bajó un 0,5%, con un desplazamiento de los inversores hacia acciones de empresas de servicios públicos, finanzas y materiales. También destacaron las caídas de Eli Lilly (-6,6%), tras reportar ventas decepcionantes de medicamentos para bajar de peso, y de Charles River Laboratories (-6,33%), cuyas cuentas afectaron negativamente al sector de salud.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron estables, con ligeras caídas. La UST2Y cerró en 4,36% y la UST10Y en 4,79%, tras haber superado el umbral de 4,80% durante la jornada. Este comportamiento permitió que los principales índices de renta fija finalizaran con un alza del 0,1%.
En cuanto a los commodities, el precio del petróleo WTI retrocedió un 1,7% tras el salto registrado a principios de la semana, cerrando en USD 77,5 por barril. El resto de las materias primas terminaron la jornada con ligeras subas, destacándose el oro, que avanzó un 0,5% para ubicarse en USD 2.690 la onza.
En cuanto al dato del día, el índice de precios mayoristas (PPI) de diciembre registró un aumento del 0,2% m/m, frente al 0,4% previsto y el 0,4% m/m de noviembre. En términos interanuales, acumuló un alza del 3,3%, 3 pb más que el mes anterior, pero inferior al 3,5% i.a. esperado por el consenso. Por su parte, el PPI Core –que excluye los componentes más volátiles– se mantuvo sin cambios respecto a noviembre, quedando 3,5% por encima del mismo período de 2023, también por debajo del 3,8% proyectado.
Al cierre de la jornada se publicaron los datos fiscales del gobierno nacional correspondientes a diciembre del año pasado, que marcó un déficit presupuestario de USD 87 MM, tras un déficit sustancial de USD 367 MM el mes anterior y de USD 129 MM el mismo mes en 2023. Esta disminución en el déficit estuvo determinada por un aumento del 5,8% i.a. en los ingresos, mientras que el gasto total se redujo un 3,1% i.a. Esto se debió a que el incremento del 20% i.a. en los pagos de intereses fue compensado por una caída del 6,1% i.a. en el gasto primario, al trasladar el pago de prestaciones a noviembre. Con este resultado, en los primeros tres meses del año fiscal, el déficit fiscal del gobierno alcanzó un récord de USD 711 M, un 39% superior al del mismo período del ejercicio anterior. Esto se explicó por una caída del 2,2% i.a. en los ingresos y un aumento del 11% i.a. en el gasto total, impulsado por el alza conjunta del gasto primario (+10% i.a.) y los intereses (+12% i.a.). Así, la carga por intereses representó el 22% de los ingresos y el 14% del gasto total.
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En octubre de 2024, el empleo registrado total disminuyó un 0,2% m/m (-26 mil puestos), ya que el aumento en los asalariados privados fue superado por la caída en el empleo no asalariado. En términos interanuales, el empleo total se redujo un 0,8% i.a. (-107 mil). Los asalariados privados experimentaron su tercer mes consecutivo de crecimiento (+0,1% m/m s.e.), acumulando un incremento del 0,3% en tres meses (+17 mil). No obstante, aún se encuentran un 2% por debajo de los niveles del año anterior (-130 mil). Sectorialmente, la industria creció un 0,2% m/m s.e., mientras que la construcción continuó en descenso (-0,9% m/m), con una contracción total del 16% desde el inicio de la gestión (-70 mil puestos). Por su parte, el empleo no asalariado cayó un 1% m/m, afectado principalmente por la baja en monotributistas (-1%; -29 mil) y autónomos (-0,5%; -2 mil). Sin embargo, los monotributistas siguen siendo el único segmento con crecimiento interanual (+3% i.a.; +90 mil). En cuanto a los salarios privados, el promedio alcanzó los $1.375.000, reflejando un aumento real del 2,7% m/m (+2,2% m/m s.e.).
El Tesoro anunció las condiciones para la licitación del miércoles, en la que enfrentará vencimientos por $1,7 billones correspondientes a la Lecap S17E5. Buscará estirar la duration y colocar tres Lecap/Boncap con vencimientos entre julio de 2025 y junio de 2026, además de un bono CER a marzo de 2027.
El BCRA mantuvo una sólida dinámica en el mercado cambiario y en la rueda de ayer adquirió USD 174 M. De esta manera, en lo que va de enero 2025 acumula compras por USD 1.082 M, cifra alineada con los USD 972 M registrados a esta altura en diciembre pasado, aunque inferior a los USD 1.436 M acumulados en igual período de enero de 2024. Por otro lado, las reservas brutas disminuyeron en USD 205 M, ubicándose en USD 30.834 M, dado que las compras por USD 167 M del viernes no lograron compensar los vencimientos con organismos internacionales por USD 460 M.
El dólar oficial subió 50 centavos diarios, cerrando en $1.040,25. Así, en las últimas cinco ruedas, el ritmo de devaluación se ubica en un 2,3% TEM.
Los dólares financieros se mantuvieron sin cambios en una jornada donde los volúmenes negociados para el AL30 sugieren que hubo intervención del BCRA para contener la brecha. El MEP (GD30) cerró en $1.160, en tanto que el CCL finalizó en $1.184, dejando las brechas con el dólar oficial en 12% y 14%, respectivamente.
Luego de esta intervención del Central, los bonos soberanos en dólares retrocedieron un 0,7%, ubicando las paridades en 73%. A estos precios, los rendimientos de los soberanos se sitúan en torno al 10%, con el riesgo país cerrando en 589 pb. Por su parte, los BOPREAL registraron una leve suba del 0,1%.
En el segmento de deuda en pesos, la cercanía al dato de inflación impulsó la demanda por bonos CER, que subieron un 0,4%, comprimiendo sus rendimientos a CER +4% para 2025, CER +7% para 2026 y CER +8% para 2027 en adelante. En segundo lugar, se ubicaron los dollar-linked, que cayeron un 0,1%, quedando con un rendimiento de devaluación +8%. Por último, los bonos a tasa fija fueron los más afectados, con una pérdida del 0,3%, dejando sus rendimientos en torno a 2,6% TEM promedio para el tramo corto y 2,2% TEM para el tramo largo.
Los contratos de dólar futuro retrocedieron un 0,18%. Las principales bajas se registraron en los contratos de agosto (-0,30%), septiembre (-0,25%) y junio (-0,22%). De esta manera, la devaluación implícita mensual para fin de 2025 se sitúa en 1,7%.
El Merval sufrió una fuerte corrección de 5,3% en pesos y 4,8% en dólares CCL, cerrando la jornada en USD 2.224. Las mayores bajas se concentraron en los sectores financiero, construcción y utilidades. Entre las acciones, BBVA (-8,6%), Edenor (-8,3%) y Banco Macro (-7,3%) tuvieron el peor desempeño, mientras que Ternium fue la única empresa en registrar ganancias (+1,4%). En cuanto a las acciones que cotizan en Nueva York, cayeron en promedio un 3,5%, encabezadas por BBVA (-7,7%), Edenor (-7,1%) y Loma Negra (-7,0%).
En el 3Q24, la provincia de Córdoba registró un superávit primario de $344 M y uno financiero de $325 M, representando el 15% y 14% de los ingresos, respectivamente. En los primeros nueve meses del 2024, acumuló un superávit primario del 18% y uno financiero del 16%, significativamente superiores a los respectivos 5% y 3% del mismo período de 2023. La mejora fiscal se explicó por una caída real del gasto total del 44% i.a., que superó la reducción real de los ingresos del 35% i.a. Con respecto a los gastos, se destacaron ajustes del 40% en jubilaciones y salarios, al tiempo que los gastos de capital se redujeron un 62%. Por el lado de los ingresos, la recaudación cayó un 33% i.a. real tanto en impuestos provinciales como nacionales, mientras que las transferencias discrecionales de Nación se redujeron un 80%.
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Las acciones en EE. UU. comenzaron la semana con marcada volatilidad y un ajuste en el sector tecnológico, aunque cerraron la jornada con pocos cambios. El S&P 500 avanzó 0,2% y el Dow Jones subió 0,9%. Por su parte, el Nasdaq retrocedió 0,3% tras la decisión de la Casa Blanca de imponer restricciones globales a la exportación de inteligencia artificial y semiconductores. La rotación desde tecnológicas hacia sectores value benefició a empresas como Caterpillar (+3,3%), JPMorgan (+1,8%) y UnitedHealth (+3,9%). En contraste, Nvidia y Palantir extendieron las caídas de la semana previa, con bajas de 2% y 3,4%, respectivamente.
Continuando con la tendencia de la semana pasada, los rendimientos de los bonos del Tesoro siguieron en alza. El UST10Y alcanzó su nivel más alto desde noviembre de 2023, rozando el 4,80%, mientras que el rendimiento del UST30Y superó el 5% por primera vez en más de un año. Los operadores redujeron las expectativas de recortes de tasas de la Fed a 25 pb para este año, impulsadas por un informe de empleo mejor de lo esperado el viernes pasado y por las preocupaciones sobre las políticas inflacionarias del presidente electo Donald Trump, lo que generó un clima de mayor cautela. En este contexto, todos los índices de renta fija cerraron con una caída del 0,2%.
La suba de tasas siguió presionando sobre la cotización del dólar, que volvió a apreciarse frente a todas las monedas. Tras avanzar un 0,6% la semana pasada, el índice DXY superó los 110 puntos, alcanzando su nivel más alto en meses. El fortalecimiento del dólar fue generalizado, con las mayores ganancias siendo contra la libra esterlina y el euro. En este contexto, el oro retrocedió un 1,31%, cerrando en USD 2.679 por onza.
El precio del petróleo WTI subió un 2,8% hasta los USD 78 por barril, el nivel más alto en más de cuatro meses, a raíz de las nuevas sanciones de EE. UU. al sector energético de Rusia, que generaron temores sobre interrupciones en el suministro. Estas medidas, las más amplias hasta ahora, afectaron a los principales exportadores, aseguradoras y más de 150 petroleros, dejando a compradores clave como India y China enfrentando dificultades para encontrar alternativas. Las sanciones ya han causado confusión en el mercado: refinerías chinas convocaron reuniones de emergencia, mientras que refinerías indias se preparan para enfrentar posibles interrupciones en los próximos meses. Entre las señales iniciales de perturbación, algunos petroleros sancionados permanecen atascados frente a las costas de China. Se estima que las restricciones podrían afectar hasta 800.000 barriles diarios de petróleo ruso, aunque la pérdida real podría ser menor. A este escenario se suma la caída en las reservas de petróleo en EE. UU., el clima más frío en el hemisferio norte y especulaciones de que la administración entrante de Trump podría endurecer las sanciones contra Irán.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano local.
A pesar de un contexto internacional desfavorable, los activos financieros locales volvieron a tener una semana positiva, en un entorno donde las expectativas para 2025 siguieron mejorando, proyectando un escenario con mayor crecimiento, menor inflación, superávit fiscal y estabilidad cambiaria. Los bonos soberanos en dólares y las acciones extendieron su tendencia alcista, mientras que en la curva de pesos los bonos ajustables por CER lideraron las subas, impulsados por la expectativa de que la inflación de diciembre superaría las estimaciones del mercado. Las reservas internacionales cayeron debido al pago de deuda, aunque este impacto fue parcialmente amortiguado por la sólida dinámica de compras de divisas del BCRA, a partir de emisiones de deuda corporativa. En términos macroeconómicos, los datos recientes reflejan una recuperación gradual, con la inflación repuntando en diciembre, si bien se prevé que este comportamiento sea transitorio dentro de un contexto general de desinflación. En línea con la promesa presidencial, esto no sería suficiente para que el BCRA modifique el ritmo de devaluación ni las tasas de interés, decisiones que se postergarían hasta febrero, en coherencia con la desaceleración esperada de los precios en los próximos meses. Así, la semana estará marcada por la publicación de la inflación de diciembre y el resultado fiscal del mismo mes, que aunque se espera deficitario, como es habitual en esta época del año, no opacará el sólido desempeño de las cuentas públicas en 2024, que será recordado como uno de los de mejor performance fiscal en décadas con una notable caída del gasto.
Indicadores mixtos de actividad en noviembre. En noviembre de 2024, los principales indicadores de actividad productiva mostraron un comportamiento mixto, con incrementos mensuales moderados y caídas en sectores clave, aunque el mes cerró con un leve crecimiento general. Entre los aumentos mensuales, destacó el Índice de Producción Industrial Pesquero, que registró una notable suba del +13% m/m (+111,3% i.a.). La construcción también avanzó un +2,2% m/m, aunque permanece en un ciclo de fluctuaciones mensuales desde julio, acumulando una contracción del -28,5% i.a. La actividad industrial presentó una recuperación del +0,4% m/m, retomando la senda de crecimiento tras la caída del -0,8% m/m en octubre. Sin embargo, algunos sectores registraron bajas significativas. La molienda de oleaginosas disminuyó un -9,9% m/m, con una reducción en la soja del -10,6% m/m. En el ámbito de la producción pecuaria, se observaron retrocesos en carne vacuna (-11,2% m/m), cerdo (-8,1% m/m) y pollo (-6,3% m/m). Además, el Índice de Producción Industrial Minero mostró una leve contracción del -0,3% m/m, a pesar de un crecimiento interanual del +3,7% i.a. En este contexto, noviembre cerró con un leve crecimiento general, reflejado en el IGA-OJF, que evidenció una suba del +0,1% m/m sin estacionalidad.
El empleo privado se sigue recuperando. En noviembre de 2024, el empleo privado registrado en empresas con más de 10 personas ocupadas creció un 0,2% m/m, acumulando tres meses consecutivos de expansión con un incremento total del 0,7% en ese período, lo que sugiere una posible consolidación de la tendencia positiva en el empleo formal. No obstante, en términos interanuales, el empleo aún muestra una caída del -1,6% i.a. La expansión fue más pronunciada en los aglomerados del interior del país (+0,3% m/m) en comparación con el Gran Buenos Aires (+0,2% m/m). Los sectores que lideraron este crecimiento fueron comercio, restaurantes y hoteles (+0,4% m/m) e industria manufacturera (+0,3% m/m), mientras que la construcción se mantuvo sin cambios. Por otra parte, las expectativas netas de las empresas para el próximo trimestre permanecen en terreno positivo, con un saldo de +2,4%, ya que el 4,3% de las compañías planea aumentar su dotación y solo el 1,9% prevé reducirla.
Repuntó la inflación porteña. El dato de inflación de diciembre en la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) fue del 3,3% m/m, reflejando una leve aceleración respecto a noviembre (+0,1 pp) y sugiriendo que la desaceleración inflacionaria podría haberse frenado de manera transitoria. La inflación núcleo también mostró mayor rigidez, acelerándose al 3,7% m/m frente al 3,1% m/m del mes anterior. La divergencia entre los índices de CABA y el nacional puede atribuirse a las diferencias en la ponderación de sus canastas: mientras los bienes representan el 66,1% en el IPC Nacional, en CABA apenas alcanzan el 41,4%. En este contexto, el fuerte ajuste de servicios públicos impulsó un aumento interanual de los servicios del 167,1% i.a. en CABA, frente al 101% i.a. de los bienes. Esto explica gran parte de la brecha entre la inflación interanual de CABA (136,7%) y la estimación nacional, que rondaría el 118%. Al ajustar la ponderación de bienes y servicios con la canasta nacional, la inflación estimada para diciembre a nivel país se ubicaría en torno al 2,7% m/m, reflejando una leve aceleración frente al 2,4% m/m del dato oficial del INDEC. De confirmarse este nivel, es probable que el BCRA posponga la reducción del crawling peg al 1% m/m hasta febrero. Para enero y febrero, se proyectan aumentos de precios del 2,5% m/m y 2,3% m/m, respectivamente, lo que podría generar el espacio para la reducción del crawling peg.
Buenas expectativas para 2025 según el REM del BCRA. De acuerdo con el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA, la inflación de diciembre de 2024 se estimó en 2,7% m/m, cerrando el año con un 117,8% interanual, lo que representa una corrección a la baja de 1 pp respecto al relevamiento anterior. Para 2025, se proyecta una desaceleración inflacionaria al 25,9% i.a., con una revisión a la baja de 2,2 pp. En términos de crecimiento económico, se anticipa una contracción del PBI real del -2,6% en 2024, seguida de una recuperación del 4,5% i.a. en 2025. En el sector externo, las exportaciones se prevén en USD 82,8 M e importaciones en USD 67,4 M, lo que generaría un saldo comercial positivo de USD 15,4 M, por debajo de los USD 18,5 M proyectados para el cierre de 2024. En cuanto al balance fiscal, se espera un superávit primario de $11,2 billones en 2025, equivalente al 1,3% del PBI. Por el lado del tipo de cambio nominal, se estima un promedio de $1.042 por dólar en enero de 2025 y $1.205 por dólar en diciembre, con una devaluación promedio del 1,4% m/m. Se espera finalizar el régimen de crawling peg del 2% m/m en febrero. Finalmente, se incorporó la Tasa Mayorista de Argentina (TAMAR) como indicador clave, estimándose en 34% TNA en enero (2,8% efectivo mensual) y previendo una reducción al 25% TNA para diciembre de 2025.
El Banco Central acelera las compras, pero las reservas caen por vencimientos de deuda. En la semana, las reservas brutas cayeron en USD 1.735 M debido al pago de capital a bonistas privados por USD 2.200 M, cerrando en un stock bruto de USD 31.039 M. Por su parte, el stock neto se ubicó en un saldo negativo de USD 3.200 M, que asciende a USD 5.500 M si se consideran los vencimientos corrientes de BOPREAL. El impacto de estos fue parcialmente compensado por la sólida dinámica del BCRA en el mercado cambiario, donde registró compras semanales por USD 537 M, acumulando USD 741 M en enero. Este incremento en las compras no estuvo impulsado por el sector agropecuario, que mantuvo un ritmo de liquidación diario similar al de la semana previa, sino por el flujo positivo del canal financiero, alimentado por préstamos de bancos locales –con un crecimiento del 14% en los créditos en dólares en los últimos 30 días– y por la liquidación de emisiones de deuda en el exterior.
El financiamiento externo corporativo empieza el 2025 con fuerza. YPF inauguró el mercado primario corporativo de 2025 con una destacada colocación de USD 1.100 M a nueve años de plazo y una tasa anual de 8,5% en Nueva York. La petrolera destinará USD 770 M de los fondos recaudados a la recompra de su bono con vencimiento en julio de este año. Este monto equivale al 40% de los vencimientos totales de YPF y al 20% de los vencimientos totales de empresas argentinas. El financiamiento corporativo apunta a mantenerse robusto en 2025, luego de un 2024 excepcional en el que las empresas argentinas emitieron USD 9.700 M, con YPF liderando con emisiones primarias por USD 2.800 M. Por el momento, esta semana también se espera la colocación local del Santander a seis meses por hasta USD 50 M.
Los bonos CER suben de la mano de las mayores expectativas de inflación. En la semana, los dólares financieros registraron leves alzas. El MEP (GD30) subió un 0,3%, cerrando en $1.168 con una brecha del 12%, mientras que el CCL aumentó un 1,1%, ubicándose con una brecha del 15%. En la curva de deuda en pesos, los bonos CER lideraron con un incremento promedio del 2,8% por las mayores expectativas de inflación tras el dato de diciembre en CABA. Les siguieron las Lecaps, que aumentaron un 0,8%. Por último, los bonos dollar-linked quedaron rezagados, afectados por la confirmación de que el gobierno planea reducir el ritmo del crawling peg a 1,0% m/m si la inflación se mantiene en torno al 2,5% m/m. A estos precios, el mercado está proyectando una inflación del 18% para 2025 (1,4% mensual promedio) y una devaluación del 21% (1,6% mensual promedio).
El pago de cupones no impactó sobre el precio de los bonos. Los bonos argentinos hard-dollar registraron baja volatilidad y un avance del 0,7%, rendimiento inferior al de los BOPREAL, que subieron un 1,7%. En este contexto, el riesgo país disminuyó 22 pb, cerrando en 562 pb. Este desempeño ocurrió en un entorno donde los instrumentos de renta fija comparables tuvieron una buena performance a pesar del desfavorable contexto global: la deuda de emergentes comparables subió un 0,8% (neto del impacto del canje CCL/MEP), mientras que la tasa de los corporativos estadounidenses CCC comprimió 5 pb, ubicándose en 10,0%. Por otro lado, los bonos corporativos perdieron un 0,1% y en el mercado local operan con tasas que oscilan entre 3,0% y 7,5%, todavía por debajo del 10% que rinden los soberanos. Finalmente, los bonos provinciales tuvieron una destacada semana con un aumento promedio del 1,1%, liderados por el incremento del 4,0% en Entre Ríos 2028 y el 2,1% en Buenos Aires 2037-A.
Merval en nuevos máximos. Gracias a las acciones de los bancos, el Merval mantuvo su tendencia alcista y registró una ganancia semanal del 2,9% en pesos y 2,7% en dólares CCL, cerrando en USD 2.390. Con este desempeño, acumula en apenas 10 ruedas del año un alza del 9,4% medido en dólares CCL. El principal impulso de la semana provino nuevamente de las acciones de los bancos, que en promedio subieron un 5,5%, destacándose Supervielle y BBVA con incrementos del 16% y 8%, respectivamente. El sector energético también contribuyó con una suba del 3,2%, liderado por YPF, que avanzó un 4,8%. Sin embargo, este desempeño fue parcialmente compensado por las caídas en Edenor (-15%), Transportadora de Gas del Norte (-7%) y Transportadora de Gas del Sur (-2%).
Lo que viene. Mañana, martes, se publicará el dato de inflación de diciembre, que será clave para determinar la política cambiaria y la tasa de interés del BCRA –no se esperan cambios en el corto plazo–. El viernes se darán a conocer otros indicadores de precios, como los índices mayoristas y el costo de la construcción. Ese mismo día, el Ministerio de Economía publicará el resultado fiscal de diciembre. Aunque se espera un déficit primario –habitual para el último mes del año, que suele ser el de peor desempeño fiscal–, este no opacará el sólido proceso de consolidación fiscal que llevó a cabo el Gobierno nacional en 2024, un esfuerzo que también habrían replicado las provincias.
Noticias y mercado: lo que pasó y lo que viene en el plano internacional.
Los mercados cerraron otra semana negativa, con caídas generalizadas en bonos y acciones, en un contexto en el que el dólar continuó fortaleciéndose, mientras que los commodities rebotaron ante perspectivas de menor oferta. La solidez de la actividad económica en EE.UU. fue ratificada por los últimos datos del mercado laboral, que reflejaron una aceleración en la creación de empleo no agrícola y una nueva baja en la desocupación. Por otro lado, la política arancelaria de Trump podría ejercer más presión sobre la inflación, retrasando su convergencia hacia el objetivo de política monetaria, tal como señalaron las minutas de la última reunión de la Fed. El mercado sigue ajustando sus expectativas respecto a las tasas de interés para este año, ahora proyectando solo un recorte de 25 pb en junio, e incluso aumentando la probabilidad de que no haya cambios. En este marco, los rendimientos de los bonos del Tesoro continuaron en alza, con la UST10Y cerrando en 4,76%, lo que impactó negativamente en los bonos y acciones, que retrocedieron 0,9% y 1,9%, respectivamente. Esto llevó al S&P 500 a una pérdida del 5% desde sus máximos históricos registrados a principios de diciembre. Esta semana, la atención estará puesta en los datos de inflación –que podrían reforzar la resistencia de los precios en los servicios–, en la publicación del resultado fiscal de diciembre, y en el inicio de la temporada de balances del 4Q24, con la presentación de los resultados de los principales bancos.
Muy buen dato de empleo. Como fue habitual durante el año pasado, las publicaciones mensuales sobre la evolución del empleo en EE.UU. sorprendieron tanto por la tendencia como por las diferencias entre las estimaciones y los datos efectivos. El informe de diciembre, publicado el último viernes, no fue la excepción: se registraron 256.000 nuevos puestos de trabajo no agrícola, casi 100.000 más de lo proyectado por los analistas. Este resultado también superó los 212.000 empleos creados en noviembre y estuvo por encima del promedio de los últimos 12 meses, en el que se generaron 180.000 empleos por mes. Además, el sector agrícola aportó 264.000 nuevos empleos –recuperándose de fuertes caídas en meses anteriores y tras un 2024 marcado por una alta volatilidad, con una pérdida mensual promedio de 124.000 empleos–, lo que llevó la creación total de empleo en diciembre a 520.000 puestos. Mientras tanto, la población económicamente activa creció en 261.000 personas, por lo que 259.000 dejaron de estar en situación de desempleo. Con estos datos, la tasa de desocupación se redujo a 4,1%. Aunque este nivel representa un aumento de 0,4 pp frente al 2023 –en un año donde se generaron 2,2 millones de puestos de trabajo no agrícola, insuficientes para compensar el ingreso de 1,1 millones de personas al mercado laboral y la reducción de 1,7 millones de empleos agrícolas–, sigue ubicándose en niveles históricamente bajos, reflejando la fortaleza y estabilidad del mercado laboral. Otra señal positiva que arrojó el informe fue el incremento salarial del 0,3% m/m y del 3,9% i.a., evidenciando una leve desaceleración respecto a los meses previos pero superando la inflación. Este crecimiento en los ingresos reales proporciona un colchón favorable para sostener el consumo en un contexto de sólida actividad económica.
Temores por la inflación. Entre la destacada performance del nivel de actividad –sin incluir aún el impacto de los recientes datos del mercado laboral, el nowcast del PBI de Atlanta para el 4Q24 subió a 2,7% t/t anualizado desde el 2,3% de la semana previa–, la persistencia de precios elevados en los servicios –que crecen al 4% i.a. mientras los bienes registran deflación– y las perspectivas de que Trump avance con su promesa de incrementar aranceles a las importaciones, los temores inflacionarios vuelven a ocupar el centro de la escena. Según informes de prensa, el presidente electo estaría evaluando declarar una emergencia económica nacional para justificar la aplicación de aranceles amplios tanto a aliados como a adversarios. Estos temores también fueron reflejados por la Fed en las minutas de la reunión de diciembre. Aunque en ese encuentro se decidió un recorte de 25 pb en la tasa de referencia, se planteó la necesidad de pausar las reducciones de cara a 2025 –con expectativas de dos recortes adicionales para este año–. Asimismo, la reciente encuesta de expectativas de inflación para 2025 de la Universidad de Michigan mostró un incremento significativo en enero, alcanzando el 3,3%, el nivel más alto en ocho meses, frente al 2,8% de diciembre. Las expectativas a cinco años también subieron, ubicándose en 3,2% frente al 3,0% de la encuesta previa. En este contexto, a pesar del dinamismo positivo del mercado laboral, el sentimiento del consumidor en enero retrocedió a 73,2 desde 74 en diciembre. Este descenso fue impulsado por la caída del subíndice de expectativas, que pasó de 73,3 a 70,2, en tanto que el indicador de condiciones actuales se mantuvo sin cambios en 73,2. Por último, los temores de mayor inflación también se reflejaron en la inflación implícita en los bonos del Tesoro, que alcanzaron su nivel más alto desde 2022, cuando los precios crecían al 9% anual. Las tasas de inflación implícitas a 5, 10 y 30 años subieron a 2,52%, 2,44% y 2,36%, respectivamente.
Más presión sobre las tasas. La expectativa por la inflación y las incertidumbres sobre la política fiscal que implementará Trump en su segundo mandato continúan ejerciendo presión sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro. Los inversores ajustaron nuevamente sus perspectivas respecto a los recortes de tasas de la Fed, reduciendo la proyección a un único recorte de 25 pb durante 2025, previsto para la reunión de junio. En este escenario, la tasa de referencia permanecería en un rango de 4,0%-4,25% hasta fin de año, e incluso aumenta la probabilidad de que no se realicen ajustes. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro continuaron su tendencia alcista, alcanzando los niveles más altos desde octubre de 2023 y situándose entre los máximos desde 2007. Aunque la presión fue generalizada en toda la curva, el mayor impacto se observó en la UST10Y, que subió 17 pb en la semana y cerró en 4,76%. La UST30Y aumentó 14 pb hasta 4,95%, al tiempo que la UST2Y se ubicó en 4,38%, con un incremento de 10 pb frente a la semana previa. En este marco, la renta fija tuvo una semana negativa, con pérdidas generalizadas en los bonos, que retrocedieron un 0,9%. Los corporativos Investment Grade y los High Yield estuvieron entre los sectores más afectados, con un retroceso de 1,2% y 0,6%, respectivamente, continuando con la compresión de spreads, que permanecen en niveles mínimos históricos.
Dólar imparable. El escenario para el dólar a nivel global se mantiene en línea con lo que hemos señalado en informes anteriores. EE.UU. enfrenta un contexto de fortaleza en el crecimiento económico combinado con una inflación resiliente, lo que podría obligar a la Fed a retrasar, o incluso suspender, el ciclo de flexibilización monetaria. Mientras tanto, en el resto del mundo, prevalecen las debilidades en el crecimiento, y aunque la inflación sigue superando los objetivos de política monetaria, las expectativas apuntan a que los Bancos Centrales, particularmente el BCE, sigan reduciendo las tasas de referencia. En este marco, el dólar DXY avanzó un 0,6% durante la última semana, cerrando en 109,7, su nivel más alto desde fines de 2022. Este incremento se dio a raíz de su fortalecimiento frente al euro (+0,6%) y la libra esterlina (+1,2%). En el caso europeo, además de los problemas estructurales y políticos persistentes, los temores sobre los aranceles que podría imponer Trump –no solo a Europa, sino también a China– generan inquietud ante el posible impacto en la competitividad del bloque. Frente al yen, el dólar subió un 0,3% y se mantuvo en un rango de USDJPY 157. Entre las monedas emergentes, el dólar avanzó un 0,2% frente al yuan, cotizando en USDCNY 7,33, impulsado por el Banco Popular de China (BPC), que continuó reduciendo la tasa de referencia. Por su parte, el real brasileño mostró una apreciación del 1,1%, cerrando la semana en USDBRL 6,11, reflejando una tregua del mercado al gobierno de Lula. Este movimiento se vio respaldado por el incremento de la inflación en diciembre, que alcanzó el 4,83% i.a., alimentando las expectativas de mayores subas de tasas por parte del Banco Central de Brasil (BCB).
Muy buena semana para los commodities. Con el foco en los problemas de oferta, los precios de las materias primas tuvieron una semana de importantes subas generalizadas, lo que permitió al índice general avanzar un 4,3% y acumular un alza de 5,8% en lo que va del mes. El petróleo WTI escaló un 3,5%, cerrando en USD 76,6 por barril, debido a las sanciones a Rusia e Irán, en un contexto de aumento de la demanda debido a la ola de frío en el hemisferio norte. La soja subió un 3,3% en la semana, alcanzando los USD 372 por tonelada, luego de que el último informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) ajustara a la baja las estimaciones de cosecha en el hemisferio sur, afectadas por problemas climáticos. El cobre se destacó como el gran ganador, con una suba del 5,8% en la semana y un acumulado mensual del 7,2%, respaldado por el optimismo generado por las políticas de estímulo fiscal y monetario en China, el principal demandante del metal. El oro también tuvo una buena semana, avanzando un 2,0% a pesar del fortalecimiento del dólar, y cerró en USD 2.692 por onza.
Otra mala semana para las acciones. Desde los máximos alcanzados a principios de diciembre, las acciones muestran una tendencia persistente y generalizada a la baja. La expectativa de un escenario de tasas "higher for longer" está contrarrestando los buenos datos sobre el nivel de actividad económica y las medidas de la política de Trump, como el proteccionismo y las rebajas impositivas. En la última semana, el S&P 500 retrocedió un 1,9%, con una caída del 4,5% desde el 6 de diciembre. La semana fue negativa para la mayoría de los sectores, destacándose las bajas en tecnología, Real Estate y bancos, con una baja promedio del 2,5%. En contraste, los sectores energético, salud y materiales lograron escapar de la tendencia general, registrando una ganancia cercana al 1,0%. Entre las "magníficas", Nvidia lideró las pérdidas con un 5,9%, seguida por Tesla (-3,8% y una baja anual del 7,0%), Apple (-2,7%), Amazon (-2,1%) y Microsoft (-0,8%), mientras que Meta y Google cerraron en terreno positivo con subas del 2,1% y 0,3%, respectivamente. El desempeño negativo de la renta variable también se reflejó en los principales índices: el Dow Jones perdió un 1,8%, el Nasdaq un 2,3% y el Russell 2000 un 3,3%. A nivel global, el índice general excluyendo a EE.UU. retrocedió un 1,4%, afectado por las fuertes caídas en China (-5,7%) y Japón (-3,0%), en tanto que Europa y Latinoamérica lograron avances del 1,1% y 1,2%, respectivamente.
Lo que viene: inflación, déficit fiscal y balances. La semana estará marcada por la publicación del IPC de diciembre y el inicio de la temporada de balances del 4Q24. En relación con los precios, se espera que el IPC registre un incremento del 0,3% m/m tanto para el índice general como para el núcleo, cerrando 2024 con aumentos del 2,8% y 3,3%, respectivamente. También será relevante la publicación del resultado fiscal de diciembre, que se anticipa muy negativo, incrementando la presión sobre el programa económico de la próxima administración. En cuanto a la temporada de balances, comenzará con los resultados de los principales bancos, como JPMorgan Chase, Wells Fargo, Goldman Sachs, Citigroup, Bank of America y Morgan Stanley, además de informes previstos por BlackRock y Charles Schwab. Entre los datos económicos destacados, se encuentran las ventas minoristas, para las cuales se espera un incremento más moderado del 0,5% m/m en diciembre frente al 0,7% previo, y la producción industrial, que se proyecta crecerá un 0,2% m/m.
A la espera del dato de inflación, los contratos futuros de Rofex cayeron un 2,5% promedio...
A la espera del dato de inflación de mañana, el cual podría confirmar una reducción en el crawling peg de mantenerse en torno a los niveles de noviembre, los contratos futuros de Rofex operaron fuertemente a la baja, cayendo en promedio un 2,5%. Las principales bajas estuvieron en los contratos más cortos: febrero 25 (-3,6%), marzo 25 (-3,3%) y abril 25 (-2,8%).
El próximo contrato en vencer corresponde a enero, que cotiza en $1.056 y marca una devaluación directa de 1,6% y mensualizada de 2,2% –0,2 puntos por encima del crawling peg de 2,0%–. Para los tres meses siguientes, los precios reflejan que el crawling peg correría en niveles en torno al 1,7%: 1,8% en febrero ($1.071), 1,6% en marzo ($1.086) y 1,6% en abril ($1.104). A partir de ahí, los precios señalan una devaluación de 1,6% promedio hasta diciembre del 2025.
De esta manera, la curva de tasas (TNA) tuvo una compresión general: para el tramo enero-marzo muestra una pendiente negativa, en la cual los rendimientos caen rápidamente desde 27% en enero hasta 20% en marzo, sosteniéndose hasta diciembre.
El volumen operado mostró una caída. En los últimos cinco días hábiles se comerciaron 2,2 millones de contratos. El viernes 10 de enero el interés abierto cerró en USD 3.333 M, una suba del 19% m/m y del 190% a/a.
Análisis de instrumentos de renta fija y variable.
A continuación podrás descargar el informe semanal del mercado local, en el que analizamos los distintos instrumentos de renta fija con posibles escenarios de sensibilidad. Además, mostramos los índices de mercados accionarios locales e internacionales, y finalmente el mercado de renta variable local.
Noticias globales: el mundo hoy.
Debido al luto por el fallecimiento del expresidente Jimmy Carter, el mercado americano no operó ayer. Las noticias más destacadas provinieron de declaraciones de funcionarios de la Fed, quienes respaldaron una postura más “hawkish” en la política monetaria ante la lenta convergencia de la inflación hacia la meta, sugiriendo que los recortes serán graduales. En un contexto de economía fuerte, con resiliencia de la inflación y amenazada por la política arancelaria de Trump, las expectativas de los agentes apuntan a que este año solo se realice un recorte de tasas, mientras gana probabilidad el escenario en el que la Fed no realice ningún ajuste.
Así las cosas, el mercado se mantiene atento a los datos de empleo que se publicarán hoy. El consenso proyecta la creación de 165 mil nuevos puestos de trabajo no agrícolas, cifra en línea con el promedio de los últimos meses, y que la tasa de desocupación se mantenga en 4,2%.
Noticias locales: el país hoy.
En diciembre de 2024, el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) registró un incremento del 3,3% m/m, reflejando una leve aceleración respecto de noviembre (+0,1 pp). La inflación núcleo mostró una mayor aceleración, alcanzando el 3,7% m/m frente al 3,1% m/m del mes anterior. Desagregando por componentes, los bienes aumentaron un 1,9% m/m, mientras que los servicios avanzaron un 4,2% m/m, impulsados principalmente por alzas en alquileres, servicios de salud y restaurantes. Al ajustar la ponderación de bienes y servicios según la canasta nacional, la inflación estimada para diciembre a nivel país se ubicaría en torno al 2,7% m/m, mostrando también una leve aceleración frente al 2,5% estimado para noviembre, muy similar al 2,4% m/m del dato oficial del INDEC.
En noviembre de 2024, el Índice de Producción Industrial Minero (IPI Minero) subió un 3,7% interanual, aunque mostró una leve caída del 0,3% m/m. El acumulado de enero a noviembre de 2024 refleja un crecimiento del 6,1% respecto al mismo período del año anterior. Por sectores, el avance fue liderado mayormente por la extracción de petróleo crudo (+12,1% i.a.) y gas natural (+0,7% i.a.), al tiempo que la extracción de minerales metalíferos aumentó un 3,2% i.a. En cambio, los servicios de apoyo a la extracción de petróleo y gas mostraron una contracción del 9,5% i.a. Asimismo, el Índice de Producción Industrial Pesquero (IPI Pesquero) exhibió un notable crecimiento del 13% m/m y del 111,3% i.a. Ambos indicadores evidencian el buen desempeño de la economía "no urbana".
El BCRA aceleró el ritmo de compras y registró un resultado positivo de USD 234 M en el mercado cambiario. De esta forma, en lo que va de enero 2025 acumula compras por USD 741 M, superando las compras por USD 438 M registradas a la misma altura de diciembre del año pasado, pero por debajo de los USD 832 M de enero de 2024. Por su parte, las reservas brutas cayeron en USD 272 M, cerrando en USD 30.904 M, a pesar de haberse liquidado compras por USD 137 M el miércoles.
El dólar oficial subió 1 peso diario, cerrando en $1.037,75. Así, en lo que va de enero, el ritmo de devaluación se mantiene en un 2,1% TEM.
Por otro lado, los dólares financieros operaron a la baja. El MEP (GD30) retrocedió un 0,8% hasta los $1.153, al tiempo que el CCL cayó un 0,3%, ubicándose en $1.181. De esta forma, las brechas con el dólar oficial se redujeron a 11% y 14%, respectivamente.
Los bonos soberanos en dólares tuvieron un fuerte retroceso en el día de pago de cupones y amortizaciones, con una caída del 1,7%. Las paridades promedian 72,7%, la curva se aplanó y los rendimientos se ubican entre 10,0% y 10,6%. Como resultado, el Riesgo País cerró en torno a los 560 pb. Por su parte, los BOPREAL del Banco Central avanzaron un 0,4%.
En cuanto a la deuda en pesos, se observó un comportamiento mixto. Los bonos CER avanzaron un 0,3%, con rendimientos que se comprimieron a CER +5% para 2025, CER +7% para 2026 y CER +8% para 2027 en adelante, destacándose la mayor baja en los bonos a partir de 2027. Las Lecap registraron una suba del 0,1%, mientras que el TO26 retrocedió un 0,3%. La compresión más marcada en las tasas se dio en el tramo largo de la curva, liderado por el T30E6, que ganó un 2,4% y rinde 1,9%. De esta manera, los rendimientos de las Lecaps se ubican en 2,4% TEM para el tramo corto y 2,1% TEM para el tramo largo. Los dollar-linked volvieron a quedar en última posición, con una pérdida del 0,7%, lo que llevó el rendimiento general a devaluación +7%.
Los contratos de dólar futuro retrocedieron de nuevo un 0,35%. Las principales caídas se observaron en los contratos de diciembre (-0,75%), septiembre (-0,50%) y mayo (-0,45%). De esta forma, la devaluación implícita mensual para fines de 2025 se mantiene en 1,8%.
El Merval cerró la jornada en alza, con una suba del 1,7% en pesos y del 2,2% en dólares CCL, alcanzando un nivel de USD 2.396. Las principales ganancias fueron lideradas por Aluar (+3,8%), Banco Supervielle (+3,8%) y Banco Macro (+3,7%). Por otro lado, entre las bajas destacaron Telecom (-2,1%), Transportadora Gas del Norte (-1,4%) y Transener (-1,2%).
Mantener la estabilidad financiera sin comprometer la dinámica de tasas ni la estabilidad cambiaria.
En diciembre, la base monetaria aumentó un 10,8% m/m nominal, tras el mínimo de 1,2% m/m observado en septiembre. Si bien esto podría interpretarse como una aceleración monetaria en el marco de la política de emisión cero, no lo es por dos razones. Por un lado, porque el objetivo se establece sobre la base monetaria amplia, que incluye las LEFI en manos de entidades financieras y los depósitos del Tesoro Nacional en el BCRA en pesos. Por otro lado, si se corrige por estacionalidad e inflación, el incremento fue del 2,7% m/m, que aunque duplica el ritmo del 1,2% m/m real sin estacionalidad del período agosto-noviembre, no permite aún hablar de una inyección de liquidez en exceso.
El crecimiento de la base monetaria estuvo impulsado, principalmente, por la reducción de las tenencias de LEFI en manos de entidades financieras, reflejando un cambio en la estrategia del BCRA para absorber liquidez y reducir pasivos remunerados. Además, la base monetaria amplia se mantuvo dentro del objetivo de $47,7 billones, debido a la reducción observada en los depósitos del Gobierno Nacional. Sin embargo, hacia finales de diciembre también se notó cierta tensión de liquidez, evidenciada en las subas en las tasas de caución, ventas de Lecap y bancos tomando pesos del BCRA a través de pases activos, lo que revela la necesidad de liquidez del sistema financiero.
Por el lado de la demanda de dinero, el agregado monetario amplio (M3 privado) aumentó un 3,7% m/m real, acumulando nueve meses consecutivos de expansión. Este crecimiento fue liderado por los depósitos a plazo fijo, con un alza del 3,3% m/m real, mientras que los plazos fijos ajustables por UVA cayeron un 15,8% real, dando cuenta de una menor necesidad de cobertura frente a la desaceleración inflacionaria y la baja de tasas.
Sin embargo, la cuestión es si este proceso de expansión monetaria puede sostenerse sin generar distorsiones en el mediano plazo. La absorción de liquidez a través de las LEFI y la eliminación de los pases pasivos ha permitido una mayor expansión del crédito, que creció un 5,1% m/m real sin estacionalidad, destacando el crédito hipotecario (+16,1% m/m real s.e.) y el prendario (+7,7% m/m real s.e). El financiamiento al sector privado ha mostrado una recuperación consistente, con nueve meses seguidos de crecimiento y un aumento acumulado cercano al 86,4% en términos reales desde el mínimo registrado en enero de 2024. Esta mejora llevó al crédito a alcanzar aproximadamente el 6,9% del PBI al cierre del año, lo que implica un incremento de 2,5 puntos porcentuales desde marzo y de 1,6 pp en comparación con diciembre de 2023. En este sentido, la inyección de dinero ha encontrado demanda genuina, lo que reduce las presiones inflacionarias en el corto plazo.
Aun así, los desafíos persisten. El BCRA ha optado por un ancla fiscal y cambiaria como pilares de estabilidad, pero la demanda de dinero sigue siendo frágil: el M3 privado, si bien en recuperación, todavía está por debajo de los niveles históricos, representando apenas el 12,7% del PBI (1,0 pp menos en la comparación interanual). A lo largo de 2024, la demanda de dinero alcanzó niveles históricamente bajos, con el M3 privado cayendo al 11,4% del PBI en abril. No obstante, desde ese punto, comenzó un proceso de recuperación en términos reales, en un contexto de reducción de las tasas de interés nominales, en línea con los recortes aplicados a la tasa de política monetaria.
En síntesis, si bien se está produciendo una remonetización de la economía en pesos, si este proceso se detiene por falta de liquidez, las presiones sobre las tasas de interés reales aumentarán. Esto ocurrirá incluso si las tasas nominales muestran un recorte en caso de que el crawling peg se reduzca al 1% en el primer bimestre del año.
Una compresión de las tasas de interés reales podría reavivar la brecha, como sucedió tras el recorte de mayo y, de manera acotada, también con el último recorte a principios de diciembre a 32% de TNA, que reactivó la casi eliminada brecha cambiaria.
De cara a 2025, según el REM del BCRA, se proyecta una inflación promedio del 2,1% m/m para el primer semestre del año y una devaluación mensual del 1,4% m/m, anticipando que el crawling peg del 2% m/m podría concluir en febrero. En este escenario, se estima que las tasas reales seguirían en terreno positivo, ya que se espera que la tasa de interés nominal se mantenga en torno al 2,4% m/m. Nuestra visión es similar, debido a que la actual rigidez en la expansión monetaria podría generar presiones adicionales sobre las tasas reales, a menos que el sector privado continúe adaptándose a un entorno de mayor dolarización espontánea.
Noticias locales: el país hoy.
En noviembre, la actividad industrial mostró una leve recuperación del 0,4% m/m, retomando la senda de crecimiento tras la caída del -0,8% m/m en octubre. Sin embargo, en términos interanuales, la actividad industrial fue un 1,7% i.a. inferior, acumulando una contracción del -10,7% i.a. en los primeros once meses del año. A nivel sectorial, destacaron alimentos (+8% i.a., impulsado por la molienda de oleaginosas, marcando su quinto mes consecutivo en alza), refinación de petróleo (+1% i.a.), producción de maquinaria y equipos (+7% i.a.) y otros equipos y aparatos (+4% i.a.). En contraste, la metalurgia profundizó su caída con una contracción del -13% i.a., mientras que la minería no metalífera, vinculada principalmente a la construcción, se redujo un -20% i.a. Por su parte, la construcción avanzó un 2,2% m/m, aunque se mantiene en un ciclo de estancamiento desde julio, alternando meses de expansión y contracción, con una caída acumulada del -28,5% i.a. en el año. En diciembre, según el Índice Construya, la actividad habría evidenciado una caída del -1,25% m/m y un retroceso del -6,6% i.a.
Moody's Ratings elevó el tope de calificación crediticia argentina a B3 para deuda en pesos y a Caa1 para deuda en moneda extranjera, desde techos de Caa1 y Caa3, respectivamente. Estos techos representan el nivel más alto de calificación que Moody's puede asignar a emisores domiciliados en un país. Por el momento, la deuda soberana argentina mantiene una calificación de Ca tanto en moneda nacional como extranjera.
El BCRA registró compras netas por USD 137 M en el mercado cambiario, acumulando USD 507 M en lo que va de enero de 2025, frente a las compras de USD 438 M en el mismo período de diciembre del año pasado y de USD 704 M en enero de 2024. Por otro lado, las reservas brutas disminuyeron en USD 1.700 M hasta ubicarse en USD 31.176 M, debido al pago de capital a tenedores privados por aproximadamente USD 2.200 M (los intereses ya habían sido girados previamente).
YPF colocó USD 1.100 M a 9 años de plazo con una tasa anual de 8,5%. La empresa destinará USD 770 M para la recompra de su bono con vencimiento en julio de este año y tendrá libre disponibilidad de los USD 330 M restantes.
El dólar oficial aumentó 50 centavos diarios y cerró en $1.036,75. En lo que va de enero, el ritmo de devaluación se mantiene en 2,0% TEM.
Los dólares financieros operaron de manera mixta. El MEP (GD30) retrocedió un 0,1% y cerró en $1.163, mientras que el CCL avanzó un 0,2% y finalizó en $1.185. De esta manera, las brechas con el dólar oficial se mantienen en 12% y 14%, respectivamente.
Los soberanos en dólares registraron una suba del 0,1% tras el pago de cupones. A los precios actuales, la paridad promedio se ubica en 73,5%, con rendimientos de entre 10% y 11%. Así, el riesgo país cerró en torno a los 560 pb. Por su parte, los BOPREAL del Banco Central retrocedieron un 0,1%.
En el segmento de deuda en pesos, la rueda fue mayormente positiva. Los bonos CER lideraron con una suba del 0,6%, comprimiendo sus rendimientos a CER +5% para el tramo corto y CER +8% para el tramo largo. Las Lecap registraron un aumento del 0,2%, mientras que el TO26 avanzó un 0,4%. A estos precios, las tasas rinden 2,4% TEM para el tramo corto y 2,1% para el tramo largo. Por el contrario, los dollar-linked retrocedieron un 1,5%, alcanzando un rendimiento de devaluación +6%.
Los contratos de dólar futuro cayeron levemente un 0,16%, destacándose las bajas en los contratos de septiembre (-0,33%), noviembre (-0,32%) y agosto (-0,25%). Con este movimiento, la devaluación implícita mensual para fines de 2025 se mantiene en 1,7%.
El Merval retrocedió un 0,9% en pesos y un 0,1% en dólares CCL, cerrando en un nivel de USD 2.345. Edenor (-9,4%), Telecom (-7,0%) y BYMA (-2,6%) fueron las principales bajas, mientras que Holcim (+4,0%), Supervielle (+3,2%) y Mirgor (+1,1%) lideraron las subas. En la Bolsa de Nueva York, las acciones argentinas retrocedieron un 0,7% en promedio, con Edenor (-9,2%), Telecom (-1,9%) y Vista Energy (-1,7%) entre las mayores caídas.
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En una jornada marcada por la publicación de datos de empleo y las minutas de la última reunión de la Fed, los mercados cerraron prácticamente sin cambios respecto al martes. Las actas de la reunión de diciembre, en la que la Fed redujo 25 pb la tasa de referencia, revelaron las preocupaciones de los funcionarios sobre los crecientes riesgos de inflación, en clara alusión a los efectos de las políticas arancelarias e inmigratorias que podría implementar Trump. También indicaron que pronto podrían desacelerar el ritmo de flexibilización de las políticas. Esta postura fue compensada por los comentarios de Christopher Waller, miembro de la junta de gobernadores de la entidad monetaria, quien expresó confianza en que la inflación se enfriará hacia el objetivo del 2%, respaldando las expectativas de nuevos recortes de tasas. Recordemos que actualmente, los operadores anticipan solo una reducción de 25 pb en la tasa de referencia, probablemente en junio, mientras que Powell espera que sean dos, hasta llegar a 3,75%. Más temprano, CNN había informado que Donald Trump está considerando declarar una emergencia económica nacional para justificar la imposición de aranceles amplios tanto para aliados como para adversarios.
En cuanto a la renta variable, el S&P 500 avanzó un 0,1% y el Dow Jones un 0,2%, en tanto que el Nasdaq cerró sin cambios respecto a la jornada anterior. Las principales empresas tecnológicas operaron estables, aunque destacó la suba del 0,5% en las acciones de Microsoft, al tiempo que las de Meta retrocedieron un 1,2%.
Igual desempeño mostró la renta fija, que en el agregado subió un 0,1%, debido a la estabilización en los rendimientos de los bonos del Tesoro tras la licitación de USD 22.000 M en títulos a 30 años. Esto generó cierto alivio luego de la escalada registrada en el último mes que llevó a la UST10Y hasta el 4,70%.
El índice del dólar DXY subió un 0,5%, superando los 109 puntos –su nivel más alto desde octubre de 2022–. La presión alcista fue impulsada por un fortalecimiento del 0,9% frente a la libra esterlina, mientras que ante el euro y el yen registró incrementos del 0,2%. Contra las monedas emergentes, mostró un leve alza, ganando un 0,1% frente al yuan, que cotiza en USDCHY 7,33, y frente al real brasileño, que cerró la jornada en BRLUSD 6,11.
En cuanto al dato económico del día, mientras se esperan los datos oficiales de creación de empleo no agrícola previstos para mañana, ayer se publicó el índice de empleo ADP, que mostró que en diciembre las empresas privadas en EE. UU. agregaron 122.000 trabajadores a sus nóminas, la cifra más baja en cuatro meses. Esto contrasta con los 146.000 registrados en noviembre y las previsiones de 140.000. El informe resaltó una desaceleración tanto en la contratación como en los incrementos salariales: el crecimiento salarial anual de quienes permanecieron en su empleo se desaceleró al 4,6%, el nivel más lento desde julio de 2021, en tanto que el crecimiento salarial de quienes cambiaron de empleo fue del 7,1%, una leve disminución respecto a noviembre. A pesar de que estos datos marcan un enfriamiento en el mercado laboral, las solicitudes iniciales de desempleo en la última semana disminuyeron en 10.000 frente a la semana anterior, ubicándose en 201.000, el número más bajo en 11 meses y en contraste con el aumento esperado a 218.000.